“Jesús le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”. (Juan 4:13-14).-
La fuente permanente
Cerca de la costa de la Florida, bañada de sol, se hallan en el mar bancos de arena. Sobre uno de ellos se encuentra un manantial del que brota agua dulce y fresca que las aves marítimas aprovechan para apagar su sed. Como en todas las costas marítimas, durante todo el año se produce el vaivén de la marea. Cada vez que la marea sube, el agua de mar inunda los bancos de arena, de modo que desaparecen por completo. Luego, cuando le sigue la bajamar, el agua se retira, los bancos de arena vuelven a emerger y ahí está de nuevo el manantial. Ninguna marea pudo jamás acabar con él: el agua dulce sigue brotando.
El Señor Jesús habló también de una fuente de agua que brota en todo tiempo. A la mujer samaritana le habló de un agua que El mismo puede y quiere brindar y que llega a ser en el creyente una fuente que salta “para vida eterna”. Una marejada de pruebas y preocupaciones puede derramarse sobre el creyente, de tal modo que la fuente de agua viva parezca haber desaparecido. Felizmente, no es así, pues el origen de la fuente se halla en Dios y por eso sigue fluyendo. El está siempre con nosotros y, en medio de las penas, del trabajo y de las inquietudes, podemos regocijarnos con su presencia y hablar con El en nuestro corazón. Por desdicha, muchos creyentes conocen terriblemente poco de esa conversación con el Señor, porque no la buscan ni la practican. Por eso no pueden tampoco ser de bendición para los demás que no ven manifestarse en ellos esa fuente de agua de vida.
Saludo con la Paz de nuestro Señor JesucristoLa fuente permanente
Cerca de la costa de la Florida, bañada de sol, se hallan en el mar bancos de arena. Sobre uno de ellos se encuentra un manantial del que brota agua dulce y fresca que las aves marítimas aprovechan para apagar su sed. Como en todas las costas marítimas, durante todo el año se produce el vaivén de la marea. Cada vez que la marea sube, el agua de mar inunda los bancos de arena, de modo que desaparecen por completo. Luego, cuando le sigue la bajamar, el agua se retira, los bancos de arena vuelven a emerger y ahí está de nuevo el manantial. Ninguna marea pudo jamás acabar con él: el agua dulce sigue brotando.
El Señor Jesús habló también de una fuente de agua que brota en todo tiempo. A la mujer samaritana le habló de un agua que El mismo puede y quiere brindar y que llega a ser en el creyente una fuente que salta “para vida eterna”. Una marejada de pruebas y preocupaciones puede derramarse sobre el creyente, de tal modo que la fuente de agua viva parezca haber desaparecido. Felizmente, no es así, pues el origen de la fuente se halla en Dios y por eso sigue fluyendo. El está siempre con nosotros y, en medio de las penas, del trabajo y de las inquietudes, podemos regocijarnos con su presencia y hablar con El en nuestro corazón. Por desdicha, muchos creyentes conocen terriblemente poco de esa conversación con el Señor, porque no la buscan ni la practican. Por eso no pueden tampoco ser de bendición para los demás que no ven manifestarse en ellos esa fuente de agua de vida.
LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año.-
Capítulo 5
Resultados de la
justificación
Rom.5:1 Justificados,
pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo;
Rom.5:2 por quien
también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y
nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Rom.5:3 Y no sólo esto,
sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la
tribulación produce paciencia;
Rom.5:4 y la paciencia,
prueba; y la prueba, esperanza;
Rom.5:5 y la esperanza
no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones
por el Espíritu Santo que nos fue dado.
Rom.5:6 Porque Cristo,
cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.
Rom.5:7 Ciertamente,
apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir
por el bueno.
Rom.5:8 Mas Dios
muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió
por nosotros.
Rom.5:9 Pues mucho más,
estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
Rom.5:10 Porque si
siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho
más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
Rom.5:11 Y no sólo
esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo,
por quien hemos recibido ahora la reconciliación.
Adán y Cristo
Rom.5:12 Por tanto,
como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así
la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
Rom.5:13 Pues antes de
la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de
pecado.
Rom.5:14 No obstante,
reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera
de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.
Rom.5:15 Pero el don no
fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron
los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por
la gracia de un hombre, Jesucristo.
Rom.5:16 Y con el don
no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio
vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de
muchas transgresiones para justificación.
Rom.5:17 Pues si por la
transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno
solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la
justicia.
Rom.5:18 Así que, como
por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma
manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de
vida.
Rom.5:19 Porque así
como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos
pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos
justos.
Rom.5:20 Pero la ley se
introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó
la gracia;
Rom.5:21 para que así
como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia
para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
Capítulo 14
1°Sam.14:1 Aconteció un
día, que Jonatán hijo de Saúl dijo a su criado que le traía las armas: Ven y
pasemos a la guarnición de los filisteos, que está de aquel lado. Y no lo hizo
saber a su padre.
1°Sam.14:2 Y Saúl se
hallaba al extremo de Gabaa, debajo de un granado que hay en Migrón, y la gente
que estaba con él era como seiscientos hombres.
1°Sam.14:3 Y Ahías hijo
de Ahitob, hermano de Icabod, hijo de Finees, hijo de Elí, sacerdote de Jehová
en Silo, llevaba el efod; y no sabía el pueblo que Jonatán se hubiese ido.
1°Sam.14:4 Y entre los
desfiladeros por donde Jonatán procuraba pasar a la guarnición de los
filisteos, había un peñasco agudo de un lado, y otro del otro lado; el uno se
llamaba Boses, y el otro Sene.
1°Sam.14:5 Uno de los
peñascos estaba situado al norte, hacia Micmas, y el otro al sur, hacia
Gabaa.
1°Sam.14:6 Dijo, pues,
Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos
incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para
Jehová salvar con muchos o con pocos.
1°Sam.14:7 Y su paje de
armas le respondió: Haz todo lo que tienes en tu corazón; ve, pues aquí estoy
contigo a tu voluntad.
1°Sam.14:8 Dijo
entonces Jonatán: Vamos a pasar a esos hombres, y nos mostraremos a ellos.
1°Sam.14:9 Si nos
dijeren así: Esperad hasta que lleguemos a vosotros, entonces nos estaremos en
nuestro lugar, y no subiremos a ellos.
1°Sam.14:10 Mas si nos
dijeren así: Subid a nosotros, entonces subiremos, porque Jehová los ha
entregado en nuestra mano; y esto nos será por señal.
1°Sam.14:11 Se
mostraron, pues, ambos a la guarnición de los filisteos, y los filisteos
dijeron: He aquí los hebreos, que salen de las cavernas donde se habían
escondido.
1°Sam.14:12 Y los
hombres de la guarnición respondieron a Jonatán y a su paje de armas, y
dijeron: Subid a nosotros, y os haremos saber una cosa. Entonces Jonatán dijo a
su paje de armas: Sube tras mí, porque Jehová los ha entregado en manos de
Israel.
1°Sam.14:13 Y subió
Jonatán trepando con sus manos y sus pies, y tras él su paje de armas; y a los
que caían delante de Jonatán, su paje de armas que iba tras él los mataba.
1°Sam.14:14 Y fue esta
primera matanza que hicieron Jonatán y su paje de armas, como veinte hombres,
en el espacio de una media yugada de tierra.
1°Sam.14:15 Y hubo
pánico en el campamento y por el campo, y entre toda la gente de la guarnición;
y los que habían ido a merodear, también ellos tuvieron pánico, y la tierra
tembló; hubo, pues, gran consternación.
1°Sam.14:16 Y los
centinelas de Saúl vieron desde Gabaa de Benjamín cómo la multitud estaba
turbada, e iba de un lado a otro y era deshecha.
1°Sam.14:17 Entonces
Saúl dijo al pueblo que estaba con él: Pasad ahora revista, y ved quién se haya
ido de los nuestros. Pasaron revista, y he aquí que faltaba Jonatán y su paje
de armas.
1°Sam.14:18 Y Saúl dijo
a Ahías: Trae el arca de Dios. Porque el arca de Dios estaba entonces con los
hijos de Israel.
1°Sam.14:19 Pero
aconteció que mientras aún hablaba Saúl con el sacerdote, el alboroto que había
en el campamento de los filisteos aumentaba, e iba creciendo en gran manera.
Entonces dijo Saúl al sacerdote: Detén tu mano.
1°Sam.14:20 Y juntando
Saúl a todo el pueblo que con él estaba, llegaron hasta el lugar de la batalla;
y he aquí que la espada de cada uno estaba vuelta contra su compañero, y había
gran confusión.
1°Sam.14:21 Y los
hebreos que habían estado con los filisteos de tiempo atrás, y habían venido
con ellos de los alrededores al campamento, se pusieron también del lado de los
israelitas que estaban con Saúl y con Jonatán.
1°Sam.14:22 Asimismo
todos los israelitas que se habían escondido en el monte de Efraín, oyendo que
los filisteos huían, también ellos los persiguieron en aquella batalla.
1°Sam.14:23 Así salvó
Jehová a Israel aquel día. Y llegó la batalla hasta Bet-avén.
1°Sam.14:24 Pero los
hombres de Israel fueron puestos en apuro aquel día; porque Saúl había
juramentado al pueblo, diciendo: Cualquiera que coma pan antes de caer la
noche, antes que haya tomado venganza de mis enemigos, sea maldito. Y todo el
pueblo no había probado pan.
1°Sam.14:25 Y todo el
pueblo llegó a un bosque, donde había miel en la superficie del campo.
1°Sam.14:26 Entró,
pues, el pueblo en el bosque, y he aquí que la miel corría; pero no hubo quien
hiciera llegar su mano a su boca, porque el pueblo temía el juramento.
1°Sam.14:27 Pero
Jonatán no había oído cuando su padre había juramentado al pueblo, y alargó la
punta de una vara que traía en su mano, y la mojó en un panal de miel, y llevó
su mano a la boca; y fueron aclarados sus ojos.
1°Sam.14:28 Entonces
habló uno del pueblo, diciendo: Tu padre ha hecho jurar solemnemente al pueblo,
diciendo: Maldito sea el hombre que tome hoy alimento. Y el pueblo
desfallecía.
1°Sam.14:29 Respondió
Jonatán: Mi padre ha turbado el país. Ved ahora cómo han sido aclarados mis
ojos, por haber gustado un poco de esta miel.
1°Sam.14:30 ¿Cuánto más
si el pueblo hubiera comido libremente hoy del botín tomado de sus enemigos?
¿No se habría hecho ahora mayor estrago entre los filisteos?
1°Sam.14:31 E hirieron
aquel día a los filisteos desde Micmas hasta Ajalón; pero el pueblo estaba muy
cansado.
1°Sam.14:32 Y se lanzó
el pueblo sobre el botín, y tomaron ovejas y vacas y becerros, y los degollaron
en el suelo; y el pueblo los comió con sangre.
1°Sam.14:33 Y le dieron
aviso a Saúl, diciendo: El pueblo peca contra Jehová, comiendo la carne con la
sangre. Y él dijo: Vosotros habéis prevaricado; rodadme ahora acá una piedra
grande.
1°Sam.14:34 Además dijo
Saúl: Esparcíos por el pueblo, y decidles que me traigan cada uno su vaca, y
cada cual su oveja, y degolladlas aquí, y comed; y no pequéis contra Jehová
comiendo la carne con la sangre. Y trajo todo el pueblo cada cual por su mano
su vaca aquella noche, y las degollaron allí.
1°Sam.14:35 Y edificó
Saúl altar a Jehová; este altar fue el primero que edificó a Jehová.
1°Sam.14:36 Y dijo
Saúl: Descendamos de noche contra los filisteos, y los saquearemos hasta la
mañana, y no dejaremos de ellos ninguno. Y ellos dijeron: Haz lo que bien te
pareciere. Dijo luego el sacerdote: Acerquémonos aquí a Dios.
1°Sam.14:37 Y Saúl
consultó a Dios: ¿Descenderé tras los filisteos? ¿Los entregarás en mano de
Israel? Mas Jehová no le dio respuesta aquel día.
1°Sam.14:38 Entonces
dijo Saúl: Venid acá todos los principales del pueblo, y sabed y ved en qué ha
consistido este pecado hoy;
1°Sam.14:39 porque vive
Jehová que salva a Israel, que aunque fuere en Jonatán mi hijo, de seguro
morirá. Y no hubo en todo el pueblo quien le respondiese.
1°Sam.14:40 Dijo luego
a todo Israel: Vosotros estaréis a un lado, y yo y Jonatán mi hijo estaremos al
otro lado. Y el pueblo respondió a Saúl: Haz lo que bien te pareciere.
1°Sam.14:41 Entonces
dijo Saúl a Jehová Dios de Israel: Da suerte perfecta. Y la suerte cayó sobre
Jonatán y Saúl, y el pueblo salió libre.
1°Sam.14:42 Y Saúl
dijo: Echad suertes entre mí y Jonatán mi hijo. Y la suerte cayó sobre
Jonatán.
1°Sam.14:43 Entonces
Saúl dijo a Jonatán: Declárame lo que has hecho. Y Jonatán se lo declaró y
dijo: Ciertamente gusté un poco de miel con la punta de la vara que traía en mi
mano; ¿y he de morir?
1°Sam.14:44 Y Saúl
respondió: Así me haga Dios y aun me añada, que sin duda morirás, Jonatán.
1°Sam.14:45 Entonces el
pueblo dijo a Saúl: ¿Ha de morir Jonatán, el que ha hecho esta grande salvación
en Israel? No será así. Vive Jehová, que no ha de caer un cabello de su cabeza
en tierra, pues que ha actuado hoy con Dios. Así el pueblo libró de morir a
Jonatán.
1°Sam.14:46 Y Saúl dejó
de seguir a los filisteos; y los filisteos se fueron a su lugar.
1°Sam.14:47 Después de
haber tomado posesión del reinado de Israel, Saúl hizo guerra a todos sus
enemigos en derredor: contra Moab, contra los hijos de Amón, contra Edom,
contra los reyes de Soba, y contra los filisteos; y adondequiera que se volvía,
era vencedor.
1°Sam.14:48 Y reunió un
ejército y derrotó a Amalec, y libró a Israel de mano de los que lo
saqueaban.
1°Sam.14:49 Y los hijos
de Saúl fueron Jonatán, Isúi y Malquisúa. Y los nombres de sus dos hijas eran,
el de la mayor, Merab, y el de la menor, Mical.
1°Sam.14:50 Y el nombre
de la mujer de Saúl era Ahinoam, hija de Ahimaas. Y el nombre del general de su
ejército era Abner, hijo de Ner tío de Saúl.
1°Sam.14:51 Porque Cis
padre de Saúl, y Ner padre de Abner, fueron hijos de Abiel.
1°Sam.14:52 Y hubo
guerra encarnizada contra los filisteos todo el tiempo de Saúl; y a todo el que
Saúl veía que era hombre esforzado y apto para combatir, lo juntaba
consigo.
Capítulo 59
Oración pidiendo ser
librado de los enemigos
Al músico principal;
sobre No destruyas. Mictam de David, cuando envió Saúl, y vigilaron la casa
para matarlo.
Sal.59:1 Líbrame de mis
enemigos, oh Dios mío;
Ponme a salvo de los que se levantan contra mí.
Sal.59:2 Líbrame de los
que cometen iniquidad,
Y sálvame de hombres sanguinarios.
Sal.59:3 Porque he aquí
están acechando mi vida;
Se han juntado contra mí poderosos.
No por falta mía, ni pecado mío, oh Jehová;
Sal.59:4 Sin delito mío
corren y se aperciben.
Despierta para venir a mi encuentro, y mira.
Sal.59:5 Y tú, Jehová
Dios de los ejércitos, Dios de Israel,
Despierta para castigar a todas las naciones;
No tengas misericordia de todos los que se rebelan con
iniquidad. Selah
Sal.59:6 Volverán a la
tarde, ladrarán como perros,
Y rodearán la ciudad.
Sal.59:7 He aquí
proferirán con su boca;
Espadas hay en sus labios,
Porque dicen: ¿Quién oye?
Sal.59:8 Mas tú,
Jehová, te reirás de ellos;
Te burlarás de todas las naciones.
Sal.59:9 A causa del
poder del enemigo esperaré en ti,
Porque Dios es mi defensa.
Sal.59:10 El Dios de mi
misericordia irá delante de mí;
Dios hará que vea en mis enemigos mi deseo.
Sal.59:11 No los mates,
para que mi pueblo no olvide;
Dispérsalos con tu poder, y abátelos,
Oh Jehová, escudo nuestro.
Sal.59:12 Por el pecado
de su boca, por la palabra de sus labios,
Sean ellos presos en su soberbia,
Y por la maldición y mentira que profieren.
Sal.59:13 Acábalos con
furor, acábalos, para que no sean;
Y sépase que Dios gobierna en Jacob
Hasta los fines de la tierra. Selah
Sal.59:14 Vuelvan,
pues, a la tarde, y ladren como perros,
Y rodeen la ciudad.
Sal.59:15 Anden ellos
errantes para hallar qué comer;
Y si no se sacian, pasen la noche quejándose.
Sal.59:16 Pero yo
cantaré de tu poder,
Y alabaré de mañana tu misericordia;
Porque has sido mi amparo
Y refugio en el día de mi angustia.
Sal.59:17 Fortaleza
mía, a ti cantaré;
Porque eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de mi
misericordia.
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