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“Mi pueblo a su ídolo de madera pregunta, y el leño le responde”. (Oseas 4:12).-

Superstición

 A unos turistas que visitan la célebre iglesia de Santa Sofía, en Estambul, el guía los invita a formular un deseo mientras tocan cierta columna de piedra, con miras a obtener la contestación a su pedido. El milagroso lugar se reconoce fácilmente: en el curso de los quince siglos de historia de ese monumento, un agujero de unos diez centímetros ha sido cavado en el granito mediante la caricia de millones de dedos.
 Falsas esperanzas también acariciadas, dramas íntimos, insignificantes o serios deseos formulados en lo secreto de los corazones… ¡qué suma de miseria humana y de decepciones evoca ese simple agujero en la piedra! Irrisoria imagen de la impotencia del ser humano para responder a sus profundas necesidades. Ese milenario pilar proclama que el hombre es un perpetuo insatisfecho.  También es un monumento a la ignorancia humana. Manifiesta un completo desconocimiento del Dios vivo, el único que puede contestar la oración. En ese lugar, el que ha sido sucesivamente iglesia, mezquita y museo, sólo ese pilar no cambió de religión.  Permanece allí, un poco más ahondado de siglo en siglo, perfectamente insensible a todas las necesidades de los innumerables “fieles” que le solicitan. ¡Inocente costumbre! — dirá alguien—. No se cree en el milagroso poder del pilar, pero no cuesta nada probar. Y se toca como todo el mundo...  ¡Cuidémonos!: esas prácticas han sido inventadas por el experto en el arte de manejar a las multitudes y en ofrecerles una falsificación de la oración. El blanco de Satanás es el de alejar de Dios al hombre crédulo, siempre dispuesto a creer cualquier cosa, salvo la Palabra de Dios.

Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo





LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año.-


Los judíos rechazan a Jesús  


Jn.10:22 Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno,  
Jn.10:23 y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón.  
Jn.10:24 Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.  
Jn.10:25 Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;  
Jn.10:26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.  
Jn.10:27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,  
Jn.10:28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.  
Jn.10:29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.  
Jn.10:30 Yo y el Padre uno somos.  
Jn.10:31 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle.  
Jn.10:32 Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis?  
Jn.10:33 Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios.  
Jn.10:34 Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois?
Jn.10:35 Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),  
Jn.10:36 ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?  
Jn.10:37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis.  
Jn.10:38 Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre.
Jn.10:39 Procuraron otra vez prenderle, pero él se escapó de sus manos.  
Jn.10:40 Y se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan; y se quedó allí.  
Jn.10:41 Y muchos venían a él, y decían: Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de éste, era verdad.  
Jn.10:42 Y muchos creyeron en él allí.


Capítulo 9


La reina de Sabá visita a Salomón    (1 R. 10. 1-13)


2°Cron.9:1 Oyendo la reina de Sabá la fama de Salomón, vino a Jerusalén  con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias aromáticas, oro en abundancia, y piedras preciosas, para probar a Salomón con preguntas difíciles. Y luego que vino a Salomón, habló con él todo lo que en su corazón tenía.  
2°Cron.9:2 Pero Salomón le respondió a todas sus preguntas: y nada hubo que Salomón no le contestase.  
2°Cron.9:3 Y viendo la reina de Sabá la sabiduría de Salomón, y la casa que había edificado,  
2°Cron.9:4 Y las viandas de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, el estado de sus criados y los vestidos de ellos, sus maestresalas y sus vestidos, y la escalinata por donde subía a la casa de Jehová, se quedó asombrada.  
2°Cron.9:5 Y dijo al rey: Verdad es lo que había oído en mi tierra acerca de tus cosas y de tu sabiduría;  
2°Cron.9:6 Mas yo no creía las palabras de ellos, hasta que he venido, y mis ojos han visto: y he aquí que ni aun la mitad de la grandeza de tu sabiduría me había sido dicha; porque tú superas la fama que yo había oído.  
2°Cron.9:7 Bienaventurados tus hombres, y dichosos estos siervos tuyos, que están siempre delante de ti, y oyen tu sabiduría.  
2°Cron.9:8 Bendito sea Jehová tu Dios, el cual se ha agradado de ti para ponerte sobre su trono como rey para Jehová tu Dios: por cuanto tu Dios amó a Israel para afirmarlo perpetuamente, por eso te ha puesto por rey sobre ellos, para que hagas juicio y justicia.  
2°Cron.9:9 Y dio al rey ciento veinte talentos de oro, y gran cantidad de especias aromáticas , y piedras preciosas: nunca hubo tales especias aromáticas  como los que dio la reina de Sabá al rey Salomón.
2°Cron.9:10 También los siervos de Hiram y los siervos de Salomón, que habían traído el oro de Ofir, trajeron madera de sándalo, y piedras preciosas.  
2°Cron.9:11 Y  de la madera de sándalo el rey hizo gradas en la casa de Jehová, y en las casas reales, y arpas y salterios para los cantores: nunca en tierra de Judá se había visto madera semejante.  
2°Cron.9:12 Y el rey Salomón dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso y le pidió, más de lo que ella había traído al rey. Después ella se volvió y se fue a su tierra con sus siervos.  


Riquezas y fama de Salomón    (1 R. 10. 14-29; 2 Cr. 1. 14-17)


2°Cron.9:13 El peso de oro que venía a Salomón cada año, era seiscientos sesenta y seis talentos de oro,
2°Cron.9:14 Sin lo que traían los mercaderes y negociantes; también todos los reyes de Arabia y los gobernadores de la tierra traían oro y plata a Salomón.  
2°Cron.9:15 Hizo también el rey Salomón doscientos paveses de oro batido, cada uno de los cuales tenía seiscientos siclos de oro  labrado:  
2°Cron.9:16 asimismo trescientos escudos de oro batido, teniendo cada escudo trescientos siclos de oro:  y los puso el rey en la casa del bosque del Líbano.  
2°Cron.9:17 Hizo además el rey un gran trono de marfil, y lo cubrió de oro puro.  
2°Cron.9:18 El trono tenía seis gradas, y un estrado de oro fijado al trono, y brazos del asiento, y dos leones que estaban junto a los brazos.  
2°Cron.9:19 Había también allí doce leones sobre las seis gradas a uno y otro lado. Jamás fue hecho trono semejante en reino alguno.  
2°Cron.9:20 Toda la vajilla del rey Salomón era de oro, y toda la vajilla de la casa del bosque del Líbano, de oro puro. En los días de Salomón la plata no era apreciada.  
2°Cron.9:21 Porque la flota del rey iba a Tarsis con los siervos de Hiram, y cada tres años solían venir las naves de Tarsis, y traían oro, plata, marfil, monos, y pavos reales.  
2°Cron.9:22 Y excedió el rey Salomón a todos los reyes de la tierra en riqueza y en sabiduría.  
2°Cron.9:23 Y todos los reyes de la tierra procuraban ver el rostro de Salomón, para oir la sabiduría, que Dios le había dado:  
2°Cron.9:24 Cada uno de éstos traía su presente, alhajas de plata, alhajas de oro, vestidos, armas, perfumes , caballos y mulos, todos los años.  
2°Cron.9:25 Tuvo también Salomón cuatro mil caballerizas para sus caballos y carros, y doce mil jinetes, los cuales puso en las ciudades de los carros, y con el rey en Jerusalén .  
2°Cron.9:26 Y tuvo dominio sobre todos los reyes desde el Eufrates hasta la tierra de los Filisteos, y hasta la frontera de Egipto.
2°Cron.9:27 Y acumuló el rey plata en Jerusalén  como piedras, y cedros como los cabrahigos de la Sefela en abundancia.  
2°Cron.9:28 Traían también caballos para Salomón, de Egipto y de todos los países.  


Muerte de Salomón    (1 R. 11. 41-43)


2°Cron.9:29 Los demás hechos de Salomón, primeros y postreros, ¿no están todos escritos en los libros del profeta Natán, en la profecía de Ahías silonita, y en las profecías del vidente Iddo contra Jeroboam hijo de Nabat?  
2°Cron.9:30 Reinó Salomón en Jerusalén  sobre todo Israel cuarenta años.  
2°Cron.9:31 Y durmió Salomón con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de David su padre: y reinó en su lugar Roboam su hijo.


Capítulo 74


Apelación a Dios en contra del enemigo
Masquil de Asaf.


Sal.74:1 ¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre?
¿Por qué se ha encendido tu furor contra las ovejas de tu prado?
Sal.74:2 Acuérdate de tu congregación, la que adquiriste desde tiempos antiguos,
La que redimiste para hacerla la tribu de tu herencia;
Este monte de Sion, donde has habitado.
Sal.74:3 Dirige tus pasos a los asolamientos eternos,
A todo el mal que el enemigo ha hecho en el santuario.
Sal.74:4 Tus enemigos vociferan en medio de tus asambleas;
Han puesto sus divisas por señales.
Sal.74:5 Se parecen a los que levantan
El hacha en medio de tupido bosque.
Sal.74:6 Y ahora con hachas y martillos
Han quebrado todas sus entalladuras.
Sal.74:7 Han puesto a fuego tu santuario,
Han profanado el tabernáculo de tu nombre, echándolo a tierra.
Sal.74:8 Dijeron en su corazón: Destruyámoslos de una vez;
Han quemado todas las sinagogas de Dios en la tierra.
Sal.74:9 No vemos ya nuestras señales;
No hay más profeta,
Ni entre nosotros hay quien sepa hasta cuándo.
Sal.74:10 ¿Hasta cuándo, oh Dios, nos afrentará el angustiador?
¿Ha de blasfemar el enemigo perpetuamente tu nombre?
Sal.74:11 ¿Por qué retraes tu mano?
¿Por qué escondes tu diestra en tu seno?
Sal.74:12 Pero Dios es mi rey desde tiempo antiguo;
El que obra salvación en medio de la tierra.
Sal.74:13 Dividiste el mar con tu poder;
Quebrantaste cabezas de monstruos en las aguas.
Sal.74:14 Magullaste las cabezas del leviatán,
Y lo diste por comida a los moradores del desierto.
Sal.74:15 Abriste la fuente y el río;
Secaste ríos impetuosos.
Sal.74:16 Tuyo es el día, tuya también es la noche;
Tú estableciste la luna y el sol.
Sal.74:17 Tú fijaste todos los términos de la tierra;
El verano y el invierno tú los formaste.
Sal.74:18 Acuérdate de esto: que el enemigo ha afrentado a Jehová,
Y pueblo insensato ha blasfemado tu nombre.
Sal.74:19 No entregues a las fieras el alma de tu tórtola,
Y no olvides para siempre la congregación de tus afligidos.
Sal.74:20 Mira al pacto,
Porque los lugares tenebrosos de la tierra están llenos de habitaciones de violencia.
Sal.74:21 No vuelva avergonzado el abatido;
El afligido y el menesteroso alabarán tu nombre.
Sal.74:22 Levántate, oh Dios, aboga tu causa;
Acuérdate de cómo el insensato te injuria cada día.
Sal.74:23 No olvides las voces de tus enemigos;
El alboroto de los que se levantan contra ti sube continuamente.

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