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Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo




LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año.-

Rom.15:14 Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros. 
Rom.15:15 Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada 
Rom.15:16 para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo. 
Rom.15:17 Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere. 
Rom.15:18 Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, 
Rom.15:19 con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo. 
Rom.15:20 Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, 
Rom.15:21 sino, como está escrito: 
            Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; Y los que nunca han oído de él, entenderán.

Pablo se propone ir a Roma 

Rom.15:22 Por esta causa me he visto impedido muchas veces de ir a vosotros.
Rom.15:23 Pero ahora, no teniendo más campo en estas regiones, y deseando desde hace muchos años ir a vosotros, 
Rom.15:24 cuando vaya a España, iré a vosotros; porque espero veros al pasar, y ser encaminado allá por vosotros, una vez que haya gozado con vosotros. 
Rom.15:25 Mas ahora voy a Jerusalén para ministrar a los santos. 
Rom.15:26 Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén.
Rom.15:27 Pues les pareció bueno, y son deudores a ellos; porque si los gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos ministrarles de los materiales.
Rom.15:28 Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado este fruto, pasaré entre vosotros rumbo a España.
Rom.15:29 Y sé que cuando vaya a vosotros, llegaré con abundancia de la bendición del evangelio de Cristo. 
Rom.15:30 Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios, 
Rom.15:31 para que sea librado de los rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda de mi servicio a los santos en Jerusalén sea acepta; 
Rom.15:32 para que con gozo llegue a vosotros por la voluntad de Dios, y que sea recreado juntamente con vosotros. 
Rom.15:33 Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén. 


Capítulo 29

Los filisteos desconfían de David 

1°Sam.29:1 Los filisteos juntaron todas sus fuerzas en Afec, e Israel acampó junto a la fuente que está en Jezreel. 
1°Sam.29:2 Y cuando los príncipes de los filisteos pasaban revista a sus compañías de a ciento y de a mil hombres, David y sus hombres iban en la retaguardia con Aquis. 
1°Sam.29:3 Y dijeron los príncipes de los filisteos: ¿Qué hacen aquí estos hebreos? Y Aquis respondió a los príncipes de los filisteos: ¿No es éste David, el siervo de Saúl rey de Israel, que ha estado conmigo por días y años, y no he hallado falta en él desde el día que se pasó a mí hasta hoy? 
1°Sam.29:4 Entonces los príncipes de los filisteos se enojaron contra él, y le dijeron: Despide a este hombre, para que se vuelva al lugar que le señalaste, y no venga con nosotros a la batalla, no sea que en la batalla se nos vuelva enemigo; porque ¿con qué cosa volvería mejor a la gracia de su señor que con las cabezas de estos hombres? 
1°Sam.29:5 ¿No es éste David, de quien cantaban en las danzas, diciendo: 
Saúl hirió a sus miles, 
Y David a sus diez miles? 
1°Sam.29:6 Y Aquis llamó a David y le dijo: Vive Jehová, que tú has sido recto, y que me ha parecido bien tu salida y tu entrada en el campamento conmigo, y que ninguna cosa mala he hallado en ti desde el día que viniste a mí hasta hoy; mas a los ojos de los príncipes no agradas. 
1°Sam.29:7 Vuélvete, pues, y vete en paz, para no desagradar a los príncipes de los filisteos. 
1°Sam.29:8 Y David respondió a Aquis: ¿Qué he hecho? ¿Qué has hallado en tu siervo desde el día que estoy contigo hasta hoy, para que yo no vaya y pelee contra los enemigos de mi señor el rey? 
1°Sam.29:9 Y Aquis respondió a David, y dijo: Yo sé que tú eres bueno ante mis ojos, como un ángel de Dios; pero los príncipes de los filisteos me han dicho: No venga con nosotros a la batalla. 
1°Sam.29:10 Levántate, pues, de mañana, tú y los siervos de tu señor que han venido contigo; y levantándoos al amanecer, marchad. 
1°Sam.29:11 Y se levantó David de mañana, él y sus hombres, para irse y volver a la tierra de los filisteos; y los filisteos fueron a Jezreel. 

Capítulo 30

David derrota a los amalecitas 

1°Sam.30:1 Cuando David y sus hombres vinieron a Siclag al tercer día, los de Amalec habían invadido el Neguev y a Siclag, y habían asolado a Siclag y le habían prendido fuego. 
1°Sam.30:2 Y se habían llevado cautivas a las mujeres y a todos los que estaban allí, desde el menor hasta el mayor; pero a nadie habían dado muerte, sino se los habían llevado al seguir su camino. 
1°Sam.30:3 Vino, pues, David con los suyos a la ciudad, y he aquí que estaba quemada, y sus mujeres y sus hijos e hijas habían sido llevados cautivos. 
1°Sam.30:4 Entonces David y la gente que con él estaba alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar. 
1°Sam.30:5 Las dos mujeres de David, Ahinoam jezreelita y Abigail la que fue mujer de Nabal el de Carmel, también eran cautivas.
1°Sam.30:6 Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios.  
1°Sam.30:7 Y dijo David al sacerdote Abiatar hijo de Ahimelec: Yo te ruego que me acerques el efod. Y Abiatar acercó el efod a David. 
1°Sam.30:8 Y David consultó a Jehová, diciendo: ¿Perseguiré a estos merodeadores? ¿Los podré alcanzar? Y él le dijo: Síguelos, porque ciertamente los alcanzarás, y de cierto librarás a los cautivos. 
1°Sam.30:9 Partió, pues, David, él y los seiscientos hombres que con él estaban, y llegaron hasta el torrente de Besor, donde se quedaron algunos. 
1°Sam.30:10 Y David siguió adelante con cuatrocientos hombres; porque se quedaron atrás doscientos, que cansados no pudieron pasar el torrente de Besor. 
1°Sam.30:11 Y hallaron en el campo a un hombre egipcio, el cual trajeron a David, y le dieron pan, y comió, y le dieron a beber agua. 
1°Sam.30:12 Le dieron también un pedazo de masa de higos secos y dos racimos de pasas. Y luego que comió, volvió en él su espíritu; porque no había comido pan ni bebido agua en tres días y tres noches. 
1°Sam.30:13 Y le dijo David: ¿De quién eres tú, y de dónde eres? Y respondió el joven egipcio: Yo soy siervo de un amalecita, y me dejó mi amo hoy hace tres días, porque estaba yo enfermo; 
1°Sam.30:14 pues hicimos una incursión a la parte del Neguev que es de los cereteos, y de Judá, y al Neguev de Caleb; y pusimos fuego a Siclag. 
1°Sam.30:15 Y le dijo David: ¿Me llevarás tú a esa tropa? Y él dijo: Júrame por Dios que no me matarás, ni me entregarás en mano de mi amo, y yo te llevaré a esa gente. 
1°Sam.30:16 Lo llevó, pues; y he aquí que estaban desparramados sobre toda aquella tierra, comiendo y bebiendo y haciendo fiesta, por todo aquel gran botín que habían tomado de la tierra de los filisteos y de la tierra de Judá. 
1°Sam.30:17 Y los hirió David desde aquella mañana hasta la tarde del día siguiente; y no escapó de ellos ninguno, sino cuatrocientos jóvenes que montaron sobre los camellos y huyeron. 
1°Sam.30:18 Y libró David todo lo que los amalecitas habían tomado, y asimismo libertó David a sus dos mujeres. 
1°Sam.30:19 Y no les faltó cosa alguna, chica ni grande, así de hijos como de hijas, del robo, y de todas las cosas que les habían tomado; todo lo recuperó David. 
1°Sam.30:20 Tomó también David todas las ovejas y el ganado mayor; y trayéndolo todo delante, decían: Este es el botín de David. 
1°Sam.30:21 Y vino David a los doscientos hombres que habían quedado cansados y no habían podido seguir a David, a los cuales habían hecho quedar en el torrente de Besor; y ellos salieron a recibir a David y al pueblo que con él estaba. Y cuando David llegó a la gente, les saludó con paz. 
1°Sam.30:22 Entonces todos los malos y perversos de entre los que habían ido con David, respondieron y dijeron: Porque no fueron con nosotros, no les daremos del botín que hemos quitado, sino a cada uno su mujer y sus hijos; que los tomen y se vayan. 
1°Sam.30:23 Y David dijo: No hagáis eso, hermanos míos, de lo que nos ha dado Jehová, quien nos ha guardado, y ha entregado en nuestra mano a los merodeadores que vinieron contra nosotros. 
1°Sam.30:24 ¿Y quién os escuchará en este caso? Porque conforme a la parte del que desciende a la batalla, así ha de ser la parte del que queda con el bagaje; les tocará parte igual. 
1°Sam.30:25 Desde aquel día en adelante fue esto por ley y ordenanza en Israel, hasta hoy. 
1°Sam.30:26 Y cuando David llegó a Siclag, envió del botín a los ancianos de Judá, sus amigos, diciendo: He aquí un presente para vosotros del botín de los enemigos de Jehová. 
1°Sam.30:27 Lo envió a los que estaban en Bet-el, en Ramot del Neguev, en Jatir, 
1°Sam.30:28 en Aroer, en Sifmot, en Estemoa, 
1°Sam.30:29 en Racal, en las ciudades de Jerameel, en las ciudades del ceneo, 
1°Sam.30:30 en Horma, en Corasán, en Atac, 
1°Sam.30:31 en Hebrón, y en todos los lugares donde David había estado con sus hombres. 

Capítulo 31

Muerte de Saúl y de sus hijos    (1 Cr. 10.1-12) 

1°Sam.31:1 Los filisteos, pues, pelearon contra Israel, y los de Israel huyeron delante de los filisteos, y cayeron muertos en el monte de Gilboa. 
1°Sam.31:2 Y siguiendo los filisteos a Saúl y a sus hijos, mataron a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa, hijos de Saúl. 
1°Sam.31:3 Y arreció la batalla contra Saúl, y le alcanzaron los flecheros, y tuvo gran temor de ellos. 
1°Sam.31:4 Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó sobre ella. 
1°Sam.31:5 Y viendo su escudero a Saúl muerto, él también se echó sobre su espada, y murió con él. 
1°Sam.31:6 Así murió Saúl en aquel día, juntamente con sus tres hijos, y su escudero, y todos sus varones. 
1°Sam.31:7 Y los de Israel que eran del otro lado del valle, y del otro lado del Jordán, viendo que Israel había huido y que Saúl y sus hijos habían sido muertos, dejaron las ciudades y huyeron; y los filisteos vinieron y habitaron en ellas. 
1°Sam.31:8 Aconteció al siguiente día, que viniendo los filisteos a despojar a los muertos, hallaron a Saúl y a sus tres hijos tendidos en el monte de Gilboa. 
1°Sam.31:9 Y le cortaron la cabeza, y le despojaron de las armas; y enviaron mensajeros por toda la tierra de los filisteos, para que llevaran las buenas nuevas al templo de sus ídolos y al pueblo. 
1°Sam.31:10 Y pusieron sus armas en el templo de Astarot, y colgaron su cuerpo en el muro de Bet-sán. 
1°Sam.31:11 Mas oyendo los de Jabes de Galaad esto que los filisteos hicieron a Saúl, 
1°Sam.31:12 todos los hombres valientes se levantaron, y anduvieron toda aquella noche, y quitaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos del muro de Bet-sán; y viniendo a Jabes, los quemaron allí. 
1°Sam.31:13 Y tomando sus huesos, los sepultaron debajo de un árbol en Jabes, y ayunaron siete días. 


Capítulo 71

Oración de un anciano

Sal.71:1 En ti, oh Jehová, me he refugiado;
            No sea yo avergonzado jamás.
Sal.71:2 Socórreme y líbrame en tu justicia;
            Inclina tu oído y sálvame.
Sal.71:3 Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente.
            Tú has dado mandamiento para salvarme,
            Porque tú eres mi roca y mi fortaleza.
Sal.71:4 Dios mío, líbrame de la mano del impío,
            De la mano del perverso y violento.
Sal.71:5 Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza,
            Seguridad mía desde mi juventud.
Sal.71:6 En ti he sido sustentado desde el vientre;
            De las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó;
            De ti será siempre mi alabanza.
Sal.71:7 Como prodigio he sido a muchos,
            Y tú mi refugio fuerte.
Sal.71:8 Sea llena mi boca de tu alabanza,
            De tu gloria todo el día.
Sal.71:9 No me deseches en el tiempo de la vejez;
            Cuando mi fuerza se acabare, no me desampares.
Sal.71:10 Porque mis enemigos hablan de mí,
            Y los que acechan mi alma consultaron juntamente,
Sal.71:11 Diciendo: Dios lo ha desamparado;
            Perseguidle y tomadle, porque no hay quien le libre.
Sal.71:12 Oh Dios, no te alejes de mí;
            Dios mío, acude pronto en mi socorro.
Sal.71:13 Sean avergonzados, perezcan los adversarios de mi alma;
            Sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que mi mal buscan.
Sal.71:14 Mas yo esperaré siempre,
            Y te alabaré más y más.
Sal.71:15 Mi boca publicará tu justicia
            Y tus hechos de salvación todo el día,

            Aunque no sé su número.
Sal.71:16 Vendré a los hechos poderosos de Jehová el Señor;
            Haré memoria de tu justicia, de la tuya sola.
Sal.71:17 Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud,
            Y hasta ahora he manifestado tus maravillas.
Sal.71:18 Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares,
            Hasta que anuncie tu poder a la posteridad,
            Y tu potencia a todos los que han de venir,
Sal.71:19 Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso.
            Tú has hecho grandes cosas;
            Oh Dios, ¿quién como tú?
Sal.71:20 Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males,
            Volverás a darme vida,
            Y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra.
Sal.71:21 Aumentarás mi grandeza,
            Y volverás a consolarme.
Sal.71:22 Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio,
            Oh Dios mío; tu verdad cantaré a ti en el arpa,
            Oh Santo de Israel.
Sal.71:23 Mis labios se alegrarán cuando cante a ti,
            Y mi alma, la cual redimiste.
Sal.71:24 Mi lengua hablará también de tu justicia todo el día;
Por cuanto han sido avergonzados, porque han sido confundidos los que mi mal procuraban.

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