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“No hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. (Romanos 3:22-23).-

Un buen pecador

 Al fin de una predicación del Evangelio se le preguntó a un señor:
— ¿Es usted salvo?
—No, no creo que lo sea, aunque quisiera serlo —fue la respuesta.
—¿Por qué lo desea usted? ¿Tiene conciencia de ser un pecador perdido?
—Por supuesto, pues todos somos pecadores.
—Esto suena a una apreciación muy general. ¿Puede decir de usted mismo que es un pecador?
—Sí; admito que yo también soy un pecador. Pero no soy lo que se llama “un malvado pecador”. Creo que soy uno bastante bueno, ya que busco siempre hacer el bien.
—Entonces, me parece que no sirve para gran cosa decirle cómo uno puede ser salvo. Buenos pecadores, honrados mentirosos, honestos ladrones y bondadosos canallas están muy lejos de someterse a la gracia de Dios. Sólo los malos pecadores que no tienen ningún mérito de qué valerse y que no tienen bondad con qué vanagloriarse, pero que quieren dejarse salvar por medio de lo que Otro hizo por ellos, sólo a éstos puede manifestarse la gracia de Dios. La Biblia dice que “a su tiempo” Cristo murió por los impíos, es decir, para los que reconocen ser pecadores. Son “justificados gratuitamente por la gracia de Dios, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados” (Romanos 3:24-25).
 Esto no significa que si no es un cruel criminal no puede ser salvo o que la salvación esta reservada para casos extremos, porque Dios traerá toda obra a juicio, pero tampoco, que no nos engañe nuestro corazón creyendo que por educación o moral, no necesitamos usar mucho de la misericordia, porque poseeríamos como un saldo a favor, sino que eso que llamamos bueno esta viciado de orgullos, altiveces, malos pensamientos, envidias, celos amargos, egoísmos y avaricias... en fin, un sinnúmero de inmundicias del corazón que hacen vil toda buena acción...
 En el reconocimiento esta nuestra ganancia, porque el que piensa que Dios le ha perdonado poco, poco le amará, pero el que reconoce que Dios le ha perdonado mucho, mucho le amará... Hay una medida y un nivel de la gracia de Dios y si el alma se cree un monte muy alto, por su orgullo, poco recibirá de esa gracia, pero si se el alma se considera a si misma como un valle muy profundo, por su humillación, mucha capacidad tendrá para alcanzar ese nivel al que Dios quiere que llegue... Dios bendiga nuestros entendimientos ahora y siempre... Amen.- 

Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo





LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año




Hec.15:22 Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos; 
Hec.15:23 y escribir por conducto de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud. 
Hec.15:24 Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley, 
Hec.15:25 nos ha parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo, 
Hec.15:26 hombres que han expuesto su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo. 
Hec.15:27 Así que enviamos a Judas y a Silas, los cuales también de palabra os harán saber lo mismo. 
Hec.15:28 Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: 
Hec.15:29 que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien. 
Hec.15:30 Así, pues, los que fueron enviados descendieron a Antioquía, y reuniendo a la congregación, entregaron la carta; 
Hec.15:31 habiendo leído la cual, se regocijaron por la consolación. 
Hec.15:32 Y Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras. 
Hec.15:33 Y pasando algún tiempo allí, fueron despedidos en paz por los hermanos, para volver a aquellos que los habían enviado. 
Hec.15:34 Mas a Silas le pareció bien el quedarse allí. 
Hec.15:35 Y Pablo y Bernabé continuaron en Antioquía, enseñando la palabra del Señor y anunciando el evangelio con otros muchos.

Pablo se separa de Bernabé, y comienza su segundo viaje misionero 

Hec.15:36 Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están. 
Hec.15:37 Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; 
Hec.15:38 pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia, y no había ido con ellos a la obra. 
Hec.15:39 Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre, 
Hec.15:40 y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor, 
Hec.15:41 y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias. 


JUECES

Capítulo 1

Judá y Simeón capturan a Adoni-bezec 

Jue.1:1 Aconteció después de la muerte de Josué, que los hijos de Israel consultaron a Jehová, diciendo: ¿Quién de nosotros subirá primero a pelear contra los cananeos? 
Jue.1:2 Y Jehová respondió: Judá subirá; he aquí que yo he entregado la tierra en sus manos. 
Jue.1:3 Y Judá dijo a Simeón su hermano: Sube conmigo al territorio que se me ha adjudicado, y peleemos contra el cananeo, y yo también iré contigo al tuyo. Y Simeón fue con él. 
Jue.1:4 Y subió Judá, y Jehová entregó en sus manos al cananeo y al ferezeo; e hirieron de ellos en Bezec a diez mil hombres. 
Jue.1:5 Y hallaron a Adoni-bezec en Bezec, y pelearon contra él; y derrotaron al cananeo y al ferezeo. 
Jue.1:6 Mas Adoni-bezec huyó; y le siguieron y le prendieron, y le cortaron los pulgares de las manos y de los pies. 
Jue.1:7 Entonces dijo Adoni-bezec: Setenta reyes, cortados los pulgares de sus manos y de sus pies, recogían las migajas debajo de mi mesa; como yo hice, así me ha pagado Dios. Y le llevaron a Jerusalén, donde murió. 

Judá conquista Jerusalén y Hebrón 

Jue.1:8 Y combatieron los hijos de Judá a Jerusalén y la tomaron, y pasaron a sus habitantes a filo de espada y pusieron fuego a la ciudad. 
Jue.1:9 Después los hijos de Judá descendieron para pelear contra el cananeo que habitaba en las montañas, en el Neguev, y en los llanos. 
Jue.1:10 Y marchó Judá contra el cananeo que habitaba en Hebrón, la cual se llamaba antes Quiriat-arba; e hirieron a Sesai, a Ahimán y a Talmai. 

Otoniel conquista Debir y recibe a Acsa    (Jos. 15.15-19)

Jue.1:11 De allí fue a los que habitaban en Debir, que antes se llamaba Quiriat-sefer.
Jue.1:12 Y dijo Caleb: El que atacare a Quiriat-sefer y la tomare, yo le daré Acsa mi hija por mujer. 
Jue.1:13 Y la tomó Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb; y él le dio Acsa su hija por mujer. 
Jue.1:14 Y cuando ella se iba con él, la persuadió que pidiese a su padre un campo. Y ella se bajó del asno, y Caleb le dijo: ¿Qué tienes? 
Jue.1:15 Ella entonces le respondió: Concédeme un don; puesto que me has dado tierra del Neguev, dame también fuentes de aguas. Entonces Caleb le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo. 

Extensión de las conquistas de Judá y de Benjamín 

Jue.1:16 Y los hijos del ceneo, suegro de Moisés, subieron de la ciudad de las palmeras con los hijos de Judá al desierto de Judá, que está en el Neguev cerca de Arad; y fueron y habitaron con el pueblo. 
Jue.1:17 Y fue Judá con su hermano Simeón, y derrotaron al cananeo que habitaba en Sefat, y la asolaron; y pusieron por nombre a la ciudad, Horma. 
Jue.1:18 Tomó también Judá a Gaza con su territorio, Ascalón con su territorio y Ecrón con su territorio. 
Jue.1:19 Y Jehová estaba con Judá, quien arrojó a los de las montañas; mas no pudo arrojar a los que habitaban en los llanos, los cuales tenían carros herrados. 
Jue.1:20 Y dieron Hebrón a Caleb, como Moisés había dicho; y él arrojó de allí a los tres hijos de Anac.
Jue.1:21 Mas al jebuseo que habitaba en Jerusalén no lo arrojaron los hijos de Benjamín, y el jebuseo habitó con los hijos de Benjamín en Jerusalén hasta hoy.

José conquista Bet-el 

Jue.1:22 También la casa de José subió contra Bet-el; y Jehová estaba con ellos. 
Jue.1:23 Y la casa de José puso espías en Bet-el, ciudad que antes se llamaba Luz. 
Jue.1:24 Y los que espiaban vieron a un hombre que salía de la ciudad, y le dijeron: Muéstranos ahora la entrada de la ciudad, y haremos contigo misericordia. 
Jue.1:25 Y él les mostró la entrada a la ciudad, y la hirieron a filo de espada; pero dejaron ir a aquel hombre con toda su familia. 
Jue.1:26 Y se fue el hombre a la tierra de los heteos, y edificó una ciudad a la cual llamó Luz; y este es su nombre hasta hoy. 

Extensión de las conquistas de Manasés y de Efraín 

Jue.1:27 Tampoco Manasés arrojó a los de Bet-seán, ni a los de sus aldeas, ni a los de Taanac y sus aldeas, ni a los de Dor y sus aldeas, ni a los habitantes de Ibleam y sus aldeas, ni a los que habitan en Meguido y en sus aldeas; y el cananeo persistía en habitar en aquella tierra. 
Jue.1:28 Pero cuando Israel se sintió fuerte hizo al cananeo tributario, mas no lo arrojó.
Jue.1:29 Tampoco Efraín arrojó al cananeo que habitaba en Gezer, sino que habitó el cananeo en medio de ellos en Gezer.

Extensión de las conquistas de las demás tribus 

Jue.1:30 Tampoco Zabulón arrojó a los que habitaban en Quitrón, ni a los que habitaban en Naalal, sino que el cananeo habitó en medio de él, y le fue tributario. 
Jue.1:31 Tampoco Aser arrojó a los que habitaban en Aco, ni a los que habitaban en Sidón, en Ahlab, en Aczib, en Helba, en Afec y en Rehob. 
Jue.1:32 Y moró Aser entre los cananeos que habitaban en la tierra; pues no los arrojó. 
Jue.1:33 Tampoco Neftalí arrojó a los que habitaban en Bet-semes, ni a los que habitaban en Bet-anat, sino que moró entre los cananeos que habitaban en la tierra; mas le fueron tributarios los moradores de Bet-semes y los moradores de Bet-anat.
Jue.1:34 Los amorreos acosaron a los hijos de Dan hasta el monte, y no los dejaron descender a los llanos. 
Jue.1:35 Y el amorreo persistió en habitar en el monte de Heres, en Ajalón y en Saalbim; pero cuando la casa de José cobró fuerzas, lo hizo tributario. 
Jue.1:36 Y el límite del amorreo fue desde la subida de Acrabim, desde Sela hacia arriba. 


Capítulo 33

Eliú censura a Job 

Job 33:1 Por tanto, Job, oye ahora mis razones, 
            Y escucha todas mis palabras. 
Job 33:2 He aquí yo abriré ahora mi boca, 
            Y mi lengua hablará en mi garganta. 
Job 33:3 Mis razones declararán la rectitud de mi corazón, 
            Y lo que saben mis labios, lo hablarán con sinceridad. 
Job 33:4 El espíritu de Dios me hizo, 
            Y el soplo del Omnipotente me dio vida. 
Job 33:5 Respóndeme si puedes; 
            Ordena tus palabras, ponte en pie. 
Job 33:6 Heme aquí a mí en lugar de Dios, conforme a tu dicho; 
            De barro fui yo también formado. 
Job 33:7 He aquí, mi terror no te espantará, 
            Ni mi mano se agravará sobre ti. 
Job 33:8 De cierto tú dijiste a oídos míos, 
            Y yo oí la voz de tus palabras que decían:
Job 33:9 Yo soy limpio y sin defecto; 
            Soy inocente, y no hay maldad en mí.
Job 33:10 He aquí que él buscó reproches contra mí, 
            Y me tiene por su enemigo; 
Job 33:11 Puso mis pies en el cepo, 
            Y vigiló todas mis sendas. 
Job 33:12 He aquí, en esto no has hablado justamente; 
            Yo te responderé que mayor es Dios que el hombre. 
Job 33:13 ¿Por qué contiendes contra él? 
            Porque él no da cuenta de ninguna de sus razones. 
Job 33:14 Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; 
            Pero el hombre no entiende. 
Job 33:15 Por sueño, en visión nocturna, 
            Cuando el sueño cae sobre los hombres,
Cuando se adormecen sobre el lecho,
Job 33:16 Entonces revela al oído de los hombres, 
            Y les señala su consejo, 
Job 33:17 Para quitar al hombre de su obra, 
            Y apartar del varón la soberbia. 
Job 33:18 Detendrá su alma del sepulcro, 
            Y su vida de que perezca a espada. 
Job 33:19 También sobre su cama es castigado 
            Con dolor fuerte en todos sus huesos, 
Job 33:20 Que le hace que su vida aborrezca el pan, 
            Y su alma la comida suave. 
Job 33:21 Su carne desfallece, de manera que no se ve, 
            Y sus huesos, que antes no se veían, aparecen. 
Job 33:22 Su alma se acerca al sepulcro, 
            Y su vida a los que causan la muerte. 
Job 33:23 Si tuviese cerca de él 
            Algún elocuente mediador muy escogido, 
            Que anuncie al hombre su deber; 
Job 33:24 Que le diga que Dios tuvo de él misericordia, 
            Que lo libró de descender al sepulcro, 
Que halló redención; 
Job 33:25 Su carne será más tierna que la del niño, 
            Volverá a los días de su juventud. 
Job 33:26 Orará a Dios, y éste le amará, 
            Y verá su faz con júbilo; 
            Y restaurará al hombre su justicia. 
Job 33:27 El mira sobre los hombres; y al que dijere: 
            Pequé, y pervertí lo recto, 
            Y no me ha aprovechado, 
Job 33:28 Dios redimirá su alma para que no pase al sepulcro, 
            Y su vida se verá en luz. 
Job 33:29 He aquí, todas estas cosas hace Dios 
            Dos y tres veces con el hombre, 
Job 33:30 Para apartar su alma del sepulcro, 
            Y para iluminarlo con la luz de los vivientes. 
Job 33:31 Escucha, Job, y óyeme; 
            Calla, y yo hablaré. 
Job 33:32 Si tienes razones, respóndeme; 
            Habla, porque yo te quiero justificar. 
Job 33:33 Y si no, óyeme tú a mí; 
            Calla, y te enseñaré sabiduría.
 

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