“La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen (o estorban) con injusticia la verdad”. (Romanos 1:18).-
¡No se extrañe!
“Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos”.
¡Qué horrendo cuadro!, diremos por cierto. Y, sin embargo, es el del hombre a los ojos de Dios. Así se expresó el apóstol Pablo en su carta a los creyentes romanos, la que fue inspirada por el Espíritu de Dios hace 19 siglos. El volvía a utilizar los términos empleados por los profetas inspirados más de 8 siglos antes de él. ¡Es un cuadro caduco!, dirá tal vez alguno al pensar en los progresos de la ciencia y de la vida material que nos separan del apóstol y de los profetas de Israel. Y, sin embargo, ahí están los hechos: las estadísticas muestran que, en un país actualmente a la cabeza del progreso desde el punto de vista humano, entre 2000 y 2015 la criminalidad y la violencia habrían aumentado 10 veces más pronto que la población. En apoyo de esta triste constatación se publican espantosas cifras: por ejemplo, se calcula un promedio de un asesinato cada 40 minutos, en Argentina en febrero de 2017 se registro un femicidio cada dieciocho horas...
¿Están estos innegables hechos en contradicción con la voz de los antiguos profetas, por medio de quienes “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres... en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo”? (Hebreos 1:1). Ante esos hechos ¿nos atreveremos a menospreciar el llamado de Dios?, solo cuando se acercan a Dios y se alejan de las vanidades del orgullo, riquezas y vanaglorias de este mundo es cuando se encuentra el verdadero camino de la paz y la salvación...
¡No se extrañe!
“Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos”.
¡Qué horrendo cuadro!, diremos por cierto. Y, sin embargo, es el del hombre a los ojos de Dios. Así se expresó el apóstol Pablo en su carta a los creyentes romanos, la que fue inspirada por el Espíritu de Dios hace 19 siglos. El volvía a utilizar los términos empleados por los profetas inspirados más de 8 siglos antes de él. ¡Es un cuadro caduco!, dirá tal vez alguno al pensar en los progresos de la ciencia y de la vida material que nos separan del apóstol y de los profetas de Israel. Y, sin embargo, ahí están los hechos: las estadísticas muestran que, en un país actualmente a la cabeza del progreso desde el punto de vista humano, entre 2000 y 2015 la criminalidad y la violencia habrían aumentado 10 veces más pronto que la población. En apoyo de esta triste constatación se publican espantosas cifras: por ejemplo, se calcula un promedio de un asesinato cada 40 minutos, en Argentina en febrero de 2017 se registro un femicidio cada dieciocho horas...
¿Están estos innegables hechos en contradicción con la voz de los antiguos profetas, por medio de quienes “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres... en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo”? (Hebreos 1:1). Ante esos hechos ¿nos atreveremos a menospreciar el llamado de Dios?, solo cuando se acercan a Dios y se alejan de las vanidades del orgullo, riquezas y vanaglorias de este mundo es cuando se encuentra el verdadero camino de la paz y la salvación...
Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo
LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año.-
Capítulo 13
Rom.13:1 Sométase toda persona
a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y
las que hay, por Dios han sido establecidas.
Rom.13:2 De modo que quien se
opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten,
acarrean condenación para sí mismos.
Rom.13:3 Porque los magistrados
no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues,
no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella;
Rom.13:4 porque es servidor de
Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la
espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo
malo.
Rom.13:5 Por lo cual es
necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por
causa de la conciencia.
Rom.13:6 Pues por esto pagáis
también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente
a esto mismo.
Rom.13:7 Pagad a todos lo que
debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto,
respeto; al que honra, honra.
Rom.13:8 No debáis a nadie
nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la
ley.
Rom.13:9 Porque: No
adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás,
y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo
como a ti mismo.
Rom.13:10 El amor no hace mal
al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.
Rom.13:11 Y esto, conociendo el
tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de
nosotros nuestra salvación que cuando creímos.
Rom.13:12 La noche está
avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y
vistámonos las armas de la luz.
Rom.13:13 Andemos como de día,
honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no
en contiendas y envidia,
Rom.13:14 sino vestíos del
Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.
Capítulo 25
David y Abigail
1°Sam.25:1 Murió Samuel, y se
juntó todo Israel, y lo lloraron, y lo sepultaron en su casa en Ramá. Y se
levantó David y se fue al desierto de Parán.
