T R A S L A T E - Traducir esta Pagina

“No hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí. Mirad a mí y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más”. (Isaías 45:21-22).-

Mirad a mí..."

 Un domingo de enero de los años 1800 en que la nieve caía en abundancia. Un joven llamado Charles no podía ir al lugar al que solía acudir para el servicio religioso. Cerca de su casa se hallaba una modesta sala en la que se reunían algunos creyentes. Allí fue y se encontró con unas cuantas personas que aguardaban a un predicador que no pudo llegar. Después de un largo compás de espera, uno de los creyentes de allí, un obrero, se levantó y leyó este versículo de Isaías: “Mirad a mí y sed salvos, todos los términos de la tierra” e hizo el siguiente comentario: “Mirar es cosa fácil de hacer. No hace falta gran esfuerzo, no es necesario frecuentar la universidad. El más ignorante y aun un niñito pueden mirar. A MI dice Dios El Señor: Muchos miran a sí mismos, pero esto no sirve. Otros miran a Dios como Padre. Pero no es por ahí que se debe empezar. Dios no es el Padre de los pecadores inconversos. ¡¡Mirad a Cristo!!. Sí, mirad a Jesús, quien en Getsemaní, estando en agonía, sudó grandes gotas de sangre, quien fue clavado en la cruz, quien murió, resucitó y subió al cielo, donde se sentó a la diestra de Dios”.
 En ese instante, el orador notó al joven Charles que tenía un aire triste y pensativo. “Joven — le dijo — usted parece sentirse miserable y permanecerá así si no mira a Jesús”. Esta inesperada llamada de atención estremeció al joven, quien llegó a ser más tarde el gran predicador Charles Spurgeon. “Habría podido levantarme en seguida —dijo él más tarde— y cantar un cántico de alabanza acerca del valor de la sangre de Cristo y la simple fe que mira sólo a Jesús”. 
 Así es amado, amada, herederos del cielo, una mirada al crucificado y Su poder santificador quitará toda maldición tan efectivamente como la serpiente de bronce que brillaba en el desierto levantada sobre una asta, quitaba el veneno mortal de las serpientes ardientes

Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo





LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año.-

Discurso de despedida de Pablo en Mileto  


Hec.20:17 Enviando, pues, desde Mileto a Efeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia.  
Hec.20:18 Cuando vinieron a él, les dijo: Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia,  
Hec.20:19 sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos;  
Hec.20:20 y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas,  
Hec.20:21 testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo.  
Hec.20:22 Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer;  
Hec.20:23 salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones.  
Hec.20:24 Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.  
Hec.20:25 Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro.  
Hec.20:26 Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos;  
Hec.20:27 porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.  
Hec.20:28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.  
Hec.20:29 Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño.  
Hec.20:30 Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos.  
Hec.20:31 Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.  
Hec.20:32 Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados.  
Hec.20:33 Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado.  
Hec.20:34 Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido.  
Hec.20:35 En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.  
Hec.20:36 Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos.
Hec.20:37 Entonces hubo gran llanto de todos; y echándose al cuello de Pablo, le besaban,  
Hec.20:38 doliéndose en gran manera por la palabra que dijo, de que no verían más su rostro. Y le acompañaron al barco.  


Capítulo 14


Sansón y la mujer filistea de Timnat  


Jue.14:1 Descendió Sansón a Timnat, y vio en Timnat a una mujer de las hijas de los filisteos.  
Jue.14:2 Y subió, y lo declaró a su padre y a su madre, diciendo: Yo he visto en Timnat una mujer de las hijas de los filisteos; os ruego que me la toméis por mujer.  
Jue.14:3 Y su padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo nuestro pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos? Y Sansón respondió a su padre: Tómame ésta por mujer, porque ella me agrada.   Jue.14:4 Mas su padre y su madre no sabían que esto venía de Jehová, porque él buscaba ocasión contra los filisteos; pues en aquel tiempo los filisteos dominaban sobre Israel.  
Jue.14:5 Y Sansón descendió con su padre y con su madre a Timnat; y cuando llegaron a las viñas de Timnat, he aquí un león joven que venía rugiendo hacia él.  
Jue.14:6 Y el Espíritu de Jehová vino sobre Sansón, quien despedazó al león como quien despedaza un cabrito, sin tener nada en su mano; y no declaró ni a su padre ni a su madre lo que había hecho.  
Jue.14:7 Descendió, pues, y habló a la mujer; y ella agradó a Sansón.  
Jue.14:8 Y volviendo después de algunos días para tomarla, se apartó del camino para ver el cuerpo muerto del león; y he aquí que en el cuerpo del león había un enjambre de abejas, y un panal de miel.  
Jue.14:9 Y tomándolo en sus manos, se fue comiéndolo por el camino; y cuando alcanzó a su padre y a su madre, les dio también a ellos que comiesen; mas no les descubrió que había tomado aquella miel del cuerpo del león.  
Jue.14:10 Vino, pues, su padre adonde estaba la mujer, y Sansón hizo allí banquete; porque así solían hacer los jóvenes.  
Jue.14:11 Y aconteció que cuando ellos le vieron, tomaron treinta compañeros para que estuviesen con él.  
Jue.14:12 Y Sansón les dijo: Yo os propondré ahora un enigma, y si en los siete días del banquete me lo declaráis y descifráis, yo os daré treinta vestidos de lino y treinta vestidos de fiesta.  
Jue.14:13 Mas si no me lo podéis declarar, entonces vosotros me daréis a mí los treinta vestidos de lino y los vestidos de fiesta. Y ellos respondieron: Propón tu enigma, y lo oiremos.  
Jue.14:14 Entonces les dijo:  
Del devorador salió comida,  
Y del fuerte salió dulzura.  
Y ellos no pudieron declararle el enigma en tres días.  
Jue.14:15 Al séptimo día dijeron a la mujer de Sansón: Induce a tu marido a que nos declare este enigma, para que no te quememos a ti y a la casa de tu padre. ¿Nos habéis llamado aquí para despojarnos?  
Jue.14:16 Y lloró la mujer de Sansón en presencia de él, y dijo: Solamente me aborreces, y no me amas, pues no me declaras el enigma que propusiste a los hijos de mi pueblo. Y él respondió: He aquí que ni a mi padre ni a mi madre lo he declarado, ¿y te lo había de declarar a ti?  
Jue.14:17 Y ella lloró en presencia de él los siete días que ellos tuvieron banquete; mas al séptimo día él se lo declaró, porque le presionaba; y ella lo declaró a los hijos de su pueblo.  
Jue.14:18 Al séptimo día, antes que el sol se pusiese, los de la ciudad le dijeron:  
¿Qué cosa más dulce que la miel?  
¿Y qué cosa más fuerte que el león?  
Y él les respondió:  
Si no araseis con mi novilla,  
Nunca hubierais descubierto mi enigma.  
Jue.14:19 Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y descendió a Ascalón y mató a treinta hombres de ellos; y tomando sus despojos, dio las mudas de vestidos a los que habían explicado el enigma; y encendido en enojo se volvió a la casa de su padre.  
Jue.14:20 Y la mujer de Sansón fue dada a su compañero, al cual él había tratado como su amigo.  


Capítulo 15


Jue.15:1 Aconteció después de algún tiempo, que en los días de la siega del trigo Sansón visitó a su mujer con un cabrito, diciendo: Entraré a mi mujer en el aposento. Mas el padre de ella no lo dejó entrar.  
Jue.15:2 Y dijo el padre de ella: Me persuadí de que la aborrecías, y la di a tu compañero. Mas su hermana menor, ¿no es más hermosa que ella? Tómala, pues, en su lugar.  
Jue.15:3 Entonces le dijo Sansón: Sin culpa seré esta vez respecto de los filisteos, si mal les hiciere.  
Jue.15:4 Y fue Sansón y cazó trescientas zorras, y tomó teas, y juntó cola con cola, y puso una tea entre cada dos colas.  
Jue.15:5 Después, encendiendo las teas, soltó las zorras en los sembrados de los filisteos, y quemó las mieses amontonadas y en pie, viñas y olivares.  
Jue.15:6 Y dijeron los filisteos: ¿Quién hizo esto? Y les contestaron: Sansón, el yerno del timnateo, porque le quitó su mujer y la dio a su compañero. Y vinieron los filisteos y la quemaron a ella y a su padre.  
Jue.15:7 Entonces Sansón les dijo: Ya que así habéis hecho, juro que me vengaré de vosotros, y después desistiré.  
Jue.15:8 Y los hirió cadera y muslo con gran mortandad; y descendió y habitó en la cueva de la peña de Etam.  


Sansón derrota a los filisteos en Lehi  


Jue.15:9 Entonces los filisteos subieron y acamparon en Judá, y se extendieron por Lehi.  
Jue.15:10 Y los varones de Judá les dijeron: ¿Por qué habéis subido contra nosotros? Y ellos respondieron: A prender a Sansón hemos subido, para hacerle como él nos ha hecho.  
Jue.15:11 Y vinieron tres mil hombres de Judá a la cueva de la peña de Etam, y dijeron a Sansón: ¿No sabes tú que los filisteos dominan sobre nosotros? ¿Por qué nos has hecho esto? Y él les respondió: Yo les he hecho como ellos me hicieron.  
Jue.15:12 Ellos entonces le dijeron: Nosotros hemos venido para prenderte y entregarte en mano de los filisteos. Y Sansón les respondió: Juradme que vosotros no me mataréis.  
Jue.15:13 Y ellos le respondieron, diciendo: No; solamente te prenderemos, y te entregaremos en sus manos; mas no te mataremos. Entonces le ataron con dos cuerdas nuevas, y le hicieron venir de la peña.  
Jue.15:14 Y así que vino hasta Lehi, los filisteos salieron gritando a su encuentro; pero el Espíritu de Jehová vino sobre él, y las cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron como lino quemado con fuego, y las ataduras se cayeron de sus manos.  
Jue.15:15 Y hallando una quijada de asno fresca aún, extendió la mano y la tomó, y mató con ella a mil hombres.  
Jue.15:16 Entonces Sansón dijo:  
Con la quijada de un asno, un montón, dos montones;  
Con la quijada de un asno maté a mil hombres.  
Jue.15:17 Y acabando de hablar, arrojó de su mano la quijada, y llamó a aquel lugar Ramat-lehi.  
Jue.15:18 Y teniendo gran sed, clamó luego a Jehová, y dijo: Tú has dado esta grande salvación por mano de tu siervo; ¿y moriré yo ahora de sed, y caeré en mano de los incircuncisos?  
Jue.15:19 Entonces abrió Dios la cuenca que hay en Lehi; y salió de allí agua, y él bebió, y recobró su espíritu, y se reanimó. Por esto llamó el nombre de aquel lugar, En-hacore, el cual está en Lehi, hasta hoy.  
Jue.15:20 Y juzgó a Israel en los días de los filisteos veinte años.


Capítulo 42


Confesión y justificación de Job  


Job 42:1 Respondió Job a Jehová, y dijo:  
Job 42:2 Yo conozco que todo lo puedes,  
Y que no hay pensamiento que se esconda de ti.  
Job 42:3 ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento?  
Por tanto, yo hablaba lo que no entendía;  
Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía.  
Job 42:4 Oye, te ruego, y hablaré;  
Te preguntaré, y tú me enseñarás.
Job 42:5 De oídas te había oído;  
Mas ahora mis ojos te ven.  
Job 42:6 Por tanto me aborrezco,  
Y me arrepiento en polvo y ceniza.  
Job 42:7 Y aconteció que después que habló Jehová estas palabras a Job, Jehová dijo a Elifaz temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros; porque no habéis hablado de mí lo recto, como mi siervo Job.  
Job 42:8 Ahora, pues, tomaos siete becerros y siete carneros, e id a mi siervo Job, y ofreced holocausto por vosotros, y mi siervo Job orará por vosotros; porque de cierto a él atenderé para no trataros afrentosamente, por cuanto no habéis hablado de mí con rectitud, como mi siervo Job.  
Job 42:9 Fueron, pues, Elifaz temanita, Bildad suhita y Zofar naamatita, e hicieron como Jehová les dijo; y Jehová aceptó la oración de Job.  


Restauración de la prosperidad de Job  


Job 42:10 Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.
Job 42:11 Y vinieron a él todos sus hermanos y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y se condolieron de él, y le consolaron de todo aquel mal que Jehová había traído sobre él; y cada uno de ellos le dio una pieza de dinero y un anillo de oro.  
Job 42:12 Y bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el primero; porque tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas,  
Job 42:13 y tuvo siete hijos y tres hijas.  
Job 42:14 Llamó el nombre de la primera, Jemima, el de la segunda, Cesia, y el de la tercera, Keren-hapuc.  
Job 42:15 Y no había mujeres tan hermosas como las hijas de Job en toda la tierra; y les dio su padre herencia entre sus hermanos.  
Job 42:16 Después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación.  
Job 42:17 Y murió Job viejo y lleno de días.  

No hay comentarios: