“Como está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”. “Como el padre se compadece de los hijos, se compadece el Señor de los que le temen”. “La misericordia del Señor es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen”. (Salmo 103:12-13 y 11).-
Leer el Salmo Salmo 103
Alabanza por las bendiciones de Dios
Salmo de David.
Sal.103:1 Bendice, alma mía, a Jehová,
Y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Sal.103:2 Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios.
Sal.103:3 El es quien perdona todas tus iniquidades,
El que sana todas tus dolencias;
Sal.103:4 El que rescata del hoyo tu vida,
El que te corona de favores y misericordias;
Sal.103:5 El que sacia de bien tu boca
De modo que te rejuvenezcas como el águila.
Sal.103:6 Jehová es el que hace justicia
Y derecho a todos los que padecen violencia.
Sal.103:7 Sus caminos notificó a Moisés,
Y a los hijos de Israel sus obras.
Sal.103:8 Misericordioso y clemente es Jehová;
Lento para la ira, y grande en misericordia.
Sal.103:9 No contenderá para siempre,
Ni para siempre guardará el enojo.
Sal.103:10 No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades,
Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados.
Sal.103:11 Porque como la altura de los cielos sobre la tierra,
Engrandeció su misericordia sobre los que le temen.
Sal.103:12 Cuanto está lejos el oriente del occidente,
Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.
Sal.103:13 Como el padre se compadece de los hijos,
Se compadece Jehová de los que le temen.
Sal.103:14 Porque él conoce nuestra condición;
Se acuerda de que somos polvo.
Sal.103:15 El hombre, como la hierba son sus días;
Florece como la flor del campo,
Sal.103:16 Que pasó el viento por ella, y pereció,
Y su lugar no la conocerá más.
Sal.103:17 Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad
sobre los que le temen,
Y su justicia sobre los hijos de los hijos;
Sal.103:18 Sobre los que guardan su pacto,
Y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.
Sal.103:19 Jehová estableció en los cielos su trono,
Y su reino domina sobre todos.
Sal.103:20 Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles,
Poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra,
Obedeciendo a la voz de su precepto.
Sal.103:21 Bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos,
Ministros suyos, que hacéis su voluntad.
Sal.103:22 Bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras,
En todos los lugares de su señorío.
Bendice, alma mía, a Jehová
Como David, invitemos a nuestra alma a bendecir a Dios y a discernir sus innumerables beneficios. Por desdicha, generalmente tenemos más ganas de acordarnos de lo que nos falta que de lo que hemos recibido. ¡Cuán ingratos e inconsecuentes somos! ¿No se nos ocurrió en el momento de la comida, por ejemplo, quejarnos de los alimentos... por los cuales acabamos de dar gracias al Señor?
Por encima de todos sus dones, nuestras almas tienen motivo para agradecer a Dios continuamente por el perdón de nuestros pecados. Si nos hubiera hecho conforme a lo que estos merecían, un castigo eterno habría sido nuestra parte. Pero ahora El ha alejado esos pecados hasta el infinito. Los echó “tras sus espaldas” (Isaías 38:17), los emblanqueció “como la nieve” (Isaías 1:18), los deshizo “como una nube” (Isaías 44:22), los echará “en lo profundo del mar” (Miqueas 7:19) y “nunca más” se acordar de ellos (Hebreos 10:17; Isaías 43:25).
Para “los que le temen”, la misericordia de Dios no tiene límite. Temerle no significa, pues, tener miedo de Su ira. Es la disposición de espíritu de los que han aprendido a conocer Su compasión y Su misericordia y hallan siempre nuevos motivos para bendecirle Nos lo da a entender el versículo 4 del Salmo 130: “En ti hay perdón, para que seas reverenciado”.
Todo mi ser, su santo Nombre, con las cuatro potencias del alma, "con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas...".-
No olvidar ninguno de sus beneficios, la ingratitud es un mal arraigado en el corazón, y somos propensos a olvidar en un poco de dolor, olvidar mucho bien, sin embargo El es diferente, por un poco de bien, El olvida mucho mal... El sana tus dolencias, el que perdona todas tus iniquidades, que nos saca del hoyo profundo y nos eleva a la coronación de favores y de misericordias saciando de bienes tu boca, de modo que rejuvenezcas como el águila...
Así se manifestó a Moisés en Ex.34:6 "Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad;"... Tardo, lento para la ira, las ruedas de la justicia divina se mueven pesadamente para llegar a su destino, pero la misericordia del Señor se mueve con poderosas alas que se mueven como un rayo... Gloria a su santísimo Nombre, porque El se acuerda que somos polvo, que somos como la hierba, que pasa el viento y nos secamos en un segundo de eternidad... Pero esa Misericordia que viene velozmente es desde la eternidad y hasta la eternidad... Y si El tiene misericordia, estamos seguros porque Su reino domina sobre todos los reinos, por lo cual la Iglesia invita a los ángeles, invita a todas las obras de Dios, y alienta a las almas a bendecir al Misericordioso y santo que mueve cielo y tierra por la salvación de un alma que le invoca... Alma mía, bendice al Señor tu Dios amen.-
Leer el Salmo Salmo 103
Alabanza por las bendiciones de Dios
Salmo de David.
Sal.103:1 Bendice, alma mía, a Jehová,
Y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Sal.103:2 Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios.
Sal.103:3 El es quien perdona todas tus iniquidades,
El que sana todas tus dolencias;
Sal.103:4 El que rescata del hoyo tu vida,
El que te corona de favores y misericordias;
Sal.103:5 El que sacia de bien tu boca
De modo que te rejuvenezcas como el águila.
Sal.103:6 Jehová es el que hace justicia
Y derecho a todos los que padecen violencia.
Sal.103:7 Sus caminos notificó a Moisés,
Y a los hijos de Israel sus obras.
Sal.103:8 Misericordioso y clemente es Jehová;
Lento para la ira, y grande en misericordia.
Sal.103:9 No contenderá para siempre,
Ni para siempre guardará el enojo.
Sal.103:10 No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades,
Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados.
Sal.103:11 Porque como la altura de los cielos sobre la tierra,
Engrandeció su misericordia sobre los que le temen.
Sal.103:12 Cuanto está lejos el oriente del occidente,
Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.
Sal.103:13 Como el padre se compadece de los hijos,
Se compadece Jehová de los que le temen.
Sal.103:14 Porque él conoce nuestra condición;
Se acuerda de que somos polvo.
Sal.103:15 El hombre, como la hierba son sus días;
Florece como la flor del campo,
Sal.103:16 Que pasó el viento por ella, y pereció,
Y su lugar no la conocerá más.
Sal.103:17 Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad
sobre los que le temen,
Y su justicia sobre los hijos de los hijos;
Sal.103:18 Sobre los que guardan su pacto,
Y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.
Sal.103:19 Jehová estableció en los cielos su trono,
Y su reino domina sobre todos.
Sal.103:20 Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles,
Poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra,
Obedeciendo a la voz de su precepto.
Sal.103:21 Bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos,
Ministros suyos, que hacéis su voluntad.
Sal.103:22 Bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras,
En todos los lugares de su señorío.
Bendice, alma mía, a Jehová
Como David, invitemos a nuestra alma a bendecir a Dios y a discernir sus innumerables beneficios. Por desdicha, generalmente tenemos más ganas de acordarnos de lo que nos falta que de lo que hemos recibido. ¡Cuán ingratos e inconsecuentes somos! ¿No se nos ocurrió en el momento de la comida, por ejemplo, quejarnos de los alimentos... por los cuales acabamos de dar gracias al Señor?
Por encima de todos sus dones, nuestras almas tienen motivo para agradecer a Dios continuamente por el perdón de nuestros pecados. Si nos hubiera hecho conforme a lo que estos merecían, un castigo eterno habría sido nuestra parte. Pero ahora El ha alejado esos pecados hasta el infinito. Los echó “tras sus espaldas” (Isaías 38:17), los emblanqueció “como la nieve” (Isaías 1:18), los deshizo “como una nube” (Isaías 44:22), los echará “en lo profundo del mar” (Miqueas 7:19) y “nunca más” se acordar de ellos (Hebreos 10:17; Isaías 43:25).
Para “los que le temen”, la misericordia de Dios no tiene límite. Temerle no significa, pues, tener miedo de Su ira. Es la disposición de espíritu de los que han aprendido a conocer Su compasión y Su misericordia y hallan siempre nuevos motivos para bendecirle Nos lo da a entender el versículo 4 del Salmo 130: “En ti hay perdón, para que seas reverenciado”.
Todo mi ser, su santo Nombre, con las cuatro potencias del alma, "con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas...".-
No olvidar ninguno de sus beneficios, la ingratitud es un mal arraigado en el corazón, y somos propensos a olvidar en un poco de dolor, olvidar mucho bien, sin embargo El es diferente, por un poco de bien, El olvida mucho mal... El sana tus dolencias, el que perdona todas tus iniquidades, que nos saca del hoyo profundo y nos eleva a la coronación de favores y de misericordias saciando de bienes tu boca, de modo que rejuvenezcas como el águila...
Así se manifestó a Moisés en Ex.34:6 "Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad;"... Tardo, lento para la ira, las ruedas de la justicia divina se mueven pesadamente para llegar a su destino, pero la misericordia del Señor se mueve con poderosas alas que se mueven como un rayo... Gloria a su santísimo Nombre, porque El se acuerda que somos polvo, que somos como la hierba, que pasa el viento y nos secamos en un segundo de eternidad... Pero esa Misericordia que viene velozmente es desde la eternidad y hasta la eternidad... Y si El tiene misericordia, estamos seguros porque Su reino domina sobre todos los reinos, por lo cual la Iglesia invita a los ángeles, invita a todas las obras de Dios, y alienta a las almas a bendecir al Misericordioso y santo que mueve cielo y tierra por la salvación de un alma que le invoca... Alma mía, bendice al Señor tu Dios amen.-
LECTURA BÍBLICA DE HOY.-
La Biblia en un Año.-
Capítulo 18
¿Quién es el mayor? - (Mr. 9.
33-37; Lc. 9. 46-48)
Mat.18:1 En aquel tiempo los
discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los
cielos?
Mat.18:2 Y llamando Jesús a un
niño, lo puso en medio de ellos,
Mat.18:3 y dijo: De cierto os
digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de
los cielos.
Mat.18:4 Así que, cualquiera
que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.
Mat.18:5 Y cualquiera que
reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.
Ocasiones de caer - (Mr. 9.
42-48; Lc. 17. 1-2)
Mat.18:6 Y cualquiera que haga
tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le
colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo
profundo del mar.
Mat.18:7 ¡Ay del mundo por los
tropiezos! porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre
por quien viene el tropiezo!
Mat.18:8 Por tanto, si tu mano
o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en
la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego
eterno.
Mat.18:9 Y si tu ojo te es
ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en
la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego.
Parábola de la oveja perdida -
(Lc. 15. 3-7)
Mat.18:10 Mirad que no
menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los
cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.
Mat.18:11 Porque el Hijo del
Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.
Mat.18:12 ¿Qué os parece? Si un
hombre tiene cien ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no deja las noventa y
nueve y va por los montes a buscar la que se había descarriado?
Mat.18:13 Y si acontece que la
encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquélla, que por las
noventa y nueve que no se descarriaron.
Mat.18:14 Así, no es la
voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos
pequeños.
Cómo se debe perdonar al
hermano
Mat.18:15 Por tanto, si tu
hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has
ganado a tu hermano.
Mat.18:16 Mas si no te oyere,
toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste
toda palabra.
Mat.18:17 Si no los oyere a
ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y
publicano.