1°Sam.25:2 Y en Maón había un
hombre que tenía su hacienda en Carmel, el cual era muy rico, y tenía tres mil
ovejas y mil cabras. Y aconteció que estaba esquilando sus ovejas en
Carmel.
1°Sam.25:3 Y aquel varón se
llamaba Nabal, y su mujer, Abigail. Era aquella mujer de buen entendimiento y
de hermosa apariencia, pero el hombre era duro y de malas obras; y era del
linaje de Caleb.
1°Sam.25:4 Y oyó David en el
desierto que Nabal esquilaba sus ovejas.
1°Sam.25:5 Entonces envió David
diez jóvenes y les dijo: Subid a Carmel e id a Nabal, y saludadle en mi
nombre,
1°Sam.25:6 y decidle así: Sea
paz a ti, y paz a tu familia, y paz a todo cuanto tienes.
1°Sam.25:7 He sabido que tienes
esquiladores. Ahora, tus pastores han estado con nosotros; no les tratamos mal,
ni les faltó nada en todo el tiempo que han estado en Carmel.
1°Sam.25:8 Pregunta a tus
criados, y ellos te lo dirán. Hallen, por tanto, estos jóvenes gracia en tus
ojos, porque hemos venido en buen día; te ruego que des lo que tuvieres a mano
a tus siervos, y a tu hijo David.
1°Sam.25:9 Cuando llegaron los
jóvenes enviados por David, dijeron a Nabal todas estas palabras en nombre de
David, y callaron.
1°Sam.25:10 Y Nabal respondió a
los jóvenes enviados por David, y dijo: ¿Quién es David, y quién es el hijo de
Isaí? Muchos siervos hay hoy que huyen de sus señores.
1°Sam.25:11 ¿He de tomar yo
ahora mi pan, mi agua, y la carne que he preparado para mis esquiladores, y
darla a hombres que no sé de dónde son?
1°Sam.25:12 Y los jóvenes que
había enviado David se volvieron por su camino, y vinieron y dijeron a David
todas estas palabras.
1°Sam.25:13 Entonces David dijo
a sus hombres: Cíñase cada uno su espada. Y se ciñó cada uno su espada y
también David se ciñó su espada; y subieron tras David como cuatrocientos
hombres, y dejaron doscientos con el bagaje.
1°Sam.25:14 Pero uno de los
criados dio aviso a Abigail mujer de Nabal, diciendo: He aquí David envió
mensajeros del desierto que saludasen a nuestro amo, y él los ha zaherido.
1°Sam.25:15 Y aquellos hombres
han sido muy buenos con nosotros, y nunca nos trataron mal, ni nos faltó nada
en todo el tiempo que anduvimos con ellos, cuando estábamos en el campo.
1°Sam.25:16 Muro fueron para
nosotros de día y de noche, todos los días que hemos estado con ellos
apacentando las ovejas.
1°Sam.25:17 Ahora, pues,
reflexiona y ve lo que has de hacer, porque el mal está ya resuelto contra
nuestro amo y contra toda su casa; pues él es un hombre tan perverso, que no
hay quien pueda hablarle.
1°Sam.25:18 Entonces Abigail
tomó luego doscientos panes, dos cueros de vino, cinco ovejas guisadas, cinco
medidas de grano tostado, cien racimos
de uvas pasas, y doscientos panes de higos secos, y lo cargó todo en
asnos.
1°Sam.25:19 Y dijo a sus
criados: Id delante de mí, y yo os seguiré luego; y nada declaró a su marido
Nabal.
1°Sam.25:20 Y montando un asno,
descendió por una parte secreta del monte; y he aquí David y sus hombres venían
frente a ella, y ella les salió al encuentro.
1°Sam.25:21 Y David había
dicho: Ciertamente en vano he guardado todo lo que éste tiene en el desierto,
sin que nada le haya faltado de todo cuanto es suyo; y él me ha vuelto mal por
bien.
1°Sam.25:22 Así haga Dios a los
enemigos de David y aun les añada, que de aquí a mañana, de todo lo que fuere
suyo no he de dejar con vida ni un varón.
1°Sam.25:23 Y cuando Abigail
vio a David, se bajó prontamente del asno, y postrándose sobre su rostro
delante de David, se inclinó a tierra;
1°Sam.25:24 y se echó a sus
pies, y dijo: Señor mío, sobre mí sea el pecado; mas te ruego que permitas que
tu sierva hable a tus oídos, y escucha las palabras de tu sierva.
1°Sam.25:25 No haga caso ahora
mi señor de ese hombre perverso, de Nabal; porque conforme a su nombre, así es.
El se llama Nabal, y la insensatez está con él; mas yo tu sierva no vi a los
jóvenes que tú enviaste.
1°Sam.25:26 Ahora pues, señor
mío, vive Jehová, y vive tu alma, que Jehová te ha impedido el venir a derramar
sangre y vengarte por tu propia mano. Sean, pues, como Nabal tus enemigos, y
todos los que procuran mal contra mi señor.
1°Sam.25:27 Y ahora este
presente que tu sierva ha traído a mi señor, sea dado a los hombres que siguen
a mi señor.
1°Sam.25:28 Y yo te ruego que
perdones a tu sierva esta ofensa; pues Jehová de cierto hará casa estable a mi
señor, por cuanto mi señor pelea las batallas de Jehová, y mal no se ha hallado
en ti en tus días.
1°Sam.25:29 Aunque alguien se
haya levantado para perseguirte y atentar contra tu vida, con todo, la vida de
mi señor será ligada en el haz de los que viven delante de Jehová tu Dios, y él
arrojará la vida de tus enemigos como de en medio de la palma de una
honda.
1°Sam.25:30 Y acontecerá que
cuando Jehová haga con mi señor conforme a todo el bien que ha hablado de ti, y
te establezca por príncipe sobre Israel,
1°Sam.25:31 entonces, señor
mío, no tendrás motivo de pena ni remordimientos por haber derramado sangre sin
causa, o por haberte vengado por ti mismo. Guárdese, pues, mi señor, y cuando
Jehová haga bien a mi señor, acuérdate de tu sierva.
1°Sam.25:32 Y dijo David a
Abigail: Bendito sea Jehová Dios de Israel, que te envió para que hoy me
encontrases.
1°Sam.25:33 Y bendito sea tu
razonamiento, y bendita tú, que me has estorbado hoy de ir a derramar sangre, y
a vengarme por mi propia mano.
1°Sam.25:34 Porque vive Jehová
Dios de Israel que me ha defendido de hacerte mal, que si no te hubieras dado
prisa en venir a mi encuentro, de aquí a mañana no le hubiera quedado con vida
a Nabal ni un varón.
1°Sam.25:35 Y recibió David de
su mano lo que le había traído, y le dijo: Sube en paz a tu casa, y mira que he
oído tu voz, y te he tenido respeto.
1°Sam.25:36 Y Abigail volvió a
Nabal, y he aquí que él tenía banquete en su casa como banquete de rey; y el
corazón de Nabal estaba alegre, y estaba completamente ebrio, por lo cual ella
no le declaró cosa alguna hasta el día siguiente.
1°Sam.25:37 Pero por la mañana,
cuando ya a Nabal se le habían pasado los efectos del vino, le refirió su mujer
estas cosas; y desmayó su corazón en él, y se quedó como una piedra.
1°Sam.25:38 Y diez días
después, Jehová hirió a Nabal, y murió.
1°Sam.25:39 Luego que David oyó
que Nabal había muerto, dijo: Bendito sea Jehová, que juzgó la causa de mi
afrenta recibida de mano de Nabal, y ha preservado del mal a su siervo; y
Jehová ha vuelto la maldad de Nabal sobre su propia cabeza. Después envió David
a hablar con Abigail, para tomarla por su mujer.
1°Sam.25:40 Y los siervos de
David vinieron a Abigail en Carmel, y hablaron con ella, diciendo: David nos ha
enviado a ti, para tomarte por su mujer.
1°Sam.25:41 Y ella se levantó e
inclinó su rostro a tierra, diciendo: He aquí tu sierva, que será una sierva
para lavar los pies de los siervos de mi señor.
1°Sam.25:42 Y levantándose
luego Abigail con cinco doncellas que le servían, montó en un asno y siguió a
los mensajeros de David, y fue su mujer.
1°Sam.25:43 También tomó David
a Ahinoam de Jezreel, y ambas fueron sus mujeres.
1°Sam.25:44 Porque Saúl había
dado a su hija Mical mujer de David a Palti hijo de Lais, que era de Galim.
Capítulo 68
El Dios del Sinaí y del
santuario
Al músico principal. Salmo de
David. Cántico.
Sal.68:1 Levántese Dios, sean
esparcidos sus enemigos,
Y huyan de su presencia los que le aborrecen.
Sal.68:2 Como es lanzado el
humo, los lanzarás;
Como se derrite la cera delante del fuego,
Así perecerán los impíos delante de Dios.
Sal.68:3 Mas los justos se
alegrarán; se gozarán delante de Dios,
Y saltarán de alegría.
Sal.68:4 Cantad a Dios, cantad
salmos a su nombre;
Exaltad al que cabalga sobre los cielos.
JAH es su nombre; alegraos delante de él.
Sal.68:5 Padre de huérfanos y
defensor de viudas
Es Dios en su santa morada.
Sal.68:6 Dios hace habitar en
familia a los desamparados;
Saca a los cautivos a prosperidad;
Mas los rebeldes habitan en tierra seca.
Sal.68:7 Oh Dios, cuando tú
saliste delante de tu pueblo,
Cuando anduviste por el desierto, Selah
Sal.68:8 La tierra tembló;
También destilaron los cielos ante la presencia de Dios;
Aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel.
Sal.68:9 Abundante lluvia
esparciste, oh Dios;
A tu heredad exhausta tú la reanimaste.
Sal.68:10 Los que son de tu
grey han morado en ella;
Por tu bondad, oh Dios, has provisto al pobre.
Sal.68:11 El Señor daba
palabra;
Había grande multitud de las que llevaban buenas nuevas.
Sal.68:12 Huyeron, huyeron
reyes de ejércitos,
Y las que se quedaban en casa repartían los despojos.
Sal.68:13 Bien que fuisteis
echados entre los tiestos,
Seréis como alas de paloma cubiertas de plata,
Y sus plumas con amarillez de oro.
Sal.68:14 Cuando esparció el
Omnipotente los reyes allí,
Fue como si hubiese nevado en el monte Salmón.
Sal.68:15 Monte de Dios es el
monte de Basán;
Monte alto el de Basán.
Sal.68:16 ¿Por qué observáis,
oh montes altos,
Al monte que deseó Dios para su morada?
Ciertamente Jehová habitará en él para siempre.
Sal.68:17 Los carros de Dios se
cuentan por veintenas de millares de millares;
El Señor viene del Sinaí a su santuario.
Sal.68:18 Subiste a lo alto,
cautivaste la cautividad,
Tomaste dones para los hombres,
Y también para los rebeldes, para que habite entre ellos
JAH Dios.
Sal.68:19 Bendito el Señor;
cada día nos colma de beneficios
El Dios de nuestra salvación. Selah
Sal.68:20 Dios, nuestro Dios ha
de salvarnos,
Y de Jehová el Señor es el librar de la muerte.
Sal.68:21 Ciertamente Dios
herirá la cabeza de sus enemigos,
La testa cabelluda del que camina en sus pecados.
Sal.68:22 El Señor dijo: De
Basán te haré volver;
Te haré volver de las profundidades del mar;
Sal.68:23 Porque tu pie se
enrojecerá de sangre de tus enemigos,
Y de ella la lengua de tus perros.
Sal.68:24 Vieron tus caminos,
oh Dios;
Los caminos de mi Dios, de mi Rey, en el santuario.
Sal.68:25 Los cantores iban
delante, los músicos detrás;
En medio las doncellas con panderos.
Sal.68:26 Bendecid a Dios en
las congregaciones;
Al Señor, vosotros de la estirpe de Israel.
Sal.68:27 Allí estaba el joven
Benjamín, señoreador de ellos,
Los príncipes de Judá en su congregación,
Los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí.
Sal.68:28 Tu Dios ha ordenado
tu fuerza;
Confirma, oh Dios, lo que has hecho para nosotros.
Sal.68:29 Por razón de tu
templo en Jerusalén
Los reyes te ofrecerán dones.
Sal.68:30 Reprime la reunión de
gentes armadas,
La multitud de toros con los becerros de los pueblos,
Hasta que todos se sometan con sus piezas de plata;
Esparce a los pueblos que se complacen en la guerra.
Sal.68:31 Vendrán príncipes de
Egipto;
Etiopía se apresurará a extender sus manos hacia Dios.
Sal.68:32 Reinos de la tierra,
cantad a Dios,
Cantad al Señor; Selah
Sal.68:33 Al que cabalga sobre
los cielos de los cielos, que son desde la antigüedad;
He aquí dará su voz, poderosa voz.
Sal.68:34 Atribuid poder a
Dios;
Sobre Israel es su magnificencia,
Y su poder está en los cielos.
Sal.68:35 Temible eres, oh
Dios, desde tus santuarios;
El Dios de Israel, él da fuerza y vigor a su pueblo.
Bendito
sea Dios.
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