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“Por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo”. (Gálatas 4:6-7).-

Antes y después de la cruz

 La muerte de Cristo, su resurrección y su ascensión a la diestra de Dios son hechos que han cambiado profundamente el carácter de la fe.
 Antes de la cruz, los creyentes gozaban del sostén y de la paciencia de Dios. Tenían confianza en El y sabían que un día las promesas divinas se cumplirían: el Mesías vendría y, haciendo suya la palabra profética, diría al entrar en el mundo: “He aquí, vengo; en el rollo del libro está escrito de mí; el hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado y tu ley está en medio de mi corazón” (Salmo 40:7-8).  Cuando el Mesías viniera, cargaría con la deuda de los pecados y la saldaría. Pero ningún creyente antes de la cruz supo que todos sus pecados estaban quitados y que su conciencia estaba purificada.  Ninguno conocía a Dios en la luz de su presencia detrás de un velo rasgado. Ninguno había recibido al Espíritu de adopción por medio del cual hubiera podido clamar: “Abba Padre”. Aunque habían nacido de Dios, esos creyentes nunca conocieron la relación de hijos.
 La cruz satisfizo todas las exigencias de Dios y limpió al creyente de sus pecados. Desde entonces, éste se halla perdonado y justificado. Cristo murió, resucitó y subió a los cielos, de donde envió al Espíritu Santo para dar testimonio a los que creen en El de que Dios no se acordará jamás de “sus pecados y transgresiones” (Hebreos 10:15-17). Más aún, Dios les da las mismas bendiciones y la misma herencia que a su propio Hijo; son hijos de Dios, “herederos de Dios y coherederos de Cristo” (Romanos 8:4-7).-

Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo





LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año.-


Capítulo 19


Pablo en Efeso  


Hec.19:1 Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos,  
Hec.19:2 les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo.  
Hec.19:3 Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan.  
Hec.19:4 Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo.
Hec.19:5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.  
Hec.19:6 Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.  
Hec.19:7 Eran por todos unos doce hombres.  
Hec.19:8 Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios.  
Hec.19:9 Pero endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, se apartó Pablo de ellos y separó a los discípulos, discutiendo cada día en la escuela de uno llamado Tiranno.  
Hec.19:10 Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús.  
Hec.19:11 Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo,  
Hec.19:12 de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían.  
Hec.19:13 Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo.
Hec.19:14 Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto.  
Hec.19:15 Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois?  
Hec.19:16 Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.  
Hec.19:17 Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Efeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús.  
Hec.19:18 Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos.  
Hec.19:19 Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata.  
Hec.19:20 Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor.


Capítulo 10


Tola y Jair juzgan a Israel  


Jue.10:1 Después de Abimelec, se levantó para librar a Israel Tola hijo de Fúa, hijo de Dodo, varón de Isacar, el cual habitaba en Samir en el monte de Efraín.
Jue.10:2 Y juzgó a Israel veintitrés años; y murió, y fue sepultado en Samir.  
Jue.10:3 Tras él se levantó Jair galaadita, el cual juzgó a Israel veintidós años.  
Jue.10:4 Este tuvo treinta hijos, que cabalgaban sobre treinta asnos; y tenían treinta ciudades, que se llaman las ciudades de Jair hasta hoy, las cuales están en la tierra de Galaad.  
Jue.10:5 Y murió Jair, y fue sepultado en Camón.  


Jefté liberta a Israel de los amonitas  


Jue.10:6 Pero los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales y a Astarot, a los dioses de Siria, a los dioses de Sidón, a los dioses de Moab, a los dioses de los hijos de Amón y a los dioses de los filisteos; y dejaron a Jehová, y no le sirvieron.  
Jue.10:7 Y se encendió la ira de Jehová contra Israel, y los entregó en mano de los filisteos, y en mano de los hijos de Amón;  
Jue.10:8 los cuales oprimieron y quebrantaron a los hijos de Israel en aquel tiempo dieciocho años, a todos los hijos de Israel que estaban al otro lado del Jordán en la tierra del amorreo, que está en Galaad.  
Jue.10:9 Y los hijos de Amón pasaron el Jordán para hacer también guerra contra Judá y contra Benjamín y la casa de Efraín, y fue afligido Israel en gran manera.  
Jue.10:10 Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová, diciendo: Nosotros hemos pecado contra ti; porque hemos dejado a nuestro Dios, y servido a los baales.  
Jue.10:11 Y Jehová respondió a los hijos de Israel: ¿No habéis sido oprimidos de Egipto, de los amorreos, de los amonitas, de los filisteos,  
Jue.10:12 de los de Sidón, de Amalec y de Maón, y clamando a mí no os libré de sus manos?  
Jue.10:13 Mas vosotros me habéis dejado, y habéis servido a dioses ajenos; por tanto, yo no os libraré más.  
Jue.10:14 Andad y clamad a los dioses que os habéis elegido; que os libren ellos en el tiempo de vuestra aflicción.  
Jue.10:15 Y los hijos de Israel respondieron a Jehová: Hemos pecado; haz tú con nosotros como bien te parezca; sólo te rogamos que nos libres en este día.  
Jue.10:16 Y quitaron de entre sí los dioses ajenos, y sirvieron a Jehová; y él fue angustiado a causa de la aflicción de Israel.  
Jue.10:17 Entonces se juntaron los hijos de Amón, y acamparon en Galaad; se juntaron asimismo los hijos de Israel, y acamparon en Mizpa.  
Jue.10:18 Y los príncipes y el pueblo de Galaad dijeron el uno al otro: ¿Quién comenzará la batalla contra los hijos de Amón? Será caudillo sobre todos los que habitan en Galaad.  


