“¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?”.- (1 Corintios 3:16).-
La grandeza de Dios
Si la Biblia no lo declarara, podría parecer inapropiado afirmar que Dios more en nosotros y que el poder divino se ejerce en y por medio del ser humano. A ese respecto, un sencillo campesino dio una desesperada respuesta a un ateo dispuesto a burlarse de él al preguntarle qué clase de Dios era él suyo, si uno inmensamente grande o uno muy pequeño. “Dios es ambas cosas le dijo él—. El es tan grande que los cielos de los cielos” no le pueden contener y, sin embargo, es tan pequeño que puede habitar en mi alma” Tan simple como puede parecer esa contestación, es de dudar que alguien más sabio haya emitido un pensamiento más profundo. ¿Cómo representarse la grandeza de Dios? Ni aun las estrellas son suficientes para simbolizar adecuadamente toda Su grandeza y Su inmenso amor.
¡Oh!, ¿quién jamás pudo expresar, Señor;
O sondear la hondura de tu amor,
Medir la fuente misma de tu Ser,
O la extensión y grande altura ver de tal amor?
¿Quién pudo amor tan vasto conocer?
El cielo no lo pudo contener;
Mas hasta nuestro mundo rebosó,
Pues, al morir en la cruz, Jesús mostró de Dios
Su inmenso amor.
Y, a causa de este amor, el Espíritu del Dios Todopoderoso y Omnipresente condesciende a habitar en los que creen en El por medio de su Hijo, y en perfeccionar su poder “en la debilidad” (2 Corintios 12:9) de su finita criatura. ¡Qué privilegio para el creyente!.-
No importa cuánto sepamos acerca de las estrellas, siempre se puede aprender algo más respecto de ellas. ¡Cuánto más cierto es esto hablando de la grandeza del Dios infinito! En su carta a los Romanos, el apóstol Pablo nos recuerda que “las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas”. En el mismo capítulo, nos hace notar que los hombres cambiaron la verdad divina por la mentira y honraron a las criaturas, antes que al Creador, por lo que Dios los entregó a sus pasiones y extravíos. Hubo y todavía hay quienes se imaginan que las estrellas tienen influencia en los acontecimientos terrenales. Esta idea es enteramente desaprobada, tanto por las Escrituras como por la ciencia moderna. El profeta Isaías ridiculizó a Babilonia con estas palabras: “Comparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los que cuentan los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti… no habrá quien te salve (Isaías. 47:13-15).- No son como la lumbrera menor que señorea por la noche, ella si tiene influencia sobre las siembras y cosechas, y aún sobre la tala de los árboles, pero su señorío no es como para que Ud. tenga mas o menos dinero en su bolsillo.-
Las estrellas no tienen ninguna influencia en los asuntos humanos; Dios, en cambio si. El dirigió los acontecimientos respecto de su pueblo y, a su debido tiempo envió a su Hijo a este mundo para salvar a los pecadores. El hecho de creer en la obra expiatoria dé la cruz decide el eterno porvenir de todo ser humano puesto en contacto con el Evangelio y le procura ya bendiciones en esta vida terrenal. La influencia de la obra del Calvario en el destino humano no tiene comparación. Por medio de ella Dios manifestó una vez más su suprema grandeza.
Saludo con la Paz de nuestro Señor JesucristoLa grandeza de Dios
Si la Biblia no lo declarara, podría parecer inapropiado afirmar que Dios more en nosotros y que el poder divino se ejerce en y por medio del ser humano. A ese respecto, un sencillo campesino dio una desesperada respuesta a un ateo dispuesto a burlarse de él al preguntarle qué clase de Dios era él suyo, si uno inmensamente grande o uno muy pequeño. “Dios es ambas cosas le dijo él—. El es tan grande que los cielos de los cielos” no le pueden contener y, sin embargo, es tan pequeño que puede habitar en mi alma” Tan simple como puede parecer esa contestación, es de dudar que alguien más sabio haya emitido un pensamiento más profundo. ¿Cómo representarse la grandeza de Dios? Ni aun las estrellas son suficientes para simbolizar adecuadamente toda Su grandeza y Su inmenso amor.
¡Oh!, ¿quién jamás pudo expresar, Señor;
O sondear la hondura de tu amor,
Medir la fuente misma de tu Ser,
O la extensión y grande altura ver de tal amor?