Capítulo 5
Todo inmundo es echado fuera
del campamento
Num.5:1 Jehová habló a Moisés,
diciendo:
Num.5:2 Manda a los hijos de
Israel que echen del campamento a todo leproso, y a todos los que padecen flujo
de semen, y a todo contaminado con muerto.
Num.5:3 Así a hombres como a
mujeres echaréis; fuera del campamento los echaréis, para que no contaminen el
campamento de aquellos entre los cuales yo habito.
Num.5:4 Y lo hicieron así los
hijos de Israel, y los echaron fuera del campamento; como Jehová dijo a Moisés,
así lo hicieron los hijos de Israel.
Ley sobre la restitución
Num.5:5 Además habló Jehová a
Moisés, diciendo:
Num.5:6 Di a los hijos de
Israel: El hombre o la mujer que cometiere alguno de todos los pecados con que
los hombres prevarican contra Jehová y delinquen,
Num.5:7 aquella persona
confesará el pecado que cometió, y compensará enteramente el daño, y añadirá
sobre ello la quinta parte, y lo dará a aquel contra quien pecó.
Num.5:8 Y si aquel hombre no
tuviere pariente al cual sea resarcido el daño, se dará la indemnización del
agravio a Jehová entregándola al sacerdote, además del carnero de las
expiaciones, con el cual hará expiación por él.
Num.5:9 Toda ofrenda de todas
las cosas santas que los hijos de Israel presentaren al sacerdote, suya
será.
Num.5:10 Y lo santificado de
cualquiera será suyo; asimismo lo que cualquiera diere al sacerdote, suyo
será.
Ley sobre los celos
Num.5:11 También Jehová habló a
Moisés, diciendo:
Num.5:12 Habla a los hijos de
Israel y diles: Si la mujer de alguno se descarriare, y le fuere infiel,
Num.5:13 y alguno cohabitare
con ella, y su marido no lo hubiese visto por haberse ella amancillado
ocultamente, ni hubiere testigo contra ella, ni ella hubiere sido sorprendida
en el acto;
Num.5:14 si viniere sobre él
espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, habiéndose ella amancillado; o
viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, no habiéndose
ella amancillado;
Num.5:15 entonces el marido
traerá su mujer al sacerdote, y con ella traerá su ofrenda, la décima parte de
un efa de harina de cebada; no echará
sobre ella aceite, ni pondrá sobre ella incienso, porque es ofrenda de celos,
ofrenda recordativa, que trae a la memoria el pecado.
Num.5:16 Y el sacerdote hará
que ella se acerque y se ponga delante de Jehová.
Num.5:17 Luego tomará el
sacerdote del agua santa en un vaso de barro; tomará también el sacerdote del
polvo que hubiere en el suelo del tabernáculo, y lo echará en el agua.
Num.5:18 Y hará el sacerdote
estar en pie a la mujer delante de Jehová, y descubrirá la cabeza de la mujer,
y pondrá sobre sus manos la ofrenda recordativa, que es la ofrenda de celos; y
el sacerdote tendrá en la mano las aguas amargas que acarrean maldición.
Num.5:19 Y el sacerdote la
conjurará y le dirá: Si ninguno ha dormido contigo, y si no te has apartado de
tu marido a inmundicia, libre seas de estas aguas amargas que traen
maldición;
Num.5:20 mas si te has
descarriado de tu marido y te has amancillado, y ha cohabitado contigo alguno
fuera de tu marido
Num.5:21 (el sacerdote
conjurará a la mujer con juramento de maldición, y dirá a la mujer): Jehová te
haga maldición y execración en medio de tu pueblo, haciendo Jehová que tu muslo
caiga y que tu vientre se hinche;
Num.5:22 y estas aguas que dan
maldición entren en tus entrañas, y hagan hinchar tu vientre y caer tu muslo. Y
la mujer dirá: Amén, amén.
Num.5:23 El sacerdote escribirá
estas maldiciones en un libro, y las borrará con las aguas amargas;
Num.5:24 y dará a beber a la
mujer las aguas amargas que traen maldición; y las aguas que obran maldición
entrarán en ella para amargar.
Num.5:25 Después el sacerdote
tomará de la mano de la mujer la ofrenda de los celos, y la mecerá delante de
Jehová, y la ofrecerá delante del altar.
Num.5:26 Y tomará el sacerdote
un puñado de la ofrenda en memoria de ella, y lo quemará sobre el altar, y
después dará a beber las aguas a la mujer.
Num.5:27 Le dará, pues, a beber
las aguas; y si fuere inmunda y hubiere sido infiel a su marido, las aguas que
obran maldición entrarán en ella para amargar, y su vientre se hinchará y caerá
su muslo; y la mujer será maldición en medio de su pueblo.
Num.5:28 Mas si la mujer no
fuere inmunda, sino que estuviere limpia, ella será libre, y será fecunda.
Num.5:29 Esta es la ley de los
celos, cuando la mujer cometiere infidelidad contra su marido, y se amancillare;
Num.5:30 o del marido sobre el
cual pasare espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer; la presentará
entonces delante de Jehová, y el sacerdote ejecutará en ella toda esta
ley.
Num.5:31 El hombre será libre
de iniquidad, y la mujer llevará su pecado.
Capítulo 6
El voto de los nazareos
Num.6:1 Habló Jehová a Moisés,
diciendo:
Num.6:2 Habla a los hijos de
Israel y diles: El hombre o la mujer que se apartare haciendo voto de nazareo,
para dedicarse a Jehová,
Num.6:3 se abstendrá de vino y
de sidra; no beberá vinagre de vino, ni vinagre de sidra, ni beberá ningún
licor de uvas, ni tampoco comerá uvas frescas ni secas.
Num.6:4 Todo el tiempo de su
nazareato, de todo lo que se hace de la vid, desde los granillos hasta el
hollejo, no comerá.
Num.6:5 Todo el tiempo del voto
de su nazareato no pasará navaja sobre su cabeza; hasta que sean cumplidos los
días de su apartamiento a Jehová, será santo; dejará crecer su cabello.
Num.6:6 Todo el tiempo que se
aparte para Jehová, no se acercará a persona muerta.
Num.6:7 Ni aun por su padre ni
por su madre, ni por su hermano ni por su hermana, podrá contaminarse cuando
mueran; porque la consagración de su Dios tiene sobre su cabeza.
Num.6:8 Todo el tiempo de su
nazareato, será santo para Jehová.
Num.6:9 Si alguno muriere
súbitamente junto a él, su cabeza consagrada será contaminada; por tanto, el
día de su purificación raerá su cabeza; al séptimo día la raerá.
Num.6:10 Y el día octavo traerá
dos tórtolas o dos palominos al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de
reunión.
Num.6:11 Y el sacerdote
ofrecerá el uno en expiación, y el otro en holocausto; y hará expiación de lo
que pecó a causa del muerto, y santificará su cabeza en aquel día.
Num.6:12 Y consagrará para
Jehová los días de su nazareato, y traerá un cordero de un año en expiación por
la culpa; y los días primeros serán anulados, por cuanto fue contaminado su
nazareato.
Num.6:13 Esta es, pues, la ley
del nazareo el día que se cumpliere el tiempo de su nazareato: Vendrá a la
puerta del tabernáculo de reunión,
Num.6:14 y ofrecerá su ofrenda
a Jehová, un cordero de un año sin tacha en holocausto, y una cordera de un año
sin defecto en expiación, y un carnero sin defecto por ofrenda de paz.
Num.6:15 Además un canastillo de
tortas sin levadura, de flor de harina amasadas con aceite, y hojaldres sin
levadura untadas con aceite, y su ofrenda y sus libaciones.
