T R A S L A T E - Traducir esta Pagina

“¿A quién hablaré y amonestaré, para que oigan?” (Jeremías 6:10).-

Advertencias

 La vida en sociedad no se concibe sin las advertencias que nos recuerdan a cada instante, cuáles son los límites de nuestra libertad y de nuestra seguridad. Las hay de toda clase: señales de carreteras sin las cuales la circulación no seria posible; la pequeña bandera roja que prohíbe bañarse cuando el mar es peligroso. Son distintos medios que sirven para protegernos y que debemos tener en cuenta para nuestro mayor provecho.
 El temor de un accidente o de la policía nos ha enseñado, pues, a ser disciplinados y a conformarnos prudentemente a los carteles, rótulos, modos de empleo de todo género: “Prohibido”... “Se ruega no”… “Cuidado con”..., que caracterizan nuestra vida moderna.
 Cosa extraña, las advertencias de Dios son las únicas que la mayoría de la gente no toma en serio. ¿Merece Dios menos crédito u obediencia que el hombre? Quizá porque las infracciones a su ley no tienen inmediatas consecuencias, ¿nos imaginamos que nunca serán castigadas? ¿Somos más inteligentes que el Creador y nos sentimos capaces de distinguir nosotros mismos entre lo que lleva al cielo y lo que nos aparta de él? ¡Cuánta gente muy prudente en cuanto a las cosas de la tierra, muestran en este dominio una inconsciencia total!
 El camino al cielo también tiene sus señales; infringirlas, aun involuntariamente, es correr el riesgo de no llegar nunca allí. La Palabra de Dios nos informa cuidadosamente de todos los peligros de orden moral: falsas direcciones, obstáculos de toda clase, fuentes envenenadas, callejones sin salida, limitaciones... El que rehúsa tomar conocimiento de ello se parece a un conductor que manejara su vehículo sin saber nada del código de tránsito.

Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo





LECTURA BÍBLICA PARA HOY
La Biblia en un Año.-

Parábola de los dos hijos

Mat.21:28 Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, vé hoy a trabajar en mi viña.
Mat.21:29 Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue.
Mat.21:30 Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue.
Mat.21:31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios.
Mat.21:32 Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.

Los labradores malvados - (Mr. 12. 1-12; Lc. 20. 9-19)

Mat.21:33 Oíd otra parábola: Hubo un hombre, padre de familia, el cual plantó una viña, la cercó de vallado, cavó en ella un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos.
Mat.21:34 Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores, para que recibiesen sus frutos.
Mat.21:35 Mas los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron, y a otro apedrearon.
Mat.21:36 Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; e hicieron con ellos de la misma manera.
Mat.21:37 Finalmente les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo.
Mat.21:38 Mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y apoderémonos de su heredad.
Mat.21:39 Y tomándole, le echaron fuera de la viña, y le mataron.
Mat.21:40 Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores?
Mat.21:41 Le dijeron: A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo.
Mat.21:42 Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras:
La piedra que desecharon los edificadores,
Ha venido a ser cabeza del ángulo.
El Señor ha hecho esto,
Y es cosa maravillosa a nuestros ojos?
Mat.21:43 Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él.
Mat.21:44 Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará.
Mat.21:45 Y oyendo sus parábolas los principales sacerdotes y los fariseos, entendieron que hablaba de ellos.
Mat.21:46 Pero al buscar cómo echarle mano, temían al pueblo, porque éste le tenía por profeta.


