“No nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo”. (1 Tesalonicenses 5:9).-
“El que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso”. (1 Juan 5:10).-
Hacerle a Dios mentiroso
Al sentirse mal, una anciana de más de ochenta años comprendió que se acercaba la hora de su partida. Fue presa de inquietud al pensar que pronto tendría que comparecer ante Dios. Los que la rodeaban trataban de tranquilizarla e hicieron venir a alguien que se hacía pasar por ministro del Evangelio.
—¿Para qué inquietarse, abuela? —le preguntó éste.
— No estoy segura de irme al cielo. Le tengo miedo al infierno.
—El infierno, ¡Vamos, Esto no existe. Es una cosa inventada para asustar a los niños.
Uno se estremece al oír semejantes palabras. No sin medir toda la gravedad de lo que el apóstol Pablo escribía a los gálatas, repetimos: “Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema (maldito)”. Y a los que oyen semejantes afirmaciones, les recordamos esta exhortación: “Si alguno viene a vosotros y no trae esta doctrina (la de los apóstoles), no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!” (2 Juan 10).
En la Palabra de Dios se nos habla de la condenación del “que no creyere” (Marcos 16:16), del “castigo eterno” (Mateo 25:46), “del juicio” (Juan 3:18), de “la ira de Dios’ (Juan 3:36), que permanece sobre el que no creyere, La parábola del rico y Lázaro demuestra también esa verdad. Alguien dirá: “es sólo una parábola”. Sin duda, pero las parábolas de Jesús revelan hechos reales pues su boca no puede mentir, pero por otro lado si la parábola no ilustra la verdad, ¿de qué sirve? Finalmente escuche lo que el justo Juez dirá a los que rehusaron su amor: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (Mateo 25:41).
“El que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso”. (1 Juan 5:10).-
Hacerle a Dios mentiroso
Al sentirse mal, una anciana de más de ochenta años comprendió que se acercaba la hora de su partida. Fue presa de inquietud al pensar que pronto tendría que comparecer ante Dios. Los que la rodeaban trataban de tranquilizarla e hicieron venir a alguien que se hacía pasar por ministro del Evangelio.
—¿Para qué inquietarse, abuela? —le preguntó éste.
— No estoy segura de irme al cielo. Le tengo miedo al infierno.
—El infierno, ¡Vamos, Esto no existe. Es una cosa inventada para asustar a los niños.
Uno se estremece al oír semejantes palabras. No sin medir toda la gravedad de lo que el apóstol Pablo escribía a los gálatas, repetimos: “Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema (maldito)”. Y a los que oyen semejantes afirmaciones, les recordamos esta exhortación: “Si alguno viene a vosotros y no trae esta doctrina (la de los apóstoles), no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!” (2 Juan 10).
En la Palabra de Dios se nos habla de la condenación del “que no creyere” (Marcos 16:16), del “castigo eterno” (Mateo 25:46), “del juicio” (Juan 3:18), de “la ira de Dios’ (Juan 3:36), que permanece sobre el que no creyere, La parábola del rico y Lázaro demuestra también esa verdad. Alguien dirá: “es sólo una parábola”. Sin duda, pero las parábolas de Jesús revelan hechos reales pues su boca no puede mentir, pero por otro lado si la parábola no ilustra la verdad, ¿de qué sirve? Finalmente escuche lo que el justo Juez dirá a los que rehusaron su amor: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (Mateo 25:41).
Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo
LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año.-
La justicia que es por fe
Rom.9:30 ¿Qué, pues, diremos?
Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es
decir, la justicia que es por fe;
Rom.9:31 mas Israel, que iba
tras una ley de justicia, no la alcanzó.
Rom.9:32 ¿Por qué? Porque iban
tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la
piedra de tropiezo,
Rom.9:33 como está
escrito:
He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de
caída;
Y el que creyere en él, no será avergonzado.
Capítulo 10
Rom.10:1 Hermanos, ciertamente
el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación.
