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"Alaba a Jehová, Jerusalén; Alaba a tu Dios, oh Sion".
"Porque fortificó los cerrojos de tus puertas; Bendijo a tus hijos dentro de ti". (Sal.147:13).-

La mejor protección

 Indudablemente podemos decir que algo hay, una guardia angélica o algo parecido en Jerusalén la terrena (Este versículo hace referencia a Jerusalén la ciudad y del Monte de Sion, lo que hoy se llama el monte del templo donde esta una mezquita musulmana), lo se por muchos testimonios de personas que han ido allí y que han sentido algo especial, pero este versículo no lo podremos tomar de forma literal sino solo en un tiempo donde en Jerusalén se guardaban celosamente los mandamientos y mientras estaba la divina presencia en el Santísimo detrás del velo... Hoy lo podremos aplicar a las congregaciones y/o personas en particular que buscan sinceramente que la presencia del Espíritu Santo esté obrando en sus vidas.- Dios es para nosotros el que abre y cierra nuestras puertas porque así esta escrito "Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre:" (Apoc.3:7).- Lo cual es un motivo de alabanza, saber que somos una fuente sellada como dice en el Cantar de los cantares "Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa mía; Fuente cerrada, fuente sellada..." (Cant. 4:12).- Ciudadanos de Jerusalén la celestial; (Heb.12:22) "...sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles...". Pero también hay muchas puertas en nuestras vidas que necesitan ser abiertas para nuestros progresos espirituales o materiales, pero para ello hemos de ponernos detrás del Señor y permitir que se cumpla la promesa escrita en Is.45:2 "Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos;". Por lo cual sabemos que estando El con nosotros, la bendición está asegurada tanto para una Congregación, como para un Hogar o para una persona en particular, y es la única obra que debemos hacer para ser de bendición, es a saber, usar todas las armas a nuestro alcance, las armas de nuestra milicia, como dice nuestro apóstol Pablo "...porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas", "derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,..." (2 Cor.10:4y5), esas armas son la oración, el velar en oración, la alabanza, el ayuno, la lectura y contemplación o meditación de la Santa Palabra, Congregar pidiendo ser llenos del Espíritu Santo, la adoración al único Dios verdadero y hacer las obras que Dios preparó de antemano para que andemos en ellas anunciando el Evangelio para que todos sean salvos... Las puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia, ni contra tí, alma querida, pero has de fijarte en oración de no tener ningún ídolo en tu corazón, ningún pecado secreto y acariciado que esté dejando brechas en tus muros por donde penetre el enemigo que viene a hurtar, matar y destruir... ¿Que diremos entonces? porque "¿Quién podrá entender sus propios errores?, Líbrame de los que me son ocultos." Salmo 19:12.-

Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo






LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año.-


Capítulo 7


Problemas del matrimonio  


1ºCor.7:1 En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le sería al hombre no tocar mujer;  
1ºCor.7:2 pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.  
1ºCor.7:3 El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido.  
1ºCor.7:4 La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.  
1ºCor.7:5 No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.  
1ºCor.7:6 Mas esto digo por vía de concesión, no por mandamiento.  
1ºCor.7:7 Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro.  
1ºCor.7:8 Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo;  
1ºCor.7:9 pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando.  
1ºCor.7:10 Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido;  
1ºCor.7:11 y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.
1ºCor.7:12 Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone.  
1ºCor.7:13 Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone.  
1ºCor.7:14 Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos.  
1ºCor.7:15 Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios.  
1ºCor.7:16 Porque ¿qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer?  
1ºCor.7:17 Pero cada uno como el Señor le repartió, y como Dios llamó a cada uno, así haga; esto ordeno en todas las iglesias.  
1ºCor.7:18 ¿Fue llamado alguno siendo circunciso? Quédese circunciso. ¿Fue llamado alguno siendo incircunciso? No se circuncide.  
1ºCor.7:19 La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios.  
1ºCor.7:20 Cada uno en el estado en que fue llamado, en él se quede.  
1ºCor.7:21 ¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te dé cuidado; pero también, si puedes hacerte libre, procúralo más.  
1ºCor.7:22 Porque el que en el Señor fue llamado siendo esclavo, liberto es del Señor; asimismo el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo.  
1ºCor.7:23 Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres.  
1ºCor.7:24 Cada uno, hermanos, en el estado en que fue llamado, así permanezca para con Dios.  


Capítulo 20


Acab derrota a los sirios


1°Rey.20:1 Entonces Ben-adad rey de Siria juntó a todo su ejército, y con él a treinta y dos reyes, con caballos y carros; y subió y sitió a Samaria, y la combatió.  
1°Rey.20:2 Y envió mensajeros a la ciudad a Acab rey de Israel, diciendo:  
1°Rey.20:3 Así ha dicho Ben-adad: Tu plata y tu oro son míos, y tus mujeres y tus hijos hermosos son míos.  
1°Rey.20:4 Y el rey de Israel respondió y dijo: Como tú dices, rey señor mío, yo soy tuyo, y todo lo que tengo.  
1°Rey.20:5 Volviendo los mensajeros otra vez, dijeron: Así dijo Ben-adad: Yo te envié a decir: Tu plata y tu oro, y tus mujeres y tus hijos me darás.  
1°Rey.20:6 Además, mañana a estas horas enviaré yo a ti mis siervos, los cuales registrarán tu casa, y las casas de tus siervos; y tomarán y llevarán todo lo precioso que tengas.  
1°Rey.20:7 Entonces el rey de Israel llamó a todos los ancianos del país, y les dijo: Entended, y ved ahora cómo éste no busca sino mal; pues ha enviado a mí por mis mujeres y mis hijos, y por mi plata y por mi oro, y yo no se lo he negado.  
1°Rey.20:8 Y todos los ancianos y todo el pueblo le respondieron: No le obedezcas, ni hagas lo que te pide.  
1°Rey.20:9 Entonces él respondió a los embajadores de Ben-adad: Decid al rey mi señor: Haré todo lo que mandaste a tu siervo al principio; mas esto no lo puedo hacer. Y los embajadores fueron, y le dieron la respuesta.  
1°Rey.20:10 Y Ben-adad nuevamente le envió a decir: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, que el polvo de Samaria no bastará a los puños de todo el pueblo que me sigue.  
1°Rey.20:11 Y el rey de Israel respondió y dijo: Decidle que no se alabe tanto el que se ciñe las armas, como el que las desciñe.  
1°Rey.20:12 Y cuando él oyó esta palabra, estando bebiendo con los reyes en las tiendas, dijo a sus siervos: Disponeos. Y ellos se dispusieron contra la ciudad.  
1°Rey.20:13 Y he aquí un profeta vino a Acab rey de Israel, y le dijo: Así ha dicho Jehová: ¿Has visto esta gran multitud? He aquí yo te la entregaré hoy en tu mano, para que conozcas que yo soy Jehová.  
1°Rey.20:14 Y respondió Acab: ¿Por mano de quién? El dijo: Así ha dicho Jehová: Por mano de los siervos de los príncipes de las provincias. Y dijo Acab: ¿Quién comenzará la batalla? Y él respondió: Tú.  
1°Rey.20:15 Entonces él pasó revista a los siervos de los príncipes de las provincias, los cuales fueron doscientos treinta y dos. Luego pasó revista a todo el pueblo, a todos los hijos de Israel, que fueron siete mil.  
1°Rey.20:16 Y salieron a mediodía. Y estaba Ben-adad bebiendo y embriagándose en las tiendas, él y los reyes, los treinta y dos reyes que habían venido en su ayuda.  
1°Rey.20:17 Y los siervos de los príncipes de las provincias salieron los primeros. Y Ben-adad había enviado quien le dio aviso, diciendo: Han salido hombres de Samaria.  
1°Rey.20:18 El entonces dijo: Si han salido por paz, tomadlos vivos; y si han salido para pelear, tomadlos vivos.  
1°Rey.20:19 Salieron, pues, de la ciudad los siervos de los príncipes de las provincias, y en pos de ellos el ejército.  
1°Rey.20:20 Y mató cada uno al que venía contra él; y huyeron los sirios, siguiéndoles los de Israel. Y el rey de Siria, Ben-adad, se escapó en un caballo con alguna gente de caballería.  
1°Rey.20:21 Y salió el rey de Israel, e hirió la gente de a caballo, y los carros, y deshizo a los sirios causándoles gran estrago.  
1°Rey.20:22 Vino luego el profeta al rey de Israel y le dijo: Ve, fortalécete, y considera y mira lo que hagas; porque pasado un año, el rey de Siria vendrá contra ti.  
1°Rey.20:23 Y los siervos del rey de Siria le dijeron: Sus dioses son dioses de los montes, por eso nos han vencido; mas si peleáremos con ellos en la llanura, se verá si no los vencemos.  
1°Rey.20:24 Haz, pues, así: Saca a los reyes cada uno de su puesto, y pon capitanes en lugar de ellos.  
1°Rey.20:25 Y tú fórmate otro ejército como el ejército que perdiste, caballo por caballo, y carro por carro; luego pelearemos con ellos en campo raso, y veremos si no los vencemos. Y él les dio oído, y lo hizo así.  
1°Rey.20:26 Pasado un año, Ben-adad pasó revista al ejército de los sirios, y vino a Afec para pelear contra Israel.  
1°Rey.20:27 Los hijos de Israel fueron también inspeccionados, y tomando provisiones fueron al encuentro de ellos; y acamparon los hijos de Israel delante de ellos como dos rebañuelos de cabras, y los sirios llenaban la tierra.  
1°Rey.20:28 Vino entonces el varón de Dios al rey de Israel, y le habló diciendo: Así dijo Jehová: Por cuanto los sirios han dicho: Jehová es Dios de los montes, y no Dios de los valles, yo entregaré toda esta gran multitud en tu mano, para que conozcáis que yo soy Jehová.  
1°Rey.20:29 Siete días estuvieron acampados los unos frente a los otros, y al séptimo día se dio la batalla; y los hijos de Israel mataron de los sirios en un solo día cien mil hombres de a pie.  
1°Rey.20:30 Los demás huyeron a Afec, a la ciudad; y el muro cayó sobre veintisiete mil hombres que habían quedado. También Ben- adad vino huyendo a la ciudad, y se escondía de aposento en aposento.  
1°Rey.20:31 Entonces sus siervos le dijeron: He aquí, hemos oído de los reyes de la casa de Israel, que son reyes clementes; pongamos, pues, ahora cilicio en nuestros lomos, y sogas en nuestros cuellos, y salgamos al rey de Israel, a ver si por ventura te salva la vida.  
1°Rey.20:32 Ciñeron, pues, sus lomos con cilicio, y sogas a sus cuellos, y vinieron al rey de Israel y le dijeron: Tu siervo Ben-adad dice: Te ruego que viva mi alma. Y él respondió: Si él vive aún, mi hermano es.  
1°Rey.20:33 Esto tomaron aquellos hombres por buen augurio, y se apresuraron a tomar la palabra de su boca, y dijeron: Tu hermano Ben-adad vive. Y él dijo: Id y traedle. Ben-adad entonces se presentó a Acab, y él le hizo subir en un carro.  
1°Rey.20:34 Y le dijo Ben-adad: Las ciudades que mi padre tomó al tuyo, yo las restituiré; y haz plazas en Damasco para ti, como mi padre las hizo en Samaria. Y yo, dijo Acab, te dejaré partir con este pacto. Hizo, pues, pacto con él, y le dejó ir.  
1°Rey.20:35 Entonces un varón de los hijos de los profetas dijo a su compañero por palabra de Dios: Hiéreme ahora. Mas el otro no quiso herirle.  
1°Rey.20:36 El le dijo: Por cuanto no has obedecido a la palabra de Jehová, he aquí que cuando te apartes de mí, te herirá un león. Y cuando se apartó de él, le encontró un león, y le mató.  
1°Rey.20:37 Luego se encontró con otro hombre, y le dijo: Hiéreme ahora. Y el hombre le dio un golpe, y le hizo una herida.  
1°Rey.20:38 Y el profeta se fue, y se puso delante del rey en el camino, y se disfrazó, poniéndose una venda sobre los ojos.  
1°Rey.20:39 Y cuando el rey pasaba, él dio voces al rey, y dijo: Tu siervo salió en medio de la batalla; y he aquí que se me acercó un soldado y me trajo un hombre, diciéndome: Guarda a este hombre, y si llegare a huir, tu vida será por la suya, o pagarás un talento de plata.
1°Rey.20:40 Y mientras tu siervo estaba ocupado en una y en otra cosa, el hombre desapareció. Entonces el rey de Israel le dijo: Esa será tu sentencia; tú la has pronunciado.  
1°Rey.20:41 Pero él se quitó de pronto la venda de sobre sus ojos, y el rey de Israel conoció que era de los profetas.  
1°Rey.20:42 Y él le dijo: Así ha dicho Jehová: Por cuanto soltaste de la mano el hombre de mi anatema, tu vida será por la suya, y tu pueblo por el suyo.  
1°Rey.20:43 Y el rey de Israel se fue a su casa triste y enojado, y llegó a Samaria.


