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“Estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por (Dios) sin mancha e irreprensibles, en paz”. (2 Pedro 3:14).-

Futuros acontecimientos

 Tan pronto como Jesús haya venido para arrebatar a los Suyos, los juicios de Apocalipsis caerán sobre el mundo tal como existe hoy. Después de estos juicios, el Señor establecerá su glorioso reino de paz y justicia sobre la tierra, según las profecías del Antiguo Testamento. Cuando los judíos hayan vuelto a su país, aquellos que hayan atravesado el período de los juicios con el temor de Dios y en la espera del Rey, que fuera rechazado por su pueblo, y con ellos los creyentes de entre las naciones hoy en día paganas que aguardarán el advenimiento del Rey de Gloria, todos juntos gozarán de ese hermoso reino que se impondrá a todos los hombres y durará “mil años” (Apocalipsis 20:4). Después de esto, los cielos y la tierra actuales “pasarán con grande estruendo” para ser reemplazados “por cielos nuevos y tierra nueva en los cuales mora la justicia”. Todos los que murieron sin haber aceptado la salvación resucitarán después de los mil años y comparecerán ante el gran trono blanco para ser juzgados según sus obras. Tal es, en resumen, la enseñanza de la Palabra de Dios en cuanto al porvenir.
 Amigo lector inconverso: están cercanos los acontecimientos proféticos por desarrollarse; pero para usted lo importante, hoy, es recibir al Salvador que el Evangelio le presenta. Una vez más, El se dirige a usted, diciendo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. No vacile más en confesarle sus pecados y en aceptar Su perdón. Le rogamos en nombre de Cristo: Reconcíliese con Dios. Sólo la sangre de Cristo puede concederle que sea hallado por Dios sin mancha e irreprensible.

Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo





LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año.-


1ºCor.14:26 ¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación.  
1ºCor.14:27 Si habla alguno en lengua extraña, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; y uno interprete.  
1ºCor.14:28 Y si no hay intérprete, calle en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios.  
1ºCor.14:29 Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen.  
1ºCor.14:30 Y si algo le fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero.  
1ºCor.14:31 Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados.  
1ºCor.14:32 Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas;  
1ºCor.14:33 pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos,  
1ºCor.14:34 vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice.  
1ºCor.14:35 Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación.
1ºCor.14:36 ¿Acaso ha salido de vosotros la palabra de Dios, o sólo a vosotros ha llegado?  
1ºCor.14:37 Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor.  
1ºCor.14:38 Mas el que ignora, ignore.  
1ºCor.14:39 Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar lenguas;  
1ºCor.14:40 pero hágase todo decentemente y con orden.  


Capítulo 9


Jehú es ungido rey de Israel  


2°Rey.9:1 Entonces el profeta Eliseo llamó a uno de los hijos de los profetas, y le dijo: Ciñe tus lomos, y toma esta redoma de aceite en tu mano, y ve a Ramot de Galaad.  
2°Rey.9:2 Cuando llegues allá, verás allí a Jehú hijo de Josafat hijo de Nimsi; y entrando, haz que se levante de entre sus hermanos, y llévalo a la cámara.  
2°Rey.9:3 Toma luego la redoma de aceite, y derrámala sobre su cabeza y di: Así dijo Jehová: Yo te he ungido por rey sobre Israel. Y abriendo la puerta, echa a huir, y no esperes.  
2°Rey.9:4 Fue, pues, el joven, el profeta, a Ramot de Galaad.  
2°Rey.9:5 Cuando él entró, he aquí los príncipes del ejército que estaban sentados. Y él dijo: Príncipe, una palabra tengo que decirte. Jehú dijo: ¿A cuál de todos nosotros? Y él dijo: A ti, príncipe.  
2°Rey.9:6 Y él se levantó, y entró en casa; y el otro derramó el aceite sobre su cabeza, y le dijo: Así dijo Jehová Dios de Israel: Yo te he ungido por rey sobre Israel, pueblo de Jehová.
2°Rey.9:7 Herirás la casa de Acab tu señor, para que yo vengue la sangre de mis siervos los profetas, y la sangre de todos los siervos de Jehová, de la mano de Jezabel.  
2°Rey.9:8 Y perecerá toda la casa de Acab, y destruiré de Acab todo varón, así al siervo como al libre en Israel.  
2°Rey.9:9 Y yo pondré la casa de Acab como la casa de Jeroboam hijo de Nabat, y como la casa de Baasa hijo de Ahías.  
2°Rey.9:10 Y a Jezabel la comerán los perros en el campo de Jezreel, y no habrá quien la sepulte. En seguida abrió la puerta, y echó a huir.  
2°Rey.9:11 Después salió Jehú a los siervos de su señor, y le dijeron: ¿Hay paz? ¿Para qué vino a ti aquel loco? Y él les dijo: Vosotros conocéis al hombre y sus palabras.  
2°Rey.9:12 Ellos dijeron: Mentira; decláranoslo ahora. Y él dijo: Así y así me habló, diciendo: Así ha dicho Jehová: Yo te he ungido por rey sobre Israel.  
2°Rey.9:13 Entonces cada uno tomó apresuradamente su manto, y lo puso debajo de Jehú en un trono alto, y tocaron corneta, y dijeron: Jehú es rey.  


Jehú mata a Joram  


2°Rey.9:14 Así conspiró Jehú hijo de Josafat, hijo de Nimsi, contra Joram. (Estaba entonces Joram guardando a Ramot de Galaad con todo Israel, por causa de Hazael rey de Siria;  
2°Rey.9:15 pero se había vuelto el rey Joram a Jezreel, para curarse de las heridas que los sirios le habían hecho, peleando contra Hazael rey de Siria.) Y Jehú dijo: Si es vuestra voluntad, ninguno escape de la ciudad, para ir a dar las nuevas en Jezreel.  
2°Rey.9:16 Entonces Jehú cabalgó y fue a Jezreel, porque Joram estaba allí enfermo. También estaba Ocozías rey de Judá, que había descendido a visitar a Joram.  
2°Rey.9:17 Y el atalaya que estaba en la torre de Jezreel vio la tropa de Jehú que venía, y dijo: Veo una tropa. Y Joram dijo: Ordena a un jinete que vaya a reconocerlos, y les diga: ¿Hay paz?  
2°Rey.9:18 Fue, pues, el jinete a reconocerlos, y dijo: El rey dice así: ¿Hay paz? Y Jehú le dijo: ¿Qué tienes tú que ver con la paz? Vuélvete conmigo. El atalaya dio luego aviso, diciendo: El mensajero llegó hasta ellos, y no vuelve.  
2°Rey.9:19 Entonces envió otro jinete, el cual llegando a ellos, dijo: El rey dice así: ¿Hay paz? Y Jehú respondió: ¿Qué tienes tú que ver con la paz? Vuélvete conmigo.  
2°Rey.9:20 El atalaya volvió a decir: También éste llegó a ellos y no vuelve; y el marchar del que viene es como el marchar de Jehú hijo de Nimsi, porque viene impetuosamente.  
2°Rey.9:21 Entonces Joram dijo: Unce el carro. Y cuando estaba uncido su carro, salieron Joram rey de Israel y Ocozías rey de Judá, cada uno en su carro, y salieron a encontrar a Jehú, al cual hallaron en la heredad de Nabot de Jezreel.  
2°Rey.9:22 Cuando vio Joram a Jehú, dijo: ¿Hay paz, Jehú? Y él respondió: ¿Qué paz, con las fornicaciones de Jezabel tu madre, y sus muchas hechicerías?  
2°Rey.9:23 Entonces Joram volvió las riendas y huyó, y dijo a Ocozías: ¡Traición, Ocozías!  
2°Rey.9:24 Pero Jehú entesó su arco, e hirió a Joram entre las espaldas; y la saeta salió por su corazón, y él cayó en su carro.  
2°Rey.9:25 Dijo luego Jehú a Bidcar su capitán: Tómalo, y échalo a un extremo de la heredad de Nabot de Jezreel. Acuérdate que cuando tú y yo íbamos juntos con la gente de Acab su padre, Jehová pronunció esta sentencia sobre él, diciendo:  
2°Rey.9:26 Que yo he visto ayer la sangre de Nabot, y la sangre de sus hijos, dijo Jehová; y te daré la paga en esta heredad, dijo Jehová. Tómalo pues, ahora, y échalo en la heredad de Nabot, conforme a la palabra de Jehová.  


Jehú mata a Ocozías    (2 Cr. 22.7-9)


2°Rey.9:27 Viendo esto Ocozías rey de Judá, huyó por el camino de la casa del huerto. Y lo siguió Jehú, diciendo: Herid también a éste en el carro. Y le hirieron a la subida de Gur, junto a Ibleam. Y Ocozías huyó a Meguido, pero murió allí.  
2°Rey.9:28 Y sus siervos le llevaron en un carro a Jerusalén, y allá le sepultaron con sus padres, en su sepulcro en la ciudad de David.  
2°Rey.9:29 En el undécimo año de Joram hijo de Acab, comenzó a reinar Ocozías sobre Judá.  


Muerte de Jezabel  


2°Rey.9:30 Vino después Jehú a Jezreel; y cuando Jezabel lo oyó, se pintó los ojos con antimonio, y atavió su cabeza, y se asomó a una ventana.  
2°Rey.9:31 Y cuando entraba Jehú por la puerta, ella dijo: ¿Sucedió bien a Zimri, que mató a su señor?  
2°Rey.9:32 Alzando él entonces su rostro hacia la ventana, dijo: ¿Quién está conmigo? ¿quién? Y se inclinaron hacia él dos o tres eunucos.  
2°Rey.9:33 Y él les dijo: Echadla abajo. Y ellos la echaron; y parte de su sangre salpicó en la pared, y en los caballos; y él la atropelló.  
2°Rey.9:34 Entró luego, y después que comió y bebió, dijo: Id ahora a ver a aquella maldita, y sepultadla, pues es hija de rey.  
2°Rey.9:35 Pero cuando fueron para sepultarla, no hallaron de ella más que la calavera, y los pies, y las palmas de las manos.  
2°Rey.9:36 Y volvieron, y se lo dijeron. Y él dijo: Esta es la palabra de Dios, la cual él habló por medio de su siervo Elías tisbita, diciendo: En la heredad de Jezreel comerán los perros las carnes de Jezabel,
2°Rey.9:37 y el cuerpo de Jezabel será como estiércol sobre la faz de la tierra en la heredad de Jezreel, de manera que nadie pueda decir: Esta es Jezabel.


Capítulo 4


El enojo de Jonás  


Jon.4:1 Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó.  
Jon.4:2 Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal.  
Jon.4:3 Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida.  
Jon.4:4 Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto?  
Jon.4:5 Y salió Jonás de la ciudad, y acampó hacia el oriente de la ciudad, y se hizo allí una enramada, y se sentó debajo de ella a la sombra, hasta ver qué acontecería en la ciudad.  
Jon.4:6 Y preparó Jehová Dios una calabacera, la cual creció sobre Jonás para que hiciese sombra sobre su cabeza, y le librase de su malestar; y Jonás se alegró grandemente por la calabacera.  
Jon.4:7 Pero al venir el alba del día siguiente, Dios preparó un gusano, el cual hirió la calabacera, y se secó.  
Jon.4:8 Y aconteció que al salir el sol, preparó Dios un recio viento solano, y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y se desmayaba, y deseaba la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que la vida.  
Jon.4:9 Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte.  
Jon.4:10 Y dijo Jehová: Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció.  

Jon.4:11 ¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?

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