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“Recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas”. (Santiago 1:21).-

La receta de un médico

 Un oficial del ejército fue a consultar a un conocido médico para buscar un remedio a sus depresiones. Este hombre tenía detrás de sí una vida de libertinaje y esto lo sabía el médico. En su juventud, el oficial había recibido una educación religiosa; una vez adulto, arrojó la fe por la borda y llevó una vida sin Dios.
 Después de haber examinado a su paciente, el médico le recetó lo siguiente: Lea tres veces por día una porción de los salmos y de los profetas para convencerse de sus pecados contra Dios. Cuando haya obtenido el efecto deseado, preste atención a lo que se requiere de los pecadores, lo que usted encontrará en los cuatro evangelios. Luego tiene que leer Los Hechos de los apóstoles y las distintas cartas, de las que aprenderá cómo se puede vivir feliz en este mundo. Y en el libro del Apocalipsis usted encontrará lo que hay en el cielo, donde las recetas médicas no serán más necesarias.
 El oficial siguió esas indicaciones, pero tomando la cosa a broma. Sin embargo, el resultado fue que se convirtió, halló la paz del alma y se curó de sus depresiones por completo.
 Reproduzco esa receta y la recomiendo a los amigos y hermanos lectores. Estoy seguro que si la aplicamos, también, nos procurará paz y felicidad del alma. Lea la Biblia como un heredero lee el testamento: como una descripción y una prueba de lo que puede recibir.
 “El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo… nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos.”.-

Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo





LECTURA BIBLICA DE HOY
La Biblia en un Año


Capítulo 14

Pablo y Bernabé en Iconio  

Hec.14:1 Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos.  
Hec.14:2 Mas los judíos que no creían excitaron y corrompieron los ánimos de los gentiles contra los hermanos.  
Hec.14:3 Por tanto, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con denuedo, confiados en el Señor, el cual daba testimonio a la palabra de su gracia, concediendo que se hiciesen por las manos de ellos señales y prodigios.  
Hec.14:4 Y la gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los judíos, y otros con los apóstoles.  
Hec.14:5 Pero cuando los judíos y los gentiles, juntamente con sus gobernantes, se lanzaron a afrentarlos y apedrearlos,  
Hec.14:6 habiéndolo sabido, huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y a toda la región circunvecina,  
Hec.14:7 y allí predicaban el evangelio.
Pablo es apedreado en Listra  

Hec.14:8 Y cierto hombre de Listra estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que jamás había andado.  
Hec.14:9 Este oyó hablar a Pablo, el cual, fijando en él sus ojos, y viendo que tenía fe para ser sanado,  
Hec.14:10 dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y él saltó, y anduvo.  
Hec.14:11 Entonces la gente, visto lo que Pablo había hecho, alzó la voz, diciendo en lengua licaónica: Dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros.  
Hec.14:12 Y a Bernabé llamaban Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque éste era el que llevaba la palabra.  
Hec.14:13 Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba frente a la ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la muchedumbre quería ofrecer sacrificios.  
Hec.14:14 Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces  
Hec.14:15 y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay.  
Hec.14:16 En las edades pasadas él ha dejado a todas las gentes andar en sus propios caminos;  
Hec.14:17 si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones.  
Hec.14:18 Y diciendo estas cosas, difícilmente lograron impedir que la multitud les ofreciese sacrificio.  
Hec.14:19 Entonces vinieron unos judíos de Antioquía y de Iconio, que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto.  
Hec.14:20 Pero rodeándole los discípulos, se levantó y entró en la ciudad; y al día siguiente salió con Bernabé para Derbe.  
Hec.14:21 Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía,  
Hec.14:22 confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.  
Hec.14:23 Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.  

El regreso a Antioquía de Siria  

Hec.14:24 Pasando luego por Pisidia, vinieron a Panfilia.  
Hec.14:25 Y habiendo predicado la palabra en Perge, descendieron a Atalia.  
Hec.14:26 De allí navegaron a Antioquía, desde donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que habían cumplido.  
Hec.14:27 Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles.  
Hec.14:28 Y se quedaron allí mucho tiempo con los discípulos.


Capítulo 22

El altar junto al Jordán  

Jos.22:1 Entonces Josué llamó a los rubenitas, a los gaditas, y a la media tribu de Manasés,  
Jos.22:2 y les dijo: Vosotros habéis guardado todo lo que Moisés siervo de Jehová os mandó, y habéis obedecido a mi voz en todo lo que os he mandado.
Jos.22:3 No habéis dejado a vuestros hermanos en este largo tiempo hasta el día de hoy, sino que os habéis cuidado de guardar los mandamientos de Jehová vuestro Dios.  
Jos.22:4 Ahora, pues, que Jehová vuestro Dios ha dado reposo a vuestros hermanos, como lo había prometido, volved, regresad a vuestras tiendas, a la tierra de vuestras posesiones, que Moisés siervo de Jehová os dio al otro lado del Jordán.  
Jos.22:5 Solamente que con diligencia cuidéis de cumplir el mandamiento y la ley que Moisés siervo de Jehová os ordenó: que améis a Jehová vuestro Dios, y andéis en todos sus caminos; que guardéis sus mandamientos, y le sigáis a él, y le sirváis de todo vuestro corazón y de toda vuestra alma.  
Jos.22:6 Y bendiciéndolos, Josué los despidió, y se fueron a sus tiendas.  
Jos.22:7 También a la media tribu de Manasés había dado Moisés posesión en Basán; mas a la otra mitad dio Josué heredad entre sus hermanos a este lado del Jordán, al occidente; y también a éstos envió Josué a sus tiendas, después de haberlos bendecido.  
Jos.22:8 Y les habló diciendo: Volved a vuestras tiendas con grandes riquezas, con mucho ganado, con plata, con oro, y bronce, y muchos vestidos; compartid con vuestros hermanos el botín de vuestros enemigos.  
Jos.22:9 Así los hijos de Rubén y los hijos de Gad y la media tribu de Manasés, se volvieron, separándose de los hijos de Israel, desde Silo, que está en la tierra de Canaán, para ir a la tierra de Galaad, a la tierra de sus posesiones, de la cual se habían posesionado conforme al mandato de Jehová por conducto de Moisés.  
Jos.22:10 Y llegando a los límites del Jordán que está en la tierra de Canaán, los hijos de Rubén y los hijos de Gad y la media tribu de Manasés edificaron allí un altar junto al Jordán, un altar de grande apariencia.  
Jos.22:11 Y los hijos de Israel oyeron decir que los hijos de Rubén y los hijos de Gad y la media tribu de Manasés habían edificado un altar frente a la tierra de Canaán, en los límites del Jordán, del lado de los hijos de Israel.  
Jos.22:12 Cuando oyeron esto los hijos de Israel, se juntó toda la congregación de los hijos de Israel en Silo, para subir a pelear contra ellos.  
Jos.22:13 Y enviaron los hijos de Israel a los hijos de Rubén y a los hijos de Gad y a la media tribu de Manasés en tierra de Galaad, a Finees hijo del sacerdote Eleazar,  
Jos.22:14 y a diez príncipes con él: un príncipe por cada casa paterna de todas las tribus de Israel, cada uno de los cuales era jefe de la casa de sus padres entre los millares de Israel.  
Jos.22:15 Los cuales fueron a los hijos de Rubén y a los hijos de Gad y a la media tribu de Manasés, en la tierra de Galaad, y les hablaron diciendo:  
Jos.22:16 Toda la congregación de Jehová dice así: ¿Qué transgresión es esta con que prevaricáis contra el Dios de Israel para apartaros hoy de seguir a Jehová, edificándoos altar para ser rebeldes contra Jehová?
Jos.22:17 ¿No ha sido bastante la maldad de Peor, de la que no estamos aún limpios hasta este día, por la cual vino la mortandad en la congregación de Jehová,
Jos.22:18 para que vosotros os apartéis hoy de seguir a Jehová? Vosotros os rebeláis hoy contra Jehová, y mañana se airará él contra toda la congregación de Israel.  
Jos.22:19 Si os parece que la tierra de vuestra posesión es inmunda, pasaos a la tierra de la posesión de Jehová, en la cual está el tabernáculo de Jehová, y tomad posesión entre nosotros; pero no os rebeléis contra Jehová, ni os rebeléis contra nosotros, edificándoos altar además del altar de Jehová nuestro Dios.  
Jos.22:20 ¿No cometió Acán hijo de Zera prevaricación en el anatema, y vino ira sobre toda la congregación de Israel? Y aquel hombre no pereció solo en su iniquidad.
Jos.22:21 Entonces los hijos de Rubén y los hijos de Gad y la media tribu de Manasés respondieron y dijeron a los cabezas de los millares de Israel:  
Jos.22:22 Jehová Dios de los dioses, Jehová Dios de los dioses, él sabe, y hace saber a Israel: si fue por rebelión o por prevaricación contra Jehová, no nos salves hoy.  
Jos.22:23 Si nos hemos edificado altar para volvernos de en pos de Jehová, o para sacrificar holocausto u ofrenda, o para ofrecer sobre él ofrendas de paz, el mismo Jehová nos lo demande.  
Jos.22:24 Lo hicimos más bien por temor de que mañana vuestros hijos digan a nuestros hijos: ¿Qué tenéis vosotros con Jehová Dios de Israel?  
Jos.22:25 Jehová ha puesto por lindero el Jordán entre nosotros y vosotros, oh hijos de Rubén e hijos de Gad; no tenéis vosotros parte en Jehová; y así vuestros hijos harían que nuestros hijos dejasen de temer a Jehová.  
Jos.22:26 Por esto dijimos: Edifiquemos ahora un altar, no para holocausto ni para sacrificio,  
Jos.22:27 sino para que sea un testimonio entre nosotros y vosotros, y entre los que vendrán después de nosotros, de que podemos hacer el servicio de Jehová delante de él con nuestros holocaustos, con nuestros sacrificios y con nuestras ofrendas de paz; y no digan mañana vuestros hijos a los nuestros: Vosotros no tenéis parte en Jehová.  
Jos.22:28 Nosotros, pues, dijimos: Si aconteciere que tal digan a nosotros, o a nuestras generaciones en lo por venir, entonces responderemos: Mirad el símil del altar de Jehová, el cual hicieron nuestros padres, no para holocaustos o sacrificios, sino para que fuese testimonio entre nosotros y vosotros.  
Jos.22:29 Nunca tal acontezca que nos rebelemos contra Jehová, o que nos apartemos hoy de seguir a Jehová, edificando altar para holocaustos, para ofrenda o para sacrificio, además del altar de Jehová nuestro Dios que está delante de su tabernáculo.  
Jos.22:30 Oyendo Finees el sacerdote y los príncipes de la congregación, y los jefes de los millares de Israel que con él estaban, las palabras que hablaron los hijos de Rubén y los hijos de Gad y los hijos de Manasés, les pareció bien todo ello.  
Jos.22:31 Y dijo Finees hijo del sacerdote Eleazar a los hijos de Rubén, a los hijos de Gad y a los hijos de Manasés: Hoy hemos entendido que Jehová está entre nosotros, pues que no habéis intentado esta traición contra Jehová. Ahora habéis librado a los hijos de Israel de la mano de Jehová.  
Jos.22:32 Y Finees hijo del sacerdote Eleazar, y los príncipes, dejaron a los hijos de Rubén y a los hijos de Gad, y regresaron de la tierra de Galaad a la tierra de Canaán, a los hijos de Israel, a los cuales dieron la respuesta.  
Jos.22:33 Y el asunto pareció bien a los hijos de Israel, y bendijeron a Dios los hijos de Israel; y no hablaron más de subir contra ellos en guerra, para destruir la tierra en que habitaban los hijos de Rubén y los hijos de Gad.  
Jos.22:34 Y los hijos de Rubén y los hijos de Gad pusieron por nombre al altar Ed; porque testimonio es entre nosotros que Jehová es Dios.


Capítulo 31

Job afirma su integridad  

Job 31:1 Hice pacto con mis ojos;  
    ¿Cómo, pues, había yo de mirar a una virgen?  
Job 31:2 Porque ¿qué galardón me daría de arriba Dios,  
    Y qué heredad el Omnipotente desde las alturas?  
Job 31:3 ¿No hay quebrantamiento para el impío,  
    Y extrañamiento para los que hacen iniquidad?  
Job 31:4 ¿No ve él mis caminos,  
    Y cuenta todos mis pasos?  
Job 31:5 Si anduve con mentira,  
    Y si mi pie se apresuró a engaño,  
Job 31:6 Péseme Dios en balanzas de justicia,  
    Y conocerá mi integridad.  
Job 31:7 Si mis pasos se apartaron del camino,  
    Si mi corazón se fue tras mis ojos,  
    Y si algo se pegó a mis manos,  
Job 31:8 Siembre yo, y otro coma,  
    Y sea arrancada mi siembra.  
Job 31:9 Si fue mi corazón engañado acerca de mujer,  
    Y si estuve acechando a la puerta de mi prójimo,
Job 31:10 Muela para otro mi mujer,  
    Y sobre ella otros se encorven.  
Job 31:11 Porque es maldad e iniquidad  
    Que han de castigar los jueces.  
Job 31:12 Porque es fuego que devoraría hasta el Abadón,  
    Y consumiría toda mi hacienda.  
Job 31:13 Si hubiera tenido en poco el derecho de mi siervo y de mi sierva,  
    Cuando ellos contendían conmigo,  
Job 31:14 ¿Qué haría yo cuando Dios se levantase?  
    Y cuando él preguntara, ¿qué le respondería yo?  
Job 31:15 El que en el vientre me hizo a mí, ¿no lo hizo a él?  
    ¿Y no nos dispuso uno mismo en la matriz?  
Job 31:16 Si estorbé el contento de los pobres,  
    E hice desfallecer los ojos de la viuda;  
Job 31:17 Si comí mi bocado solo,  
    Y no comió de él el huérfano  
Job 31:18 (Porque desde mi juventud creció conmigo como con un padre,  
    Y desde el vientre de mi madre fui guía de la viuda);  
Job 31:19 Si he visto que pereciera alguno sin vestido,  
    Y al menesteroso sin abrigo;  
Job 31:20 Si no me bendijeron sus lomos,  
    Y del vellón de mis ovejas se calentaron;  
Job 31:21 Si alcé contra el huérfano mi mano,  
    Aunque viese que me ayudaran en la puerta;  
Job 31:22 Mi espalda se caiga de mi hombro,  
    Y el hueso de mi brazo sea quebrado.  
Job 31:23 Porque temí el castigo de Dios,  
    Contra cuya majestad yo no tendría poder.  
Job 31:24 Si puse en el oro mi esperanza,  
    Y dije al oro: Mi confianza eres tú;  
Job 31:25 Si me alegré de que mis riquezas se multiplicasen,  
    Y de que mi mano hallase mucho;  
Job 31:26 Si he mirado al sol cuando resplandecía,  
    O a la luna cuando iba hermosa,  
Job 31:27 Y mi corazón se engañó en secreto,  
    Y mi boca besó mi mano;  
Job 31:28 Esto también sería maldad juzgada;  
    Porque habría negado al Dios soberano.  
Job 31:29 Si me alegré en el quebrantamiento del que me aborrecía,  
    Y me regocijé cuando le halló el mal  
Job 31:30 (Ni aun entregué al pecado mi lengua,  
    Pidiendo maldición para su alma);  
Job 31:31 Si mis siervos no decían:  
    ¿Quién no se ha saciado de su carne?  
Job 31:32 (El forastero no pasaba fuera la noche;  
    Mis puertas abría al caminante);  
Job 31:33 Si encubrí como hombre mis transgresiones,  
    Escondiendo en mi seno mi iniquidad,  
Job 31:34 Porque tuve temor de la gran multitud,  
    Y el menosprecio de las familias me atemorizó,  
    Y callé, y no salí de mi puerta;  
Job 31:35 ¡Quién me diera quien me oyese!  
    He aquí mi confianza es que el Omnipotente testificará por mí,  
Aunque mi adversario me forme proceso.  
Job 31:36 Ciertamente yo lo llevaría sobre mi hombro,  
    Y me lo ceñiría como una corona.  
Job 31:37 Yo le contaría el número de mis pasos,  
    Y como príncipe me presentaría ante él.  
Job 31:38 Si mi tierra clama contra mí,  
    Y lloran todos sus surcos;  
Job 31:39 Si comí su sustancia sin dinero,  
    O afligí el alma de sus dueños,  
Job 31:40 En lugar de trigo me nazcan abrojos,  
    Y espinos en lugar de cebada.  
    Aquí terminan las palabras de Job.

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