“Os exhortamos también a que no recibáis vano la gracia de Dios” (2 Corintios 6:1).-
Tengo algo para usted
Una gitana iba de casa en casa, mendigando alimentos o prendas de vestir. Un creyente le dio algo de comer y le entregó un folleto de evangelización. Ella prosiguió su camino y, al llegar al final de la aldea, encontró a una mujer que lloraba. La gitana quiso conocer la causa de su tristeza, pero recibió sólo esta contestación: “De todos modos, usted no puede hacer nada por mí”. Pero la gitana no acostumbraba dejarse despedir tan fácilmente. Terminando por ceder ante su insistencia, la mujer le confesó haber pecado; los remordimientos no dejaban su conciencia en paz y ella temía el juicio de Dios. “¡Pues bien! —dijo la gitana—. Justamente tengo algo para usted”. Y, por una módica suma de dinero, le vendió el tratado que acababa de recibir.
La mujer leyó con avidez el mensaje de la gracia de Dios. Jesús vino del cielo para buscar y salvar lo que se había perdido. Había venido, pues, para ella. Era suficiente que ella creyera y se arrepintiera. Así halló la paz por la fe en la perfecta obra cumplida por Jesús en la cruz.
En cuanto a la gitana, ella despreció el mensaje de Dios que trae paz y consolación. Prefirió una miserable pieza de dinero. Menospreció la gracia de Dios... ¿Se le habrá presentado otra oportunidad?, no lo sabemos...
Amigo/a hermano/a que lees estas lineas: tal vez usted conoce el Evangelio y podría presentarselo a otros... ¿Ya lo recibió en su corazón? ¿Cómo contestaría a estas preguntas de la Palabra de Dios?:
“¿Piensas... que tú escaparás del juicio de Dios? ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” (Romanos 2:3-4).
Tengo algo para usted
Una gitana iba de casa en casa, mendigando alimentos o prendas de vestir. Un creyente le dio algo de comer y le entregó un folleto de evangelización. Ella prosiguió su camino y, al llegar al final de la aldea, encontró a una mujer que lloraba. La gitana quiso conocer la causa de su tristeza, pero recibió sólo esta contestación: “De todos modos, usted no puede hacer nada por mí”. Pero la gitana no acostumbraba dejarse despedir tan fácilmente. Terminando por ceder ante su insistencia, la mujer le confesó haber pecado; los remordimientos no dejaban su conciencia en paz y ella temía el juicio de Dios. “¡Pues bien! —dijo la gitana—. Justamente tengo algo para usted”. Y, por una módica suma de dinero, le vendió el tratado que acababa de recibir.
La mujer leyó con avidez el mensaje de la gracia de Dios. Jesús vino del cielo para buscar y salvar lo que se había perdido. Había venido, pues, para ella. Era suficiente que ella creyera y se arrepintiera. Así halló la paz por la fe en la perfecta obra cumplida por Jesús en la cruz.
En cuanto a la gitana, ella despreció el mensaje de Dios que trae paz y consolación. Prefirió una miserable pieza de dinero. Menospreció la gracia de Dios... ¿Se le habrá presentado otra oportunidad?, no lo sabemos...
Amigo/a hermano/a que lees estas lineas: tal vez usted conoce el Evangelio y podría presentarselo a otros... ¿Ya lo recibió en su corazón? ¿Cómo contestaría a estas preguntas de la Palabra de Dios?:
“¿Piensas... que tú escaparás del juicio de Dios? ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” (Romanos 2:3-4).
Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo
LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año
Hec.4:23 Y puestos en libertad,
vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los
ancianos les habían dicho.
Hec.4:24 Y ellos, habiéndolo
oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el
Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay;
Hec.4:25 que por boca de David
tu siervo dijiste:
¿Por qué se amotinan las
gentes,
Y los pueblos piensan cosas
vanas?
Hec.4:26 Se reunieron los reyes de la tierra,
Y los príncipes se juntaron en
uno
Contra el Señor, y contra su
Cristo.
Hec.4:27 Porque verdaderamente
se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes
y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel,
Hec.4:28 para hacer cuanto tu
mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera.
Hec.4:29 Y ahora, Señor, mira
sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu
palabra,
Hec.4:30 mientras extiendes tu
mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu
santo Hijo Jesús.
Hec.4:31 Cuando hubieron orado,
el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu
Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.
Todas las cosas en común
Hec.4:32 Y la multitud de los
que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio
nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común.
Hec.4:33 Y con gran poder los
apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante
gracia era sobre todos ellos.
Hec.4:34 Así que no había entre
ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las
vendían, y traían el precio de lo vendido,
Hec.4:35 y lo ponían a los pies
de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad.
Hec.4:36 Entonces José, a quien
los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de
consolación), levita, natural de Chipre,
Hec.4:37 como tenía una
heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los
apóstoles.
Capítulo 21
Expiación de un asesinato cuyo
autor se desconoce
Deut.21:1 Si en la tierra que
Jehová tu Dios te da para que la poseas, fuere hallado alguien muerto, tendido
en el campo, y no se supiere quién lo mató,
Deut.21:2 entonces tus ancianos
y tus jueces saldrán y medirán la distancia hasta las ciudades que están
alrededor del muerto.
Deut.21:3 Y los ancianos de la
ciudad más cercana al lugar donde fuere hallado el muerto, tomarán de las vacas
una becerra que no haya trabajado, que no haya llevado yugo;
Deut.21:4 y los ancianos de
aquella ciudad traerán la becerra a un valle escabroso, que nunca haya sido
arado ni sembrado, y quebrarán la cerviz de la becerra allí en el valle.
Deut.21:5 Entonces vendrán los
sacerdotes hijos de Leví, porque a ellos escogió Jehová tu Dios para que le
sirvan, y para bendecir en el nombre de Jehová; y por la palabra de ellos se
decidirá toda disputa y toda ofensa.
Deut.21:6 Y todos los ancianos
de la ciudad más cercana al lugar donde fuere hallado el muerto lavarán sus
manos sobre la becerra cuya cerviz fue quebrada en el valle;
Deut.21:7 y protestarán y
dirán: Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros ojos lo han
visto.
Deut.21:8 Perdona a tu pueblo
Israel, al cual redimiste, oh Jehová; y no culpes de sangre inocente a tu
pueblo Israel. Y la sangre les será perdonada.
Deut.21:9 Y tú quitarás la
culpa de la sangre inocente de en medio de ti, cuando hicieres lo que es recto
ante los ojos de Jehová.
Diversas leyes
Deut.21:10 Cuando salieres a la
guerra contra tus enemigos, y Jehová tu Dios los entregare en tu mano, y
tomares de ellos cautivos,
Deut.21:11 y vieres entre los
cautivos a alguna mujer hermosa, y la codiciares, y la tomares para ti por
mujer,
Deut.21:12 la meterás en tu
casa; y ella rapará su cabeza, y cortará sus uñas,
Deut.21:13 y se quitará el
vestido de su cautiverio, y se quedará en tu casa; y llorará a su padre y a su
madre un mes entero; y después podrás llegarte a ella, y tú serás su marido, y
ella será tu mujer.
Deut.21:14 Y si no te agradare,
la dejarás en libertad; no la venderás por dinero, ni la tratarás como esclava,
por cuanto la humillaste.
Deut.21:15 Si un hombre tuviere
dos mujeres, la una amada y la otra aborrecida, y la amada y la aborrecida le
hubieren dado hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida;
Deut.21:16 en el día que
hiciere heredar a sus hijos lo que tuviere, no podrá dar el derecho de
primogenitura al hijo de la amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que
es el primogénito;
Deut.21:17 mas al hijo de la
aborrecida reconocerá como primogénito, para darle el doble de lo que
correspondiere a cada uno de los demás; porque él es el principio de su vigor,
y suyo es el derecho de la primogenitura.
