“Sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados” (Santiago 5:20).-
Ganado por el amor
Un tapicero, conocido en todo un pueblo como un bebedor empedernido, un día quedó ebrio, ante la cerca del jardín del orfanato cuando acertó a pasar un ministro de Dios. Al ver al pobre borracho en el suelo, se acercó a él, lo sacudió y le preguntó amablemente qué era lo que le pasaba. El hombre contestó tan bien como le fue posible y, como era de esperar, se lamentó y habló de sus miserias y angustias. Al oír ese triste relato, los ojos del creyente se llenaron de lágrimas, El borracho vio las lágrimas y le pareció que le caían en el corazón. Semejante prueba de afecto lo conmovió. Su conciencia despertó; pensó en todos los pecados que había cometido y en su desdichada mujer e hijos.
Volvió a su casa y le contó a su esposa el encuentro que había tenido. Durante el relato siempre volvía a repetir: “Por amor el ministro de Dios me levantó, me hizo preguntas y luego lloró por mí”.
Con verdadero arrepentimiento, el hombre se echó de rodillas ante Dios y le suplicó que lo libertara del poder del pecado. Dios le concedió la gracia del perdón y de la liberación. El halló la paz con Dios y siguió firmemente a Jesús. Más tarde, repetía a menudo: “Ese amor, esas lágrimas me vencieron y me ganaron para el Señor Jesús”.
¡Oh Señor ayúdanos, que se pueda hallar más del amor de Cristo en nosotros!
“Si... entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve” (1 Corintios 13:2-3).
Ganado por el amor
Un tapicero, conocido en todo un pueblo como un bebedor empedernido, un día quedó ebrio, ante la cerca del jardín del orfanato cuando acertó a pasar un ministro de Dios. Al ver al pobre borracho en el suelo, se acercó a él, lo sacudió y le preguntó amablemente qué era lo que le pasaba. El hombre contestó tan bien como le fue posible y, como era de esperar, se lamentó y habló de sus miserias y angustias. Al oír ese triste relato, los ojos del creyente se llenaron de lágrimas, El borracho vio las lágrimas y le pareció que le caían en el corazón. Semejante prueba de afecto lo conmovió. Su conciencia despertó; pensó en todos los pecados que había cometido y en su desdichada mujer e hijos.
Volvió a su casa y le contó a su esposa el encuentro que había tenido. Durante el relato siempre volvía a repetir: “Por amor el ministro de Dios me levantó, me hizo preguntas y luego lloró por mí”.
Con verdadero arrepentimiento, el hombre se echó de rodillas ante Dios y le suplicó que lo libertara del poder del pecado. Dios le concedió la gracia del perdón y de la liberación. El halló la paz con Dios y siguió firmemente a Jesús. Más tarde, repetía a menudo: “Ese amor, esas lágrimas me vencieron y me ganaron para el Señor Jesús”.
¡Oh Señor ayúdanos, que se pueda hallar más del amor de Cristo en nosotros!
“Si... entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve” (1 Corintios 13:2-3).
Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo
LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año.-
El poder del evangelio
Rom.1:16 Porque no me
avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel
que cree; al judío primeramente, y también al griego.
Rom.1:17 Porque en el
evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito:
Mas el justo por la fe vivirá.
La culpabilidad del
hombre
Rom.1:18 Porque la ira
de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los
hombres que detienen con injusticia la verdad;
Rom.1:19 porque lo que
de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.
Rom.1:20 Porque las
cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles
desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas,
de modo que no tienen excusa.
Rom.1:21 Pues habiendo
conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que
se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue
entenebrecido.
Rom.1:22 Profesando ser
sabios, se hicieron necios,
Rom.1:23 y cambiaron la
gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de
aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
Rom.1:24 Por lo cual
también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus
corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos,
Rom.1:25 ya que
cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las
criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.
Rom.1:26 Por esto Dios
los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso
natural por el que es contra naturaleza,
Rom.1:27 y de igual
modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en
su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres,
y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.
Rom.1:28 Y como ellos
no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada,
para hacer cosas que no convienen;
Rom.1:29 estando
atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad;
llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;
Rom.1:30 murmuradores,
detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores
de males, desobedientes a los padres,
Rom.1:31 necios,
desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia;
Rom.1:32 quienes
habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son
dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que
las practican.
Capítulo 9
Saúl es elegido
rey
1°Sam.9:1 Había un
varón de Benjamín, hombre valeroso, el cual se llamaba Cis, hijo de Abiel, hijo
de Zeror, hijo de Becorat, hijo de Afía, hijo de un benjamita.
1°Sam.9:2 Y tenía él un
hijo que se llamaba Saúl, joven y hermoso. Entre los hijos de Israel no había
otro más hermoso que él; de hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del
pueblo.
1°Sam.9:3 Y se habían
perdido las asnas de Cis, padre de Saúl; por lo que dijo Cis a Saúl su hijo:
Toma ahora contigo alguno de los criados, y levántate, y ve a buscar las
asnas.
1°Sam.9:4 Y él pasó el
monte de Efraín, y de allí a la tierra de Salisa, y no las hallaron. Pasaron
luego por la tierra de Saalim, y tampoco. Después pasaron por la tierra de
Benjamín, y no las encontraron.
1°Sam.9:5 Cuando
vinieron a la tierra de Zuf, Saúl dijo a su criado que tenía consigo: Ven,
volvámonos; porque quizá mi padre, abandonada la preocupación por las asnas,
estará acongojado por nosotros.
1°Sam.9:6 El le
respondió: He aquí ahora hay en esta ciudad un varón de Dios, que es hombre
insigne; todo lo que él dice acontece sin falta. Vamos, pues, allá; quizá nos
dará algún indicio acerca del objeto por el cual emprendimos nuestro
camino.
1°Sam.9:7 Respondió
Saúl a su criado: Vamos ahora; pero ¿qué llevaremos al varón? Porque el pan de
nuestras alforjas se ha acabado, y no tenemos qué ofrecerle al varón de Dios.
¿Qué tenemos?
1°Sam.9:8 Entonces
volvió el criado a responder a Saúl, diciendo: He aquí se halla en mi mano la
cuarta parte de un siclo de plata; esto daré al varón de Dios, para que nos
declare nuestro camino.
1°Sam.9:9 (Antiguamente
en Israel cualquiera que iba a consultar a Dios, decía así: Venid y vamos al
vidente; porque al que hoy se llama profeta, entonces se le llamaba
vidente.)
1°Sam.9:10 Dijo
entonces Saúl a su criado: Dices bien; anda, vamos. Y fueron a la ciudad donde
estaba el varón de Dios.
1°Sam.9:11 Y cuando
subían por la cuesta de la ciudad, hallaron unas doncellas que salían por agua,
a las cuales dijeron: ¿Está en este lugar el vidente?
1°Sam.9:12 Ellas,
respondiéndoles, dijeron: Sí; helo allí delante de ti; date prisa, pues, porque
hoy ha venido a la ciudad en atención a que el pueblo tiene hoy un sacrificio
en el lugar alto.
1°Sam.9:13 Cuando
entréis en la ciudad, le encontraréis luego, antes que suba al lugar alto a
comer; pues el pueblo no comerá hasta que él haya llegado, por cuanto él es el
que bendice el sacrificio; después de esto comen los convidados. Subid, pues,
ahora, porque ahora le hallaréis.
1°Sam.9:14 Ellos
entonces subieron a la ciudad; y cuando estuvieron en medio de ella, he aquí
Samuel venía hacía ellos para subir al lugar alto.
1°Sam.9:15 Y un día
antes que Saúl viniese, Jehová había revelado al oído de Samuel, diciendo:
1°Sam.9:16 Mañana a
esta misma hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual
ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel, y salvará a mi pueblo de mano de
los filisteos; porque yo he mirado a mi pueblo, por cuanto su clamor ha llegado
hasta mí.
1°Sam.9:17 Y luego que
Samuel vio a Saúl, Jehová le dijo: He aquí éste es el varón del cual te hablé;
éste gobernará a mi pueblo.
1°Sam.9:18 Acercándose,
pues, Saúl a Samuel en medio de la puerta, le dijo: Te ruego que me enseñes
dónde está la casa del vidente.
1°Sam.9:19 Y Samuel
respondió a Saúl, diciendo: Yo soy el vidente; sube delante de mí al lugar
alto, y come hoy conmigo, y por la mañana te despacharé, y te descubriré todo
lo que está en tu corazón.
1°Sam.9:20 Y de las
asnas que se te perdieron hace ya tres días, pierde cuidado de ellas, porque se
han hallado. Mas ¿para quién es todo lo que hay de codiciable en Israel, sino
para ti y para toda la casa de tu padre?
1°Sam.9:21 Saúl
respondió y dijo: ¿No soy yo hijo de Benjamín, de la más pequeña de las tribus
de Israel? Y mi familia ¿no es la más pequeña de todas las familias de la tribu
de Benjamín? ¿Por qué, pues, me has dicho cosa semejante?
1°Sam.9:22 Entonces
Samuel tomó a Saúl y a su criado, los introdujo a la sala, y les dio lugar a la
cabecera de los convidados, que eran unos treinta hombres.
1°Sam.9:23 Y dijo
Samuel al cocinero: Trae acá la porción que te di, la cual te dije que
guardases aparte.
1°Sam.9:24 Entonces
alzó el cocinero una espaldilla, con lo que estaba sobre ella, y la puso
delante de Saúl. Y Samuel dijo: He aquí lo que estaba reservado; ponlo delante
de ti y come, porque para esta ocasión se te guardó, cuando dije: Yo he
convidado al pueblo. Y Saúl comió aquel día con Samuel.
1°Sam.9:25 Y cuando hubieron
descendido del lugar alto a la ciudad, él habló con Saúl en el terrado.
1°Sam.9:26 Al otro día
madrugaron; y al despuntar el alba, Samuel llamó a Saúl, que estaba en el
terrado, y dijo: Levántate, para que te despida. Luego se levantó Saúl, y salieron
ambos, él y Samuel.
1°Sam.9:27 Y
descendiendo ellos al extremo de la ciudad, dijo Samuel a Saúl: Di al criado
que se adelante (y se adelantó el criado), mas espera tú un poco para que te
declare la palabra de Dios.
Capítulo 10
1°Sam.10:1 Tomando
entonces Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su cabeza, y lo besó, y
le dijo: ¿No te ha ungido Jehová por príncipe sobre su pueblo Israel?
1°Sam.10:2 Hoy, después
que te hayas apartado de mí, hallarás dos hombres junto al sepulcro de Raquel, en
el territorio de Benjamín, en Selsa, los cuales te dirán: Las asnas que habías
ido a buscar se han hallado; tu padre ha dejado ya de inquietarse por las
asnas, y está afligido por vosotros, diciendo: ¿Qué haré acerca de mi hijo?
1°Sam.10:3 Y luego que
de allí sigas más adelante, y llegues a la encina de Tabor, te saldrán al
encuentro tres hombres que suben a Dios en Bet-el, llevando uno tres cabritos,
otro tres tortas de pan, y el tercero una vasija de vino;
1°Sam.10:4 los cuales,
luego que te hayan saludado, te darán dos panes, los que tomarás de mano de
ellos.
1°Sam.10:5 Después de
esto llegarás al collado de Dios donde está la guarnición de los filisteos; y
cuando entres allá en la ciudad encontrarás una compañía de profetas que
descienden del lugar alto, y delante de ellos salterio, pandero, flauta y arpa,
y ellos profetizando.
1°Sam.10:6 Entonces el
Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás
mudado en otro hombre.
1°Sam.10:7 Y cuando te
hayan sucedido estas señales, haz lo que te viniere a la mano, porque Dios está
contigo.
1°Sam.10:8 Luego
bajarás delante de mí a Gilgal; entonces descenderé yo a ti para ofrecer
holocaustos y sacrificar ofrendas de paz. Espera siete días, hasta que yo venga
a ti y te enseñe lo que has de hacer.
1°Sam.10:9 Aconteció
luego, que al volver él la espalda para apartarse de Samuel, le mudó Dios su
corazón; y todas estas señales acontecieron en aquel día.
1°Sam.10:10 Y cuando
llegaron allá al collado, he aquí la compañía de los profetas que venía a
encontrarse con él; y el Espíritu de Dios vino sobre él con poder, y profetizó
entre ellos.
1°Sam.10:11 Y aconteció
que cuando todos los que le conocían antes vieron que profetizaba con los
profetas, el pueblo decía el uno al otro: ¿Qué le ha sucedido al hijo de Cis?
¿Saúl también entre los profetas?
1°Sam.10:12 Y alguno de
allí respondió diciendo: ¿Y quién es el padre de ellos? Por esta causa se hizo
proverbio: ¿También Saúl entre los profetas?
1°Sam.10:13 Y cesó de
profetizar, y llegó al lugar alto.
1°Sam.10:14 Un tío de
Saúl dijo a él y a su criado: ¿A dónde fuisteis? Y él respondió: A buscar las
asnas; y como vimos que no parecían, fuimos a Samuel.
1°Sam.10:15 Dijo el tío
de Saúl: Yo te ruego me declares qué os dijo Samuel.
1°Sam.10:16 Y Saúl
respondió a su tío: Nos declaró expresamente que las asnas habían sido
halladas. Mas del asunto del reino, de que Samuel le había hablado, no le
descubrió nada.
Capítulo 55
Plegaria pidiendo la
destrucción de enemigos traicioneros
Al músico principal; en
Neginot. Masquil de David.
Sal.55:1 Escucha, oh
Dios, mi oración,
Y no te escondas de mi súplica.
Sal.55:2 Está atento, y
respóndeme;
Clamo en mi oración, y me conmuevo,
Sal.55:3 A causa de la
voz del enemigo,
Por la opresión del impío;
Porque sobre mí echaron iniquidad,
Y con furor me persiguen.
Sal.55:4 Mi corazón
está dolorido dentro de mí,
Y terrores de muerte sobre mí han caído.
Sal.55:5 Temor y
temblor vinieron sobre mí,
Y terror me ha cubierto.
Sal.55:6 Y dije: ¡Quién
me diese alas como de paloma!
Volaría yo, y descansaría.
Sal.55:7 Ciertamente
huiría lejos;
Moraría en el desierto. Selah
Sal.55:8 Me apresuraría
a escapar
Del viento borrascoso, de la tempestad.
Sal.55:9 Destrúyelos,
oh Señor; confunde la lengua de ellos;
Porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.
Sal.55:10 Día y noche
la rodean sobre sus muros,
E iniquidad y trabajo hay en medio de ella.
Sal.55:11 Maldad hay en
medio de ella,
Y el fraude y el engaño no se apartan de sus plazas.
Sal.55:12 Porque no me
afrentó un enemigo,
Lo cual habría soportado;
Ni se alzó contra mí el que me aborrecía,
Porque me hubiera ocultado de él;
Sal.55:13 Sino tú,
hombre, al parecer íntimo mío,
Mi guía, y mi familiar;
Sal.55:14 Que juntos
comunicábamos dulcemente los secretos,
Y andábamos en amistad en la casa de Dios.
Sal.55:15 Que la muerte
les sorprenda;
Desciendan vivos al Seol,
Porque hay maldades en sus moradas, en medio de ellos.
Sal.55:16 En cuanto a
mí, a Dios clamaré;
Y Jehová me salvará.
Sal.55:17 Tarde y
mañana y a mediodía oraré y clamaré,
Y él oirá mi voz.
Sal.55:18 El redimirá
en paz mi alma de la guerra contra mí,
Aunque contra mí haya muchos.
Sal.55:19 Dios oirá, y
los quebrantará luego,
El que permanece desde la antigüedad;
Por cuanto no cambian,
Ni temen a Dios. Selah
Sal.55:20 Extendió el
inicuo sus manos contra los que estaban en paz con él;
Violó su pacto.
Sal.55:21 Los dichos de
su boca son más blandos que mantequilla,
Pero guerra hay en su corazón;
Suaviza sus palabras más que el aceite,
Mas ellas son espadas desnudas.
Sal.55:22 Echa sobre
Jehová tu carga, y él te sustentará;
No dejará para siempre caído al justo.
Sal.55:23 Mas tú, oh
Dios, harás descender aquéllos al pozo de perdición.
Los hombres sanguinarios y engañadores no llegarán a la
mitad de sus días;
Pero
yo en ti confiaré.
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