¿Quién pudo amor tan vasto conocer?
El cielo no lo pudo contener;
Mas hasta nuestro mundo rebosó,
Pues, al morir en la cruz, Jesús mostró de Dios
Su inmenso amor.
Y, a causa de este amor, el Espíritu del Dios Todopoderoso y Omnipresente condesciende a habitar en los que creen en El por medio de su Hijo, y en perfeccionar su poder “en la debilidad” (2 Corintios 12:9) de su finita criatura. ¡Qué privilegio para el creyente!.-
No importa cuánto sepamos acerca de las estrellas, siempre se puede aprender algo más respecto de ellas. ¡Cuánto más cierto es esto hablando de la grandeza del Dios infinito! En su carta a los Romanos, el apóstol Pablo nos recuerda que “las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas”. En el mismo capítulo, nos hace notar que los hombres cambiaron la verdad divina por la mentira y honraron a las criaturas, antes que al Creador, por lo que Dios los entregó a sus pasiones y extravíos. Hubo y todavía hay quienes se imaginan que las estrellas tienen influencia en los acontecimientos terrenales. Esta idea es enteramente desaprobada, tanto por las Escrituras como por la ciencia moderna. El profeta Isaías ridiculizó a Babilonia con estas palabras: “Comparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los que cuentan los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti… no habrá quien te salve (Isaías. 47:13-15).- No son como la lumbrera menor que señorea por la noche, ella si tiene influencia sobre las siembras y cosechas, y aún sobre la tala de los árboles, pero su señorío no es como para que Ud. tenga mas o menos dinero en su bolsillo.-
Las estrellas no tienen ninguna influencia en los asuntos humanos; Dios, en cambio si. El dirigió los acontecimientos respecto de su pueblo y, a su debido tiempo envió a su Hijo a este mundo para salvar a los pecadores. El hecho de creer en la obra expiatoria dé la cruz decide el eterno porvenir de todo ser humano puesto en contacto con el Evangelio y le procura ya bendiciones en esta vida terrenal. La influencia de la obra del Calvario en el destino humano no tiene comparación. Por medio de ella Dios manifestó una vez más su suprema grandeza.
LECTURA BÍBLICA DE HOY
Para leer le Biblia en un Año.-
Capítulo 12
Los discípulos recogen espigas
en el día de reposo - (Mr. 2. 23-28; Lc. 6. 1-5)
Mat.12:1 En aquel tiempo iba
Jesús por los sembrados en un día de reposo; y sus discípulos tuvieron hambre,
y comenzaron a arrancar espigas y a comer.
Mat.12:2 Viéndolo los fariseos,
le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de
reposo.
Mat.12:3 Pero él les dijo: ¿No
habéis leído lo que hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron
hambre;
Mat.12:4 cómo entró en la casa
de Dios, y comió los panes de la proposición, que no les era lícito comer ni a
él ni a los que con él estaban, sino solamente a los sacerdotes?
Mat.12:5 ¿O no habéis leído en
la ley, cómo en el día de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de
reposo, y son sin culpa?
Mat.12:6 Pues os digo que uno
mayor que el templo está aquí.
Mat.12:7 Y si supieseis qué
significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los
inocentes;
Mat.12:8 porque el Hijo del
Hombre es Señor del día de reposo.
El hombre de la mano seca -
(Mr. 3. 1-6; Lc. 6. 6-11)
Mat.12:9 Pasando de allí, vino
a la sinagoga de ellos.
Mat.12:10 Y he aquí había allí
uno que tenía seca una mano; y preguntaron a Jesús, para poder acusarle:
¿Es lícito sanar en el día de
reposo?
Mat.12:11 El les dijo: ¿Qué
hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en
día de reposo, no le eche mano, y la levante?
Mat.12:12 Pues ¿cuánto más vale
un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días
de reposo.
Mat.12:13 Entonces dijo a aquel
hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la
otra.
Mat.12:14 Y salidos los
fariseos, tuvieron consejo contra Jesús para destruirle.