Rom.10:2 Porque yo les doy
testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia.
Rom.10:3 Porque ignorando la
justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a
la justicia de Dios;
Rom.10:4 porque el fin de la
ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.
Rom.10:5 Porque de la justicia
que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá
por ellas.
Rom.10:6 Pero la justicia que
es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto
es, para traer abajo a Cristo);
Rom.10:7 o, ¿quién descenderá
al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos).
Rom.10:8 Mas ¿qué dice? Cerca
de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que
predicamos:
Rom.10:9 que si confesares con
tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de
los muertos, serás salvo.
Rom.10:10 Porque con el corazón
se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Rom.10:11 Pues la Escritura dice: Todo
aquel que en él creyere, no será avergonzado.
Rom.10:12 Porque no hay
diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico
para con todos los que le invocan;
Rom.10:13 porque todo aquel que
invocare el nombre del Señor, será salvo.
Rom.10:14 ¿Cómo, pues,
invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien
no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?
Rom.10:15 ¿Y cómo predicarán si
no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que
anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!
Rom.10:16 Mas no todos
obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro
anuncio?
Rom.10:17 Así que la fe es por
el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Rom.10:18 Pero digo: ¿No han
oído? Antes bien,
Por toda la tierra ha salido la voz de ellos,
Y hasta los fines de la tierra sus palabras.
Rom.10:19 También digo: ¿No ha
conocido esto Israel? Primeramente Moisés dice:
Yo os provocaré a celos con un pueblo que no es
pueblo;
Con pueblo insensato os provocaré a ira.
Rom.10:20 E Isaías dice
resueltamente:
Fui hallado de los que no me buscaban;
Me manifesté a los que no preguntaban por mí.
Rom.10:21 Pero acerca de Israel
dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor.
Capítulo 19
Saúl procura matar a David
1°Sam.19:1 Habló Saúl a Jonatán
su hijo, y a todos sus siervos, para que matasen a David; pero Jonatán hijo de
Saúl amaba a David en gran manera,
1°Sam.19:2 y dio aviso a David,
diciendo: Saúl mi padre procura matarte; por tanto cuídate hasta la mañana, y
estate en lugar oculto y escóndete.
1°Sam.19:3 Y yo saldré y estaré
junto a mi padre en el campo donde estés; y hablaré de ti a mi padre, y te haré
saber lo que haya.
1°Sam.19:4 Y Jonatán habló bien
de David a Saúl su padre, y le dijo: No peque el rey contra su siervo David,
porque ninguna cosa ha cometido contra ti, y porque sus obras han sido muy
buenas para contigo;
1°Sam.19:5 pues él tomó su vida
en su mano, y mató al filisteo, y Jehová dio gran salvación a todo Israel. Tú
lo viste, y te alegraste; ¿por qué, pues, pecarás contra la sangre inocente,
matando a David sin causa?
1°Sam.19:6 Y escuchó Saúl la
voz de Jonatán, y juró Saúl: Vive Jehová, que no morirá.
1°Sam.19:7 Y llamó Jonatán a
David, y le declaró todas estas palabras; y él mismo trajo a David a Saúl, y
estuvo delante de él como antes.
1°Sam.19:8 Después hubo de
nuevo guerra; y salió David y peleó contra los filisteos, y los hirió con gran
estrago, y huyeron delante de él.
1°Sam.19:9 Y el espíritu malo
de parte de Jehová vino sobre Saúl; y estando sentado en su casa tenía una
lanza a mano, mientras David estaba tocando.
1°Sam.19:10 Y Saúl procuró
enclavar a David con la lanza a la pared, pero él se apartó de delante de Saúl,
el cual hirió con la lanza en la pared; y David huyó, y escapó aquella
noche.
1°Sam.19:11 Saúl envió luego
mensajeros a casa de David para que lo vigilasen, y lo matasen a la mañana. Mas
Mical su mujer avisó a David, diciendo: Si no salvas tu vida esta noche, mañana
serás muerto.
