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“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo”. (Mateo 6:19-20).-

Tesoros seguros

 Los antiguos egipcios pensaban que los difuntos necesitarían en el más allá las mismas cosas que en este mundo. Por eso colocaban en las tumbas de sus reyes gran cantidad de objetos de uso diario y de lujo. Todos esos tesoros de oro y de piedras preciosas permanecieron sin ser tocados hasta que se introdujeron ladrones en las tumbas y se los llevaron. Lo que estos dejaron aún puede verse en los museos. Porque ¡Los difuntos mismos no necesitaron esas cosas!
 Hoy en día, en los países civilizados, los hombres piensan más bien en amontonar bienes para gozar de ellos durante su vida terrenal: Pero si el fantasma de la inflación que se proyecta en el mundo entero no los ha empobrecido, de igual modo que los difuntos egipcios tendrán que dejar todos sus bienes cuando den el último suspiro; ricos y pobres se presentaran ante Dios con las manos vacías.
 ¿Por qué no hacerse de “tesoros en el cielo”, que no se desvalorizan, que no pueden ser quitados y pertenecen para siempre al que los recibió? Contrariamente a las posesiones terrenales, esos tesoros no pueden ser adquiridos por el propio esfuerzo: Dios los da, por gracia, a todo aquel que acepta al Señor Jesús por la fe. He aquí algunos de esos tesoros:
 La vida eterna: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36).
 La salvación eterna: “(Cristo) vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen” (Hebreos 5:9).
 El derecho de ser hijos de Dios: “A lodos os que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12).-

Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo





LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año.-


La hija de Jairo, y la mujer que tocó el manto de Jesús - (Mr. 5. 21-43; Lc. 8. 40-56)

Mat.9:18 Mientras él les decía estas cosas, vino un hombre principal y se postró ante él, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.
Mat.9:19 Y se levantó Jesús, y le siguió con sus discípulos.
Mat.9:20 Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto;
Mat.9:21 porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva.
Mat.9:22 Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora.
Mat.9:23 Al entrar Jesús en la casa del principal, viendo a los que tocaban flautas, y la gente que hacía alboroto,
Mat.9:24 les dijo: Apartaos, porque la niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él.
Mat.9:25 Pero cuando la gente había sido echada fuera, entró, y tomó de la mano a la niña, y ella se levantó.
Mat.9:26 Y se difundió la fama de esto por toda aquella tierra.

Dos ciegos reciben la vista

Mat.9:27 Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David!
Mat.9:28 Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor.
Mat.9:29 Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho.
Mat.9:30 Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa.
Mat.9:31 Pero salidos ellos, divulgaron la fama de él por toda aquella tierra.

Un mudo habla

Mat.9:32 Mientras salían ellos, he aquí, le trajeron un mudo, endemoniado.
Mat.9:33 Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la gente se maravillaba, y decía: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel.
Mat.9:34 Pero los fariseos decían: Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios.

La mies es mucha

Mat.9:35 Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
Mat.9:36 Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.
Mat.9:37 Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos.
Mat.9:38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.


Capítulo 5

Lev.5:1 Si alguno pecare por haber sido llamado a testificar, y fuere testigo que vio, o supo, y no lo denunciare, él llevará su pecado.  
Lev.5:2 Asimismo la persona que hubiere tocado cualquiera cosa inmunda, sea cadáver de bestia inmunda, o cadáver de animal inmundo, o cadáver de reptil inmundo, bien que no lo supiere, será inmunda y habrá delinquido.  
Lev.5:3 O si tocare inmundicia de hombre, cualquiera inmundicia suya con que fuere inmundo, y no lo echare de ver, si después llegare a saberlo, será culpable.  
Lev.5:4 O si alguno jurare a la ligera con sus labios hacer mal o hacer bien, en cualquiera cosa que el hombre profiere con juramento, y él no lo entendiere; si después lo entiende, será culpable por cualquiera de estas cosas.  
Lev.5:5 Cuando pecare en alguna de estas cosas, confesará aquello en que pecó,  
Lev.5:6 y para su expiación traerá a Jehová por su pecado que cometió, una hembra de los rebaños, una cordera o una cabra como ofrenda de expiación; y el sacerdote le hará expiación por su pecado.  
Lev.5:7 Y si no tuviere lo suficiente para un cordero, traerá a Jehová en expiación por su pecado que cometió, dos tórtolas o dos palominos, el uno para expiación, y el otro para holocausto.  
Lev.5:8 Y los traerá al sacerdote, el cual ofrecerá primero el que es para expiación; y le arrancará de su cuello la cabeza, mas no la separará por completo.  
Lev.5:9 Y rociará de la sangre de la expiación sobre la pared del altar; y lo que sobrare de la sangre lo exprimirá al pie del altar; es expiación.  
Lev.5:10 Y del otro hará holocausto conforme al rito; así el sacerdote hará expiación por el pecado de aquel que lo cometió, y será perdonado.
Lev.5:11 Mas si no tuviere lo suficiente para dos tórtolas, o dos palominos, el que pecó traerá como ofrenda la décima parte de un efa  de flor de harina para expiación. No pondrá sobre ella aceite, ni sobre ella pondrá incienso, porque es expiación.  
Lev.5:12 La traerá, pues, al sacerdote, y el sacerdote tomará de ella su puño lleno, para memoria de él, y la hará arder en el altar sobre las ofrendas encendidas a Jehová; es expiación.  
Lev.5:13 Y hará el sacerdote expiación por él en cuanto al pecado que cometió en alguna de estas cosas, y será perdonado; y el sobrante será del sacerdote, como la ofrenda de vianda.  

Ofrendas expiatorias  

Lev.5:14 Habló más Jehová a Moisés, diciendo:  
Lev.5:15 Cuando alguna persona cometiere falta, y pecare por yerro en las cosas santas de Jehová, traerá por su culpa a Jehová un carnero sin defecto de los rebaños, conforme a tu estimación en siclos de plata  del siclo del santuario, en ofrenda por el pecado.  
Lev.5:16 Y pagará lo que hubiere defraudado de las cosas santas, y añadirá a ello la quinta parte, y lo dará al sacerdote; y el sacerdote hará expiación por él con el carnero del sacrificio por el pecado, y será perdonado.  
Lev.5:17 Finalmente, si una persona pecare, o hiciere alguna de todas aquellas cosas que por mandamiento de Jehová no se han de hacer, aun sin hacerlo a sabiendas, es culpable, y llevará su pecado.  
Lev.5:18 Traerá, pues, al sacerdote para expiación, según tú lo estimes, un carnero sin defecto de los rebaños; y el sacerdote le hará expiación por el yerro que cometió por ignorancia, y será perdonado.  
Lev.5:19 Es infracción, y ciertamente delinquió contra Jehová.  

Capítulo 6

Lev.6:1 Habló Jehová a Moisés, diciendo:  
Lev.6:2 Cuando una persona pecare e hiciere prevaricación contra Jehová, y negare a su prójimo lo encomendado o dejado en su mano, o bien robare o calumniare a su prójimo,  
Lev.6:3 o habiendo hallado lo perdido después lo negare, y jurare en falso; en alguna de todas aquellas cosas en que suele pecar el hombre,  
Lev.6:4 entonces, habiendo pecado y ofendido, restituirá aquello que robó, o el daño de la calumnia, o el depósito que se le encomendó, o lo perdido que halló,  
Lev.6:5 o todo aquello sobre que hubiere jurado falsamente; lo restituirá por entero a aquel a quien pertenece, y añadirá a ello la quinta parte, en el día de su expiación.  
Lev.6:6 Y para expiación de su culpa traerá a Jehová un carnero sin defecto de los rebaños, conforme a tu estimación, y lo dará al sacerdote para la expiación.  
Lev.6:7 Y el sacerdote hará expiación por él delante de Jehová, y obtendrá perdón de cualquiera de todas las cosas en que suele ofender.  

Leyes de los sacrificios  

Lev.6:8 Habló aún Jehová a Moisés, diciendo:  
Lev.6:9 Manda a Aarón y a sus hijos, y diles: Esta es la ley del holocausto: el holocausto estará sobre el fuego encendido sobre el altar toda la noche, hasta la mañana; el fuego del altar arderá en él.  
Lev.6:10 Y el sacerdote se pondrá su vestidura de lino, y vestirá calzoncillos de lino sobre su cuerpo; y cuando el fuego hubiere consumido el holocausto, apartará él las cenizas de sobre el altar, y las pondrá junto al altar.  
Lev.6:11 Después se quitará sus vestiduras y se pondrá otras ropas, y sacará las cenizas fuera del campamento a un lugar limpio.  
Lev.6:12 Y el fuego encendido sobre el altar no se apagará, sino que el sacerdote pondrá en él leña cada mañana, y acomodará el holocausto sobre él, y quemará sobre él las grosuras de los sacrificios de paz.  
Lev.6:13 El fuego arderá continuamente en el altar; no se apagará.  
Lev.6:14 Esta es la ley de la ofrenda: La ofrecerán los hijos de Aarón delante de Jehová ante el altar.  
Lev.6:15 Y tomará de ella un puñado de la flor de harina de la ofrenda, y de su aceite, y todo el incienso que está sobre la ofrenda, y lo hará arder sobre el altar por memorial en olor grato a Jehová.  
Lev.6:16 Y el sobrante de ella lo comerán Aarón y sus hijos; sin levadura se comerá en lugar santo; en el atrio del tabernáculo de reunión lo comerán.  
Lev.6:17 No se cocerá con levadura; la he dado a ellos por su porción de mis ofrendas encendidas; es cosa santísima, como el sacrificio por el pecado, y como el sacrificio por la culpa.  
Lev.6:18 Todos los varones de los hijos de Aarón comerán de ella. Estatuto perpetuo será para vuestras generaciones tocante a las ofrendas encendidas para Jehová; toda cosa que tocare en ellas será santificada.  
Lev.6:19 Habló también Jehová a Moisés, diciendo:  
Lev.6:20 Esta es la ofrenda de Aarón y de sus hijos, que ofrecerán a Jehová el día que fueren ungidos: la décima parte de un efa  de flor de harina, ofrenda perpetua, la mitad a la mañana y la mitad a la tarde.  
Lev.6:21 En sartén se preparará con aceite; frita la traerás, y los pedazos cocidos de la ofrenda ofrecerás en olor grato a Jehová.  
Lev.6:22 Y el sacerdote que en lugar de Aarón fuere ungido de entre sus hijos, hará igual ofrenda. Es estatuto perpetuo de Jehová; toda ella será quemada.  
Lev.6:23 Toda ofrenda de sacerdote será enteramente quemada; no se comerá.  
Lev.6:24 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:  
Lev.6:25 Habla a Aarón y a sus hijos, y diles: Esta es la ley del sacrificio expiatorio: en el lugar donde se degüella el holocausto, será degollada la ofrenda por el pecado delante de Jehová; es cosa santísima.  
Lev.6:26 El sacerdote que la ofreciere por el pecado, la comerá; en lugar santo será comida, en el atrio del tabernáculo de reunión.  
Lev.6:27 Todo lo que tocare su carne, será santificado; y si salpicare su sangre sobre el vestido, lavarás aquello sobre que cayere, en lugar santo.  
Lev.6:28 Y la vasija de barro en que fuere cocida, será quebrada; y si fuere cocida en vasija de bronce, será fregada y lavada con agua.
Lev.6:29 Todo varón de entre los sacerdotes la comerá; es cosa santísima.  
Lev.6:30 Mas no se comerá ninguna ofrenda de cuya sangre se metiere en el tabernáculo de reunión para hacer expiación en el santuario; al fuego será quemada.


Capítulo 21

Prov.21:1 Como los repartimientos de las aguas,  
Así está el corazón del rey en la mano de Jehová;  
A todo lo que quiere lo inclina.  
Prov.21:2 Todo camino del hombre es recto en su propia opinión;  
Pero Jehová pesa los corazones.  
Prov.21:3 Hacer justicia y juicio es a Jehová  
Más agradable que sacrificio.  
Prov.21:4 Altivez de ojos, y orgullo de corazón,  
Y pensamiento de impíos, son pecado.  
Prov.21:5 Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia;  
Mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza.  
Prov.21:6 Amontonar tesoros con lengua mentirosa  
Es aliento fugaz de aquellos que buscan la muerte.  
Prov.21:7 La rapiña de los impíos los destruirá,
Por cuanto no quisieron hacer juicio.  
Prov.21:8 El camino del hombre perverso es torcido y extraño;  
Mas los hechos del limpio son rectos.  
Prov.21:9 Mejor es vivir en un rincón del terrado  
Que con mujer rencillosa en casa espaciosa.  
Prov.21:10 El alma del impío desea el mal;  
Su prójimo no halla favor en sus ojos.  
Prov.21:11 Cuando el escarnecedor es castigado, el simple se hace sabio;  
Y cuando se le amonesta al sabio, aprende ciencia.  
Prov.21:12 Considera el justo la casa del impío,  
Cómo los impíos son trastornados por el mal.  
Prov.21:13 El que cierra su oído al clamor del pobre,  
También él clamará, y no será oído.  
Prov.21:14  La dádiva en secreto calma el furor,  
Y el don en el seno, la fuerte ira.  
Prov.21:15 Alegría es para el justo el hacer juicio;  
Mas destrucción a los que hacen iniquidad.  
Prov.21:16 El hombre que se aparta del camino de la sabiduría  
Vendrá a parar en la compañía de los muertos.  
Prov.21:17 Hombre necesitado será el que ama el deleite,  
Y el que ama el vino y los ungüentos no se enriquecerá.
Prov.21:18 Rescate del justo es el impío,  
Y por los rectos, el prevaricador.  
Prov.21:19 Mejor es morar en tierra desierta  
Que con la mujer rencillosa e iracunda.  
Prov.21:20 Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio;  
Mas el hombre insensato todo lo disipa.  
Prov.21:21 El que sigue la justicia y la misericordia  
Hallará la vida, la justicia y la honra.  
Prov.21:22 Tomó el sabio la ciudad de los fuertes,  
Y derribó la fuerza en que ella confiaba.  
Prov.21:23 El que guarda su boca y su lengua,  
Su alma guarda de angustias.  
Prov.21:24 Escarnecedor es el nombre del soberbio y presuntuoso  
Que obra en la insolencia de su presunción.
Prov.21:25 El deseo del perezoso le mata,  
Porque sus manos no quieren trabajar.  
Prov.21:26 Hay quien todo el día codicia;  
Pero el justo da, y no detiene su mano.  
Prov.21:27 El sacrificio de los impíos es abominación;  
¡Cuánto más ofreciéndolo con maldad!  
Prov.21:28 El testigo mentiroso perecerá;  
Mas el hombre que oye, permanecerá en su dicho.  
Prov.21:29 El hombre impío endurece su rostro;  
Mas el recto ordena sus caminos.  
Prov.21:30 No hay sabiduría, ni inteligencia,  
Ni consejo, contra Jehová.  
Prov.21:31 El caballo se alista para el día de la batalla;  

Mas Jehová es el que da la victoria.

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