El siervo escogido
Mat.12:15 Sabiendo esto Jesús,
se apartó de allí; y le siguió mucha gente, y sanaba a todos,
Mat.12:16 y les encargaba
rigurosamente que no le descubriesen;
Mat.12:17 para que se cumpliese
lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo:
Mat.12:18 He aquí mi siervo, a
quien he escogido;
Mi Amado, en quien se agrada mi
alma;
Pondré mi Espíritu sobre él,
Y a los gentiles anunciará
juicio.
Mat.12:19 No contenderá, ni
voceará,
Ni nadie oirá en las calles su
voz.
Mat.12:20 La caña cascada no
quebrará,
Y el pábilo que humea no
apagará,
Hasta que saque a victoria el
juicio.
Mat.12:21
Y en su nombre esperarán los gentiles.
Capítulo 14
Lev.14:1 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:
Lev.14:2 Esta será la ley para el leproso cuando
se limpiare: Será traído al sacerdote,
Lev.14:3 y éste saldrá fuera del campamento y lo
examinará; y si ve que está sana la plaga de la lepra del leproso,
Lev.14:4 el sacerdote mandará luego que se tomen
para el que se purifica dos avecillas vivas, limpias, y madera de cedro, grana
e hisopo.
Lev.14:5 Y mandará el sacerdote matar una
avecilla en un vaso de barro sobre aguas corrientes.
Lev.14:6 Después tomará la avecilla viva, el
cedro, la grana y el hisopo, y los mojará con la avecilla viva en la sangre de
la avecilla muerta sobre las aguas corrientes;
Lev.14:7 y rociará siete veces sobre el que se
purifica de la lepra, y le declarará limpio; y soltará la avecilla viva en el
campo.
Lev.14:8 Y el que se purifica lavará sus
vestidos, y raerá todo su pelo, y se lavará con agua, y será limpio; y después
entrará en el campamento, y morará fuera de su tienda siete días.
Lev.14:9 Y el séptimo día raerá todo el pelo de
su cabeza, su barba y las cejas de sus ojos y todo su pelo, y lavará sus
vestidos, y lavará su cuerpo en agua, y será limpio.
Lev.14:10 El día octavo tomará dos corderos sin
defecto, y una cordera de un año sin tacha, y tres décimas de efa de flor de harina para ofrenda amasada con
aceite, y un log de aceite.
Lev.14:11 Y el sacerdote que le purifica
presentará delante de Jehová al que se ha de limpiar, con aquellas cosas, a la
puerta del tabernáculo de reunión;
Lev.14:12 y tomará el sacerdote un cordero y lo
ofrecerá por la culpa, con el log de
aceite, y lo mecerá como ofrenda mecida delante de Jehová.
Lev.14:13 Y degollará el cordero en el lugar
donde se degüella el sacrificio por el pecado y el holocausto, en el lugar del
santuario; porque como la víctima por el pecado, así también la víctima por la
culpa es del sacerdote; es cosa muy sagrada.
Lev.14:14 Y el sacerdote tomará de la sangre de
la víctima por la culpa, y la pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de la oreja
derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el
pulgar de su pie derecho.
Lev.14:15 Asimismo el sacerdote tomará del log de aceite, y lo echará sobre la palma de su
mano izquierda,
Lev.14:16 y mojará su dedo derecho en el aceite
que tiene en su mano izquierda, y esparcirá del aceite con su dedo siete veces
delante de Jehová.
Lev.14:17 Y de lo que quedare del aceite que
tiene en su mano, pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de la oreja derecha del
que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie
derecho, encima de la sangre del sacrificio por la culpa.
Lev.14:18 Y lo que quedare del aceite que tiene
en su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que se purifica; y hará el sacerdote
expiación por él delante de Jehová.
Lev.14:19 Ofrecerá luego el sacerdote el
sacrificio por el pecado, y hará expiación por el que se ha de purificar de su
inmundicia; y después degollará el holocausto,
Lev.14:20 y hará subir el sacerdote el
holocausto y la ofrenda sobre el altar. Así hará el sacerdote expiación por él,
y será limpio.
Lev.14:21 Mas si fuere pobre, y no tuviere para
tanto, entonces tomará un cordero para ser ofrecido como ofrenda mecida por la
culpa, para reconciliarse, y una décima de efa
de flor de harina amasada con aceite para ofrenda, y un log de
aceite,
Lev.14:22 y dos tórtolas o dos palominos, según
pueda; uno será para expiación por el pecado, y el otro para holocausto.
