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“(Dice el apóstol Pablo): En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir”.- (Mateo 20:35).-

Leer La Biblia en 1 Tesalonicenses 2:1-12.-

 Los ultrajes y los malos tratos padecidos por Pablo y Silas en Filipos, lejos de desanimarlos, les impulsaron a anunciar el Evangelio con “denuedo”. La furiosa reacción del Adversario probaba precisamente que el trabajo de ellos no había resultado vano. Sin embargo, no habían empleado ninguno de los métodos habituales de la propaganda humana: seducción, astucia, lisonjas o deseos de agradar: como lo escribía el apóstol a los corintios: “Con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo” (2 Cor. 2:17). 
 Demasiado a menudo, hoy en día, el Evangelio es presentado bajo un aspecto atrayente y sentimental o como un complemento de una obra social. El ministerio de Pablo tampoco estaba alentado por uno de los tres grandes resortes de la actividad humana: la búsqueda de la gloria personal, la satisfacción de la carne y el provecho material.
 Al contrario, los sufrimientos del apóstol testimoniaban un completo desinterés personal (véase Hechos 20:35). Dos sentimientos le animaban: la continua preocupación de agradar a Dios y el amor por los que habían llegado a ser “sus propios hijos”. Como una madre, él los había alimentado y cuidado con ternura; como un padre, los exhortaba y enseñaba a andar. Pero ante todo quería que ellos tuvieran plena conciencia de sus relaciones con Dios, ¡Que posición la de ellos… y la nuestra!. Dios nos llama nada menos que a su propio reino y a su propia gloria.-

Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo





LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año.-


Purificación del templo  (Mt. 21. 12-17; Lc. 19. 45-48; Jn. 2. 13-22)  


Mar.11:15 Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas;  
Mar.11:16 y no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno.  
Mar.11:17 Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
Mar.11:18 Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo matarle; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina.  
Mar.11:19 Pero al llegar la noche, Jesús salió de la ciudad.  


La higuera maldecida se seca  (Mt. 21. 19-22)  


Mar.11:20 Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces.  
Mar.11:21 Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado.  
Mar.11:22 Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios.  
Mar.11:23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.
Mar.11:24 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.  
Mar.11:25 Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.  
Mar.11:26 Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.


La autoridad de Jesús  (Mt. 21. 23-27; Lc. 20. 1-8)


Mar.11:27 Volvieron entonces a Jerusalén; y andando él por el templo, vinieron a él los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos,  
Mar.11:28 y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién te dio autoridad para hacer estas cosas?  
Mar.11:29 Jesús, respondiendo, les dijo: Os haré yo también una pregunta; respondedme, y os diré con qué autoridad hago estas cosas.  
Mar.11:30 El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres? Respondedme.  
Mar.11:31 Entonces ellos discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?  
Mar.11:32 ¿Y si decimos, de los hombres...? Pero temían al pueblo, pues todos tenían a Juan como un verdadero profeta.  
Mar.11:33 Así que, respondiendo, dijeron a Jesús: No sabemos. Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas.


Capítulo 2


Mandato de David a Salomón  


1°Rey.2:1 Llegaron los días en que David había de morir, y ordenó a Salomón su hijo, diciendo:  
1°Rey.2:2 Yo sigo el camino de todos en la tierra; esfuérzate, y sé hombre.  
1°Rey.2:3 Guarda los preceptos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas;  
1°Rey.2:4 para que confirme Jehová la palabra que me habló, diciendo: Si tus hijos guardaren mi camino, andando delante de mí con verdad, de todo su corazón y de toda su alma, jamás, dice, faltará a ti varón en el trono de Israel.  
1°Rey.2:5 Ya sabes tú lo que me ha hecho Joab hijo de Sarvia, lo que hizo a dos generales del ejército de Israel, a Abner hijo de Ner y a Amasa hijo de Jeter, a los cuales él mató, derramando en tiempo de paz la sangre de guerra, y poniendo sangre de guerra en el talabarte que tenía sobre sus lomos, y en los zapatos que tenía en sus pies.  
1°Rey.2:6 Tú, pues, harás conforme a tu sabiduría; no dejarás descender sus canas al Seol en paz.  
1°Rey.2:7 Mas a los hijos de Barzilai galaadita harás misericordia, que sean de los convidados a tu mesa; porque ellos vinieron de esta manera a mí, cuando iba huyendo de Absalón tu hermano.  
1°Rey.2:8 También tienes contigo a Simei hijo de Gera, hijo de Benjamín, de Bahurim, el cual me maldijo con una maldición fuerte el día que yo iba a Mahanaim. Mas él mismo descendió a recibirme al Jordán, y yo le juré por Jehová diciendo: Yo no te mataré a espada.
1°Rey.2:9 Pero ahora no lo absolverás; pues hombre sabio eres, y sabes cómo debes hacer con él; y harás descender sus canas con sangre al Seol.  


Muerte de David    (1 Cr. 29. 26-30)  


1°Rey.2:10 Y durmió David con sus padres, y fue sepultado en su ciudad.  
1°Rey.2:11 Los días que reinó David sobre Israel fueron cuarenta años; siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres años reinó en Jerusalén.
1°Rey.2:12 Y se sentó Salomón en el trono de David su padre, y su reino fue firme en gran manera.  


Salomón afirma su reino  


1°Rey.2:13 Entonces Adonías hijo de Haguit vino a Betsabé madre de Salomón; y ella le dijo: ¿Es tu venida de paz? El respondió: Sí, de paz.  
1°Rey.2:14 En seguida dijo: Una palabra tengo que decirte. Y ella dijo: Di.  
1°Rey.2:15 El dijo: Tú sabes que el reino era mío, y que todo Israel había puesto en mí su rostro para que yo reinara; mas el reino fue traspasado, y vino a ser de mi hermano, porque por Jehová era suyo.  
1°Rey.2:16 Ahora yo te hago una petición; no me la niegues. Y ella le dijo: Habla.  
1°Rey.2:17 El entonces dijo: Yo te ruego que hables al rey Salomón (porque él no te lo negará), para que me dé Abisag sunamita por mujer.  
1°Rey.2:18 Y Betsabé dijo: Bien; yo hablaré por ti al rey.  
1°Rey.2:19 Vino Betsabé al rey Salomón para hablarle por Adonías. Y el rey se levantó a recibirla, y se inclinó ante ella, y volvió a sentarse en su trono, e hizo traer una silla para su madre, la cual se sentó a su diestra.  
1°Rey.2:20 Y ella dijo: Una pequeña petición pretendo de ti; no me la niegues. Y el rey le dijo: Pide, madre mía, que yo no te la negaré.  
1°Rey.2:21 Y ella dijo: Dese Abisag sunamita por mujer a tu hermano Adonías.  
1°Rey.2:22 El rey Salomón respondió y dijo a su madre: ¿Por qué pides a Abisag sunamita para Adonías? Demanda también para él el reino; porque él es mi hermano mayor, y ya tiene también al sacerdote Abiatar, y a Joab hijo de Sarvia.  
1°Rey.2:23 Y el rey Salomón juró por Jehová, diciendo: Así me haga Dios y aun me añada, que contra su vida ha hablado Adonías estas palabras.  
1°Rey.2:24 Ahora, pues, vive Jehová, quien me ha confirmado y me ha puesto sobre el trono de David mi padre, y quien me ha hecho casa, como me había dicho, que Adonías morirá hoy.  
1°Rey.2:25 Entonces el rey Salomón envió por mano de Benaía hijo de Joiada, el cual arremetió contra él, y murió.  
1°Rey.2:26 Y el rey dijo al sacerdote Abiatar: Vete a Anatot, a tus heredades, pues eres digno de muerte; pero no te mataré hoy, por cuanto has llevado el arca de Jehová el Señor delante de David mi padre, y además has sido afligido en todas las cosas en que fue afligido mi padre.
1°Rey.2:27 Así echó Salomón a Abiatar del sacerdocio de Jehová, para que se cumpliese la palabra de Jehová que había dicho sobre la casa de Elí en Silo.
1°Rey.2:28 Y vino la noticia a Joab; porque también Joab se había adherido a Adonías, si bien no se había adherido a Absalón. Y huyó Joab al tabernáculo de Jehová, y se asió de los cuernos del altar.  
1°Rey.2:29 Y se le hizo saber a Salomón que Joab había huido al tabernáculo de Jehová, y que estaba junto al altar. Entonces envió Salomón a Benaía hijo de Joiada, diciendo: Ve, y arremete contra él.  
1°Rey.2:30 Y entró Benaía al tabernáculo de Jehová, y le dijo: El rey ha dicho que salgas. Y él dijo: No, sino que aquí moriré. Y Benaía volvió con esta respuesta al rey, diciendo: Así dijo Joab, y así me respondió.  
1°Rey.2:31 Y el rey le dijo: Haz como él ha dicho; mátale y entiérrale, y quita de mí y de la casa de mi padre la sangre que Joab ha derramado injustamente.
1°Rey.2:32 Y Jehová hará volver su sangre sobre su cabeza; porque él ha dado muerte a dos varones más justos y mejores que él, a los cuales mató a espada sin que mi padre David supiese nada: a Abner hijo de Ner, general del ejército de Israel, y a Amasa hijo de Jeter, general del ejército de Judá.  
1°Rey.2:33 La sangre, pues, de ellos recaerá sobre la cabeza de Joab, y sobre la cabeza de su descendencia para siempre; mas sobre David y sobre su descendencia, y sobre su casa y sobre su trono, habrá perpetuamente paz de parte de Jehová.  
1°Rey.2:34 Entonces Benaía hijo de Joiada subió y arremetió contra él, y lo mató; y fue sepultado en su casa en el desierto.  
1°Rey.2:35 Y el rey puso en su lugar a Benaía hijo de Joiada sobre el ejército, y a Sadoc puso el rey por sacerdote en lugar de Abiatar.  
1°Rey.2:36 Después envió el rey e hizo venir a Simei, y le dijo: Edifícate una casa en Jerusalén y mora ahí, y no salgas de allí a una parte ni a otra;  
1°Rey.2:37 porque sabe de cierto que el día que salieres y pasares el torrente de Cedrón, sin duda morirás, y tu sangre será sobre tu cabeza.  
1°Rey.2:38 Y Simei dijo al rey: La palabra es buena; como el rey mi señor ha dicho, así lo hará tu siervo. Y habitó Simei en Jerusalén muchos días.  
1°Rey.2:39 Pero pasados tres años, aconteció que dos siervos de Simei huyeron a Aquis hijo de Maaca, rey de Gat. Y dieron aviso a Simei, diciendo: He aquí que tus siervos están en Gat.  
1°Rey.2:40 Entonces Simei se levantó y ensilló su asno y fue a Aquis en Gat, para buscar a sus siervos. Fue, pues, Simei, y trajo sus siervos de Gat.  
1°Rey.2:41 Luego fue dicho a Salomón que Simei había ido de Jerusalén hasta Gat, y que había vuelto.  
1°Rey.2:42 Entonces el rey envió e hizo venir a Simei, y le dijo: ¿No te hice jurar yo por Jehová, y te protesté diciendo: El día que salieres y fueres acá o allá, sabe de cierto que morirás? Y tú me dijiste: La palabra es buena, yo la obedezco.  
1°Rey.2:43 ¿Por qué, pues, no guardaste el juramento de Jehová, y el mandamiento que yo te impuse?  
1°Rey.2:44 Dijo además el rey a Simei: Tú sabes todo el mal, el cual tu corazón bien sabe, que cometiste contra mi padre David; Jehová, pues, ha hecho volver el mal sobre tu cabeza.  
1°Rey.2:45 Y el rey Salomón será bendito, y el trono de David será firme perpetuamente delante de Jehová.  
1°Rey.2:46 Entonces el rey mandó a Benaía hijo de Joiada, el cual salió y lo hirió, y murió. Y el reino fue confirmado en la mano de Salomón.  


Os.5:4 No piensan en convertirse a su Dios, porque espíritu de fornicación está en medio de ellos, y no conocen a Jehová.  
Os.5:5 La soberbia de Israel le desmentirá en su cara; Israel y Efraín tropezarán en su pecado, y Judá tropezará también con ellos.  
Os.5:6 Con sus ovejas y con sus vacas andarán buscando a Jehová, y no le hallarán; se apartó de ellos.  
Os.5:7 Contra Jehová prevaricaron, porque han engendrado hijos extraños; ahora en un solo mes serán consumidos ellos y sus heredades.  
Os.5:8 Tocad bocina en Gabaa, trompeta en Ramá: sonad alarma en Bet-avén; tiembla, oh Benjamín.  
Os.5:9 Efraín será asolado en el día del castigo; en las tribus de Israel hice conocer la verdad.  
Os.5:10 Los príncipes de Judá fueron como los que traspasan los linderos; derramaré sobre ellos como agua mi ira.  
Os.5:11 Efraín es vejado, quebrantado en juicio, porque quiso andar en pos de vanidades.  
Os.5:12 Yo, pues, seré como polilla a Efraín, y como carcoma a la casa de Judá.  
Os.5:13 Y verá Efraín su enfermedad, y Judá su llaga; irá entonces Efraín a Asiria, y enviará al rey Jareb; mas él no os podrá sanar, ni os curará la llaga.  
Os.5:14 Porque yo seré como león a Efraín, y como cachorro de león a la casa de Judá; yo, yo arrebataré, y me iré; tomaré, y no habrá quien liberte.  


Insinceridad del arrepentimiento de Israel  

Os.5:15 Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán.

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