Deut.21:18 Si alguno tuviere un
hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de
su madre, y habiéndole castigado, no les obedeciere;
Deut.21:19 entonces lo tomarán
su padre y su madre, y lo sacarán ante los ancianos de su ciudad, y a la puerta
del lugar donde viva;
Deut.21:20 y dirán a los
ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a
nuestra voz; es glotón y borracho.
Deut.21:21 Entonces todos los
hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá; así quitarás el mal de en medio
de ti, y todo Israel oirá, y temerá.
Deut.21:22 Si alguno hubiere
cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis en
un madero,
Deut.21:23 no dejaréis que su
cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día,
porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová
tu Dios te da por heredad.
Capítulo 22
Deut.22:1 Si vieres extraviado
el buey de tu hermano, o su cordero, no le negarás tu ayuda; lo volverás a tu
hermano.
Deut.22:2 Y si tu hermano no
fuere tu vecino, o no lo conocieres, lo recogerás en tu casa, y estará contigo
hasta que tu hermano lo busque, y se lo devolverás.
Deut.22:3 Así harás con su
asno, así harás también con su vestido, y lo mismo harás con toda cosa de tu
hermano que se le perdiere y tú la hallares; no podrás negarle tu ayuda.
Deut.22:4 Si vieres el asno de
tu hermano, o su buey, caído en el camino, no te apartarás de él; le ayudarás a
levantarlo.
Deut.22:5 No vestirá la mujer
traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a
Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.
Deut.22:6 Cuando encuentres por
el camino algún nido de ave en cualquier árbol, o sobre la tierra, con pollos o
huevos, y la madre echada sobre los pollos o sobre los huevos, no tomarás la
madre con los hijos.
Deut.22:7 Dejarás ir a la
madre, y tomarás los pollos para ti, para que te vaya bien, y prolongues tus
días.
Deut.22:8 Cuando edifiques casa
nueva, harás pretil a tu terrado, para que no eches culpa de sangre sobre tu
casa, si de él cayere alguno.
Deut.22:9 No sembrarás tu viña
con semillas diversas, no sea que se pierda todo, tanto la semilla que
sembraste como el fruto de la viña.
Deut.22:10 No ararás con buey y
con asno juntamente.
Deut.22:11 No vestirás ropa de
lana y lino juntamente.
Deut.22:12 Te harás flecos en
las cuatro puntas de tu manto con que te cubras.
Leyes sobre la castidad
Deut.22:13 Cuando alguno tomare
mujer, y después de haberse llegado a ella la aborreciere,
Deut.22:14 y le atribuyere
faltas que den que hablar, y dijere: A esta mujer tomé, y me llegué a ella, y
no la hallé virgen;
Deut.22:15 entonces el padre de
la joven y su madre tomarán y sacarán las señales de la virginidad de la doncella
a los ancianos de la ciudad, en la puerta;
Deut.22:16 y dirá el padre de
la joven a los ancianos: Yo di mi hija a este hombre por mujer, y él la
aborrece;
Deut.22:17 y he aquí, él le
atribuye faltas que dan que hablar, diciendo: No he hallado virgen a tu hija;
pero ved aquí las señales de la virginidad de mi hija. Y extenderán la
vestidura delante de los ancianos de la ciudad.
Deut.22:18 Entonces los
ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán;
Deut.22:19 y le multarán en
cien piezas de plata, las cuales darán al padre de la joven, por cuanto
esparció mala fama sobre una virgen de Israel; y la tendrá por mujer, y no
podrá despedirla en todos sus días.
Deut.22:20 Mas si resultare ser
verdad que no se halló virginidad en la joven,
Deut.22:21 entonces la sacarán
a la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán los hombres de su ciudad, y
morirá, por cuanto hizo vileza en Israel fornicando en casa de su padre; así
quitarás el mal de en medio de ti.
Deut.22:22 Si fuere sorprendido
alguno acostado con una mujer casada con marido, ambos morirán, el hombre que
se acostó con la mujer, y la mujer también; así quitarás el mal de Israel.
