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“El castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su haga fuimos nosotros curados”. (Isaías 53:5).-

El fin de una vida de aventuras

 Una tarde, un joven cazador se perdió en la espesura de un bosque australiano. Finalmente vio una luz y llegó a una chacra. Pidió al chacarero que le permitiera dormir por una noche bajo su techo. “Si quiere, puede ir al pajar —le contestó el dueño—. Pero usted no estará solo allá”.
 Efectivamente, sobre la paja yacía un hombre que parecía moribundo. —Soy inglés — le dijo éste con dificultad—. He sido echado de mi familia porque cometí una grave falta. Hace veinticinco años que llevo una vida de aventuras. Pero ahora todo se acaba. ¿Puede decirme qué hay después de la muerte? —No lo sé — fue la contestación—. Si tuviera una Biblia, tal vez podría leerle algo acerca de esto.
 — ¡Una Biblia! Mi madre puso una en mi valija, pero nunca la leí.
 La Biblia fue encontrada, pero.. ¿qué leer en ella? El Libro se abrió en el capítulo 53 del profeta Isaías y el cazador empezó a leer: “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto.
 —Quién es éste? —preguntó el moribundo—
 —Jesús.
 — Prosiga.
 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino…
 —Este soy yo —dijo el inglés—. Siga leyendo.
 “…derramó su vida hasta la muerte y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos…”
 —Vuelva a leer esto varias veces.
 Y así fue hecho. A la mañana siguiente, el moribundo despertó a su compañero para decirle: “Jesús es mi Salvador. Escríbalo en la página que hemos leído y mande esta Biblia a mi padre, por favor!”.-

Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo





LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año.-

Capítulo 4

El ejemplo de Abraham 

Rom.4:1 ¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne? 
Rom.4:2 Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. 
Rom.4:3 Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.
Rom.4:4 Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; 
Rom.4:5 mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. 
Rom.4:6 Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, 
Rom.4:7 diciendo: 
Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, 
Y cuyos pecados son cubiertos. 
Rom.4:8 Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.
Rom.4:9 ¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia. 
Rom.4:10 ¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión. 
Rom.4:11 Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia; 
Rom.4:12 y padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado.

La promesa realizada mediante la fe 

Rom.4:13 Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. 
Rom.4:14 Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa.
Rom.4:15 Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión. 
Rom.4:16 Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.
Rom.4:17 (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen.
Rom.4:18 El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia.
Rom.4:19 Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. 
Rom.4:20 Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, 
Rom.4:21 plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; 
Rom.4:22 por lo cual también su fe le fue contada por justicia. 
Rom.4:23 Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada, 
Rom.4:24 sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, 
Rom.4:25 el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.


Capítulo 13

Guerra contra los filisteos 

1°Sam.13:1 Había ya reinado Saúl un año; y cuando hubo reinado dos años sobre Israel, 
1°Sam.13:2 escogió luego a tres mil hombres de Israel, de los cuales estaban con Saúl dos mil en Micmas y en el monte de Bet-el, y mil estaban con Jonatán en Gabaa de Benjamín; y envió al resto del pueblo cada uno a sus tiendas. 
1°Sam.13:3 Y Jonatán atacó a la guarnición de los filisteos que había en el collado, y lo oyeron los filisteos. E hizo Saúl tocar trompeta por todo el país, diciendo: Oigan los hebreos. 
1°Sam.13:4 Y todo Israel oyó que se decía: Saúl ha atacado a la guarnición de los filisteos; y también que Israel se había hecho abominable a los filisteos. Y se juntó el pueblo en pos de Saúl en Gilgal. 
1°Sam.13:5 Entonces los filisteos se juntaron para pelear contra Israel, treinta mil carros, seis mil hombres de a caballo, y pueblo numeroso como la arena que está a la orilla del mar; y subieron y acamparon en Micmas, al oriente de Bet-avén. 
1°Sam.13:6 Cuando los hombres de Israel vieron que estaban en estrecho (porque el pueblo estaba en aprieto), se escondieron en cuevas, en fosos, en peñascos, en rocas y en cisternas. 
1°Sam.13:7 Y algunos de los hebreos pasaron el Jordán a la tierra de Gad y de Galaad; pero Saúl permanecía aún en Gilgal, y todo el pueblo iba tras él temblando. 
1°Sam.13:8 Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba. 
1°Sam.13:9 Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto. 
1°Sam.13:10 Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle. 
1°Sam.13:11 Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmas, 
1°Sam.13:12 me dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto. 
1°Sam.13:13 Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. 
1°Sam.13:14 Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó. 
1°Sam.13:15 Y levantándose Samuel, subió de Gilgal a Gabaa de Benjamín. Y Saúl contó la gente que se hallaba con él, como seiscientos hombres. 
1°Sam.13:16 Saúl, pues, y Jonatán su hijo, y el pueblo que con ellos se hallaba, se quedaron en Gabaa de Benjamín; pero los filisteos habían acampado en Micmas. 
1°Sam.13:17 Y salieron merodeadores del campamento de los filisteos en tres escuadrones; un escuadrón marchaba por el camino de Ofra hacia la tierra de Sual, 
1°Sam.13:18 otro escuadrón marchaba hacia Bet-horón, y el tercer escuadrón marchaba hacia la región que mira al valle de Zeboim, hacia el desierto. 
1°Sam.13:19 Y en toda la tierra de Israel no se hallaba herrero; porque los filisteos habían dicho: Para que los hebreos no hagan espada o lanza. 
1°Sam.13:20 Por lo cual todos los de Israel tenían que descender a los filisteos para afilar cada uno la reja de su arado, su azadón, su hacha o su hoz. 
1°Sam.13:21 Y el precio era un pim por las rejas de arado y por los azadones, y la tercera parte de un siclo  por afilar las hachas y por componer las aguijadas. 
1°Sam.13:22 Así aconteció que en el día de la batalla no se halló espada ni lanza en mano de ninguno del pueblo que estaba con Saúl y con Jonatán, excepto Saúl y Jonatán su hijo, que las tenían. 
1°Sam.13:23 Y la guarnición de los filisteos avanzó hasta el paso de Micmas.


Capítulo 58

Plegaria pidiendo el castigo de los malos
Al músico principal; sobre No destruyas. Mictam de David.

Sal.58:1 Oh congregación, ¿pronunciáis en verdad justicia?
            ¿Juzgáis rectamente, hijos de los hombres?
Sal.58:2 Antes en el corazón maquináis iniquidades;
            Hacéis pesar la violencia de vuestras manos en la tierra.
Sal.58:3 Se apartaron los impíos desde la matriz;
            Se descarriaron hablando mentira desde que nacieron.
Sal.58:4 Veneno tienen como veneno de serpiente;
            Son como el áspid sordo que cierra su oído,
Sal.58:5 Que no oye la voz de los que encantan,
            Por más hábil que el encantador sea.
Sal.58:6 Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas;
            Quiebra, oh Jehová, las muelas de los leoncillos.
Sal.58:7 Sean disipados como aguas que corren;
            Cuando disparen sus saetas, sean hechas pedazos.
Sal.58:8 Pasen ellos como el caracol que se deslíe;
            Como el que nace muerto, no vean el sol.
Sal.58:9 Antes que vuestras ollas sientan la llama de los espinos,
            Así vivos, así airados, los arrebatará él con tempestad.
Sal.58:10 Se alegrará el justo cuando viere la venganza;
            Sus pies lavará en la sangre del impío.
Sal.58:11 Entonces dirá el hombre: Ciertamente hay galardón para el justo;
            Ciertamente hay Dios que juzga en la tierra.

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