Capítulo 11


Jue.11:1 Jefté galaadita era esforzado y valeroso; era hijo de una mujer ramera, y el padre de Jefté era Galaad.  
Jue.11:2 Pero la mujer de Galaad le dio hijos, los cuales, cuando crecieron, echaron fuera a Jefté, diciéndole: No heredarás en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer.  
Jue.11:3 Huyó, pues, Jefté de sus hermanos, y habitó en tierra de Tob; y se juntaron con él hombres ociosos, los cuales salían con él.  
Jue.11:4 Aconteció andando el tiempo, que los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel.  
Jue.11:5 Y cuando los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel, los ancianos de Galaad fueron a traer a Jefté de la tierra de Tob;
Jue.11:6 y dijeron a Jefté: Ven, y serás nuestro jefe, para que peleemos contra los hijos de Amón.  
Jue.11:7 Jefté respondió a los ancianos de Galaad: ¿No me aborrecisteis vosotros, y me echasteis de la casa de mi padre? ¿Por qué, pues, venís ahora a mí cuando estáis en aflicción?  
Jue.11:8 Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Por esta misma causa volvemos ahora a ti, para que vengas con nosotros y pelees contra los hijos de Amón, y seas caudillo de todos los que moramos en Galaad.  
Jue.11:9 Jefté entonces dijo a los ancianos de Galaad: Si me hacéis volver para que pelee contra los hijos de Amón, y Jehová los entregare delante de mí, ¿seré yo vuestro caudillo?  
Jue.11:10 Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Jehová sea testigo entre nosotros, si no hiciéremos como tú dices.  
Jue.11:11 Entonces Jefté vino con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo eligió por su caudillo y jefe; y Jefté habló todas sus palabras delante de Jehová en Mizpa.  
Jue.11:12 Y envió Jefté mensajeros al rey de los amonitas, diciendo: ¿Qué tienes tú conmigo, que has venido a mí para hacer guerra contra mi tierra?  
Jue.11:13 El rey de los amonitas respondió a los mensajeros de Jefté: Por cuanto Israel tomó mi tierra, cuando subió de Egipto, desde Arnón hasta Jaboc y el Jordán; ahora, pues, devuélvela en paz.  
Jue.11:14 Y Jefté volvió a enviar otros mensajeros al rey de los amonitas,  
Jue.11:15 para decirle: Jefté ha dicho así: Israel no tomó tierra de Moab, ni tierra de los hijos de Amón.  
Jue.11:16 Porque cuando Israel subió de Egipto, anduvo por el desierto hasta el Mar Rojo, y llegó a Cades.  
Jue.11:17 Entonces Israel envió mensajeros al rey de Edom, diciendo: Yo te ruego que me dejes pasar por tu tierra; pero el rey de Edom no los escuchó. Envió también al rey de Moab, el cual tampoco quiso; se quedó, por tanto, Israel en Cades.  
Jue.11:18 Después, yendo por el desierto, rodeó la tierra de Edom y la tierra de Moab, y viniendo por el lado oriental de la tierra de Moab, acampó al otro lado de Arnón, y no entró en territorio de Moab; porque Arnón es territorio de Moab.  
Jue.11:19 Y envió Israel mensajeros a Sehón rey de los amorreos, rey de Hesbón, diciéndole: Te ruego que me dejes pasar por tu tierra hasta mi lugar.  
Jue.11:20 Mas Sehón no se fio de Israel para darle paso por su territorio, sino que reuniendo Sehón toda su gente, acampó en Jahaza, y peleó contra Israel.  
Jue.11:21 Pero Jehová Dios de Israel entregó a Sehón y a todo su pueblo en mano de Israel, y los derrotó; y se apoderó Israel de toda la tierra de los amorreos que habitaban en aquel país.  
Jue.11:22 Se apoderaron también de todo el territorio del amorreo desde Arnón hasta Jaboc, y desde el desierto hasta el Jordán.
Jue.11:23 Así que, lo que Jehová Dios de Israel desposeyó al amorreo delante de su pueblo Israel, ¿pretendes tú apoderarte de él?  
Jue.11:24 Lo que te hiciere poseer Quemos tu dios, ¿no lo poseerías tú? Así, todo lo que desposeyó Jehová nuestro Dios delante de nosotros, nosotros lo poseeremos.  
Jue.11:25 ¿Eres tú ahora mejor en algo que Balac hijo de Zipor, rey de Moab? ¿Tuvo él cuestión contra Israel, o hizo guerra contra ellos?  
Jue.11:26 Cuando Israel ha estado habitando por trescientos años a Hesbón y sus aldeas, a Aroer y sus aldeas, y todas las ciudades que están en el territorio de Arnón, ¿por qué no las habéis recobrado en ese tiempo?
Jue.11:27 Así que, yo nada he pecado contra ti, mas tú haces mal conmigo peleando contra mí. Jehová, que es el juez, juzgue hoy entre los hijos de Israel y los hijos de Amón.  
Jue.11:28 Mas el rey de los hijos de Amón no atendió a las razones que Jefté le envió.  
Jue.11:29 Y el Espíritu de Jehová vino sobre Jefté; y pasó por Galaad y Manasés, y de allí pasó a Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón.  
Jue.11:30 Y Jefté hizo voto a Jehová, diciendo: Si entregares a los amonitas en mis manos,  
Jue.11:31 cualquiera que saliere de las puertas de mi casa a recibirme, cuando regrese victorioso de los amonitas, será de Jehová, y lo ofreceré en holocausto.  
Jue.11:32 Y fue Jefté hacia los hijos de Amón para pelear contra ellos; y Jehová los entregó en su mano.  
Jue.11:33 Y desde Aroer hasta llegar a Minit, veinte ciudades, y hasta la vega de las viñas, los derrotó con muy grande estrago. Así fueron sometidos los amonitas por los hijos de Israel.  