Capítulo 19

La purificación de los inmundos 

Num.19:1 Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo: 
Num.19:2 Esta es la ordenanza de la ley que Jehová ha prescrito, diciendo: Di a los hijos de Israel que te traigan una vaca alazana, perfecta, en la cual no haya falta, sobre la cual no se haya puesto yugo; 
Num.19:3 y la daréis a Eleazar el sacerdote, y él la sacará fuera del campamento, y la hará degollar en su presencia. 
Num.19:4 Y Eleazar el sacerdote tomará de la sangre con su dedo, y rociará hacia la parte delantera del tabernáculo de reunión con la sangre de ella siete veces; 
Num.19:5 y hará quemar la vaca ante sus ojos; su cuero y su carne y su sangre, con su estiércol, hará quemar. 
Num.19:6 Luego tomará el sacerdote madera de cedro, e hisopo, y escarlata, y lo echará en medio del fuego en que arde la vaca. 
Num.19:7 El sacerdote lavará luego sus vestidos, lavará también su cuerpo con agua, y después entrará en el campamento; y será inmundo el sacerdote hasta la noche. 
Num.19:8 Asimismo el que la quemó lavará sus vestidos en agua, también lavará en agua su cuerpo, y será inmundo hasta la noche. 
Num.19:9 Y un hombre limpio recogerá las cenizas de la vaca y las pondrá fuera del campamento en lugar limpio, y las guardará la congregación de los hijos de Israel para el agua de purificación; es una expiación. 
Num.19:10 Y el que recogió las cenizas de la vaca lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la noche; y será estatuto perpetuo para los hijos de Israel, y para el extranjero que mora entre ellos. 
Num.19:11 El que tocare cadáver de cualquier persona será inmundo siete días. 
Num.19:12 Al tercer día se purificará con aquella agua, y al séptimo día será limpio; y si al tercer día no se purificare, no será limpio al séptimo día. 
Num.19:13 Todo aquel que tocare cadáver de cualquier persona, y no se purificare, el tabernáculo de Jehová contaminó, y aquella persona será cortada de Israel; por cuanto el agua de la purificación no fue rociada sobre él, inmundo será, y su inmundicia será sobre él. 
Num.19:14 Esta es la ley para cuando alguno muera en la tienda: cualquiera que entre en la tienda, y todo el que esté en ella, será inmundo siete días. 
Num.19:15 Y toda vasija abierta, cuya tapa no esté bien ajustada, será inmunda; 
Num.19:16 y cualquiera que tocare algún muerto a espada sobre la faz del campo, o algún cadáver, o hueso humano, o sepulcro, siete días será inmundo. 
Num.19:17 Y para el inmundo tomarán de la ceniza de la vaca quemada de la expiación, y echarán sobre ella agua corriente en un recipiente; 
Num.19:18 y un hombre limpio tomará hisopo, y lo mojará en el agua, y rociará sobre la tienda, sobre todos los muebles, sobre las personas que allí estuvieren, y sobre aquel que hubiere tocado el hueso, o el asesinado, o el muerto, o el sepulcro. 
Num.19:19 Y el limpio rociará sobre el inmundo al tercero y al séptimo día; y cuando lo haya purificado al día séptimo, él lavará luego sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será limpio a la noche. 
Num.19:20 Y el que fuere inmundo, y no se purificare, la tal persona será cortada de entre la congregación, por cuanto contaminó el tabernáculo de Jehová; no fue rociada sobre él el agua de la purificación; es inmundo. 
Num.19:21 Les será estatuto perpetuo; también el que rociare el agua de la purificación lavará sus vestidos; y el que tocare el agua de la purificación será inmundo hasta la noche. 
Num.19:22 Y todo lo que el inmundo tocare, será inmundo; y la persona que lo tocare será inmunda hasta la noche. 

Capítulo 20

Agua de la roca 

Num.20:1 Llegaron los hijos de Israel, toda la congregación, al desierto de Zin, en el mes primero, y acampó el pueblo en Cades; y allí murió María, y allí fue sepultada. 
Num.20:2 Y porque no había agua para la congregación, se juntaron contra Moisés y Aarón. 
Num.20:3 Y habló el pueblo contra Moisés, diciendo: ¡Ojalá hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos delante de Jehová! 
Num.20:4 ¿Por qué hiciste venir la congregación de Jehová a este desierto, para que muramos aquí nosotros y nuestras bestias? 
Num.20:5 ¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto, para traernos a este mal lugar? No es lugar de sementera, de higueras, de viñas ni de granadas; ni aun de agua para beber. 
Num.20:6 Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus rostros; y la gloria de Jehová apareció sobre ellos. 
Num.20:7 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 
Num.20:8 Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias. 
Num.20:9 Entonces Moisés tomó la vara de delante de Jehová, como él le mandó. 
Num.20:10 Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: ¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña? 
Num.20:11 Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias. 
Num.20:12 Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado. 
Num.20:13 Estas son las aguas de la rencilla, por las cuales contendieron los hijos de Israel con Jehová, y él se santificó en ellos. 

Edom rehúsa dar paso a Israel 

Num.20:14 Envió Moisés embajadores al rey de Edom desde Cades, diciendo: Así dice Israel tu hermano: Tú has sabido todo el trabajo que nos ha venido; 
Num.20:15 cómo nuestros padres descendieron a Egipto, y estuvimos en Egipto largo tiempo, y los egipcios nos maltrataron, y a nuestros padres; 
Num.20:16 y clamamos a Jehová, el cual oyó nuestra voz, y envió un ángel, y nos sacó de Egipto; y he aquí estamos en Cades, ciudad cercana a tus fronteras. 
Num.20:17 Te rogamos que pasemos por tu tierra. No pasaremos por labranza, ni por viña, ni beberemos agua de pozos; por el camino real iremos, sin apartarnos a diestra ni a siniestra, hasta que hayamos pasado tu territorio. 
Num.20:18 Edom le respondió: No pasarás por mi país; de otra manera, saldré contra ti armado. 
Num.20:19 Y los hijos de Israel dijeron: Por el camino principal iremos; y si bebiéremos tus aguas yo y mis ganados, daré el precio de ellas; déjame solamente pasar a pie, nada más. 
Num.20:20 Pero él respondió: No pasarás. Y salió Edom contra él con mucho pueblo, y mano fuerte. 
Num.20:21 No quiso, pues, Edom dejar pasar a Israel por su territorio, y se desvió Israel de él. 

Aarón muere en el Monte Hor 

Num.20:22 Y partiendo de Cades los hijos de Israel, toda aquella congregación, vinieron al monte de Hor. 
Num.20:23 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón en el monte de Hor, en la frontera de la tierra de Edom, diciendo: 
Num.20:24 Aarón será reunido a su pueblo, pues no entrará en la tierra que yo di a los hijos de Israel, por cuanto fuisteis rebeldes a mi mandamiento en las aguas de la rencilla. 
Num.20:25 Toma a Aarón y a Eleazar su hijo, y hazlos subir al monte de Hor, 
Num.20:26 y desnuda a Aarón de sus vestiduras, y viste con ellas a Eleazar su hijo; porque Aarón será reunido a su pueblo, y allí morirá. 
Num.20:27 Y Moisés hizo como Jehová le mandó; y subieron al monte de Hor a la vista de toda la congregación. 
Num.20:28 Y Moisés desnudó a Aarón de sus vestiduras, y se las vistió a Eleazar su hijo; y Aarón murió allí en la cumbre del monte, y Moisés y Eleazar descendieron del monte. 
Num.20:29 Y viendo toda la congregación que Aarón había muerto, le hicieron duelo por treinta días todas la familias de Israel.


Consejos para la juventud 

Ecl.11:9 Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. 
Ecl.11:10 Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad. 

Capítulo 12

Ecl.12:1 Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento; 
Ecl.12:2 antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia; 
Ecl.12:3 cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas; 
Ecl.12:4 y las puertas de afuera se cerrarán, por lo bajo del ruido de la muela; cuando se levantará a la voz del ave, y todas las hijas del canto serán abatidas; 
Ecl.12:5 cuando también temerán de lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y florecerá el almendro, y la langosta será una carga, y se perderá el apetito; porque el hombre va a su morada eterna, y los endechadores andarán alrededor por las calles; 
Ecl.12:6 antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo; 
Ecl.12:7 y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio. 
Ecl.12:8 Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo es vanidad. 

Resumen del deber del hombre 

Ecl.12:9 Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, e hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios. 
Ecl.12:10 Procuró el Predicador hallar palabras agradables, y escribir rectamente palabras de verdad. 
Ecl.12:11 Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor. 
Ecl.12:12 Ahora, hijo mío, a más de esto, sé amonestado. No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio es fatiga de la carne. 
Ecl.12:13 El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. 

Ecl.12:14 Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.-

x


No hay comentarios: