"Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; Derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio. Selah"
"Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hijos de varón; Pesándolos a todos igualmente en la balanza, Serán menos que nada". (Sal.62:8 y 9).-

Señor, ¿a quien iremos??

 Considerando el almanaque cristiano que adquirimos en nuestra congregación, el versículo del día es el Salmo 62:8, donde habla donde debemos buscar refugio y confianza, para esto recordé una lectura que podría expresarla con mis palabras pero prefiero reproducirla para no quitarle su fuerza la cual transcribo:
 “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4: 16).-
 “El (Jesucristo) puede compadecerse de nuestras flaquezas”. (porque) entre el pecado más negro y la inocencia, existe una línea gradual de miserias, en la cual sólo el ojo de Dios puede leer, en la complicada urdimbre de nuestra humanidad. Jesucristo es un Salvador hasta la consumación, Salvador completo. Redentor perfecto. El nos salva de todo, por tanto también de lo que, sin ser transgresión a la luz, no deja de ser parte de nuestra humillación: el conjunto de nuestras flaquezas, aquella zona gris en la cual no somos Inocentes, ni pecadores convencidos, ese complejo que son “nuestras flaquezas”. (...)
 "Si el hombre de Dios no abre todo su corazón tal cual es, y no lo abre al Dios-Hombre ¿a quién se lo podrá confiar entonces? Debe hacerlo porque es criatura suya. Debe hacerlo porque El es el Hombre-Dios y lo entiende en todos los Impulsos de su alma: elevados o míseros; lo comprende y puede ayudarlo. Debe franquearle el corazón, porque haciéndolo honrará aquel lado, para muchos desconocido, de la pasión del hombre (del Varón) de dolores, experimentado en quebrantos. He aquí cómo los Salmos nos invitan dándonos el ejemplo alentador “Yo a ti clamo de los extremos de la tierra...” (no dice a qué “extremos” se refiere; cada uno puede ser confortado desde su propia condición personal “extrema’) “...mientras mi corazón languidece” (versión española: cuando mi corazón desmayare). El ideal que lo mueve, el centro mismo de su vida, parece esfumársele, por eso clama: “Llévame a la roca que es más alta que yo” (Salmos 61:2). Más tarde es Dios mismo el que invita, por medio del Salmista ya fortalecido: “Confiad en El, oh pueblos, en todo tiempo”. Los tiempos varían y los hay muy malos. Luego añade: “Derramad (no escondáis nada) delante de él vuestro corazón”. Animo -pareciera agregar- “Dios es nuestro refugio” (Salmos 62:8). Y después “Selah”. Una de las solemnes pausas tan significativas en los Salmos". (Seleccionado del libro "El Hijo del Hombre" de J. Petrelli).-

Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo

LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año.-

Cristo, poder y sabiduría de Dios  

1ºCor.1:18 Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.  

1ºCor.1:19 Pues está escrito:

Destruiré la sabiduría de los sabios,  

Y desecharé el entendimiento de los entendidos.

1ºCor.1:20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?  

1ºCor.1:21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.  

1ºCor.1:22 Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría;  

1ºCor.1:23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura;  

1ºCor.1:24 mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.  

1ºCor.1:25 Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.  

1ºCor.1:26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;  

1ºCor.1:27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;  

1ºCor.1:28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es,  

1ºCor.1:29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.  

1ºCor.1:30 Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención;  

1ºCor.1:31 para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.

Capítulo 14

Profecía de Ahías contra Jeroboam  

1°Rey.14:1 En aquel tiempo Abías hijo de Jeroboam cayó enfermo.  

1°Rey.14:2 Y dijo Jeroboam a su mujer: Levántate ahora y disfrázate, para que no te conozcan que eres la mujer de Jeroboam, y ve a Silo; porque allá está el profeta Ahías, el que me dijo que yo había de ser rey sobre este pueblo.  

1°Rey.14:3 Y toma en tu mano diez panes, y tortas, y una vasija de miel, y ve a él, para que te declare lo que ha de ser de este niño.  

1°Rey.14:4 Y la mujer de Jeroboam lo hizo así; y se levantó y fue a Silo, y vino a casa de Ahías. Y ya no podía ver Ahías, porque sus ojos se habían oscurecido a causa de su vejez.  

1°Rey.14:5 Mas Jehová había dicho a Ahías: He aquí que la mujer de Jeroboam vendrá a consultarte por su hijo, que está enfermo; así y así le responderás, pues cuando ella viniere, vendrá disfrazada.  

1°Rey.14:6 Cuando Ahías oyó el sonido de sus pies, al entrar ella por la puerta, dijo: Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por qué te finges otra? He aquí yo soy enviado a ti con revelación dura.  

1°Rey.14:7 Ve y di a Jeroboam: Así dijo Jehová Dios de Israel: Por cuanto yo te levanté de en medio del pueblo, y te hice príncipe sobre mi pueblo Israel,  

1°Rey.14:8 y rompí el reino de la casa de David y te lo entregué a ti; y tú no has sido como David mi siervo, que guardó mis mandamientos y anduvo en pos de mí con todo su corazón, haciendo solamente lo recto delante de mis ojos,  

1°Rey.14:9 sino que hiciste lo malo sobre todos los que han sido antes de ti, pues fuiste y te hiciste dioses ajenos e imágenes de fundición para enojarme, y a mí me echaste tras tus espaldas;  

1°Rey.14:10 por tanto, he aquí que yo traigo mal sobre la casa de Jeroboam, y destruiré de Jeroboam todo varón, así el siervo como el libre en Israel; y barreré la posteridad de la casa de Jeroboam como se barre el estiércol, hasta que sea acabada.

1°Rey.14:11 El que muera de los de Jeroboam en la ciudad, lo comerán los perros, y el que muera en el campo, lo comerán las aves del cielo; porque Jehová lo ha dicho.  

1°Rey.14:12 Y tú levántate y vete a tu casa; y al poner tu pie en la ciudad, morirá el niño.  

1°Rey.14:13 Y todo Israel lo endechará, y le enterrarán; porque de los de Jeroboam, sólo él será sepultado, por cuanto se ha hallado en él alguna cosa buena delante de Jehová Dios de Israel, en la casa de Jeroboam.  

1°Rey.14:14 Y Jehová levantará para sí un rey sobre Israel, el cual destruirá la casa de Jeroboam en este día; y lo hará ahora mismo.  

1°Rey.14:15 Jehová sacudirá a Israel al modo que la caña se agita en las aguas; y él arrancará a Israel de esta buena tierra que había dado a sus padres, y los esparcirá más allá del Eufrates, por cuanto han hecho sus imágenes de Asera, enojando a Jehová.  

1°Rey.14:16 Y él entregará a Israel por los pecados de Jeroboam, el cual pecó, y ha hecho pecar a Israel.  

1°Rey.14:17 Entonces la mujer de Jeroboam se levantó y se marchó, y vino a Tirsa; y entrando ella por el umbral de la casa, el niño murió.  

1°Rey.14:18 Y lo enterraron, y lo endechó todo Israel, conforme a la palabra de Jehová, la cual él había hablado por su siervo el profeta Ahías.  

1°Rey.14:19 Los demás hechos de Jeroboam, las guerras que hizo, y cómo reinó, todo está escrito en el libro de las historias de los reyes de Israel.  

1°Rey.14:20 El tiempo que reinó Jeroboam fue de veintidós años; y habiendo dormido con sus padres, reinó en su lugar Nadab su hijo.  

Reinado de Roboam    (2 Cr. 12.1-16)

1°Rey.14:21 Roboam hijo de Salomón reinó en Judá. De cuarenta y un años era Roboam cuando comenzó a reinar, y diecisiete años reinó en Jerusalén, ciudad que Jehová eligió de todas las tribus de Israel, para poner allí su nombre. El nombre de su madre fue Naama, amonita.  

1°Rey.14:22 Y Judá hizo lo malo ante los ojos de Jehová, y le enojaron más que todo lo que sus padres habían hecho en sus pecados que cometieron.  

1°Rey.14:23 Porque ellos también se edificaron lugares altos, estatuas, e imágenes de Asera, en todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso.

1°Rey.14:24 Hubo también sodomitas en la tierra, e hicieron conforme a todas las abominaciones de las naciones que Jehová había echado delante de los hijos de Israel.  

1°Rey.14:25 Al quinto año del rey Roboam subió Sisac rey de Egipto contra Jerusalén,

1°Rey.14:26 y tomó los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa real, y lo saqueó todo; también se llevó todos los escudos de oro que Salomón había hecho.

1°Rey.14:27 Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de bronce, y los dio a los capitanes de los de la guardia, quienes custodiaban la puerta de la casa real.  

1°Rey.14:28 Cuando el rey entraba en la casa de Jehová, los de la guardia los llevaban; y los ponían en la cámara de los de la guardia.  

1°Rey.14:29 Los demás hechos de Roboam, y todo lo que hizo, ¿no está escrito en las crónicas de los reyes de Judá?  

1°Rey.14:30 Y hubo guerra entre Roboam y Jeroboam todos los días.  

1°Rey.14:31 Y durmió Roboam con sus padres, y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David. El nombre de su madre fue Naama, amonita. Y reinó en su lugar Abiam su hijo.  

Capítulo 2

Jl.2:1 Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra, porque viene el día de Jehová, porque está cercano.  

Jl.2:2 Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra; como sobre los montes se extiende el alba, así vendrá un pueblo grande y fuerte; semejante a él no lo hubo jamás, ni después de él lo habrá en años de muchas generaciones.  

Jl.2:3 Delante de él consumirá fuego, tras de él abrasará llama; como el huerto del Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como desierto asolado; ni tampoco habrá quien de él escape.  

Jl.2:4 Su aspecto, como aspecto de caballos, y como gente de a caballo correrán.  

Jl.2:5 Como estruendo de carros saltarán sobre las cumbres de los montes; como sonido de llama de fuego que consume hojarascas, como pueblo fuerte dispuesto para la batalla.

Jl.2:6 Delante de él temerán los pueblos; se pondrán pálidos todos los semblantes.  

Jl.2:7 Como valientes correrán, como hombres de guerra subirán el muro; cada cual marchará por su camino, y no torcerá su rumbo.  

Jl.2:8 Ninguno estrechará a su compañero, cada uno irá por su carrera; y aun cayendo sobre la espada no se herirán.  

Jl.2:9 Irán por la ciudad, correrán por el muro, subirán por las casas, entrarán por las ventanas a manera de ladrones.  

Jl.2:10 Delante de él temblará la tierra, se estremecerán los cielos; el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor.

Jl.2:11 Y Jehová dará su orden delante de su ejército; porque muy grande es su campamento; fuerte es el que ejecuta su orden; porque grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá soportarlo?