Deut.22:23 Si hubiere una
muchacha virgen desposada con alguno, y alguno la hallare en la ciudad, y se
acostare con ella;
Deut.22:24 entonces los
sacaréis a ambos a la puerta de la ciudad, y los apedrearéis, y morirán; la
joven porque no dio voces en la ciudad, y el hombre porque humilló a la mujer
de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti.
Deut.22:25 Mas si un hombre
hallare en el campo a la joven desposada, y la forzare aquel hombre,
acostándose con ella, morirá solamente el hombre que se acostó con ella;
Deut.22:26 mas a la joven no le
harás nada; no hay en ella culpa de muerte; pues como cuando alguno se levanta
contra su prójimo y le quita la vida, así es en este caso.
Deut.22:27 Porque él la halló
en el campo; dio voces la joven desposada, y no hubo quien la librase.
Deut.22:28 Cuando algún hombre
hallare a una joven virgen que no fuere desposada, y la tomare y se acostare
con ella, y fueren descubiertos;
Deut.22:29 entonces el hombre
que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata, y
ella será su mujer, por cuanto la humilló; no la podrá despedir en todos sus
días.
Deut.22:30 Ninguno tomará la
mujer de su padre, ni profanará el lecho de su padre.
Capítulo 14
Job discurre sobre la brevedad
de la vida
Job 14:1 El hombre nacido de
mujer,
Corto de días, y hastiado de sinsabores,
Job 14:2 Sale como una flor y
es cortado,
Y huye como la sombra y no
permanece.
Job 14:3 ¿Sobre éste abres tus
ojos,
Y me traes a juicio contigo?
Job 14:4 ¿Quién hará limpio a
lo inmundo?
Nadie.
Job 14:5 Ciertamente sus días
están determinados,
Y el número de sus meses está cerca de ti;
Le pusiste límites, de los cuales no pasará.
Job 14:6 Si tú lo abandonares,
él dejará de ser;
Entre tanto deseará, como el jornalero, su día.
Job 14:7 Porque si el árbol
fuere cortado, aún queda de él esperanza;
Retoñará aún, y sus renuevos no faltarán.
Job 14:8 Si se envejeciere en
la tierra su raíz,
Y su tronco fuere muerto en el polvo,
Job 14:9 Al percibir el agua
reverdecerá,
Y hará copa como planta nueva.
Job 14:10 Mas el hombre morirá,
y será cortado;
Perecerá el hombre, ¿y dónde estará él?
Job 14:11 Como las aguas se van
del mar,
Y el río se agota y se seca,
Job 14:12 Así el hombre yace y
no vuelve a levantarse;
Hasta que no haya cielo, no despertarán,
Ni se levantarán de su sueño.
Job 14:13 ¡Oh, quién me diera
que me escondieses en el Seol,
Que me encubrieses hasta apaciguarse tu ira,
Que me pusieses plazo, y de mí te acordaras!
Job 14:14 Si el hombre muriere,
¿volverá a vivir?
Todos los días de mi edad esperaré,
Hasta que venga mi liberación.
Job 14:15 Entonces llamarás, y
yo te responderé;
Tendrás afecto a la hechura de tus manos.
Job 14:16 Pero ahora me cuentas
los pasos,
Y no das tregua a mi pecado;
Job 14:17 Tienes sellada en
saco mi prevaricación,
Y tienes cosida mi iniquidad.
Job 14:18 Ciertamente el monte
que cae se deshace,
Y las peñas son removidas de su lugar;
Job 14:19 Las piedras se
desgastan con el agua impetuosa, que se lleva el polvo de la tierra;
De igual manera haces tú perecer la esperanza del
hombre.
Job 14:20 Para siempre serás
más fuerte que él, y él se va;
Demudarás su rostro, y le despedirás.
Job 14:21 Sus hijos tendrán
honores, pero él no lo sabrá;
O serán humillados, y no entenderá de ello.
Job 14:22 Mas su carne sobre él
se dolerá,
Y se entristecerá en él su alma.
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