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"Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros". Rom.12:10.-
"Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros"; 1ºTes.4:9.-

Permanezca el amor fraternal. (Heb.13:1)

 Es doctrina apostólica, es un mandamiento a la Iglesia, hemos de ser solícitos en guardar la unidad del Espíritu, nosotros, los congregados bajo el Nombre del Señor Jesucristo, deberíamos cubrir el ideal del que dijo: "Ninguno tiene mayor amor que este, que uno ponga la vida por sus hermanos...", en esto se que hay algunos siervos y también siervas de Dios que estarían dispuestos a arriesgarse por los hermanos, he visto en mis años de Evangelio las tendencias de algunos corazones que se "juegan" por aquellos que tienen cierta "afinidad", y suele haber un tipo de "hermandad" pero para los goces pasajeros, "pasarla bien" como se dice. Se intenta hacer algo, pero no se llega a la unidad del Espíritu sino a una cierta complicidad para no hacer la voluntad del Señor, quizá hasta para reírse de lo que se hablo en el Santo Culto a Dios, del que predicó o del que dio testimonio, hasta hay quizá algún joven que imita la manera de hablar del algún hermano incluido el siervo, Si, especialmente de ese siervo que se gana la vida con su trabajo secular para no ser carga a la Iglesia, que desatiende su familia por atender la Obra, a quien se le exige rectitud e irreprensibilidad pero ellos, "la hermandad" pueden tomarse todo tipo de licencias y entre ellos no solo se cubren si no que se perdonan cosas de las que no se perdonarían jamás a otros hermanos que intentan obedecer lo mas posible, juzgándolos de "santulones" y otros que tratando de hacer lo que se les enseño, tratan a los demás como carnales, cuando todos cometemos errores.-
 No hay congregación perfecta bajo este lado del sol, puede ser que alguno ponga su vida por aquel que considera "bueno", y los demás puede que los considere prescindibles, puede haber muchos errores en la Iglesia visible, diferencias e injusticias de las cuales muchas veces participa el ministerio, pero hemos de considerar este mandamiento especialmente para los que no somos hijos de Abraham según la carne, porque en nuestras congregaciones puede haber personas de diferentes países, de diferentes clases o estratos sociales, de diferentes edades, de diferentes maneras de pensar, pero la Unidad proviene del Espíritu Santo, no debe ser por conveniencias o intereses, u otros etc., esas son uniones carnales, pero cuando andamos en Cristo, andamos en amor y el amor no solo cubre todas las faltas, sino que todo lo perdona, pero a toda la hermandad y no solo a un grupo selecto, por sobre toda diferencia debe prevalecer el Amor fraterno, el amor de hermanos, el amor sano para con todos los que participan del pan y de la copa de la Cena del Señor.-
 Que hermoso si pudiésemos decir como el apóstol Pablo lo dijo a los hermanos de Tesalónica que no necesitaban que se les escriba respecto al Amor Fraternal... O como lo ve el Espíritu Santo en el Salmo 133 "Mirad, cuan bueno y cuan delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía..." El Señor percibe olor grato allí, del verdadero. Por ello digo que no importa si no permanecen otras cosas, no importa si no permanecen ministerios, no importa si no permanece el edificio, todo eso es necesario pero no indispensable, lo indispensable es el Amor Fraternal, porque de que nos sirve un hermoso templo, de que nos sirve un grupo profesional de cantores y músicos, de que nos sirve un predicador elocuente, si tenemos una iglesia de poca asistencia, o si la hay es una asistencia que se pasan de lado como si no se conociesen, que pueden estar bajo el mismo techo, escuchar las mismas oraciones, himnos y palabra y sin embargo no tienen comunión..., Ahh!!! pero salimos a predicar a las plazas, repartimos panfletos, visitamos hospitales y cárceles y otras obras honorables, pero cuando surge un inconveniente con un hermano le hacemos un juicio por falta de pago, que digo, si ha habido juicios contra la congregación. El trabajo más arduo del pastorado es que cada "hermano" persigue sus propios intereses y vienen con conflictos que dividen a la congregación, y cada cual tiene razón, y suelen venir con las quejas al encargado de la Obra como los niños cuando riñen entre hermanos, acusando a su otro hermano esperando que se le castigue... Cuanto podríamos hablar al respecto, pero si cada uno de nosotros entiende bien lo que es el Amor fraterno en obediencia al Señor... No necesitaremos hacer muchas cosas mas, porque "Todos conocerán que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros...".- Sino, El Señor que no abandona su heredad se encargará de hacernos pasar por tantas agústias hasta que se cumplirá el dicho que dice: "abrazados como hermanos en desgracias".- Señor ayúdanos a que por sobre todo, podamos guardar y poner bien en alto el Amor fraternal.-

Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo





LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año.-



Capítulo 13


Deberes cristianos  


Heb.13:1 Permanezca el amor fraternal.  
Heb.13:2 No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.
Heb.13:3 Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo.  
Heb.13:4 Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.  
Heb.13:5 Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;
Heb.13:6 de manera que podemos decir confiadamente:  
El Señor es mi ayudador; no temeré  
Lo que me pueda hacer el hombre.
Heb.13:7 Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.  
Heb.13:8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.  
Heb.13:9 No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas.  
Heb.13:10 Tenemos un altar, del cual no tienen derecho de comer los que sirven al tabernáculo.  
Heb.13:11 Porque los cuerpos de aquellos animales cuya sangre a causa del pecado es introducida en el santuario por el sumo sacerdote, son quemados fuera del campamento.
Heb.13:12 Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta.  
Heb.13:13 Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio;  
Heb.13:14 porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir.  
Heb.13:15 Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.  
Heb.13:16 Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios.  
Heb.13:17 Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.  
Heb.13:18 Orad por nosotros; pues confiamos en que tenemos buena conciencia, deseando conducirnos bien en todo.
Heb.13:19 Y más os ruego que lo hagáis así, para que yo os sea restituido más pronto.  


Bendición y salutaciones finales  


Heb.13:20 Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno,  
Heb.13:21 os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.  
Heb.13:22 Os ruego, hermanos, que soportéis la palabra de exhortación, pues os he escrito brevemente.  
Heb.13:23 Sabed que está en libertad nuestro hermano Timoteo, con el cual, si viniere pronto, iré a veros.  
Heb.13:24 Saludad a todos vuestros pastores, y a todos los santos. Los de Italia os saludan.  
Heb.13:25 La gracia sea con todos vosotros. Amén.

Capítulo 18


Jetro visita a Moisés


Ex.18:1 Oyó Jetro sacerdote de Madián, suegro de Moisés, todas las cosas que Dios había hecho con Moisés, y con Israel su pueblo, y cómo Jehová había sacado a Israel de Egipto.  
Ex.18:2 Y tomó Jetro suegro de Moisés a Séfora la mujer de Moisés, después que él la envió,  
Ex.18:3 y a sus dos hijos;  el uno se llamaba Gersón, porque dijo: Forastero he sido en tierra ajena;  
Ex.18:4 y el otro se llamaba Eliezer, porque dijo: El Dios de mi padre me ayudó, y me libró de la espada de Faraón.  
Ex.18:5 Y Jetro el suegro de Moisés, con los hijos y la mujer de éste, vino a Moisés en el desierto, donde estaba acampado junto al monte de Dios;  
Ex.18:6 y dijo a Moisés: Yo tu suegro Jetro vengo a ti, con tu mujer, y sus dos hijos con ella.  
Ex.18:7 Y Moisés salió a recibir a su suegro, y se inclinó, y lo besó; y se preguntaron el uno al otro cómo estaban, y vinieron a la tienda.  
Ex.18:8 Y Moisés contó a su suegro todas las cosas que Jehová había hecho a Faraón y a los egipcios por amor de Israel, y todo el trabajo que habían pasado en el camino, y cómo los había librado Jehová.  
Ex.18:9 Y se alegró Jetro de todo el bien que Jehová había hecho a Israel, al haberlo librado de mano de los egipcios.  
Ex.18:10 Y Jetro dijo: Bendito sea Jehová, que os libró de mano de los egipcios, y de la mano de Faraón, y que libró al pueblo de la mano de los egipcios.  
Ex.18:11 Ahora conozco que Jehová es más grande que todos los dioses; porque en lo que se ensoberbecieron prevaleció contra ellos.  
Ex.18:12 Y tomó Jetro, suegro de Moisés, holocaustos y sacrificios para Dios; y vino Aarón y todos los ancianos de Israel para comer con el suegro de Moisés delante de Dios.  


Nombramiento de jueces  (Dt. 1.9-18)


Ex.18:13 Aconteció que al día siguiente se sentó Moisés a juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde.  
Ex.18:14 Viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde?  
Ex.18:15 Y Moisés respondió a su suegro: Porque el pueblo viene a mí para consultar a Dios.  
Ex.18:16 Cuando tienen asuntos, vienen a mí; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes.  
Ex.18:17 Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces.  
Ex.18:18 Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo.  
Ex.18:19 Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios.  
Ex.18:20 Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer.
Ex.18:21 Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez.
Ex.18:22 Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo.  
Ex.18:23 Si esto hicieres, y Dios te lo mandare, tú podrás sostenerte, y también todo este pueblo irá en paz a su lugar.  
Ex.18:24 Y oyó Moisés la voz de su suegro, e hizo todo lo que dijo.  
Ex.18:25 Escogió Moisés varones de virtud de entre todo Israel, y los puso por jefes sobre el pueblo, sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez.  
Ex.18:26 Y juzgaban al pueblo en todo tiempo; el asunto difícil lo traían a Moisés, y ellos juzgaban todo asunto pequeño.  
Ex.18:27 Y despidió Moisés a su suegro, y éste se fue a su tierra.  


Capítulo 19


Israel en Sinaí


Ex.19:1 En el mes tercero de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mismo día llegaron al desierto de Sinaí.  
Ex.19:2 Habían salido de Refidim, y llegaron al desierto de Sinaí, y acamparon en el desierto; y acampó allí Israel delante del monte.  
Ex.19:3 Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel:
Ex.19:4 Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí.  
Ex.19:5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro  sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.  
Ex.19:6 Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.  
Ex.19:7 Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehová le había mandado.  
Ex.19:8 Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho, haremos. Y Moisés refirió a Jehová las palabras del pueblo.  
Ex.19:9 Entonces Jehová dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que te crean para siempre. Y Moisés refirió las palabras del pueblo a Jehová.  
Ex.19:10 Y Jehová dijo a Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos,  
Ex.19:11 y estén preparados para el día tercero, porque al tercer día Jehová descenderá a ojos de todo el pueblo sobre el monte de Sinaí.  
Ex.19:12 Y señalarás término al pueblo en derredor, diciendo: Guardaos, no subáis al monte, ni toquéis sus límites; cualquiera que tocare el monte, de seguro morirá.  
Ex.19:13 No lo tocará mano, porque será apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá.  Cuando suene largamente la bocina, subirán al monte.  
Ex.19:14 Y descendió Moisés del monte al pueblo, y santificó al pueblo; y lavaron sus vestidos.  
Ex.19:15 Y dijo al pueblo: Estad preparados para el tercer día; no toquéis mujer.  
Ex.19:16 Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento.  
Ex.19:17 Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron al pie del monte.  
Ex.19:18 Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego;  y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera.  
Ex.19:19 El sonido de la bocina iba aumentando en extremo; Moisés hablaba, y Dios le respondía con voz tronante.  
Ex.19:20 Y descendió Jehová sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte; y llamó Jehová a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió.  
Ex.19:21 Y Jehová dijo a Moisés: Desciende, ordena al pueblo que no traspase los límites para ver a Jehová, porque caerá multitud de ellos.  
Ex.19:22 Y también que se santifiquen los sacerdotes que se acercan a Jehová, para que Jehová no haga en ellos estrago.  
Ex.19:23 Moisés dijo a Jehová: El pueblo no podrá subir al monte Sinaí, porque tú nos has mandado diciendo: Señala límites al monte, y santifícalo.  
Ex.19:24 Y Jehová le dijo: Ve, desciende, y subirás tú, y Aarón contigo; mas los sacerdotes y el pueblo no traspasen el límite para subir a Jehová, no sea que haga en ellos estrago.  
Ex.19:25 Entonces Moisés descendió y se lo dijo al pueblo.

Capítulo 8


Excelencia y eternidad de la Sabiduría  


Prov.8:1 ¿No clama la sabiduría,  
Y da su voz la inteligencia?  
Prov.8:2 En las alturas junto al camino,  
A las encrucijadas de las veredas se para;  
Prov.8:3 En el lugar de las puertas, a la entrada de la ciudad,  
A la entrada de las puertas da voces:
Prov.8:4 Oh hombres, a vosotros clamo;  
Dirijo mi voz a los hijos de los hombres.  
Prov.8:5 Entended, oh simples, discreción;  
Y vosotros, necios, entrad en cordura.  
Prov.8:6 Oíd, porque hablaré cosas excelentes,  
Y abriré mis labios para cosas rectas.
Prov.8:7 Porque mi boca hablará verdad,  
Y la impiedad abominan mis labios.  
Prov.8:8 Justas son todas las razones de mi boca;  
No hay en ellas cosa perversa ni torcida.  
Prov.8:9 Todas ellas son rectas al que entiende,  
Y razonables a los que han hallado sabiduría.  
Prov.8:10 Recibid mi enseñanza, y no plata;  
Y ciencia antes que el oro escogido.  
Prov.8:11 Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas;  
Y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella.  
Prov.8:12 Yo, la sabiduría, habito con la cordura,  
Y hallo la ciencia de los consejos.  
Prov.8:13 El temor de Jehová es aborrecer el mal;  
La soberbia y la arrogancia, el mal camino,  
Y la boca perversa, aborrezco.  
Prov.8:14 Conmigo está el consejo y el buen juicio;  
Yo soy la inteligencia; mío es el poder.  
Prov.8:15 Por mí reinan los reyes,  
Y los príncipes determinan justicia.  
Prov.8:16 Por mí dominan los príncipes,  
Y todos los gobernadores juzgan la tierra.  
Prov.8:17 Yo amo a los que me aman,  
Y me hallan los que temprano me buscan.  
Prov.8:18 Las riquezas y la honra están conmigo;  
Riquezas duraderas, y justicia.  
Prov.8:19 Mejor es mi fruto que el oro, y que el oro refinado;  
Y mi rédito mejor que la plata escogida.  
Prov.8:20 Por vereda de justicia guiaré,  
Por en medio de sendas de juicio,  
Prov.8:21 Para hacer que los que me aman tengan su heredad,  
Y que yo llene sus tesoros.  
Prov.8:22 Jehová me poseía en el principio,  
Ya de antiguo, antes de sus obras.
Prov.8:23 Eternamente tuve el principado, desde el principio,  
Antes de la tierra.  
Prov.8:24 Antes de los abismos fui engendrada;  
Antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas.  
Prov.8:25 Antes que los montes fuesen formados,  
Antes de los collados, ya había sido yo engendrada;  
Prov.8:26 No había aún hecho la tierra, ni los campos,  
Ni el principio del polvo del mundo.  
Prov.8:27 Cuando formaba los cielos, allí estaba yo;  
Cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo;  
Prov.8:28 Cuando afirmaba los cielos arriba,  
Cuando afirmaba las fuentes del abismo;  
Prov.8:29 Cuando ponía al mar su estatuto,  
Para que las aguas no traspasasen su mandamiento;  
Cuando establecía los fundamentos de la tierra,  
Prov.8:30 Con él estaba yo ordenándolo todo,  
Y era su delicia de día en día,  
Teniendo solaz delante de él en todo tiempo.  
Prov.8:31 Me regocijo en la parte habitable de su tierra;  
Y mis delicias son con los hijos de los hombres.  
Prov.8:32 Ahora, pues, hijos, oídme,  
Y bienaventurados los que guardan mis caminos.  
Prov.8:33 Atended el consejo, y sed sabios,  
Y no lo menospreciéis.  
Prov.8:34 Bienaventurado el hombre que me escucha,  
Velando a mis puertas cada día,  
Aguardando a los postes de mis puertas.
Prov.8:35 Porque el que me halle, hallará la vida,  
Y alcanzará el favor de Jehová.  
Prov.8:36 Mas el que peca contra mí, defrauda su alma;  

Todos los que me aborrecen aman la muerte.

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