“Se requiere... que cada uno sea hallado fiel”. (1 Corintios 4:2).-
Fidelidad.-
En el año 79, al producirse la erupción del Vesubio, las ciudades de Pompeya y Herculano quedaron sepultadas bajo ríos de lava y cenizas. Durante siglos se ignoró el sitio que habían ocupado. Pero, después que un pastor de ovejas se topó con una insólita piedra al querer cavar un pozo, se hicieron intensivas excavaciones. Pompeya fue casi completamente puesta al descubierto. Aparecieron vestigios de casas y cadáveres de seres humanos y de animales petrificados.
Notable fue el descubrimiento de un soldado petrificado. Por su posición, se podía deducir que debía de haber hecho guardia delante de un importante edificio. Podemos imaginarnos cómo ocurrieron las cosas: el sol se oscureció y una ligera llovizna de cenizas empezó a caer. El soldado permaneció en su puesto. Durante horas llovieron cenizas, pero el soldado no abandonó su guardia. La capa de cenizas fue aumentando siempre más y el soldado se halló ante una opción: huir o permanecer en su puesto. Eligió la segunda posibilidad y, de pie, encontró la muerte por asfixia. Fiel a las órdenes de su superior: tal era su divisa.
Los creyentes tienen a un Señor y Amo: Jesucristo. Y sea lo que fuere lo que les ocurra, el mandamiento que han recibido es éste: permanecer fieles.
A los creyentes de Antioquía, donde se los llamó por primera vez cristianos, Bernabé, el colaborador del apóstol Pablo, “exhortó a todos a que, con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor” (Hechos 11:23) y esa misma exhortación se dirige hoy a todos los creyentes de todas partes y de todos los tiempos.
Saludo con la Paz de nuestro Señor JesucristoFidelidad.-
En el año 79, al producirse la erupción del Vesubio, las ciudades de Pompeya y Herculano quedaron sepultadas bajo ríos de lava y cenizas. Durante siglos se ignoró el sitio que habían ocupado. Pero, después que un pastor de ovejas se topó con una insólita piedra al querer cavar un pozo, se hicieron intensivas excavaciones. Pompeya fue casi completamente puesta al descubierto. Aparecieron vestigios de casas y cadáveres de seres humanos y de animales petrificados.
Notable fue el descubrimiento de un soldado petrificado. Por su posición, se podía deducir que debía de haber hecho guardia delante de un importante edificio. Podemos imaginarnos cómo ocurrieron las cosas: el sol se oscureció y una ligera llovizna de cenizas empezó a caer. El soldado permaneció en su puesto. Durante horas llovieron cenizas, pero el soldado no abandonó su guardia. La capa de cenizas fue aumentando siempre más y el soldado se halló ante una opción: huir o permanecer en su puesto. Eligió la segunda posibilidad y, de pie, encontró la muerte por asfixia. Fiel a las órdenes de su superior: tal era su divisa.
Los creyentes tienen a un Señor y Amo: Jesucristo. Y sea lo que fuere lo que les ocurra, el mandamiento que han recibido es éste: permanecer fieles.
A los creyentes de Antioquía, donde se los llamó por primera vez cristianos, Bernabé, el colaborador del apóstol Pablo, “exhortó a todos a que, con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor” (Hechos 11:23) y esa misma exhortación se dirige hoy a todos los creyentes de todas partes y de todos los tiempos.
LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año
Hec.10:34 Entonces Pedro,
abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de
personas,
Hec.10:35 sino que en toda
nación se agrada del que le teme y hace justicia.
Hec.10:36 Dios envió mensaje a
los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo;
éste es Señor de todos.
Hec.10:37 Vosotros sabéis lo
que se divulgó por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo
que predicó Juan:
Hec.10:38 cómo Dios ungió con
el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo
bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con
él.
Hec.10:39 Y nosotros somos
testigos de todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en
Jerusalén; a quien mataron colgándole en un madero.
Hec.10:40 A éste levantó Dios
al tercer día, e hizo que se manifestase;
Hec.10:41 no a todo el pueblo,
sino a los testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos
y bebimos con él después que resucitó de los muertos.
Hec.10:42 Y nos mandó que
predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por
Juez de vivos y muertos.
Hec.10:43 De éste dan
testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán
perdón de pecados por su nombre.
Hec.10:44 Mientras aún hablaba
Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el
discurso.
Hec.10:45 Y los fieles de la
circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también
sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo.
Hec.10:46 Porque los oían que
hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios.
Hec.10:47 Entonces respondió
Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos
que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?
Hec.10:48 Y mandó bautizarles
en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos
días.
Capítulo 9
Astucia de los gabaonitas
Jos.9:1 Cuando oyeron estas
cosas todos los reyes que estaban a este lado del Jordán, así en las montañas
como en los llanos, y en toda la costa del Mar Grande delante del Líbano, los
heteos, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos,
Jos.9:2 se concertaron para
pelear contra Josué e Israel.
Jos.9:3 Mas los moradores de
Gabaón, cuando oyeron lo que Josué había hecho a Jericó y a Hai,
Jos.9:4 usaron de astucia; pues
fueron y se fingieron embajadores, y tomaron sacos viejos sobre sus asnos, y
cueros viejos de vino, rotos y remendados,
Jos.9:5 y zapatos viejos y
recosidos en sus pies, con vestidos viejos sobre sí; y todo el pan que traían
para el camino era seco y mohoso.
Jos.9:6 Y vinieron a Josué al
campamento en Gilgal, y le dijeron a él y a los de Israel: Nosotros venimos de
tierra muy lejana; haced, pues, ahora alianza con nosotros.
Jos.9:7 Y los de Israel
respondieron a los heveos: Quizás habitáis en medio de nosotros. ¿Cómo, pues,
podremos hacer alianza con vosotros?
Jos.9:8 Ellos respondieron a
Josué: Nosotros somos tus siervos. Y Josué les dijo: ¿Quiénes sois vosotros, y
de dónde venís?
Jos.9:9 Y ellos respondieron:
Tus siervos han venido de tierra muy lejana, por causa del nombre de Jehová tu
Dios; porque hemos oído su fama, y todo lo que hizo en Egipto,
Jos.9:10 y todo lo que hizo a
los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán: a Sehón rey
de Hesbón, y a Og rey de Basán, que estaba en Astarot.
Jos.9:11 Por lo cual nuestros
ancianos y todos los moradores de nuestra tierra nos dijeron: Tomad en vuestras
manos provisión para el camino, e id al encuentro de ellos, y decidles:
Nosotros somos vuestros siervos; haced ahora alianza con nosotros.
Jos.9:12 Este nuestro pan lo
tomamos caliente de nuestras casas para el camino el día que salimos para venir
a vosotros; y helo aquí ahora ya seco y mohoso.
Jos.9:13 Estos cueros de vino
también los llenamos nuevos; helos aquí ya rotos; también estos nuestros
vestidos y nuestros zapatos están ya viejos a causa de lo muy largo del
camino.
Jos.9:14 Y los hombres de
Israel tomaron de la provisiones de ellos, y no consultaron a Jehová.
Jos.9:15 Y Josué hizo paz con
ellos, y celebró con ellos alianza concediéndoles la vida; y también lo juraron
los príncipes de la congregación.
Jos.9:16 Pasados tres días
después que hicieron alianza con ellos, oyeron que eran sus vecinos, y que
habitaban en medio de ellos.
Jos.9:17 Y salieron los hijos
de Israel, y al tercer día llegaron a las ciudades de ellos; y sus ciudades
eran Gabaón, Cafira, Beerot y Quiriat-jearim.
Jos.9:18 Y no los mataron los
hijos de Israel, por cuanto los príncipes de la congregación les habían jurado
por Jehová el Dios de Israel. Y toda la congregación murmuraba contra los
príncipes.
Jos.9:19 Mas todos los
príncipes respondieron a toda la congregación: Nosotros les hemos jurado por
Jehová Dios de Israel; por tanto, ahora no les podemos tocar.
Jos.9:20 Esto haremos con
ellos: les dejaremos vivir, para que no venga ira sobre nosotros por causa del
juramento que les hemos hecho.
Jos.9:21 Dijeron, pues, de
ellos los príncipes: Dejadlos vivir; y fueron constituidos leñadores y
aguadores para toda la congregación, concediéndoles la vida, según les habían
prometido los príncipes.
Jos.9:22 Y llamándolos Josué,
les habló diciendo: ¿Por qué nos habéis engañado, diciendo: Habitamos muy lejos
de vosotros, siendo así que moráis en medio de nosotros?
Jos.9:23 Ahora, pues, malditos
sois, y no dejará de haber de entre vosotros siervos, y quien corte la leña y
saque el agua para la casa de mi Dios.
Jos.9:24 Y ellos respondieron a
Josué y dijeron: Como fue dado a entender a tus siervos que Jehová tu Dios
había mandado a Moisés su siervo que os había de dar toda la tierra, y que
había de destruir a todos los moradores de la tierra delante de vosotros, por
esto temimos en gran manera por nuestras vidas a causa de vosotros, e hicimos
esto.
Jos.9:25 Ahora, pues, henos
aquí en tu mano; lo que te pareciere bueno y recto hacer de nosotros,
hazlo.
Jos.9:26 Y él lo hizo así con
ellos; pues los libró de la mano de los hijos de Israel, y no los mataron.
Jos.9:27 Y Josué los destinó
aquel día a ser leñadores y aguadores para la congregación, y para el altar de
Jehová en el lugar que Jehová eligiese, lo que son hasta hoy.
Capítulo 10
Derrota de los amorreos
Jos.10:1 Cuando Adonisedec rey
de Jerusalén oyó que Josué había tomado a Hai, y que la había asolado (como
había hecho a Jericó y a su rey, así hizo a Hai y a su rey), y que los
moradores de Gabaón habían hecho paz con los israelitas, y que estaban entre
ellos,
Jos.10:2 tuvo gran temor;
porque Gabaón era una gran ciudad, como una de las ciudades reales, y mayor que
Hai, y todos sus hombres eran fuertes.
Jos.10:3 Por lo cual Adonisedec
rey de Jerusalén envió a Hoham rey de Hebrón, a Piream rey de Jarmut, a Jafía
rey de Laquis y a Debir rey de Eglón, diciendo:
Jos.10:4 Subid a mí y ayudadme,
y combatamos a Gabaón; porque ha hecho paz con Josué y con los hijos de
Israel.
Jos.10:5 Y cinco reyes de los
amorreos, el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Jarmut, el rey de Laquis
y el rey de Eglón, se juntaron y subieron, ellos con todos sus ejércitos, y
acamparon cerca de Gabaón, y pelearon contra ella.
Jos.10:6 Entonces los moradores
de Gabaón enviaron a decir a Josué al campamento en Gilgal: No niegues ayuda a
tus siervos; sube prontamente a nosotros para defendernos y ayudarnos; porque
todos los reyes de los amorreos que habitan en las montañas se han unido contra
nosotros.
Jos.10:7 Y subió Josué de
Gilgal, él y todo el pueblo de guerra con él, y todos los hombres valientes.
Jos.10:8 Y Jehová dijo a Josué:
No tengas temor de ellos; porque yo los he entregado en tu mano, y ninguno de
ellos prevalecerá delante de ti.
Jos.10:9 Y Josué vino a ellos
de repente, habiendo subido toda la noche desde Gilgal.
Jos.10:10 Y Jehová los llenó de
consternación delante de Israel, y los hirió con gran mortandad en Gabaón; y
los siguió por el camino que sube a Bet-horón, y los hirió hasta Azeca y
Maceda.
Jos.10:11 Y mientras iban
huyendo de los israelitas, a la bajada de Bet-horón, Jehová arrojó desde el
cielo grandes piedras sobre ellos hasta Azeca, y murieron; y fueron más los que
murieron por las piedras del granizo, que los que los hijos de Israel mataron a
espada.
Jos.10:12 Entonces Josué habló
a Jehová el día en que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de
Israel, y dijo en presencia de los israelitas:
Sol, detente en Gabaón;
Y tú, luna, en el valle de
Ajalón.
Jos.10:13 Y el sol se detuvo y
la luna se paró,
Hasta que la gente se hubo
vengado de sus enemigos.
Jos.¿No está escrito esto en el
libro de Jaser? Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse
casi un día entero.
Jos.10:14 Y no hubo día como
aquel, ni antes ni después de él, habiendo atendido Jehová a la voz de un
hombre; porque Jehová peleaba por Israel.
Jos.10:15 Y Josué, y todo
Israel con él, volvió al campamento en Gilgal.
Jos.10:16 Y los cinco reyes
huyeron, y se escondieron en una cueva en Maceda.
Jos.10:17 Y fue dado aviso a
Josué que los cinco reyes habían sido hallados escondidos en una cueva en
Maceda.
Jos.10:18 Entonces Josué dijo:
Rodad grandes piedras a la entrada de la cueva, y poned hombres junto a ella
para que los guarden;
Jos.10:19 y vosotros no os
detengáis, sino seguid a vuestros enemigos, y heridles la retaguardia, sin
dejarles entrar en sus ciudades; porque Jehová vuestro Dios los ha entregado en
vuestra mano.
Jos.10:20 Y aconteció que
cuando Josué y los hijos de Israel acabaron de herirlos con gran mortandad
hasta destruirlos, los que quedaron de ellos se metieron en las ciudades
fortificadas.
Jos.10:21 Todo el pueblo volvió
sano y salvo a Josué, al campamento en Maceda; no hubo quien moviese su lengua
contra ninguno de los hijos de Israel.
Jos.10:22 Entonces dijo Josué:
Abrid la entrada de la cueva, y sacad de ella a esos cinco reyes.
Jos.10:23 Y lo hicieron así, y
sacaron de la cueva a aquellos cinco reyes: al rey de Jerusalén, al rey de
Hebrón, al rey de Jarmut, al rey de Laquis y al rey de Eglón.
Jos.10:24 Y cuando los hubieron
llevado a Josué, llamó Josué a todos los varones de Israel, y dijo a los
principales de la gente de guerra que habían venido con él: Acercaos, y poned
vuestros pies sobre los cuellos de estos reyes. Y ellos se acercaron y pusieron
sus pies sobre los cuellos de ellos.
Jos.10:25 Y Josué les dijo: No
temáis, ni os atemoricéis; sed fuertes y valientes, porque así hará Jehová a
todos vuestros enemigos contra los cuales peleáis.
Jos.10:26 Y después de esto
Josué los hirió y los mató, y los hizo colgar en cinco maderos; y quedaron
colgados en los maderos hasta caer la noche.
Jos.10:27 Y cuando el sol se
iba a poner, mandó Josué que los quitasen de los maderos, y los echasen en la
cueva donde se habían escondido; y pusieron grandes piedras a la entrada de la
cueva, las cuales permanecen hasta hoy.
Jos.10:28 En aquel mismo día
tomó Josué a Maceda, y la hirió a filo de espada, y mató a su rey; por completo
los destruyó, con todo lo que en ella tenía vida, sin dejar nada; e hizo al rey
de Maceda como había hecho al rey de Jericó.
Jos.10:29 Y de Maceda pasó
Josué, y todo Israel con él, a Libna; y peleó contra Libna;
Jos.10:30 y Jehová la entregó
también a ella y a su rey en manos de Israel; y la hirió a filo de espada, con
todo lo que en ella tenía vida, sin dejar nada; e hizo a su rey de la manera
como había hecho al rey de Jericó.
Jos.10:31 Y Josué, y todo
Israel con él, pasó de Libna a Laquis, y acampó cerca de ella, y la
combatió;
Jos.10:32 y Jehová entregó a
Laquis en mano de Israel, y la tomó al día siguiente, y la hirió a filo de
espada, con todo lo que en ella tenía vida, así como había hecho en Libna.
Jos.10:33 Entonces Horam rey de
Gezer subió en ayuda de Laquis; mas a él y a su pueblo destruyó Josué, hasta no
dejar a ninguno de ellos.
Jos.10:34 De Laquis pasó Josué,
y todo Israel con él, a Eglón; y acamparon cerca de ella, y la
combatieron;
Jos.10:35 y la tomaron el mismo
día, y la hirieron a filo de espada; y aquel día mató a todo lo que en ella
tenía vida, como había hecho en Laquis.
Jos.10:36 Subió luego Josué, y
todo Israel con él, de Eglón a Hebrón, y la combatieron.
Jos.10:37 Y tomándola, la
hirieron a filo de espada, a su rey y a todas sus ciudades, con todo lo que en
ella tenía vida, sin dejar nada; como había hecho a Eglón, así la destruyeron
con todo lo que en ella tenía vida.
Jos.10:38 Después volvió Josué,
y todo Israel con él, sobre Debir, y combatió contra ella;
Jos.10:39 y la tomó, y a su
rey, y a todas sus ciudades; y las hirieron a filo de espada, y destruyeron
todo lo que allí dentro tenía vida, sin dejar nada; como había hecho a Hebrón,
y como había hecho a Libna y a su rey, así hizo a Debir y a su rey.
Jos.10:40 Hirió, pues, Josué
toda la región de las montañas, del Neguev, de los llanos y de las laderas, y a
todos sus reyes, sin dejar nada; todo lo que tenía vida lo mató, como Jehová
Dios de Israel se lo había mandado.
Jos.10:41 Y los hirió Josué
desde Cades-barnea hasta Gaza, y toda la tierra de Gosén hasta Gabaón.
Jos.10:42 Todos estos reyes y
sus tierras los tomó Josué de una vez; porque Jehová el Dios de Israel peleaba
por Israel.
Jos.10:43 Y volvió Josué, y
todo Israel con él, al campamento en Gilgal.
Capítulo 25
Bildad niega que el hombre
pueda ser justificado delante de Dios
Job 25:1 Respondió Bildad
suhita, y dijo:
Job 25:2 El señorío y el temor
están con él;
El hace paz en sus alturas.
Job 25:3 ¿Tienen sus ejércitos
número?
¿Sobre quién no está su luz?
Job 25:4 ¿Cómo, pues, se
justificará el hombre para con Dios?
¿Y cómo será limpio el que nace de mujer?
Job 25:5 He aquí que ni aun la
misma luna será resplandeciente,
Ni las estrellas son limpias delante de sus ojos;
Job 25:6 ¿Cuánto menos el
hombre, que es un gusano,
Y
el hijo de hombre, también gusano?
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