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“Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. (Juan 3:14).-

El veneno y su antídoto

En las Islas caribe y lugares del trópico crece un hermoso y alto árbol. Su fruto, de agradable aspecto y rico perfume, se parece a la manzana. Mas esta fruta contiene un poderoso veneno, se lo ha dado en llamar manzanillo o el árbol de la muerte, el mas venenoso del mundo, toda interacción con sus ramas, hojas, tronco o descansar bajo su sombra es terriblemente perjudicial para la salud, haciendo que su ingesta provoque la muerte en pocas horas con una hinchazón general de todo el cuerpo, (se cuenta que los indígenas lugareños envenenaban sus flechas con la savia lechosa de este árbol). Lo curioso y notable es que ese árbol raras veces crece solitario. Casi siempre se halla cerca de él un arbusto que llaman la "maranta", cuya savia y almidón es un buen antídoto. De este modo, veneno y remedio se encuentran cerca el uno del otro. 
 El pecado también es un peligroso veneno, aunque no siempre sigue una pronta muerte al mal cometido. A menudo pasa un largo intervalo entre una y otro. Se habla a veces de un viejo pecador o de un empedernido pecador. Pero tarde o temprano llega la muerte, pues: “La paga del pecado es muerte” y “está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”.
 Es como cuando en los países donde existe pena de muerte, cuando el juez lo declara culpable y lee la sentencia, hasta el día de la ejecución de la sentencia está legalmente muerto para el Estado, no puede comprar ni vender, donar, recibir herencia ni votar, ya no existe para la sociedad, así es como "vive" el pecador, no puede hacer nada en los negocios del Padre y todas sus obras son como trapos inmundos, sucios y malolientes de carne corrompida...
 Felizmente existe un perfecto remedio que Dios pone al alcance de los pecadores: Jesucristo, el Salvador del mundo. Por medio de El, cualquier pecador puede hallar la redención. Notemos bien que a los ojos de Dios, “el” pecado —el árbol que produce “los” pecados — no tiene atenuantes. Por naturaleza somos pecadores: no hay pequeños o grandes pecadores. Una pequeña mentira es por igual un fruto de la vieja naturaleza como lo es un horroroso crimen. Para la santidad de Dios son simplemente pecados que merecen una sanción. Jesucristo vino a este mundo para llevar el castigo de seres pecadores y dar la vida eterna a todos los que se arrepienten y creen en El, entonces el sentenciado puede invocar que ya, otro fue sentenciado y murió en su lugar y no puede juzgarse nuevamente... Sigue proclamado hoy el Espíritu Santo, "Mirad a mi y sed salvos todos los términos de la tierra, porque Yo Soy Dios y no hay algún otro..."

Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo





LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año.-

La hija de Jairo, y la mujer que tocó el manto de Jesús  (Mt. 9. 18-26; Lc. 8. 40-56) 

Mar.5:21 Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor de él una gran multitud; y él estaba junto al mar. 
Mar.5:22 Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, 
Mar.5:23 y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá. 
Mar.5:24 Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban. 
Mar.5:25 Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, 
Mar.5:26 y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, 
Mar.5:27 cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. 
Mar.5:28 Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. 
Mar.5:29 Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. 
Mar.5:30 Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?
Mar.5:31 Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado? 
Mar.5:32 Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto. 
Mar.5:33 Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad. 
Mar.5:34 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; vé en paz, y queda sana de tu azote.
Mar.5:35 Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro? 
Mar.5:36 Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente.
Mar.5:37 Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo. 
Mar.5:38 Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho. 
Mar.5:39 Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme. 
Mar.5:40 Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. 
Mar.5:41 Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. 
Mar.5:42 Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente. 
Mar.5:43 Pero él les mandó mucho que nadie lo supiese, y dijo que se le diese de comer.


Capítulo 14

Joab procura el regreso de Absalón 

2°Sam.14:1 Conociendo Joab hijo de Sarvia que el corazón del rey se inclinaba por Absalón, 
2°Sam.14:2 envió Joab a Tecoa, y tomó de allá una mujer astuta, y le dijo: Yo te ruego que finjas estar de duelo, y te vistas ropas de luto, y no te unjas con óleo, sino preséntate como una mujer que desde mucho tiempo está de duelo por algún muerto; 
2°Sam.14:3 y entrarás al rey, y le hablarás de esta manera. Y puso Joab las palabras en su boca. 
2°Sam.14:4 Entró, pues, aquella mujer de Tecoa al rey, y postrándose en tierra sobre su rostro, hizo reverencia, y dijo: ¡Socorro, oh rey! 
2°Sam.14:5 El rey le dijo: ¿Qué tienes? Y ella respondió: Yo a la verdad soy una mujer viuda y mi marido ha muerto. 
2°Sam.14:6 Tu sierva tenía dos hijos, y los dos riñeron en el campo; y no habiendo quien los separase, hirió el uno al otro, y lo mató.
2°Sam.14:7 Y he aquí toda la familia se ha levantado contra tu sierva, diciendo: Entrega al que mató a su hermano, para que le hagamos morir por la vida de su hermano a quien él mató, y matemos también al heredero. Así apagarán el ascua que me ha quedado, no dejando a mi marido nombre ni reliquia sobre la tierra. 
2°Sam.14:8 Entonces el rey dijo a la mujer: Vete a tu casa, y yo daré órdenes con respecto a ti. 
2°Sam.14:9 Y la mujer de Tecoa dijo al rey: Rey señor mío, la maldad sea sobre mí y sobre la casa de mi padre; mas el rey y su trono sean sin culpa. 
2°Sam.14:10 Y el rey dijo: Al que hablare contra ti, tráelo a mí, y no te tocará más. 
2°Sam.14:11 Dijo ella entonces: Te ruego, oh rey, que te acuerdes de Jehová tu Dios, para que el vengador de la sangre no aumente el daño, y no destruya a mi hijo. Y el respondió: Vive Jehová, que no caerá ni un cabello de la cabeza de tu hijo en tierra. 
2°Sam.14:12 Y la mujer dijo: Te ruego que permitas que tu sierva hable una palabra a mi señor el rey. Y él dijo: Habla. 
2°Sam.14:13 Entonces la mujer dijo: ¿Por qué, pues, has pensado tú cosa semejante contra el pueblo de Dios? Porque hablando el rey esta palabra, se hace culpable él mismo, por cuanto el rey no hace volver a su desterrado. 
2°Sam.14:14 Porque de cierto morimos, y somos como aguas derramadas por tierra, que no pueden volver a recogerse; ni Dios quita la vida, sino que provee medios para no alejar de sí al desterrado. 
2°Sam.14:15 Y el haber yo venido ahora para decir esto al rey mi señor, es porque el pueblo me atemorizó; y tu sierva dijo: Hablaré ahora al rey; quizá él hará lo que su sierva diga. 
2°Sam.14:16 Pues el rey oirá, para librar a su sierva de mano del hombre que me quiere destruir a mí y a mi hijo juntamente, de la heredad de Dios. 
2°Sam.14:17 Tu sierva, pues, dice: Sea ahora de consuelo la respuesta de mi señor el rey, pues que mi señor el rey es como un ángel de Dios para discernir entre lo bueno y lo malo. Así Jehová tu Dios sea contigo. 
2°Sam.14:18 Entonces David respondió y dijo a la mujer: Yo te ruego que no me encubras nada de lo que yo te preguntare. Y la mujer dijo: Hable mi señor el rey. 
2°Sam.14:19 Y el rey dijo: ¿No anda la mano de Joab contigo en todas estas cosas? La mujer respondió y dijo: Vive tu alma, rey señor mío, que no hay que apartarse a derecha ni a izquierda de todo lo que mi señor el rey ha hablado; porque tu siervo Joab, él me mandó, y él puso en boca de tu sierva todas estas palabras. 
2°Sam.14:20 Para mudar el aspecto de las cosas Joab tu siervo ha hecho esto; pero mi señor es sabio conforme a la sabiduría de un ángel de Dios, para conocer lo que hay en la tierra. 
2°Sam.14:21 Entonces el rey dijo a Joab: He aquí yo hago esto; ve, y haz volver al joven Absalón. 
2°Sam.14:22 Y Joab se postró en tierra sobre su rostro e hizo reverencia, y después que bendijo al rey, dijo: Hoy ha entendido tu siervo que he hallado gracia en tus ojos, rey señor mío, pues ha hecho el rey lo que su siervo ha dicho. 
2°Sam.14:23 Se levantó luego Joab y fue a Gesur, y trajo a Absalón a Jerusalén. 
2°Sam.14:24 Mas el rey dijo: Váyase a su casa, y no vea mi rostro. Y volvió Absalón a su casa, y no vio el rostro del rey. 
2°Sam.14:25 Y no había en todo Israel ninguno tan alabado por su hermosura como Absalón; desde la planta de su pie hasta su coronilla no había en él defecto. 
2°Sam.14:26 Cuando se cortaba el cabello (lo cual hacía al fin de cada año, pues le causaba molestia, y por eso se lo cortaba), pesaba el cabello de su cabeza doscientos siclos  de peso real. 
2°Sam.14:27 Y le nacieron a Absalón tres hijos, y una hija que se llamó Tamar, la cual era mujer de hermoso semblante. 
2°Sam.14:28 Y estuvo Absalón por espacio de dos años en Jerusalén, y no vio el rostro del rey. 
2°Sam.14:29 Y mandó Absalón por Joab, para enviarlo al rey, pero él no quiso venir; y envió aun por segunda vez, y no quiso venir. 
2°Sam.14:30 Entonces dijo a sus siervos: Mirad, el campo de Joab está junto al mío, y tiene allí cebada; id y prendedle fuego. Y los siervos de Absalón prendieron fuego al campo. 
2°Sam.14:31 Entonces se levantó Joab y vino a casa de Absalón, y le dijo: ¿Por qué han prendido fuego tus siervos a mi campo? 
2°Sam.14:32 Y Absalón respondió a Joab: He aquí yo he enviado por ti, diciendo que vinieses acá, con el fin de enviarte al rey para decirle: ¿Para qué vine de Gesur? Mejor me fuera estar aún allá. Vea yo ahora el rostro del rey; y si hay en mí pecado, máteme.   2°Sam.14:33 Vino, pues, Joab al rey, y se lo hizo saber. Entonces llamó a Absalón, el cual vino al rey, e inclinó su rostro a tierra delante del rey; y el rey besó a Absalón.


Capítulo 8

Visión del carnero y del macho cabrío 

Dan.8:1 En el año tercero del reinado del rey Belsasar me apareció una visión a mí, Daniel, después de aquella que me había aparecido antes. 
Dan.8:2 Vi en visión; y cuando la vi, yo estaba en Susa, que es la capital del reino en la provincia de Elam; vi, pues, en visión, estando junto al río Ulai. 
Dan.8:3 Alcé los ojos y miré, y he aquí un carnero que estaba delante del río, y tenía dos cuernos; y aunque los cuernos eran altos, uno era más alto que el otro; y el más alto creció después. 
Dan.8:4 Vi que el carnero hería con los cuernos al poniente, al norte y al sur, y que ninguna bestia podía parar delante de él, ni había quien escapase de su poder; y hacía conforme a su voluntad, y se engrandecía. 
Dan.8:5 Mientras yo consideraba esto, he aquí un macho cabrío venía del lado del poniente sobre la faz de toda la tierra, sin tocar tierra; y aquel macho cabrío tenía un cuerno notable entre sus ojos. 
Dan.8:6 Y vino hasta el carnero de dos cuernos, que yo había visto en la ribera del río, y corrió contra él con la furia de su fuerza. 
Dan.8:7 Y lo vi que llegó junto al carnero, y se levantó contra él y lo hirió, y le quebró sus dos cuernos, y el carnero no tenía fuerzas para pararse delante de él; lo derribó, por tanto, en tierra, y lo pisoteó, y no hubo quien librase al carnero de su poder. 
Dan.8:8 Y el macho cabrío se engrandeció sobremanera; pero estando en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fue quebrado, y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo. 
Dan.8:9 Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño, que creció mucho al sur, y al oriente, y hacia la tierra gloriosa. 
Dan.8:10 Y se engrandeció hasta el ejército del cielo; y parte del ejército y de las estrellas echó por tierra, y las pisoteó. 
Dan.8:11 Aun se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos, y por él fue quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su santuario fue echado por tierra. 
Dan.8:12 Y a causa de la prevaricación le fue entregado el ejército junto con el continuo sacrificio; y echó por tierra la verdad, e hizo cuanto quiso, y prosperó. 
Dan.8:13 Entonces oí a un santo que hablaba; y otro de los santos preguntó a aquel que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados? 
Dan.8:14 Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado. 
Dan.8:15 Y aconteció que mientras yo Daniel consideraba la visión y procuraba comprenderla, he aquí se puso delante de mí uno con apariencia de hombre. 
Dan.8:16 Y oí una voz de hombre entre las riberas del Ulai, que gritó y dijo: Gabriel, enseña a éste la visión. 
Dan.8:17 Vino luego cerca de donde yo estaba; y con su venida me asombré, y me postré sobre mi rostro. Pero él me dijo: Entiende, hijo de hombre, porque la visión es para el tiempo del fin. 
Dan.8:18 Mientras él hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro; y él me tocó, y me hizo estar en pie. 
Dan.8:19 Y dijo: He aquí yo te enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque eso es para el tiempo del fin. 
Dan.8:20 En cuanto al carnero que viste, que tenía dos cuernos, éstos son los reyes de Media y de Persia. 
Dan.8:21 El macho cabrío es el rey de Grecia, y el cuerno grande que tenía entre sus ojos es el rey primero. 
Dan.8:22 Y en cuanto al cuerno que fue quebrado, y sucedieron cuatro en su lugar, significa que cuatro reinos se levantarán de esa nación, aunque no con la fuerza de él. 
Dan.8:23 Y al fin del reinado de éstos, cuando los transgresores lleguen al colmo, se levantará un rey altivo de rostro y entendido en enigmas. 
Dan.8:24 Y su poder se fortalecerá, mas no con fuerza propia; y causará grandes ruinas, y prosperará, y hará arbitrariamente, y destruirá a los fuertes y al pueblo de los santos. 
Dan.8:25 Con su sagacidad hará prosperar el engaño en su mano; y en su corazón se engrandecerá, y sin aviso destruirá a muchos; y se levantará contra el Príncipe de los príncipes, pero será quebrantado, aunque no por mano humana. 
Dan.8:26 La visión de las tardes y mañanas que se ha referido es verdadera; y tú guarda la visión, porque es para muchos días. 
Dan.8:27 Y yo Daniel quedé quebrantado, y estuve enfermo algunos días, y cuando convalecí, atendí los negocios del rey; pero estaba espantado a causa de la visión, y no la entendía. 
cía,

Dan.7:22 hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino. 
Dan.7:23 Dijo así: La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará. 
Dan.7:24 Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará. 
Dan.7:25 Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo.
Dan.7:26 Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin, 
Dan.7:27 y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán. 

Dan.7:28 Aquí fue el fin de sus palabras. En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos me turbaron y mi rostro se demudó; pero guardé el asunto en mi corazón.

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