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“Sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios”. (Efesios 2:8).-

¿Buen a mal cristiano?

 Las grandes “religiones” cristianas mantienen generalmente, por lo menos en su letra, esta fundamental verdad: la salvación del hombre ha sido cumplida a entera satisfacción de Dios mediante la obra expiatoria de su Hijo Jesucristo en la cruz.
 Pero las opiniones difieren cuando se trata de saber cómo el pecador está puesto individualmente bajo el beneficio de esa obra. Muchos piensan que, mediante el bautismo, el “pecado original” está cubierto y que, luego, cada cual tendrá que responder ante Dios sólo por los hechos cometidos durante su vida. Este modo de ver, sin fundamento en las Escrituras, permite que se considere como cristiano a alguien que recibió el bautismo de niño, aun cuando haya pasado toda su vida en la indiferencia o la incredulidad. Por esa razón, se ha designado como “nuestro hermano” o “nuestra hermana” a personas cuya impiedad e inmoralidad eran notorias. Como los miembros inscriptos en una parroquia son considerados como cristianos —buenos o malos—, la tarea del “encargado de las almas” consiste sólo en mejorar a estos últimos. Por desdicha, tal esfuerzo es inútil porque el punto de partida está equivocado. El bautismo es tan sólo la señal exterior del cristianismo. Considerarlo como el medio que otorga la salvación es hacer depender la redención de un procedimiento que un ser humano cumple o no. Según la Biblia, el único medio de salvación es la fe personal en la perfecta obra de Jesús cumplida en la cruz, y no la fe de los padres o del ministro de una religión. Dios, quien lee en los corazones, sabe si el lector tiene o no esa fe y si es o no un verdadero cristiano.
 Hemos de considerar principalmente la expresión: "por medio de la fe...". y así ya es algo glorioso. Sin embargo, si prestamos atención al origen de nuestra salvación, vemos que es por la gracia de Dios. "...por gracia sois salvos por medio de la fe". O sea sobre la base de la clemencia divina es que los pecadores somos perdonados, convertidos, purificados y salvados. No porque hubiese en nosotros algo, o que pudiese hallarse algo que sea meritorio, sino que gracias al ilimitado amor, a la bondad, a la piedad, a la compasión a la misericordia y a la gracia de Dios... Gloria a su Nombre. Contemplemos con el espíritu este Río limpio del agua de vida al momento de brotar del Trono de Dios y del Cordero... Hemos de ver ¡Cuan grande abismo es el motivo de la gracia de Dios! ¿Quien podrá ponerle una zonda para medir su profundidad?... Sino que como todos los demás atributos divinos, es infinito. Dios está lleno de amor, pues "Dios es amor". Dios está lleno de bondad, y el propio nombre "Dios" no es sino un sinónimo de bueno, no que el tiene bondad, sino que "Dios ES bueno" y en gran manera bueno... La bondad ilimitada y el amor forman parte de la propia esencia de la Deidad y gracias a que "para siempre es su misericordia..." (Salmo 136), los hombres no somos destruidos; gracias a que nunca decayeron sus misericordias (Lamentaciones 3), es por lo cual los pecadores reconocientes somos conducidos a El y somos perdonados. Recordemos muy bien esto, porque de otro modo, si fijamos demasiado nuestras mentes en la fe, que es el canal de la salvación, corremos el peligro de olvidar el punto de la gracia que es la fuente y el origen mismo de la propia fe y se podría caer en el error de que depende de algún rito u obra de carne, y "lo que es nacido de la carne, carne es...".- La fe es la Obra de la gracia de Dios en nosotros "y esto no de vosotros, pues es don de Dios..." pues "Nadie puede llamar a Jesús: "Cristo", sino por el Espíritu Santo". Dice Jesús: "Ninguno puede venir a mi, si el Padre que me envió no le trajere...". De tal manera que la fe, que es venir a Cristo, es el resultado de una atracción divina. La gracia es la primera y la ultima causa de la salvación, y la fe, valiosa como es, es solamente una parte importante por cierto, de todo el plan puesto en marcha por la gracia. Somos salvados "por medio de la fe", pero es "por gracia"... Divulguemos como con trompetas de arcángeles estas palabras, ¡¡POR GRACIA, POR GRACIA, es que somos salvos...!! Gloria al Santísimo Nombre, y esto hará la diferencia entre un buen cristiano de otro que depende de sus obras. amén.

Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo





LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año.-


Jesús el gran sumo sacerdote  


Heb.4:14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.  
Heb.4:15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.  
Heb.4:16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.  


Capítulo 5


Heb.5:1 Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados;  
Heb.5:2 para que se muestre paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad;  
Heb.5:3 y por causa de ella debe ofrecer por los pecados, tanto por sí mismo como también por el pueblo.
Heb.5:4 Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón.
Heb.5:5 Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo:  
Tú eres mi Hijo,  
Yo te he engendrado hoy.
Heb.5:6 Como también dice en otro lugar:  
Tú eres sacerdote para siempre,  
Según el orden de Melquisedec.
Heb.5:7 Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.  
Heb.5:8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;  
Heb.5:9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;  
Heb.5:10 y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.  


Advertencia contra la apostasía  


Heb.5:11 Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír.  
Heb.5:12 Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.  
Heb.5:13 Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño;
Heb.5:14 pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.  


Capítulo 6


Heb.6:1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios,  
Heb.6:2 de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.  
Heb.6:3 Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite.  
Heb.6:4 Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo,  
Heb.6:5 y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero,  
Heb.6:6 y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.  
Heb.6:7 Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios;  
Heb.6:8 pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada.  
Heb.6:9 Pero en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que pertenecen a la salvación, aunque hablamos así.  
Heb.6:10 Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.
Heb.6:11 Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza,  
Heb.6:12 a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.


Capítulo 49


Profecía de Jacob acerca de sus hijos  


Gen.49:1 Y llamó Jacob a sus hijos, y dijo: Juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los días venideros.  
Gen.49:2 Juntaos y oíd, hijos de Jacob,  
Y escuchad a vuestro padre Israel.  
Gen.49:3 Rubén, tú eres mi primogénito,  
mi fortaleza, y el principio de mi vigor;  
Principal en dignidad, principal en poder.  
Gen.49:4 Impetuoso como las aguas, no serás el principal,  
Por cuanto subiste al lecho de tu padre;  
Entonces te envileciste, subiendo a mi estrado.  
Gen.49:5 Simeón y Leví son hermanos;  
Armas de iniquidad sus armas.  
Gen.49:6 En su consejo no entre mi alma,  
Ni mi espíritu se junte en su compañía.  
Porque en su furor mataron hombres,  
Y en su temeridad desjarretaron toros.  
Gen.49:7 Maldito su furor, que fue fiero;  
Y su ira, que fue dura.  
Yo los apartaré en Jacob,  
Y los esparciré en Israel.  
Gen.49:8 Judá, te alabarán tus hermanos;  
Tu mano en la cerviz de tus enemigos;  
Los hijos de tu padre se inclinarán a ti.  
Gen.49:9 Cachorro de león, Judá;  
De la presa subiste, hijo mío.  
Se encorvó, se echó como león,  
Así como león viejo: ¿quién lo despertará?  
Gen.49:10 No será quitado el cetro de Judá,  
Ni el legislador de entre sus pies,  
Hasta que venga Siloh;  
Y a él se congregarán los pueblos.  
Gen.49:11 Atando a la vid su pollino,  
Y a la cepa el hijo de su asna,  
Lavó en el vino su vestido,  
Y en la sangre de uvas su manto.  
Gen.49:12 Sus ojos, rojos del vino,  
Y sus dientes blancos de la leche.
Gen.49:13 Zabulón en puertos de mar habitará;  
Será para puerto de naves,  
Y su límite hasta Sidón.  
Gen.49:14 Isacar, asno fuerte  
Que se recuesta entre los apriscos;
Gen.49:15 Y vio que el descanso era bueno,  
y que la tierra era deleitosa;  
Y bajó su hombro para llevar,  
Y sirvió en tributo.  
Gen.49:16 Dan juzgará a su pueblo,  
Como una de las tribus de Israel.
Gen.49:17 Será Dan serpiente junto al camino,  
Víbora junto a la senda,  
Que muerde los talones del caballo,  
Y hace caer hacia atrás al jinete.
Gen.49:18 Tu salvación esperé, oh Jehová.  
49:19 Gad, ejército lo acometerá;  
Mas él acometerá al fin.  
Gen.49:20 El pan de Aser será substancioso,  
Y él dará deleites al rey.  
Gen.49:21 Neftalí, cierva suelta,  
Que pronunciará dichos hermosos.  
Gen.49:22 Rama fructífera es José,  
Rama fructífera junto a una fuente,  
Cuyos vástagos se extienden sobre el muro.
Gen.49:23 Le causaron amargura,  
Le asaetearon,  
Y le aborrecieron los arqueros;  
Gen.49:24 Mas su arco se mantuvo poderoso,  
Y los brazos de sus manos se fortalecieron  
Por las manos del Fuerte de Jacob  
(Por el nombre del Pastor, la Roca de Israel),  
Gen.49:25 Por el Dios de tu padre, el cual te ayudará,  
Por el Dios Omnipotente, el cual te bendecirá  
Con bendiciones de los cielos de arriba,  
Con bendiciones del abismo que está abajo,  
Con bendiciones de los pechos y del vientre.  
Gen.49:26 Las bendiciones de tu padre  
Fueron mayores que las bendiciones de mis progenitores;  
Hasta el término de los collados eternos  
Serán sobre la cabeza de José,  
Y sobre la frente del que fue apartado de entre sus hermanos.  
Gen.49:27 Benjamín es lobo arrebatador;  
A la mañana comerá la presa,  
Y a la tarde repartirá los despojos.  
Muerte y sepelio de Jacob  
Gen.49:28 Todos éstos fueron las doce tribus de Israel, y esto fue lo que su padre les dijo, al bendecirlos; a cada uno por su bendición los bendijo.  
Gen.49:29 Les mandó luego, y les dijo: Yo voy a ser reunido con mi pueblo. Sepultadme con mis padres en la cueva que está en el campo de Efrón el heteo,  
Gen.49:30 en la cueva que está en el campo de Macpela, al oriente de Mamre en la tierra de Canaán, la cual compró Abraham con el mismo campo de Efrón el heteo, para heredad de sepultura.  
Gen.49:31 Allí sepultaron a Abraham  y a Sara su mujer; allí sepultaron a Isaac  y a Rebeca su mujer; allí también sepulté yo a Lea.  
Gen.49:32 La compra del campo y de la cueva que está en él, fue de los hijos de Het.  
Gen.49:33 Y cuando acabó Jacob de dar mandamientos a sus hijos, encogió sus pies en la cama, y expiró,  y fue reunido con sus padres.  


Capítulo 50


Gen.50:1 Entonces se echó José sobre el rostro de su padre, y lloró sobre él, y lo besó.  
Gen.50:2 Y mandó José a sus siervos los médicos que embalsamasen a su padre; y los médicos embalsamaron a Israel.  
Gen.50:3 Y le cumplieron cuarenta días, porque así cumplían los días de los embalsamados, y lo lloraron los egipcios setenta días.  
Gen.50:4 Y pasados los días de su luto, habló José a los de la casa de Faraón, diciendo: Si he hallado ahora gracia en vuestros ojos, os ruego que habléis en oídos de Faraón, diciendo:  
Gen.50:5 Mi padre me hizo jurar, diciendo: He aquí que voy a morir; en el sepulcro que cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me sepulturás;  ruego, pues, que vaya yo ahora y sepulte a mi padre, y volveré.  
Gen.50:6 Y Faraón dijo: Ve, y sepulta a tu padre, como él te hizo jurar.  
Gen.50:7 Entonces José subió para sepultar a su padre; y subieron con él todos los siervos de Faraón, los ancianos de su casa, y todos los ancianos de la tierra de Egipto,  
Gen.50:8 y toda la casa de José, y sus hermanos, y la casa de su padre; solamente dejaron en la tierra de Gosén sus niños, y sus ovejas y sus vacas.  
Gen.50:9 Subieron también con él carros y gente de a caballo, y se hizo un escuadrón muy grande.  
Gen.50:10 Y llegaron hasta la era de Atad, que está al otro lado del Jordán, y endecharon allí con grande y muy triste lamentación; y José hizo a su padre duelo por siete días.  
Gen.50:11 Y viendo los moradores de la tierra, los cananeos, el llanto en la era de Atad, dijeron: Llanto grande es este de los egipcios; por eso fue llamado su nombre Abel-mizraim, que está al otro lado del Jordán.  
Gen.50:12 Hicieron, pues, sus hijos con él según les había mandado;  
Gen.50:13 pues lo llevaron sus hijos a la tierra de Canaán, y lo sepultaron en la cueva del campo de Macpela, la que había comprado Abraham con el mismo campo, para heredad de sepultura, de Efrón el heteo, al oriente de Mamre.  
Gen.50:14 Y volvió José a Egipto, él y sus hermanos, y todos los que subieron con él a sepultar a su padre, después que lo hubo sepultado.  


Muerte de José  


Gen.50:15 Viendo los hermanos de José que su padre era muerto, dijeron: Quizá nos aborrecerá José, y nos dará el pago de todo el mal que le hicimos.  
Gen.50:16 Y enviaron a decir a José: Tu padre mandó antes de su muerte, diciendo:  
Gen.50:17 Así diréis a José: Te ruego que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque mal te trataron; por tanto, ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban.  
Gen.50:18 Vinieron también sus hermanos y se postraron delante de él, y dijeron: Henos aquí por siervos tuyos.  
Gen.50:19 Y les respondió José: No temáis; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios?  
Gen.50:20 Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.  
Gen.50:21 Ahora, pues, no tengáis miedo; yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos. Así los consoló, y les habló al corazón.  
Gen.50:22 Y habitó José en Egipto, él y la casa de su padre; y vivió José ciento diez años.  
Gen.50:23 Y vio José los hijos de Efraín hasta la tercera generación; también los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron criados sobre las rodillas de José.  
Gen.50:24 Y José dijo a sus hermanos: Yo voy a morir; mas Dios ciertamente os visitará, y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob.  
Gen.50:25 E hizo jurar José a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis llevar de aquí mis huesos.  
Gen.50:26 Y murió José a la edad de ciento diez años; y lo embalsamaron, y fue puesto en un ataúd en Egipto.


Capítulo 39


El carácter transitorio de la vida
Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David.


Sal.39:1 Yo dije: Atenderé a mis caminos,
Para no pecar con mi lengua;
Guardaré mi boca con freno,
En tanto que el impío esté delante de mí.
Sal.39:2 Enmudecí con silencio, me callé aun respecto de lo bueno;
Y se agravó mi dolor.
Sal.39:3 Se enardeció mi corazón dentro de mí;
En mi meditación se encendió fuego,
Y así proferí con mi lengua:
Sal.39:4 Hazme saber, Jehová, mi fin,
Y cuánta sea la medida de mis días;
Sepa yo cuán frágil soy.
Sal.39:5 He aquí, diste a mis días término corto,
Y mi edad es como nada delante de ti;
Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. Selah
Sal.39:6 Ciertamente como una sombra es el hombre;
Ciertamente en vano se afana;
Amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá.
Sal.39:7 Y ahora, Señor, ¿qué esperaré?
Mi esperanza está en ti.
39:8 Líbrame de todas mis transgresiones;
No me pongas por escarnio del insensato.
Sal.39:9 Enmudecí, no abrí mi boca,
Porque tú lo hiciste.
Sal.39:10 Quita de sobre mí tu plaga;
Estoy consumido bajo los golpes de tu mano.
Sal.39:11 Con castigos por el pecado corriges al hombre,
Y deshaces como polilla lo más estimado de él;
Ciertamente vanidad es todo hombre. Selah
Sal.39:12 Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor.
No calles ante mis lágrimas;
Porque forastero soy para ti,
Y advenedizo, como todos mis padres.
Sal.39:13 Déjame, y tomaré fuerzas,

Antes que vaya y perezca.

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