Lev.14:23 Al octavo día de su purificación
traerá estas cosas al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión,
delante de Jehová.
Lev.14:24 Y el sacerdote tomará el cordero de la
expiación por la culpa, y el log de
aceite, y los mecerá el sacerdote como ofrenda mecida delante de Jehová.
Lev.14:25 Luego degollará el cordero de la
culpa, y el sacerdote tomará de la sangre de la culpa, y la pondrá sobre el
lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano
derecha y sobre el pulgar de su pie derecho.
Lev.14:26 Y el sacerdote echará del aceite sobre
la palma de su mano izquierda;
Lev.14:27 y con su dedo derecho el sacerdote
rociará del aceite que tiene en su mano izquierda, siete veces delante de
Jehová.
Lev.14:28 También el sacerdote pondrá del aceite
que tiene en su mano sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica,
sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho, en el
lugar de la sangre de la culpa.
Lev.14:29 Y lo que sobre del aceite que el
sacerdote tiene en su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que se purifica, para
reconciliarlo delante de Jehová.
Lev.14:30 Asimismo ofrecerá una de las tórtolas
o uno de los palominos, según pueda.
Lev.14:31 Uno en sacrificio de expiación por el
pecado, y el otro en holocausto, además de la ofrenda; y hará el sacerdote
expiación por el que se ha de purificar, delante de Jehová.
Lev.14:32 Esta es la ley para el que hubiere
tenido plaga de lepra, y no tuviere más para su purificación.
Lev.14:33 Habló también Jehová a Moisés y a
Aarón, diciendo:
Lev.14:34 Cuando hayáis entrado en la tierra de
Canaán, la cual yo os doy en posesión, si pusiere yo plaga de lepra en alguna
casa de la tierra de vuestra posesión,
Lev.14:35 vendrá aquel de quien fuere la casa y
dará aviso al sacerdote, diciendo: Algo como plaga ha aparecido en mi
casa.
Lev.14:36 Entonces el sacerdote mandará
desocupar la casa antes que entre a mirar la plaga, para que no sea contaminado
todo lo que estuviere en la casa; y después el sacerdote entrará a
examinarla.
Lev.14:37 Y examinará la plaga; y si se vieren
manchas en las paredes de la casa, manchas verdosas o rojizas, las cuales
parecieren más profundas que la superficie de la pared,
Lev.14:38 el sacerdote saldrá de la casa a la
puerta de ella, y cerrará la casa por siete días.
Lev.14:39 Y al séptimo día volverá el sacerdote,
y la examinará; y si la plaga se hubiere extendido en las paredes de la
casa,
Lev.14:40 entonces mandará el sacerdote, y
arrancarán las piedras en que estuviere la plaga, y las echarán fuera de la
ciudad en lugar inmundo.
Lev.14:41 Y hará raspar la casa por dentro
alrededor, y derramarán fuera de la ciudad, en lugar inmundo, el barro que
rasparen.
Lev.14:42 Y tomarán otras piedras y las pondrán
en lugar de las piedras quitadas; y tomarán otro barro y recubrirán la
casa.
Lev.14:43 Y si la plaga volviere a brotar en
aquella casa, después que hizo arrancar las piedras y raspar la casa, y después
que fue recubierta,
Lev.14:44 entonces el sacerdote entrará y la
examinará; y si pareciere haberse extendido la plaga en la casa, es lepra
maligna en la casa; inmunda es.
Lev.14:45 Derribará, por tanto, la tal casa, sus
piedras, sus maderos y toda la mezcla de la casa; y sacarán todo fuera de la
ciudad a lugar inmundo.
Lev.14:46 Y cualquiera que entrare en aquella
casa durante los días en que la mandó cerrar, será inmundo hasta la noche.
Lev.14:47 Y el que durmiere en aquella casa,
lavará sus vestidos; también el que comiere en la casa lavará sus
vestidos.
Lev.14:48 Mas si entrare el sacerdote y la
examinare, y viere que la plaga no se ha extendido en la casa después que fue
recubierta, el sacerdote declarará limpia la casa, porque la plaga ha
desaparecido.
