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“Que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la Palabra de vida”. (Filipenses 2:15-16).-

Como luminares

 En Nueva Zelandia existe un pequeño gusano de menos de un centímetro de largo, el que es capaz de producir una luz del tamaño de una punta de alfiler. Cuando los visitantes fueron conducidos a la gruta en que se hallan esos gusanos, permanecieron en perfecto silencio y en la más completa oscuridad; después de un rato vieron encenderse las luces de los gusanos, una a una, hasta que millones de ellas produjeron una hermosa y fantástica luz, que permitía ver lo suficiente como para leer el diario.
 Como creyentes individuales, podemos esparcir un poco de la luz del Evangelio, pero si todo el pueblo de Dios reflejase la luz de Cristo, un fulgor sobrenatural dirigiría las almas hacia el que dijo: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”.
 Resplandezcamos en cualquier parte en que nos hallemos. “La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne”. Tal es la exhortación que el apóstol Pablo hizo a los Romanos para que su luz resplandeciese ante los hombres. Nos conviene tomar esto a pecho a fin de que el nombre de nuestro Señor sea conocido, honrado y glorificado. Ahora somos luz en el Señor; andemos como hijos de luz, “comprobando lo que es agradable al Señor”.- (Efesios 5:10).

Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo





LECTURA BIBLICA DE HOY
La Biblia en un Año.-


Capítulo 15

El concilio en Jerusalén  

Hec.15:1 Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos.  
Hec.15:2 Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión.  
Hec.15:3 Ellos, pues, habiendo sido encaminados por la iglesia, pasaron por Fenicia y Samaria, contando la conversión de los gentiles; y causaban gran gozo a todos los hermanos.  
Hec.15:4 Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos, y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos.  
Hec.15:5 Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés.  
Hec.15:6 Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto.  
Hec.15:7 Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen.
Hec.15:8 Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros;  
Hec.15:9 y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones.  
Hec.15:10 Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?  
Hec.15:11 Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos.  
Hec.15:12 Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles.  
Hec.15:13 Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme.  
Hec.15:14 Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre.  
Hec.15:15 Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:  
Hec.15:16 Después de esto volveré  
Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído;  
Y repararé sus ruinas,  
Y lo volveré a levantar,
Hec.15:17 Para que el resto de los hombres busque al Señor,  
Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre,  
Hec.15:18 Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.
Hec.15:19 Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios,  
Hec.15:20 sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre.
Hec.15:21 Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo.


Capítulo 23

Exhortación de Josué al pueblo  

Jos.23:1 Aconteció, muchos días después que Jehová diera reposo a Israel de todos sus enemigos alrededor, que Josué, siendo ya viejo y avanzado en años,  
Jos.23:2 llamó a todo Israel, a sus ancianos, sus príncipes, sus jueces y sus oficiales, y les dijo: Yo ya soy viejo y avanzado en años.  
Jos.23:3 Y vosotros habéis visto todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho con todas estas naciones por vuestra causa; porque Jehová vuestro Dios es quien ha peleado por vosotros.  
Jos.23:4 He aquí os he repartido por suerte, en herencia para vuestras tribus, estas naciones, así las destruidas como las que quedan, desde el Jordán hasta el Mar Grande, hacia donde se pone el sol.  
Jos.23:5 Y Jehová vuestro Dios las echará de delante de vosotros, y las arrojará de vuestra presencia; y vosotros poseeréis sus tierras, como Jehová vuestro Dios os ha dicho.  
Jos.23:6 Esforzaos, pues, mucho en guardar y hacer todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, sin apartaros de ello ni a diestra ni a siniestra;  
Jos.23:7 para que no os mezcléis con estas naciones que han quedado con vosotros, ni hagáis mención ni juréis por el nombre de sus dioses, ni los sirváis, ni os inclinéis a ellos.  
Jos.23:8 Mas a Jehová vuestro Dios seguiréis, como habéis hecho hasta hoy.  
Jos.23:9 Pues ha arrojado Jehová delante de vosotros grandes y fuertes naciones, y hasta hoy nadie ha podido resistir delante de vuestro rostro.  
Jos.23:10 Un varón de vosotros perseguirá a mil; porque Jehová vuestro Dios es quien pelea por vosotros, como él os dijo.
Jos.23:11 Guardad, pues, con diligencia vuestras almas, para que améis a Jehová vuestro Dios.  
Jos.23:12 Porque si os apartareis, y os uniereis a lo que resta de estas naciones que han quedado con vosotros, y si concertareis con ellas matrimonios, mezclándoos con ellas, y ellas con vosotros,  
Jos.23:13 sabed que Jehová vuestro Dios no arrojará más a estas naciones delante de vosotros, sino que os serán por lazo, por tropiezo, por azote para vuestros costados y por espinas para vuestros ojos, hasta que perezcáis de esta buena tierra que Jehová vuestro Dios os ha dado.  
Jos.23:14 Y he aquí que yo estoy para entrar hoy por el camino de toda la tierra; reconoced, pues, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, que no ha faltado una palabra de todas las buenas palabras que Jehová vuestro Dios había dicho de vosotros; todas os han acontecido, no ha faltado ninguna de ellas.  
Jos.23:15 Pero así como ha venido sobre vosotros toda palabra buena que Jehová vuestro Dios os había dicho, también traerá Jehová sobre vosotros toda palabra mala, hasta destruiros de sobre la buena tierra que Jehová vuestro Dios os ha dado,  
Jos.23:16 si traspasareis el pacto de Jehová vuestro Dios que él os ha mandado, yendo y honrando a dioses ajenos, e inclinándoos a ellos. Entonces la ira de Jehová se encenderá contra vosotros, y pereceréis prontamente de esta buena tierra que él os ha dado.  

Capítulo 24

Discurso de despedida de Josué  

Jos.24:1 Reunió Josué a todas las tribus de Israel en Siquem, y llamó a los ancianos de Israel, sus príncipes, sus jueces y sus oficiales; y se presentaron delante de Dios.  
Jos.24:2 Y dijo Josué a todo el pueblo: Así dice Jehová, Dios de Israel: Vuestros padres habitaron antiguamente al otro lado del río, esto es, Taré, padre de Abraham y de Nacor; y servían a dioses extraños.  
Jos.24:3 Y yo tomé a vuestro padre Abraham del otro lado del río, y lo traje por toda la tierra de Canaán, y aumenté su descendencia, y le di Isaac.
Jos.24:4 A Isaac di Jacob y Esaú. Y a Esaú di el monte de Seir, para que lo poseyese; pero Jacob y sus hijos descendieron a Egipto.
Jos.24:5 Y yo envié a Moisés y a Aarón, y herí a Egipto, conforme a lo que hice en medio de él, y después os saqué.  
Jos.24:6 Saqué a vuestros padres de Egipto; y cuando llegaron al mar, los egipcios siguieron a vuestros padres hasta el Mar Rojo con carros y caballería.  
Jos.24:7 Y cuando ellos clamaron a Jehová, él puso oscuridad entre vosotros y los egipcios, e hizo venir sobre ellos el mar, el cual los cubrió; y vuestros ojos vieron lo que hice en Egipto. Después estuvisteis muchos días en el desierto.  
Jos.24:8 Yo os introduje en la tierra de los amorreos, que habitaban al otro lado del Jordán, los cuales pelearon contra vosotros; mas yo los entregué en vuestras manos, y poseísteis su tierra, y los destruí de delante de vosotros.
Jos.24:9 Después se levantó Balac hijo de Zipor, rey de los moabitas, y peleó contra Israel; y envió a llamar a Balaam hijo de Beor, para que os maldijese.  
Jos.24:10 Mas yo no quise escuchar a Balaam, por lo cual os bendijo repetidamente, y os libré de sus manos.  
Jos.24:11 Pasasteis el Jordán, y vinisteis a Jericó, y los moradores de Jericó pelearon contra vosotros: los amorreos, ferezeos, cananeos, heteos, gergeseos, heveos y jebuseos, y yo los entregué en vuestras manos.  
Jos.24:12 Y envié delante de vosotros tábanos, los cuales los arrojaron de delante de vosotros, esto es, a los dos reyes de los amorreos; no con tu espada, ni con tu arco.  
Jos.24:13 Y os di la tierra por la cual nada trabajasteis, y las ciudades que no edificasteis, en las cuales moráis; y de las viñas y olivares que no plantasteis, coméis.
Jos.24:14 Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová.  
Jos.24:15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.  
Jos.24:16 Entonces el pueblo respondió y dijo: Nunca tal acontezca, que dejemos a Jehová para servir a otros dioses;  
Jos.24:17 porque Jehová nuestro Dios es el que nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre; el que ha hecho estas grandes señales, y nos ha guardado por todo el camino por donde hemos andado, y en todos los pueblos por entre los cuales pasamos.  
Jos.24:18 Y Jehová arrojó de delante de nosotros a todos los pueblos, y al amorreo que habitaba en la tierra; nosotros, pues, también serviremos a Jehová, porque él es nuestro Dios.  
Jos.24:19 Entonces Josué dijo al pueblo: No podréis servir a Jehová, porque él es Dios santo, y Dios celoso; no sufrirá vuestras rebeliones y vuestros pecados.  
Jos.24:20 Si dejareis a Jehová y sirviereis a dioses ajenos, él se volverá y os hará mal, y os consumirá, después que os ha hecho bien.  
Jos.24:21 El pueblo entonces dijo a Josué: No, sino que a Jehová serviremos.  
Jos.24:22 Y Josué respondió al pueblo: Vosotros sois testigos contra vosotros mismos, de que habéis elegido a Jehová para servirle. Y ellos respondieron: Testigos somos.  
Jos.24:23 Quitad, pues, ahora los dioses ajenos que están entre vosotros, e inclinad vuestro corazón a Jehová Dios de Israel.  
Jos.24:24 Y el pueblo respondió a Josué: A Jehová nuestro Dios serviremos, y a su voz obedeceremos.  
Jos.24:25 Entonces Josué hizo pacto con el pueblo el mismo día, y les dio estatutos y leyes en Siquem.  
Jos.24:26 Y escribió Josué estas palabras en el libro de la ley de Dios; y tomando una gran piedra, la levantó allí debajo de la encina que estaba junto al santuario de Jehová.  
Jos.24:27 Y dijo Josué a todo el pueblo: He aquí esta piedra nos servirá de testigo, porque ella ha oído todas las palabras que Jehová nos ha hablado; será, pues, testigo contra vosotros, para que no mintáis contra vuestro Dios.  
Jos.24:28 Y envió Josué al pueblo, cada uno a su posesión.  

Muerte de Josué    (Jue. 2.6-10)  

Jos.24:29 Después de estas cosas murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, siendo de ciento diez años.  
Jos.24:30 Y le sepultaron en su heredad en Timnat-sera, que está en el monte de Efraín, al norte del monte de Gaas.  
Jos.24:31 Y sirvió Israel a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué y que sabían todas las obras que Jehová había hecho por Israel.  

Sepultura de los huesos de José en Siquem  

Jos.24:32 Y enterraron en Siquem los huesos de José, que los hijos de Israel habían traído de Egipto, en la parte del campo que Jacob compró de los hijos de Hamor padre de Siquem, por cien piezas de dinero; y fue posesión de los hijos de José.  

Muerte de Eleazar  

Jos.24:33 También murió Eleazar hijo de Aarón, y lo enterraron en el collado de Finees su hijo, que le fue dado en el monte de Efraín.  


Capítulo 32

Eliú justifica su derecho de contestar a Job  

Job 32:1 Cesaron estos tres varones de responder a Job, por cuanto él era justo a sus propios ojos.  
Job 32:2 Entonces Eliú hijo de Baraquel buzita, de la familia de Ram, se encendió en ira contra Job; se encendió en ira, por cuanto se justificaba a sí mismo más que a Dios.  
Job 32:3 Asimismo se encendió en ira contra sus tres amigos, porque no hallaban qué responder, aunque habían condenado a Job.  
Job 32:4 Y Eliú había esperado a Job en la disputa, porque los otros eran más viejos que él.  
Job 32:5 Pero viendo Eliú que no había respuesta en la boca de aquellos tres varones, se encendió en ira.  
Job 32:6 Y respondió Eliú hijo de Baraquel buzita, y dijo:  
    Yo soy joven, y vosotros ancianos;  
    Por tanto, he tenido miedo, y he temido declararos mi opinión.  
Job 32:7 Yo decía: Los días hablarán,  
    Y la muchedumbre de años declarará sabiduría.  
Job 32:8 Ciertamente espíritu hay en el hombre,  
    Y el soplo del Omnipotente le hace que entienda.  
Job 32:9 No son los sabios los de mucha edad,  
    Ni los ancianos entienden el derecho.  
Job 32:10 Por tanto, yo dije: Escuchadme;  
    Declararé yo también mi sabiduría.  
Job 32:11 He aquí yo he esperado a vuestras razones,  
    He escuchado vuestros argumentos,  
    En tanto que buscabais palabras.  
Job 32:12 Os he prestado atención,  
    Y he aquí que no hay de vosotros quien redarguya a Job,  
    Y responda a sus razones.  
Job 32:13 Para que no digáis: Nosotros hemos hallado sabiduría;  
    Lo vence Dios, no el hombre.  
Job 32:14 Ahora bien, Job no dirigió contra mí sus palabras,  
    Ni yo le responderé con vuestras razones.  
Job 32:15 Se espantaron, no respondieron más;  
    Se les fueron los razonamientos.  
Job 32:16 Yo, pues, he esperado, pero no hablaban;  
    Más bien callaron y no respondieron más.  
Job 32:17 Por eso yo también responderé mi parte;  
    También yo declararé mi juicio.
Job 32:18 Porque lleno estoy de palabras,
    Y me apremia el espíritu dentro de mí.  
Job 32:19 De cierto mi corazón está como el vino que no tiene respiradero,  
    Y se rompe como odres nuevos.  
Job 32:20 Hablaré, pues, y respiraré;  
    Abriré mis labios, y responderé.  
Job 32:21 No haré ahora acepción de personas,  
    Ni usaré con nadie de títulos lisonjeros.  
Job 32:22 Porque no sé hablar lisonjas;  
    De otra manera, en breve mi Hacedor me consumiría.


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