Capítulo 39


Job 39:1 ¿Sabes tú el tiempo en que paren las cabras monteses?  
¿O miraste tú las ciervas cuando están pariendo?
Job 39:2 ¿Contaste tú los meses de su preñez,  
Y sabes el tiempo cuando han de parir?  
Job 39:3 Se encorvan, hacen salir sus hijos,  
Pasan sus dolores.  
Job 39:4 Sus hijos se fortalecen, crecen con el pasto;  
Salen, y no vuelven a ellas.
Job 39:5 ¿Quién echó libre al asno montés,  
Y quién soltó sus ataduras?  
Job 39:6 Al cual yo puse casa en la soledad,  
Y sus moradas en lugares estériles.  
Job 39:7 Se burla de la multitud de la ciudad;  
No oye las voces del arriero.  
Job 39:8 Lo oculto de los montes es su pasto,  
Y anda buscando toda cosa verde.  
Job 39:9 ¿Querrá el búfalo servirte a ti,  
O quedar en tu pesebre?  
Job 39:10 ¿Atarás tú al búfalo con coyunda para el surco?  
¿Labrará los valles en pos de ti?  
Job 39:11 ¿Confiarás tú en él, por ser grande su fuerza,  
Y le fiarás tu labor?
Job 39:12 ¿Fiarás de él para que recoja tu semilla,  
Y la junte en tu era?  
Job 39:13 ¿Diste tú hermosas alas al pavo real,  
o alas y plumas al avestruz?  
Job 39:14 El cual desampara en la tierra sus huevos,  
Y sobre el polvo los calienta,  
Job 39:15 Y olvida que el pie los puede pisar,  
Y que puede quebrarlos la bestia del campo.  
Job 39:16 Se endurece para con sus hijos, como si no fuesen suyos,  
No temiendo que su trabajo haya sido en vano;  
Job 39:17 Porque le privó Dios de sabiduría,  
Y no le dio inteligencia.  
Job 39:18 Luego que se levanta en alto,
Se burla del caballo y de su jinete.  
Job 39:19 ¿Diste tú al caballo la fuerza?  
¿Vestiste tú su cuello de crines ondulantes?
Job 39:20 ¿Le intimidarás tú como a langosta?  
El resoplido de su nariz es formidable.  
Job 39:21 Escarba la tierra, se alegra en su fuerza,  
Sale al encuentro de las armas;  
Job 39:22 Hace burla del espanto, y no teme,  
Ni vuelve el rostro delante de la espada.  
Job 39:23 Contra él suenan la aljaba,  
El hierro de la lanza y de la jabalina;  
Job 39:24 Y él con ímpetu y furor escarba la tierra,  
Sin importarle el sonido de la trompeta;  
Job 39:25 Antes como que dice entre los clarines: ¡Ea!  
Y desde lejos huele la batalla,  
El grito de los capitanes, y el vocerío.  
Job 39:26 ¿Vuela el gavilán por tu sabiduría,  
Y extiende hacia el sur sus alas?  
Job 39:27 ¿Se remonta el águila por tu mandamiento,  
Y pone en alto su nido?  
Job 39:28 Ella habita y mora en la peña,  
En la cumbre del peñasco y de la roca.  
Job 39:29 Desde allí acecha la presa;  
Sus ojos observan de muy lejos.  
Job 39:30 Sus polluelos chupan la sangre;  
Y donde hubiere cadáveres, allí está ella.

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