Num.6:16 Y el sacerdote lo
ofrecerá delante de Jehová, y hará su expiación y su holocausto;
Num.6:17 y ofrecerá el carnero
en ofrenda de paz a Jehová, con el canastillo de los panes sin levadura;
ofrecerá asimismo el sacerdote su ofrenda y sus libaciones.
Num.6:18 Entonces el nazareo
raerá a la puerta del tabernáculo de reunión su cabeza consagrada, y tomará los
cabellos de su cabeza consagrada y los pondrá sobre el fuego que está debajo de
la ofrenda de paz.
Num.6:19 Después tomará el
sacerdote la espaldilla cocida del carnero, una torta sin levadura del
canastillo, y una hojaldre sin levadura, y las pondrá sobre las manos del
nazareo, después que fuere raída su cabeza consagrada;
Num.6:20 y el sacerdote mecerá
aquello como ofrenda mecida delante de Jehová, lo cual será cosa santa del
sacerdote, además del pecho mecido y de la espaldilla separada; después el nazareo
podrá beber vino.
Num.6:21 Esta es la ley del
nazareo que hiciere voto de su ofrenda a Jehová por su nazareato, además de lo
que sus recursos le permitieren; según el voto que hiciere, así hará, conforme
a la ley de su nazareato.
La bendición sacerdotal
Num.6:22 Jehová habló a Moisés,
diciendo:
Num.6:23 Habla a Aarón y a sus
hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles:
Num.6:24 Jehová te bendiga, y
te guarde;
Num.6:25 Jehová haga
resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
Num.6:26 Jehová alce sobre ti
su rostro, y ponga en ti paz.
Num.6:27 Y pondrán mi nombre
sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.
Capítulo 5
La insensatez de hacer votos a
la ligera
Ecl.5:1 Cuando fueres a la casa
de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio
de los necios; porque no saben que hacen mal.
Ecl.5:2 No te des prisa con tu
boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios
está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus
palabras.
Ecl.5:3 Porque de la mucha
ocupación viene el sueño, y de la multitud de las palabras la voz del
necio.
Ecl.5:4 Cuando a Dios haces
promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos.
Cumple lo que prometes.
Ecl.5:5 Mejor es que no
prometas, y no que prometas y no cumplas.
Ecl.5:6 No dejes que tu boca te
haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que
Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?
Ecl.5:7 Donde abundan los
sueños, también abundan las vanidades y las muchas palabras; mas tú, teme a
Dios.
La vanidad de la vida
Ecl.5:8 Si opresión de pobres y
perversión de derecho y de justicia vieres en la provincia, no te maravilles de
ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre
ellos.
Ecl.5:9 Además, el provecho de
la tierra es para todos; el rey mismo está sujeto a los campos.
Ecl.5:10 El que ama el dinero,
no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También
esto es vanidad.
Ecl.5:11 Cuando aumentan los
bienes, también aumentan los que los consumen. ¿Qué bien, pues, tendrá su
dueño, sino verlos con sus ojos?
Ecl.5:12 Dulce es el sueño del
trabajador, coma mucho, coma poco; pero al rico no le deja dormir la
abundancia.
Ecl.5:13 Hay un mal doloroso
que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su
mal;
Ecl.5:14 las cuales se pierden
en malas ocupaciones, y a los hijos que engendraron, nada les queda en la
mano.
Ecl.5:15 Como salió del vientre
de su madre, desnudo, así vuelve, yéndose tal como vino; y nada tiene de su
trabajo para llevar en su mano.
Ecl.5:16 Este también es un
gran mal, que como vino, así haya de volver. ¿Y de qué le aprovechó trabajar en
vano?
Ecl.5:17 Además de esto, todos
los días de su vida comerá en tinieblas, con mucho afán y dolor y miseria.
Ecl.5:18 He aquí, pues, el bien
que yo he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su
trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le
ha dado; porque esta es su parte.
Ecl.5:19 Asimismo, a todo
hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad para que
coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios.
Ecl.5:20 Porque no se acordará
mucho de los días de su vida; pues Dios le llenará de alegría el corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario