“A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche”. (Isaías 55:1).-
El alza de los precios
Este es el comentario acerca de la carestía de la vida en nuestro país Argentina y en varios de latino américa: “Quien compara la actual curva de los precios de distintos artículos con los costos de diez años atrás, se asusta al observar el enorme aumento de los precios. Los costos de los artículos de primera necesidad se han cuadruplicado en algunos casos mas”.-
Para nuestra dicha, Dios no aumentó el precio de su oferta. Aun vale lo que fue dicho hace miles de años por el profeta en el versículo de la fecha. Que no se trata de productos naturales, lo dicen claramente los versículos siguientes: “Comed del bien y se deleitará vuestra alma… oíd, y vivirá vuestra alma” (V. 2-3). Se habla, pues, del alimento para el alma y de la vida eterna. Dios nos ofrece esos dones gratuitamente: “La dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23).
El precio para la salvación de seres culpables ha sido pagado. Así lo exigía la justicia de Dios para poder perdonar la culpa de los hombres. Dios mismo pagó el más alto precio para abrirnos, a usted que lee y a mí, la entrada al cielo. Por eso “no escatimó ni a su propio Hijo, sino que le entregó por todos nosotros”.
Dios no requiere ninguna compensación de parte de los hombres. Sólo pide fe en El y en Jesucristo. Quien quiere aceptar la vida eterna como un don de Dios debe, por supuesto, presentarse ante El como un pecador y confesarse culpable. No hay otras exigencias en el programa de Dios para la salvación.
¿No querrá el lector aceptar Su don con estas condiciones?...
Hay un pensamiento filosófico que dice que primero tienen que estar las necesidades básicas satisfechas para que el ser humano se dedique a la religión, pero esto no es considerado así por el Señor, ya que el Evangelio NO es religión, el Evangelio es Vida, por lo cual nuestro Señor como señal para Juan el bautista le mando a decir: "Id y decid a Juan, los ciegos ven, los sordos oyen... y a los pobres les es anunciado el Reino de los cielos...", por lo que no hay ningún impedimento para acercarse a la mesa del Rey aunque se este en la misma indigencia... Gloria al Señor Jesucristo quien es Redentor hasta lo sumo, Amen y Amen.-
Saludo con la Paz de nuestro Señor JesucristoEl alza de los precios
Este es el comentario acerca de la carestía de la vida en nuestro país Argentina y en varios de latino américa: “Quien compara la actual curva de los precios de distintos artículos con los costos de diez años atrás, se asusta al observar el enorme aumento de los precios. Los costos de los artículos de primera necesidad se han cuadruplicado en algunos casos mas”.-
Para nuestra dicha, Dios no aumentó el precio de su oferta. Aun vale lo que fue dicho hace miles de años por el profeta en el versículo de la fecha. Que no se trata de productos naturales, lo dicen claramente los versículos siguientes: “Comed del bien y se deleitará vuestra alma… oíd, y vivirá vuestra alma” (V. 2-3). Se habla, pues, del alimento para el alma y de la vida eterna. Dios nos ofrece esos dones gratuitamente: “La dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23).
El precio para la salvación de seres culpables ha sido pagado. Así lo exigía la justicia de Dios para poder perdonar la culpa de los hombres. Dios mismo pagó el más alto precio para abrirnos, a usted que lee y a mí, la entrada al cielo. Por eso “no escatimó ni a su propio Hijo, sino que le entregó por todos nosotros”.
Dios no requiere ninguna compensación de parte de los hombres. Sólo pide fe en El y en Jesucristo. Quien quiere aceptar la vida eterna como un don de Dios debe, por supuesto, presentarse ante El como un pecador y confesarse culpable. No hay otras exigencias en el programa de Dios para la salvación.
¿No querrá el lector aceptar Su don con estas condiciones?...
Hay un pensamiento filosófico que dice que primero tienen que estar las necesidades básicas satisfechas para que el ser humano se dedique a la religión, pero esto no es considerado así por el Señor, ya que el Evangelio NO es religión, el Evangelio es Vida, por lo cual nuestro Señor como señal para Juan el bautista le mando a decir: "Id y decid a Juan, los ciegos ven, los sordos oyen... y a los pobres les es anunciado el Reino de los cielos...", por lo que no hay ningún impedimento para acercarse a la mesa del Rey aunque se este en la misma indigencia... Gloria al Señor Jesucristo quien es Redentor hasta lo sumo, Amen y Amen.-
LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año.-
La Epístola del Apóstol
San Pablo a los
ROMANOS
Capítulo 1
Salutación
Rom.1:1 Pablo, siervo
de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios,
Rom.1:2 que él había
prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras,
Rom.1:3 acerca de su
Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la
carne,
Rom.1:4 que fue
declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la
resurrección de entre los muertos,
Rom.1:5 y por quien
recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las
naciones por amor de su nombre;
Rom.1:6 entre las
cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo;
Rom.1:7 a todos los que
estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros,
de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Deseo de Pablo de
visitar Roma
Rom.1:8 Primeramente
doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que
vuestra fe se divulga por todo el mundo.
Rom.1:9 Porque testigo
me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, de que sin
cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones,
Rom.1:10 rogando que de
alguna manera tenga al fin, por la voluntad de Dios, un próspero viaje para ir
a vosotros.
Rom.1:11 Porque deseo
veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis
confirmados;
Rom.1:12 esto es, para
ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí.
Rom.1:13 Pero no
quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros
(pero hasta ahora he sido estorbado), para tener también entre vosotros algún
fruto, como entre los demás gentiles.
Rom.1:14 A griegos y a
no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor.
Rom.1:15 Así que, en
cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que
estáis en Roma.
Capítulo 8
Israel pide rey
1°Sam.8:1 Aconteció que
habiendo Samuel envejecido, puso a sus hijos por jueces sobre Israel.
1°Sam.8:2 Y el nombre
de su hijo primogénito fue Joel, y el nombre del segundo, Abías; y eran jueces
en Beerseba.
1°Sam.8:3 Pero no
anduvieron los hijos por los caminos de su padre, antes se volvieron tras la
avaricia, dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho.
1°Sam.8:4 Entonces
todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron a Ramá para ver a
Samuel,
1°Sam.8:5 y le dijeron:
He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto,
constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones.
1°Sam.8:6 Pero no
agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel
oró a Jehová.
1°Sam.8:7 Y dijo Jehová
a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han
desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos.
1°Sam.8:8 Conforme a
todas las obras que han hecho desde el día que los saqué de Egipto hasta hoy,
dejándome a mí y sirviendo a dioses ajenos, así hacen también contigo.
1°Sam.8:9 Ahora, pues,
oye su voz; mas protesta solemnemente contra ellos, y muéstrales cómo les
tratará el rey que reinará sobre ellos.
1°Sam.8:10 Y refirió
Samuel todas las palabras de Jehová al pueblo que le había pedido rey.
1°Sam.8:11 Dijo, pues:
Así hará el rey que reinará sobre vosotros: tomará vuestros hijos, y los pondrá
en sus carros y en su gente de a caballo, para que corran delante de su
carro;
1°Sam.8:12 y nombrará
para sí jefes de miles y jefes de cincuentenas; los pondrá asimismo a que aren
sus campos y sieguen sus mieses, y a que hagan sus armas de guerra y los
pertrechos de sus carros.
1°Sam.8:13 Tomará
también a vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras y
amasadoras.
1°Sam.8:14 Asimismo
tomará lo mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas y de vuestros olivares,
y los dará a sus siervos.
1°Sam.8:15 Diezmará
vuestro grano y vuestras viñas, para dar a sus oficiales y a sus siervos.
1°Sam.8:16 Tomará
vuestros siervos y vuestras siervas, vuestros mejores jóvenes, y vuestros
asnos, y con ellos hará sus obras.
1°Sam.8:17 Diezmará
también vuestros rebaños, y seréis sus siervos.
1°Sam.8:18 Y clamaréis
aquel día a causa de vuestro rey que os habréis elegido, mas Jehová no os
responderá en aquel día.
1°Sam.8:19 Pero el
pueblo no quiso oír la voz de Samuel, y dijo: No, sino que habrá rey sobre
nosotros;
1°Sam.8:20 y nosotros
seremos también como todas las naciones, y nuestro rey nos gobernará, y saldrá
delante de nosotros, y hará nuestras guerras.
1°Sam.8:21 Y oyó Samuel
todas las palabras del pueblo, y las refirió en oídos de Jehová.
1°Sam.8:22 Y Jehová
dijo a Samuel: Oye su voz, y pon rey sobre ellos. Entonces dijo Samuel a los
varones de Israel: Idos cada uno a vuestra ciudad.
Capítulo 54
Plegaria pidiendo
protección contra los enemigos
Al músico principal; en
Neginot. Masquil de David, cuando vinieron los zifeos y dijeron a Saúl: ¿No
está David escondido en nuestra tierra?
Sal.54:1 Oh Dios,
sálvame por tu nombre,
Y con tu poder defiéndeme.
Sal.54:2 Oh Dios, oye
mi oración;
Escucha las razones de mi boca.
Sal.54:3 Porque
extraños se han levantado contra mí,
Y hombres violentos buscan mi vida;
No han puesto a Dios delante de sí. Selah
Sal.54:4 He aquí, Dios
es el que me ayuda;
El Señor está con los que sostienen mi vida.
Sal.54:5 El devolverá
el mal a mis enemigos;
Córtalos por tu verdad.
Sal.54:6
Voluntariamente sacrificaré a ti;
Alabaré tu nombre, oh Jehová, porque es bueno.
Sal.54:7 Porque él me
ha librado de toda angustia,
Y mis ojos han visto la ruina de mis enemigos.
Capítulo 54
Plegaria pidiendo
protección contra los enemigos
Al músico principal; en
Neginot. Masquil de David, cuando vinieron los zifeos y dijeron a Saúl: ¿No
está David escondido en nuestra tierra?
Sal.54:1 Oh Dios,
sálvame por tu nombre,
Y con tu poder defiéndeme.
Sal.54:2 Oh Dios, oye
mi oración;
Escucha las razones de mi boca.
Sal.54:3 Porque
extraños se han levantado contra mí,
Y hombres violentos buscan mi vida;
No han puesto a Dios delante de sí. Selah
Sal.54:4 He aquí, Dios
es el que me ayuda;
El Señor está con los que sostienen mi vida.
Sal.54:5 El devolverá
el mal a mis enemigos;
Córtalos por tu verdad.
Sal.54:6
Voluntariamente sacrificaré a ti;
Alabaré tu nombre, oh Jehová, porque es bueno.
Sal.54:7 Porque él me
ha librado de toda angustia,
Y mis ojos han visto la ruina de mis enemigos.
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