1°Sam.19:12 Y descolgó Mical a
David por una ventana; y él se fue y huyó, y escapó.
1°Sam.19:13 Tomó luego Mical
una estatua, y la puso sobre la cama, y le acomodó por cabecera una almohada de
pelo de cabra y la cubrió con la ropa.
1°Sam.19:14 Y cuando Saúl envió
mensajeros para prender a David, ella respondió: Está enfermo.
1°Sam.19:15 Volvió Saúl a
enviar mensajeros para que viesen a David, diciendo: Traédmelo en la cama para
que lo mate.
1°Sam.19:16 Y cuando los
mensajeros entraron, he aquí la estatua estaba en la cama, y una almohada de
pelo de cabra a su cabecera.
1°Sam.19:17 Entonces Saúl dijo
a Mical: ¿Por qué me has engañado así, y has dejado escapar a mi enemigo? Y
Mical respondió a Saúl: Porque él me dijo: Déjame ir; si no, yo te mataré.
1°Sam.19:18 Huyó, pues, David,
y escapó, y vino a Samuel en Ramá, y le dijo todo lo que Saúl había hecho con
él. Y él y Samuel se fueron y moraron en Naiot.
1°Sam.19:19 Y fue dado aviso a
Saúl, diciendo: He aquí que David está en Naiot en Ramá.
1°Sam.19:20 Entonces Saúl envió
mensajeros para que trajeran a David, los cuales vieron una compañía de
profetas que profetizaban, y a Samuel que estaba allí y los presidía. Y vino el
Espíritu de Dios sobre los mensajeros de Saúl, y ellos también profetizaron.
1°Sam.19:21 Cuando lo supo
Saúl, envió otros mensajeros, los cuales también profetizaron. Y Saúl volvió a
enviar mensajeros por tercera vez, y ellos también profetizaron.
1°Sam.19:22 Entonces él mismo
fue a Ramá; y llegando al gran pozo que está en Secú, preguntó diciendo: ¿Dónde
están Samuel y David? Y uno respondió: He aquí están en Naiot en Ramá.
1°Sam.19:23 Y fue a Naiot en
Ramá; y también vino sobre él el Espíritu de Dios, y siguió andando y
profetizando hasta que llegó a Naiot en Ramá.
1°Sam.19:24 Y él también se
despojó de sus vestidos, y profetizó igualmente delante de Samuel, y estuvo
desnudo todo aquel día y toda aquella noche. De aquí se dijo: ¿También Saúl
entre los profetas?
Capítulo 64
Plegaria pidiendo protección
contra enemigos ocultos
Al músico principal. Salmo de
David.
Sal.64:1 Escucha, oh Dios, la
voz de mi queja;
Guarda mi vida del temor del enemigo.
Sal.64:2 Escóndeme del consejo
secreto de los malignos,
De la conspiración de los que hacen iniquidad,
Sal.64:3 Que afilan como espada
su lengua;
Lanzan cual saeta suya, palabra amarga,
Sal.64:4 Para asaetear a
escondidas al íntegro;
De repente lo asaetean, y no temen.
Sal.64:5 Obstinados en su
inicuo designio,
Tratan de esconder los lazos,
Y dicen: ¿Quién los ha de ver?
Sal.64:6 Inquieren iniquidades,
hacen una investigación exacta;
Y el íntimo pensamiento de cada uno de ellos, así como su
corazón, es profundo.
Sal.64:7 Mas Dios los herirá
con saeta;
De repente serán sus plagas.
Sal.64:8 Sus propias lenguas
los harán caer;
Se espantarán todos los que los vean.
Sal.64:9 Entonces temerán todos
los hombres,
Y anunciarán la obra de Dios,
Y entenderán sus hechos.
Sal.64:10 Se alegrará el justo
en Jehová, y confiará en él;
Y se gloriarán todos los rectos de corazón.
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