Am.4:4 Id a Bet-el, y prevaricad; aumentad en Gilgal la rebelión, y traed de mañana vuestros sacrificios, y vuestros diezmos cada tres días.  
Am.4:5 Y ofreced sacrificio de alabanza con pan leudado, y proclamad, publicad ofrendas voluntarias, pues que así lo queréis, hijos de Israel, dice Jehová el Señor.  
Am.4:6 Os hice estar a diente limpio en todas vuestras ciudades, y hubo falta de pan en todos vuestros pueblos; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová.  
Am.4:7 También os detuve la lluvia tres meses antes de la siega; e hice llover sobre una ciudad, y sobre otra ciudad no hice llover; sobre una parte llovió, y la parte sobre la cual no llovió, se secó.  
Am.4:8 Y venían dos o tres ciudades a una ciudad para beber agua, y no se saciaban; con todo, no os volvisteis a mí, dice Jehová.  
Am.4:9 Os herí con viento solano y con oruga; la langosta devoró vuestros muchos huertos y vuestras viñas, y vuestros higuerales y vuestros olivares; pero nunca os volvisteis a mí, dice Jehová.  
Am.4:10 Envié contra vosotros mortandad tal como en Egipto; maté a espada a vuestros jóvenes, con cautiverio de vuestros caballos, e hice subir el hedor de vuestros campamentos hasta vuestras narices; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová.  
Am.4:11 Os trastorné como cuando Dios trastornó a Sodoma y a Gomorra, y fuisteis como tizón escapado del fuego; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová.  
Am.4:12 Por tanto, de esta manera te haré a ti, oh Israel; y porque te he de hacer esto, prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel.  
Am.4:13 Porque he aquí, el que forma los montes, y crea el viento, y anuncia al hombre su pensamiento; el que hace de las tinieblas mañana, y pasa sobre las alturas de la tierra; Jehová Dios de los ejércitos es su nombre.  

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