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No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno… y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol” (Eclesiastés 2:10-11).-

El empleo del tiempo

 Un periodista demostraba en un periódico de gran distribución que los escritores, los actores, los humoristas, los cantores y los artistas hacían llenar las salas de espectáculos a fin de que los hombres olvidaran sus preocupaciones y la muerte. ¿Lo consiguen? ¡Por desdicha, a menudo lo consiguen!. De esta manera, llevado por el torbellino de los placeres o de las ocupaciones fútiles, el hombre se encamina al encuentro con Dios y no se prepara para este momento. Persigue con tesón intereses que sólo son pasajeros y no piensa en la eternidad. Sabe que su vida corre hacia un término seguro y rehúsa reflexionar en ello.
 ¿Qué razones dará a Dios para justificar su despreocupación? ¡Ninguna será valedera!.
 Se reprenderá a un niño que haya perdido el año escolar por pereza o despreocupación??. Por los mismos motivos, el inconverso podría perder su vida o, peor aun, su alma por la eternidad. El alumno podrá volver a cursar un año de estudios y el daño será reparado; pero al irredento no le será dada otra vida, otra oportunidad.
 Se dice: “el tiempo es oro”. Es mucho más que esto. El tiempo nos es dado para ponernos a cuenta con Dios en cuanto a nuestros pecados; luego para servirle con fidelidad, para alabarle y bendecirle como sólo El es digno de ello. Ese tiempo lo recibimos de Dios y se lo debemos. Tendremos que dar cuenta de lo que hicimos de los años de vida que el Creador nos concedió, cuando “Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena, sea mala”. Repetimos una vez más con la Palabra de Dios: “He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación”. Señor ayúdanos a no desperdiciar este valioso tiempo.

Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo





LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año.-


Los primeros discípulos  


Jn.1:35 El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos.  
Jn.1:36 Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios.  
Jn.1:37 Le oyeron hablar los dos discípulos, y siguieron a Jesús.  
Jn.1:38 Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras?  
Jn.1:39 Les dijo: Venid y ved. Fueron, y vieron donde moraba, y se quedaron con él aquel día; porque era como la hora décima.  
Jn.1:40 Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús.
Jn.1:41 Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo).  
Jn.1:42 Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro).  


Jesús llama a Felipe y a Natanael  


Jn.1:43 El siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme.
Jn.1:44 Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro.  
Jn.1:45 Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.  
Jn.1:46 Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve.  
Jn.1:47 Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño.  
Jn.1:48 Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.  
Jn.1:49 Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.  
Jn.1:50 Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que estas verás.  
Jn.1:51 Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre.


Capítulo 9


Los que regresaron de Babilonia    (Neh. 11.1-24)  


1°Cron.9:1 Contado todo Israel por sus genealogías, fueron escritos en el libro de los reyes de Israel. Y los de Judá fueron transportados a Babilonia por su rebelión.  
1°Cron.9:2 Los primeros moradores que entraron en sus posesiones en las ciudades fueron israelitas, sacerdotes, levitas y sirvientes del templo.  
1°Cron.9:3 Habitaron en Jerusalén, de los hijos de Judá, de los hijos de Benjamín, de los hijos de Efraín y Manasés:  
1°Cron.9:4 Utai hijo de Amiud, hijo de Omri, hijo de Imri, hijo de Bani, de los hijos de Fares hijo de Judá.  
1°Cron.9:5 Y de los silonitas, Asaías el primogénito, y sus hijos.  
1°Cron.9:6 De los hijos de Zera, Jeuel y sus hermanos, seiscientos noventa.  
1°Cron.9:7 Y de los hijos de Benjamín: Salú hijo de Mesulam, hijo de Hodavías, hijo de Asenúa,  
1°Cron.9:8 Ibneías hijo de Jeroham, Ela hijo de Uzi, hijo de Micri, y Mesulam hijo de Sefatías, hijo de Reuel, hijo de Ibnías.  
1°Cron.9:9 Y sus hermanos por sus linajes fueron novecientos cincuenta y seis. Todos estos hombres fueron jefes de familia en sus casas paternas.  
1°Cron.9:10 De los sacerdotes: Jedaías, Joiarib, Jaquín,  
1°Cron.9:11 Azarías hijo de Hilcías, hijo de Mesulam, hijo de Sadoc, hijo de Meraiot, hijo de Ahitob, príncipe de la casa de Dios;  
1°Cron.9:12 Adaía hijo de Jeroham, hijo de Pasur, hijo de Malquías; Masai hijo de Adiel, hijo de Jazera, hijo de Mesulam, hijo de Mesilemit, hijo de Imer,  
1°Cron.9:13 y sus hermanos, jefes de sus casas paternas, en número de mil setecientos sesenta, hombres muy eficaces en la obra del ministerio en la casa de Dios.  
1°Cron.9:14 De los levitas: Semaías hijo de Hasub, hijo de Azricam, hijo de Hasabías, de los hijos de Merari,  
1°Cron.9:15 Bacbacar, Heres, Galal, Matanías hijo de Micaía, hijo de Zicri, hijo de Asaf;  
1°Cron.9:16 Obadías hijo de Semaías, hijo de Galal, hijo de Jedutún; y Berequías hijo de Asa, hijo de Elcana, el cual habitó en las aldeas de los netofatitas.  
1°Cron.9:17 Y los porteros: Salum, Acub, Talmón, Ahimán y sus hermanos. Salum era el jefe.  
1°Cron.9:18 Hasta ahora entre las cuadrillas de los hijos de Leví han sido estos los porteros en la puerta del rey que está al oriente.  
1°Cron.9:19 Salum hijo de Coré, hijo de Ebiasaf, hijo de Coré, y sus hermanos los coreítas por la casa de su padre, tuvieron a su cargo la obra del ministerio, guardando las puertas del tabernáculo, como sus padres guardaron la entrada del campamento de Jehová.  
1°Cron.9:20 Y Finees hijo de Eleazar fue antes capitán sobre ellos; y Jehová estaba con él.  
1°Cron.9:21 Zacarías hijo de Meselemías era portero de la puerta del tabernáculo de reunión.  
1°Cron.9:22 Todos éstos, escogidos para guardas en las puertas, eran doscientos doce cuando fueron contados por el orden de sus linajes en sus villas, a los cuales constituyó en su oficio David y Samuel el vidente.  
1°Cron.9:23 Así ellos y sus hijos eran porteros por sus turnos a las puertas de la casa de Jehová, y de la casa del tabernáculo.  
1°Cron.9:24 Y estaban los porteros a los cuatro lados; al oriente, al occidente, al norte y al sur.  
1°Cron.9:25 Y sus hermanos que estaban en sus aldeas, venían cada siete días según su turno para estar con ellos.  
1°Cron.9:26 Porque cuatro principales de los porteros levitas estaban en el oficio, y tenían a su cargo las cámaras y los tesoros de la casa de Dios.  
1°Cron.9:27 Estos moraban alrededor de la casa de Dios, porque tenían el cargo de guardarla, y de abrirla todas las mañanas.  
1°Cron.9:28 Algunos de éstos tenían a su cargo los utensilios para el ministerio, los cuales se metían por cuenta, y por cuenta se sacaban.  
1°Cron.9:29 Y otros de ellos tenían el cargo de la vajilla, y de todos los utensilios del santuario, de la harina, del vino, del aceite, del incienso y de las especias.  
1°Cron.9:30 Y algunos de los hijos de los sacerdotes hacían los perfumes aromáticos.  
1°Cron.9:31 Matatías, uno de los levitas, primogénito de Salum coreíta, tenía a su cargo las cosas que se hacían en sartén.  
1°Cron.9:32 Y algunos de los hijos de Coat, y de sus hermanos, tenían a su cargo los panes de la proposición, los cuales ponían por orden cada día de reposo.  
1°Cron.9:33 También había cantores, jefes de familias de los levitas, los cuales moraban en las cámaras del templo, exentos de otros servicios, porque de día y de noche estaban en aquella obra.  
1°Cron.9:34 Estos eran jefes de familias de los levitas por sus linajes, jefes que habitaban en Jerusalén.  


Genealogía de Saúl  


1°Cron.9:35 En Gabaón habitaba Jehiel padre de Gabaón, el nombre de cuya mujer era Maaca;  
1°Cron.9:36 y su hijo primogénito Abdón, luego Zur, Cis, Baal, Ner, Nadab,  
1°Cron.9:37 Gedor, Ahío, Zacarías y Miclot;  
1°Cron.9:38 y Miclot engendró a Simeam. Estos habitaban también en Jerusalén con sus hermanos enfrente de ellos.  
1°Cron.9:39 Ner engendró a Cis, Cis engendró a Saúl, y Saúl engendró a Jonatán, Malquisúa, Abinadab y Es-baal.  
1°Cron.9:40 Hijo de Jonatán fue Merib-baal, y Merib-baal engendró a Micaía.  
1°Cron.9:41 Y los hijos de Micaía: Pitón, Melec, Tarea y Acaz.  
1°Cron.9:42 Acaz engendró a Jara, Jara engendró a Alemet, Azmavet y Zimri, y Zimri engendró a Mosa,  
1°Cron.9:43 y Mosa engendró a Bina, cuyo hijo fue Refaías, del que fue hijo Elasa, cuyo hijo fue Azel.  
1°Cron.9:44 Y Azel tuvo seis hijos, los nombres de los cuales son: Azricam, Bocru, Ismael, Searías, Obadías y Hanán. Estos fueron los hijos de Azel.


HAGEO


Capítulo 1


Exhortación a edificar el templo
 
Hag.1:1 En el año segundo del rey Darío, en el mes sexto, en el primer día del mes, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, diciendo:  
Hag.1:2 Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada.  
Hag.1:3 Entonces vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo:  
Hag.1:4 ¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?  
Hag.1:5 Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.  
Hag.1:6 Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.  
Hag.1:7 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos.  
Hag.1:8 Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová.  
Hag.1:9 Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa.  
Hag.1:10 Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos.  
Hag.1:11 Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos.  
Hag.1:12 Y oyó Zorobabel hijo de Salatiel, y Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo, la voz de Jehová su Dios, y las palabras del profeta Hageo, como le había enviado Jehová su Dios; y temió el pueblo delante de Jehová.  
Hag.1:13 Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová.  
Hag.1:14 Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios,  
Hag.1:15 en el día veinticuatro del mes sexto, en el segundo año del rey Darío.  


Capítulo 2


La gloria del nuevo templo  


Hag.2:1 En el mes séptimo, a los veintiún días del mes, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo:  
Hag.2:2 Habla ahora a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y al resto del pueblo, diciendo:  
Hag.2:3 ¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto esta casa en su gloria primera, y cómo la veis ahora? ¿No es ella como nada delante de vuestros ojos?  
Hag.2:4 Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate también, Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos.  
Hag.2:5 Según el pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará en medio de vosotros, no temáis.  
Hag.2:6 Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca;  
Hag.2:7 y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos.  
Hag.2:8 Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.  
Hag.2:9 La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.  


La infidelidad del pueblo es reprendida  


Hag.2:10 A los veinticuatro días del noveno mes, en el segundo año de Darío, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo:  
Hag.2:11 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Pregunta ahora a los sacerdotes acerca de la ley, diciendo:  
Hag.2:12 Si alguno llevare carne santificada en la falda de su ropa, y con el vuelo de ella tocare pan, o vianda, o vino, o aceite, o cualquier otra comida, ¿será santificada? Y respondieron los sacerdotes y dijeron: No.  
Hag.2:13 Y dijo Hageo: Si un inmundo a causa de cuerpo muerto tocare alguna cosa de estas, ¿será inmunda? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: Inmunda será.  
Hag.2:14 Y respondió Hageo y dijo: Así es este pueblo y esta gente delante de mí, dice Jehová; y asimismo toda obra de sus manos; y todo lo que aquí ofrecen es inmundo.  
Hag.2:15 Ahora, pues, meditad en vuestro corazón desde este día en adelante, antes que pongan piedra sobre piedra en el templo de Jehová.
Hag.2:16 Antes que sucediesen estas cosas, venían al montón de veinte efas, y había diez; venían al lagar para sacar cincuenta cántaros, y había veinte.  
Hag.2:17 Os herí con viento solano, con tizoncillo y con granizo en toda obra de vuestras manos; mas no os convertisteis a mí, dice Jehová.  
Hag.2:18 Meditad, pues, en vuestro corazón, desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, desde el día que se echó el cimiento del templo de Jehová; meditad, pues, en vuestro corazón.  
Hag.2:19 ¿No está aún la simiente en el granero? Ni la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de olivo ha florecido todavía; mas desde este día os bendeciré.  


Promesa de Jehová a Zorobabel  


Hag.2:20 Vino por segunda vez palabra de Jehová a Hageo, a los veinticuatro días del mismo mes, diciendo:  
Hag.2:21 Habla a Zorobabel gobernador de Judá, diciendo: Yo haré temblar los cielos y la tierra;  
Hag.2:22 y trastornaré el trono de los reinos, y destruiré la fuerza de los reinos de las naciones; trastornaré los carros y los que en ellos suben, y vendrán abajo los caballos y sus jinetes, cada cual por la espada de su hermano.  
Hag.2:23 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, te tomaré, oh Zorobabel hijo de Salatiel, siervo mío, dice Jehová, y te pondré como anillo de sellar; porque yo te escogí, dice Jehová de los ejércitos.

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