Lev.14:49 Entonces tomará para limpiar la casa
dos avecillas, y madera de cedro, grana e hisopo;
Lev.14:50 y degollará una avecilla en una vasija
de barro sobre aguas corrientes.
Lev.14:51 Y tomará el cedro, el hisopo, la grana
y la avecilla viva, y los mojará en la sangre de la avecilla muerta y en las
aguas corrientes, y rociará la casa siete veces.
Lev.14:52 Y purificará la casa con la sangre de
la avecilla, con las aguas corrientes, con la avecilla viva, la madera de
cedro, el hisopo y la grana.
Lev.14:53 Luego soltará la avecilla viva fuera
de la ciudad sobre la faz del campo. Así hará expiación por la casa, y será
limpia.
Lev.14:54 Esta es la ley acerca de toda plaga de
lepra y de tiña,
Lev.14:55 y de la lepra del vestido, y de la
casa,
Lev.14:56 y acerca de la hinchazón, y de la
erupción, y de la mancha blanca,
Lev.14:57 para enseñar cuándo es inmundo, y
cuándo limpio. Esta es la ley tocante a la lepra.
Capítulo 26
Prov.26:1 Como no conviene la nieve en el
verano, ni la lluvia en la siega,
Así
no conviene al necio la honra.
Prov.26:2 Como el gorrión en su vagar, y como la
golondrina en su vuelo,
Así
la maldición nunca vendrá sin causa.
Prov.26:3 El látigo para el caballo, el cabestro
para el asno,
Y
la vara para la espalda del necio.
Prov.26:4 Nunca respondas al necio de acuerdo
con su necedad,
Para
que no seas tú también como él.
Prov.26:5 Responde al necio como merece su
necedad,
Para
que no se estime sabio en su propia opinión.
Prov.26:6 Como el que se corta los pies y bebe
su daño,
Así
es el que envía recado por mano de un necio.
Prov.26:7 Las piernas del cojo penden
inútiles;
Así
es el proverbio en la boca del necio.
Prov.26:8 Como quien liga la piedra en la
honda,
Así
hace el que da honra al necio.
Prov.26:9 Espinas hincadas en mano del
embriagado,
Tal
es el proverbio en la boca de los necios.
Prov.26:10 Como arquero que a todos hiere,
Es
el que toma a sueldo insensatos y vagabundos.
Prov.26:11 Como perro que vuelve a su vómito,
Así
es el necio que repite su necedad.
Prov.26:12 ¿Has visto hombre sabio en su propia
opinión?
Más
esperanza hay del necio que de él.
Prov.26:13 Dice el perezoso: El león está en el
camino;
El
león está en las calles.
Prov.26:14 Como la puerta gira sobre sus
quicios,
Así
el perezoso se vuelve en su cama.
Prov.26:15 Mete el perezoso su mano en el
plato;
Se
cansa de llevarla a su boca.
Prov.26:16 En su propia opinión el perezoso es
más sabio
Que
siete que sepan aconsejar.
Prov.26:17 El que pasando se deja llevar de la
ira en pleito ajeno
Es
como el que toma al perro por las orejas.
Prov.26:18 Como el que enloquece, y echa
llamas
Y
saetas y muerte,
Prov.26:19 Tal es el hombre que engaña a su
amigo,
Y
dice: Ciertamente lo hice por broma.
Prov.26:20 Sin leña se apaga el fuego,
Y
donde no hay chismoso, cesa la contienda.
Prov.26:21 El carbón para brasas, y la leña para
el fuego;
Y
el hombre rencilloso para encender contienda.
Prov.26:22 Las palabras del chismoso son como
bocados suaves,
Y
penetran hasta las entrañas.
Prov.26:23 Como escoria de plata echada sobre el
tiesto
Son
los labios lisonjeros y el corazón malo.
Prov.26:24 El que odia disimula con sus
labios;
Mas
en su interior maquina engaño.
Prov.26:25 Cuando hablare amigablemente, no le
creas;
Porque
siete abominaciones hay en su corazón.
Prov.26:26 Aunque su odio se cubra con
disimulo,
Su
maldad será descubierta en la congregación.
Prov.26:27 El que cava foso caerá en él;
Y
al que revuelve la piedra, sobre él le volverá.
Prov.26:28 La lengua falsa atormenta al que ha
lastimado,
Y
la boca lisonjera hace resbalar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario