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(dijo Jesús) No son del mundo como tampoco yo soy del mundo”. (Juan 17:14 y 16)

Grave equivocación.-

 No hay acuerdo posible entre “el mundo” (Entiendase Mundo = Sistema Político, Social y Religioso) y Cristo. Por esta razón, no lo puede haber tampoco entre los discípulos de Cristo y este mundo que ha crucificado a nuestro Señor.
 Es un error general ver en el cristianismo una fuerza moral destinada a mejorar el mundo y querer servirse de ella para edificar un mundo en el que el hombre pudiera satisfacer todos sus deseos, a este fin muchos "lideres" se han propuesto para llenar listas de candidatos para las elecciones y ocupar cargos de gobierno con esperanza de facilitar las cosas a la expansión del Reino de Dios. Pero el verdadero cristianismo rinde testimonio de Cristo, el Salvador muerto en la cruz por los pecadores, resucitado y glorificado por Dios y que volverá para reinar sobre una tierra purificada mediante el juicio. Quien lee la Escritura sin prejuicios no puede negarlo.
 El mundo actual, pese a las apariencias, con manifestaciones desagradables y otras complicaciones gravísimas que son ocultas, rehúsa reconocer a Cristo como Salvador y Señor. Vaya Ud. a hablar de Jesús, de su cruz, de su gloria y de su retorno, no digo en un medio ateo, sino en un ambiente de gente que dice ser cristiana, bautizada y practicante, y nos veremos con resultados de oposición, caras largas y otros gestos, pues tienen la esperanza puesta en cosas que perecen, y solo quieren emociones y diversiones gustando lo mejor de los dos mundos y luego con un momento de "éxtasis congregacional" estaría todo conformado, muchos quieren que se lea solo lo bueno de la Escritura tomando los derechos por las promesas y pocas obligaciones.
 La realidad es ésta: el mejoramiento del mundo por medio del cristianismo presupondría la conversión, “el nuevo nacimiento” de las multitudes y de sus jefes. Pero la reconciliación del mundo con Dios pasa por la reconciliación individual. El cristianismo empieza por condenar al mundo, el cual “está bajo el maligno”. Estas palabras pueden parecer duras. Pero en realidad ponen simplemente las cosas en su verdadero lugar: ante todo, la salvación individual, seguida de la actividad benéfica del cristiano si éste es fiel a su vocación. Los que no han respondido por sí mismos a la invitación del “evangelio de Dios acerca de su Hijo” pueden tomar el título de cristianos, pero tendrán que rendir cuenta de ello. ¡Cuán terrible será si se llegara a demostrar que hemos usurpado el grandioso título de cristiano!, Ser culpados de la muerte del Señor, soñando que comemos y despertarnos hambrientos... Dios guarde en santa paz a su pueblo ahora y siempre... 

Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo





Jesús ora en Getsemaní  (Mt. 26. 36-46; Lc. 22. 39-46)  


Mar.14:32 Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro.  
Mar.14:33 Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse.  
Mar.14:34 Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad.
Mar.14:35 Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora.  
Mar.14:36 Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú.
Mar.14:37 Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora?  
Mar.14:38 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.  
Mar.14:39 Otra vez fue y oró, diciendo las mismas palabras.  
Mar.14:40 Al volver, otra vez los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño; y no sabían qué responderle.  
Mar.14:41 Vino la tercera vez, y les dijo: Dormid ya, y descansad. Basta, la hora ha venido; he aquí, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores.  
Mar.14:42 Levantaos, vamos; he aquí, se acerca el que me entrega.  


Arresto de Jesús  (Mt. 26. 47-56; Lc. 22. 47-53; Jn. 18. 2-11)  


Mar.14:43 Luego, hablando él aún, vino Judas, que era uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los escribas y de los ancianos.  
Mar.14:44 Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle, y llevadle con seguridad.  
Mar.14:45 Y cuando vino, se acercó luego a él, y le dijo: Maestro, Maestro. Y le besó.  
Mar.14:46 Entonces ellos le echaron mano, y le prendieron.  
Mar.14:47 Pero uno de los que estaban allí, sacando la espada, hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole la oreja.  
Mar.14:48 Y respondiendo Jesús, les dijo: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme?  
Mar.14:49 Cada día estaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis; pero es así, para que se cumplan las Escrituras.  
Mar.14:50 Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.  


El joven que huyó  


Mar.14:51 Pero cierto joven le seguía, cubierto el cuerpo con una sábana; y le prendieron;  
Mar.14:52 mas él, dejando la sábana, huyó desnudo.  


Jesús ante el concilio  (Mt. 26. 57-68; Lc. 22. 54-55, 63-71; Jn. 18. 12-14, 19-24)  


Mar.14:53 Trajeron, pues, a Jesús al sumo sacerdote; y se reunieron todos los principales sacerdotes y los ancianos y los escribas.  
Mar.14:54 Y Pedro le siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote; y estaba sentado con los alguaciles, calentándose al fuego.  
Mar.14:55 Y los principales sacerdotes y todo el concilio buscaban testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte; pero no lo hallaban.  
Mar.14:56 Porque muchos decían falso testimonio contra él, mas sus testimonios no concordaban.  
Mar.14:57 Entonces levantándose unos, dieron falso testimonio contra él, diciendo:  
Mar.14:58 Nosotros le hemos oído decir: Yo derribaré este templo hecho a mano, y en tres días edificaré otro hecho sin mano.
Mar.14:59 Pero ni aun así concordaban en el testimonio.  
Mar.14:60 Entonces el sumo sacerdote, levantándose en medio, preguntó a Jesús, diciendo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti?  
Mar.14:61 Mas él callaba, y nada respondía. El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?  
Mar.14:62 Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.
Mar.14:63 Entonces el sumo sacerdote, rasgando su vestidura, dijo: ¿Qué más necesidad tenemos de testigos?  
Mar.14:64 Habéis oído la blasfemia; ¿qué os parece? Y todos ellos le condenaron, declarándole ser digno de muerte.
Mar.14:65 Y algunos comenzaron a escupirle, y a cubrirle el rostro y a darle de puñetazos, y a decirle: Profetiza. Y los alguaciles le daban de bofetadas.  


Pedro niega a Jesús  (Mt. 26. 69-75; Lc. 22. 55-62; Jn. 18. 15-18,  25-27)  


Mar.14:66 Estando Pedro abajo, en el patio, vino una de las criadas del sumo sacerdote;  
Mar.14:67 y cuando vio a Pedro que se calentaba, mirándole, dijo: Tú también estabas con Jesús el nazareno.  
Mar.14:68 Mas él negó, diciendo: No le conozco, ni sé lo que dices. Y salió a la entrada; y cantó el gallo.  
Mar.14:69 Y la criada, viéndole otra vez, comenzó a decir a los que estaban allí: Este es de ellos.  
Mar.14:70 Pero él negó otra vez. Y poco después, los que estaban allí dijeron otra vez a Pedro: Verdaderamente tú eres de ellos; porque eres galileo, y tu manera de hablar es semejante a la de ellos.  
Mar.14:71 Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco a este hombre de quien habláis.  
Mar.14:72 Y el gallo cantó la segunda vez. Entonces Pedro se acordó de las palabras que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces. Y pensando en esto, lloraba.  


Capítulo 9


Pacto de Dios con Salomón     (2 Cr. 7. 11-22)


1°Rey.9:1 Cuando Salomón hubo acabado la obra de la casa de Jehová, y la casa real, y todo lo que Salomón quiso hacer,  
1°Rey.9:2 Jehová apareció a Salomón la segunda vez, como le había aparecido en Gabaón.
1°Rey.9:3 Y le dijo Jehová: Yo he oído tu oración y tu ruego que has hecho en mi presencia. Yo he santificado esta casa que tú has edificado, para poner mi nombre en ella para siempre; y en ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días.  
1°Rey.9:4 Y si tú anduvieres delante de mí como anduvo David tu padre, en integridad de corazón y en equidad, haciendo todas las cosas que yo te he mandado, y guardando mis estatutos y mis decretos,  
1°Rey.9:5 yo afirmaré el trono de tu reino sobre Israel para siempre, como hablé a David tu padre, diciendo: No faltará varón de tu descendencia en el trono de Israel.
1°Rey.9:6 Mas si obstinadamente os apartareis de mí vosotros y vuestros hijos, y no guardareis mis mandamientos y mis estatutos que yo he puesto delante de vosotros, sino que fuereis y sirviereis a dioses ajenos, y los adorareis;  
1°Rey.9:7 yo cortaré a Israel de sobre la faz de la tierra que les he entregado; y esta casa que he santificado a mi nombre, yo la echaré de delante de mí, e Israel será por proverbio y refrán a todos los pueblos;  
1°Rey.9:8 y esta casa, que estaba en estima, cualquiera que pase por ella se asombrará, y se burlará, y dirá: ¿Por qué ha hecho así Jehová a esta tierra y a esta casa?
1°Rey.9:9 Y dirán: Por cuanto dejaron a Jehová su Dios, que había sacado a sus padres de tierra de Egipto, y echaron mano a dioses ajenos, y los adoraron y los sirvieron; por eso ha traído Jehová sobre ellos todo este mal.  


Otras actividades de Salomón     (2 Cr. 8. 1-18)


1°Rey.9:10 Aconteció al cabo de veinte años, cuando Salomón ya había edificado las dos casas, la casa de Jehová y la casa real,  
1°Rey.9:11 para las cuales Hiram rey de Tiro había traído a Salomón madera de cedro y de ciprés, y cuanto oro quiso, que el rey Salomón dio a Hiram veinte ciudades en tierra de Galilea.  
1°Rey.9:12 Y salió Hiram de Tiro para ver las ciudades que Salomón le había dado, y no le gustaron.  
1°Rey.9:13 Y dijo: ¿Qué ciudades son estas que me has dado, hermano? Y les puso por nombre, la tierra de Cabul, nombre que tiene hasta hoy.  
1°Rey.9:14 E Hiram había enviado al rey ciento veinte talentos  de oro.  
1°Rey.9:15 Esta es la razón de la leva que el rey Salomón impuso para edificar la casa de Jehová, y su propia casa, y Milo, y el muro de Jerusalén, y Hazor, Meguido y Gezer:  
1°Rey.9:16 Faraón el rey de Egipto había subido y tomado a Gezer, y la quemó, y dio muerte a los cananeos que habitaban la ciudad, y la dio en dote a su hija la mujer de Salomón.  
1°Rey.9:17 Restauró, pues, Salomón a Gezer y a la baja Bet-horón,  
1°Rey.9:18 a Baalat, y a Tadmor en tierra del desierto;  
1°Rey.9:19 asimismo todas las ciudades donde Salomón tenía provisiones, y las ciudades de los carros, y las ciudades de la gente de a caballo, y todo lo que Salomón quiso edificar en Jerusalén, en el Líbano, y en toda la tierra de su señorío.  
1°Rey.9:20 A todos los pueblos que quedaron de los amorreos, heteos, ferezeos, heveos y jebuseos, que no eran de los hijos de Israel;  
1°Rey.9:21 a sus hijos que quedaron en la tierra después de ellos, que los hijos de Israel no pudieron acabar, hizo Salomón que sirviesen con tributo hasta hoy.  
1°Rey.9:22 Mas a ninguno de los hijos de Israel impuso Salomón servicio, sino que eran hombres de guerra, o sus criados, sus príncipes, sus capitanes, comandantes de sus carros, o su gente de a caballo.  
1°Rey.9:23 Y los que Salomón había hecho jefes y vigilantes sobre las obras eran quinientos cincuenta, los cuales estaban sobre el pueblo que trabajaba en aquella obra.  
1°Rey.9:24 Y subió la hija de Faraón de la ciudad de David a su casa que Salomón le había edificado; entonces edificó él a Milo.  
1°Rey.9:25 Y ofrecía Salomón tres veces cada año holocaustos y sacrificios de paz sobre el altar que él edificó a Jehová, y quemaba incienso sobre el que estaba delante de Jehová, después que la casa fue terminada.  
1°Rey.9:26 Hizo también el rey Salomón naves en Ezión-geber, que está junto a Elot en la ribera del Mar Rojo, en la tierra de Edom.  
1°Rey.9:27 Y envió Hiram en ellas a sus siervos, marineros y diestros en el mar, con los siervos de Salomón,  
1°Rey.9:28 los cuales fueron a Ofir y tomaron de allí oro, cuatrocientos veinte talentos, y lo trajeron al rey Salomón.  


Capítulo 11


Dios se compadece de su pueblo obstinado  


Os.11:1 Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.
Os.11:2 Cuanto más yo los llamaba, tanto más se alejaban de mí; a los baales sacrificaban, y a los ídolos ofrecían sahumerios.  
Os.11:3 Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, tomándole de los brazos; y no conoció que yo le cuidaba.  
Os.11:4 Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida.  
Os.11:5 No volverá a tierra de Egipto, sino que el asirio mismo será su rey, porque no se quisieron convertir.  
Os.11:6 Caerá espada sobre sus ciudades, y consumirá sus aldeas; las consumirá a causa de sus propios consejos.
Os.11:7 Entre tanto, mi pueblo está adherido a la rebelión contra mí; aunque me llaman el Altísimo, ninguno absolutamente me quiere enaltecer.  
Os.11:8 ¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín? ¿Te entregaré yo, Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como Adma, o ponerte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión.  
Os.11:9 No ejecutaré el ardor de mi ira, ni volveré para destruir a Efraín; porque Dios soy, y no hombre, el Santo en medio de ti; y no entraré en la ciudad.  
Os.11:10 En pos de Jehová caminarán; él rugirá como león; rugirá, y los hijos vendrán temblando desde el occidente.  
Os.11:11 Como ave acudirán velozmente de Egipto, y de la tierra de Asiria como paloma; y los haré habitar en sus casas, dice Jehová.




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