“Cuando aún éramos débiles… impíos… pecadores, Cristo murió por nosotros”.- (Romanos 5:6-8).-
Un gran Salvador para grandes pecadores
En un día de debilidad, negando su fe, David juntó a las tropas de un jefe enemigo y se disponía a combatir a su propio pueblo cuando Dios se lo impidió. Más tarde, para satisfacer su codicia, tomó “la oveja del hombre pobre”, Betsabé, mujer de Urías, y no vaciló en llegar a ser homicida al hacer colocar al esposo “al frente, en lo más recio de la batalla.. para que muriera”. Por esto, cuando Simei salió para apedrearle y maldecirle, el rey no pudo sino agachar la cabeza en una justa humillación. Perseguido por su propio hijo Absalón, tuvo que reconocer: “Muchos son los que dicen de mi: No hay para él salvación en Dios” (Salmo 3:2). Los que no conocían a Dios, bien podían hablar así. ¿No era demasiado malo para que Dios se interesara por él?
Pero David, con el corazón quebrantado y humillado, se vuelve hacia Dios y exclama: “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado… Contra ti, contra ti solo he pecado, y hecho lo malo delante de tus ojos”, y aun “Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: confesaré mis transgresiones al Señor; y tú perdonaste la maldad de mi pecado’ (Salmo 51 y 32).
Para Dios no hay pecador demasiado grande. Es a un malhechor que Jesús dijo, estando aún sobre la cruz: “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso”.-
Un gran Salvador para grandes pecadores
En un día de debilidad, negando su fe, David juntó a las tropas de un jefe enemigo y se disponía a combatir a su propio pueblo cuando Dios se lo impidió. Más tarde, para satisfacer su codicia, tomó “la oveja del hombre pobre”, Betsabé, mujer de Urías, y no vaciló en llegar a ser homicida al hacer colocar al esposo “al frente, en lo más recio de la batalla.. para que muriera”. Por esto, cuando Simei salió para apedrearle y maldecirle, el rey no pudo sino agachar la cabeza en una justa humillación. Perseguido por su propio hijo Absalón, tuvo que reconocer: “Muchos son los que dicen de mi: No hay para él salvación en Dios” (Salmo 3:2). Los que no conocían a Dios, bien podían hablar así. ¿No era demasiado malo para que Dios se interesara por él?
Pero David, con el corazón quebrantado y humillado, se vuelve hacia Dios y exclama: “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado… Contra ti, contra ti solo he pecado, y hecho lo malo delante de tus ojos”, y aun “Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: confesaré mis transgresiones al Señor; y tú perdonaste la maldad de mi pecado’ (Salmo 51 y 32).
Para Dios no hay pecador demasiado grande. Es a un malhechor que Jesús dijo, estando aún sobre la cruz: “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso”.-
Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo
LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año
Crucifixión y muerte de
Jesús - (Mr. 15. 21-41; Lc. 23. 26-49;
Jn. 19. 17-30)
Mat.27:32 Cuando
salían, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón; a éste obligaron a
que llevase la cruz.
Mat.27:33 Y cuando
llegaron a un lugar llamado Gólgota, que significa: Lugar de la Calavera,
Mat.27:34 le dieron a
beber vinagre mezclado con hiel; pero después de haberlo probado, no quiso
beberlo.
Mat.27:35 Cuando le
hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes, para
que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre sí mis vestidos, y
sobre mi ropa echaron suertes.
Mat.27:36 Y sentados le
guardaban allí.
Mat.27:37 Y pusieron
sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS.
Mat.27:38 Entonces
crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la
izquierda.
Mat.27:39 Y los que
pasaban le injuriaban, meneando la cabeza,
Mat.27:40 y diciendo:
Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si
eres Hijo de Dios, desciende de la cruz.
Mat.27:41 De esta
manera también los principales sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y
los fariseos y los ancianos, decían:
Mat.27:42 A otros
salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora
de la cruz, y creeremos en él.
Mat.27:43 Confió en
Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios.
Mat.27:44 Lo mismo le
injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con él.
Mat.27:45 Y desde la
hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
Mat.27:46 Cerca de la
hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto
es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
Mat.27:47 Algunos de
los que estaban allí decían, al oírlo: A Elías llama éste.
Mat.27:48 Y al
instante, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la empapó de vinagre, y
poniéndola en una caña, le dio a beber.
Mat.27:49 Pero los
otros decían: Deja, veamos si viene Elías a librarle.
Mat.27:50 Mas Jesús,
habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu.
Mat.27:51 Y he aquí, el
velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las
rocas se partieron;
Mat.27:52 y se abrieron
los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se
levantaron;
Mat.27:53 y saliendo de
los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y
aparecieron a muchos.
Mat.27:54 El centurión,
y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que
habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era
Hijo de Dios.
Mat.27:55 Estaban allí
muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido a Jesús desde
Galilea, sirviéndole,
Mat.27:56 entre las cuales
estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los
hijos de Zebedeo.
Jesús es sepultado - (Mr. 15. 42-47; Lc. 23. 50-56; Jn. 19.
38-42)
Mat.27:57 Cuando llegó
la noche, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también había sido
discípulo de Jesús.
Mat.27:58 Este fue a
Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diese el
cuerpo.
Mat.27:59 Y tomando
José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia,
Mat.27:60 y lo puso en
su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña; y después de hacer rodar una
gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue.
Mat.27:61 Y estaban
allí María Magdalena, y la otra María, sentadas delante del sepulcro.
La guardia ante la
tumba
Mat.27:62 Al día siguiente,
que es después de la preparación, se reunieron los principales sacerdotes y los
fariseos ante Pilato,
Mat.27:63 diciendo:
Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres
días resucitaré.
Mat.27:64 Manda, pues,
que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus
discípulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo: Resucitó de entre los
muertos. Y será el postrer error peor que el primero.
Mat.27:65 Y Pilato les
dijo: Ahí tenéis una guardia; id, aseguradlo como sabéis.
Mat.27:66 Entonces
ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la
guardia.
Capítulo 7
Advertencias contra la
idolatría de Canaán - (Ex.
34.11-17)
Deut.7:1 Cuando Jehová
tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y
haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al
amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores
y más poderosas que tú,
Deut.7:2 y Jehová tu
Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás
del todo; no harás con ellas alianza, ni tendrás de ellas misericordia.
Deut.7:3 Y no
emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para
tu hijo.
Deut.7:4 Porque
desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de
Jehová se encenderá sobre vosotros, y te destruirá pronto.
Deut.7:5 Mas así habéis
de hacer con ellos: sus altares destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y
destruiréis sus imágenes de Asera, y quemaréis sus esculturas en el fuego.
Un pueblo santo para
Jehová
Deut.7:6 Porque tú eres
pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un
pueblo especial,más que todos los pueblos que están sobre la tierra.
Deut.7:7 No por ser
vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues
vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos;
Deut.7:8 sino por
cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres,
os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la
mano de Faraón rey de Egipto.
Deut.7:9 Conoce, pues,
que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a
los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones;
Deut.7:10 y que da el
pago en persona al que le aborrece, destruyéndolo; y no se demora con el que le
odia, en persona le dará el pago.
Deut.7:11 Guarda, por
tanto, los mandamientos, estatutos y decretos que yo te mando hoy que
cumplas.
Bendiciones de la
obediencia (Lv. 26.3-13; Dt. 28.1-14)
Deut.7:12 Y por haber
oído estos decretos y haberlos guardado y puesto por obra, Jehová tu Dios
guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres.
Deut.7:13 Y te amará,
te bendecirá y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto
de tu tierra, tu grano, tu mosto, tu aceite, la cría de tus vacas, y los
rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría.
Deut.7:14 Bendito serás
más que todos los pueblos; no habrá en ti varón ni hembra estéril, ni en tus
ganados.
Deut.7:15 Y quitará
Jehová de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú
conoces, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te
aborrecieren.
Deut.7:16 Y consumirás
a todos los pueblos que te da Jehová tu Dios; no los perdonará tu ojo, ni
servirás a sus dioses, porque te será tropiezo.
Deut.7:17 Si dijeres en
tu corazón: Estas naciones son mucho más numerosas que yo; ¿cómo las podré
exterminar?
Deut.7:18 no tengas
temor de ellas; acuérdate bien de lo que hizo Jehová tu Dios con Faraón y con
todo Egipto;
Deut.7:19 de las
grandes pruebas que vieron tus ojos, y de las señales y milagros, y de la mano
poderosa y el brazo extendido con que Jehová tu Dios te sacó; así hará Jehová
tu Dios con todos los pueblos de cuya presencia tú temieres.
Deut.7:20 También
enviará Jehová tu Dios avispas sobre ellos, hasta que perezcan los que quedaren
y los que se hubieren escondido de delante de ti.
Deut.7:21 No desmayes
delante de ellos, porque Jehová tu Dios está en medio de ti, Dios grande y
temible.
Deut.7:22 Y Jehová tu
Dios echará a estas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás acabar con
ellas en seguida, para que las fieras del campo no se aumenten contra ti.
Deut.7:23 Mas Jehová tu
Dios las entregará delante de ti, y él las quebrantará con grande destrozo,
hasta que sean destruidas.
Deut.7:24 El entregará
sus reyes en tu mano, y tú destruirás el nombre de ellos de debajo del cielo;
nadie te hará frente hasta que los destruyas.
Deut.7:25 Las
esculturas de sus dioses quemarás en el fuego; no codiciarás plata ni oro de
ellas para tomarlo para ti, para que no tropieces en ello, pues es abominación
a Jehová tu Dios;
Deut.7:26 y no traerás
cosa abominable a tu casa, para que no seas anatema; del todo la aborrecerás y
la abominarás, porque es anatema.
Capítulo 8
La buena tierra que han
de poseer
Deut.8:1 Cuidaréis de
poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis
multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento
a vuestros padres.
Deut.8:2 Y te acordarás
de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en
el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu
corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.
Deut.8:3 Y te afligió,
y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni
tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el
hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.
Deut.8:4 Tu vestido
nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta
años.
Deut.8:5 Reconoce
asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu
Dios te castiga.
Deut.8:6 Guardarás,
pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y
temiéndole.
Deut.8:7 Porque Jehová
tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de
fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes;
Deut.8:8 tierra de
trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de
miel;
Deut.8:9 tierra en la
cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas
piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre.
Deut.8:10 Y comerás y
te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá
dado.
Amonestación de no
olvidar a Dios
Deut.8:11 Cuídate de no
olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus
estatutos que yo te ordeno hoy;
Deut.8:12 no suceda que
comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites,
Deut.8:13 y tus vacas y
tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que
tuvieres se aumente;
Deut.8:14 y se
enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra
de Egipto, de casa de servidumbre;
Deut.8:15 que te hizo
caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de
escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del
pedernal;
Deut.8:16 que te
sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido,
afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien;
Deut.8:17 y digas en tu
corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza.
Deut.8:18 Sino
acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas,
a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.
Deut.8:19 Mas si
llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y
les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de
cierto pereceréis.
Deut.8:20 Como las
naciones que Jehová destruirá delante de vosotros, así pereceréis, por cuanto
no habréis atendido a la voz de Jehová vuestro Dios.
Capítulo 7
Job argumenta contra
Dios
Job 7:1 ¿No es acaso
brega la vida del hombre sobre la tierra,
Y sus días como los días del jornalero?
Job 7:2 Como el siervo
suspira por la sombra,
Y como el jornalero espera el reposo de su trabajo,
Job 7:3 Así he recibido
meses de calamidad,
Y noches de trabajo me dieron por cuenta.
Job 7:4 Cuando estoy
acostado, digo: ¿Cuándo me levantaré?
Mas la noche es larga, y estoy lleno de inquietudes hasta
el alba.
Job 7:5 Mi carne está
vestida de gusanos, y de costras de polvo;
Mi piel hendida y abominable.
Job 7:6 Y mis días
fueron más veloces que la lanzadera del tejedor,
Y fenecieron sin esperanza.
Job 7:7 Acuérdate que
mi vida es un soplo,
Y que mis ojos no volverán a ver el bien.
Job 7:8 Los ojos de los
que me ven, no me verán más;
Fijarás en mí tus ojos, y dejaré de ser.
Job 7:9 Como la nube se
desvanece y se va,
Así el que desciende al Seol no subirá;
Job 7:10 No volverá más
a su casa,
Ni su lugar le conocerá más.
Job 7:11 Por tanto, no
refrenaré mi boca;
Hablaré en la angustia de mi espíritu,
Y me quejaré con la
amargura de mi alma.
Job 7:12 ¿Soy yo el
mar, o un monstruo marino,
Para que me pongas guarda?
Job 7:13 Cuando digo:
Me consolará mi lecho,
Mi cama atenuará mis quejas;
Job 7:14 Entonces me
asustas con sueños,
Y me aterras con visiones.
Job 7:15 Y así mi alma
tuvo por mejor la estrangulación,
Y quiso la muerte más que mis huesos.
Job 7:16 Abomino de mi
vida; no he de vivir para siempre;
Déjame, pues, porque mis días son vanidad.
Job 7:17 ¿Qué es el
hombre, para que lo engrandezcas,
Y para que pongas sobre él tu corazón,
Job 7:18 Y lo visites
todas las mañanas,
Y todos los momentos lo pruebes?
Job 7:19 ¿Hasta cuándo
no apartarás de mí tu mirada,
Y no me soltarás siquiera hasta que trague mi
saliva?
Job 7:20 Si he pecado,
¿qué puedo hacerte a ti, oh Guarda de los hombres?
¿Por qué me pones por blanco tuyo,
Hasta convertirme en
una carga para mí mismo?
Job 7:21 ¿Y por qué no
quitas mi rebelión, y perdonas mi iniquidad?
Porque ahora dormiré en el polvo,
Y
si me buscares de mañana, ya no existiré.
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