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“Por cuanto oíste las palabras del libro, y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante del Señor… y lloraste en mi presencia, también yo te he oído”. (2 Reyes 22:18-19).-

Lágrimas

Se dice que los indios bosquimanos del África del Sur consideraban las lágrimas como una debilidad, razón por la cual no se consentía que los hombres adultos lloraran. Ni la pérdida de sus rebaños, ni la muerte de la esposa o de los hijos, ni ningún dolor debía humedecer sus párpados. Sólo las mujeres podían llorar.
 Pero llegó un día, cuando en el cual, por primera vez, se vio brillar lágrimas sobre las mejillas morenas de esos salvajes guerreros. Se habían enterado de que por ellos, malos y miserables como eran, el gran Dios del cielo había dado a su propio Hijo; que Jesús había soportado la ira divina sobre la cruz a causa de los pecados de ellos, que El les había adquirido el perdón de Dios; que morir no era entrar en un más allá desconocido, sino que era irse cerca de Jesús. Y estos hombres, insensibles a los más grandes dolores, lloraban sobre sus pecados; lloraron confundidos al sentirse objetos del amor de Dios: ¡benditas lágrimas de arrepentimiento y de adoración...!, que Dios seguramente recogió en su “redoma” y anotó en su “libro” (Salmo 56:8).
 ¿Permanecerán insensibles nuestros corazones? ¿No tendremos motivos para llorar sobre nuestros pecados? ¿No nos conmueve hasta lo más profundo del alma la maravillosa historia de la cruz, de los sufrimientos y de la muerte de Jesús? “No os conmueve a cuantos pasáis por el camino? "Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor”, es la pregunta profética que hallamos en las Lamentaciones de Jeremías.
 “María estaba fuera llorando junto al sepulcro” y, mientras lloraba, Jesús se acercó a ella, la llamó por su nombre y le confió su más precioso mensaje.
 Así, llorando por el conocimiento profundo de nuestro corazón y de las terribles oscuridades que se encuentran en él, llorando por la salvación de las almas, llorando por todas las miserias de la sociedad que nos rodea, alcanzaremos aquella bendita bienaventuranza, "Bienaventurados los que lloran por que ellos recibirán consolación...". Muchos cristianos buscan diferentes Dones, peligrosos para el ego humano de quitar la gloria al Hacedor, pero hay un don que no tiene en si peligro y es muy seguro para nuestra alma, por lo que clamamos: Danos Señor el "Don del llanto" y que, sin figurar ante los que nos rodean, nos sean concedidas grandes peticiones y celebraremos en el secreto de la recamara del Rey... Aleluya...!!!.- "Mientras el Rey estaba en su reclinatorio, mi nardo dio su olor..." (Cantar de los Cantares 1:12).-

Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo





LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un año

Arresto de Jesús  - (Mr. 14. 43-50; Lc. 22. 47-53; Jn. 18. 2-11) 

Mat.26:47 Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. 
Mat.26:48 Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle. 
Mat.26:49 Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó. 
Mat.26:50 Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron. 
Mat.26:51 Pero uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó la oreja. 
Mat.26:52 Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. 
Mat.26:53 ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? 
Mat.26:54 ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga? 
Mat.26:55 En aquella hora dijo Jesús a la gente:¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis. 
Mat.26:56 Mas todo esto sucede, para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron. 

Jesús ante el concilio - (Mr. 14. 53-65; Lc. 22. 54, 63-71; Jn. 18. 12-14, 19-24) 

Mat.26:57 Los que prendieron a Jesús le llevaron al sumo sacerdote Caifás, adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos. 
Mat.26:58 Mas Pedro le seguía de lejos hasta el patio del sumo sacerdote; y entrando, se sentó con los alguaciles, para ver el fin. 
Mat.26:59 Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte, 
Mat.26:60 y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban. Pero al fin vinieron dos testigos falsos, 
Mat.26:61 que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo.
Mat.26:62 Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti? 
Mat.26:63 Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. 
Mat.26:64 Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.
Mat.26:65 Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia. 
Mat.26:66 ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de muerte!
Mat.26:67 Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban,
Mat.26:68 diciendo: Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó. 

Pedro niega a Jesús - (Mr. 14. 66-72; Lc. 22. 55-62; Jn. 18. 15-18, 25-27) 

Mat.26:69 Pedro estaba sentado fuera en el patio; y se le acercó una criada, diciendo: Tú también estabas con Jesús el galileo. 
Mat.26:70 Mas él negó delante de todos, diciendo: No sé lo que dices. 
Mat.26:71 Saliendo él a la puerta, le vio otra, y dijo a los que estaban allí: También éste estaba con Jesús el nazareno. 
Mat.26:72 Pero él negó otra vez con juramento: No conozco al hombre. 
Mat.26:73 Un poco después, acercándose los que por allí estaban, dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre. 
Mat.26:74 Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco al hombre. Y en seguida cantó el gallo. 
Mat.26:75 Entonces Pedro se acordó de las palabras de Jesús, que le había dicho:Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente. 


Capítulo 3
Israel derrota a Og rey de Basán  - (Num. 21.31-35) 

Deut.3:1 Volvimos, pues, y subimos camino de Basán, y nos salió al encuentro Og rey de Basán para pelear, él y todo su pueblo, en Edrei. 
Deut.3:2 Y me dijo Jehová: No tengas temor de él, porque en tu mano he entregdo a él y a todo su pueblo, con su tierra; y harás con él como hiciste con Sehón rey amorreo, que habitaba en Hesbón. 
Deut.3:3 Y Jehová nuestro Dios entregó también en nuestra mano a Og rey de Basán, y a todo su pueblo, al cual derrotamos hasta acabar con todos. 
Deut.3:4 Y tomamos entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomásemos; sesenta ciudades, toda la tierra de Argob, del reino de Og en Basán. 
Deut.3:5 Todas estas eran ciudades fortificadas con muros altos, con puertas y barras, sin contar otras muchas ciudades sin muro. 
Deut.3:6 Y las destruimos, como hicimos a Sehón rey de Hesbón, matando en toda ciudad a hombres, mujeres y niños. 
Deut.3:7 Y tomamos para nosotros todo el ganado, y los despojos de las ciudades. 
Deut.3:8 También tomamos en aquel tiempo la tierra desde el arroyo de Arnón hasta el monte de Hermón, de manos de los dos reyes amorreos que estaban a este lado del Jordán. 
Deut.3:9 (Los sidonios llaman a Hermón, Sirión; y los amorreos, Senir.) 
Deut.3:10 Todas las ciudades de la llanura, y todo Galaad, y todo Basán hasta Salca y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán. 
Deut.3:11 Porque únicamente Og rey de Basán había quedado del resto de los gigantes. Su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La longitud de ella es de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, según el codo de un hombre. 
Rubén, Gad y la media tribu de Manasés se establecen al oriente del Jordán.- 

(Num. 32.1-42)

Deut.3:12 Y esta tierra que heredamos en aquel tiempo, desde Aroer, que está junto al arroyo de Arnón, y la mitad del monte de Galaad con sus ciudades, la di a los rubenitas y a los gaditas; 
Deut.3:13 y el resto de Galaad, y todo Basán, del reino de Og, toda la tierra de Argob, que se llamaba la tierra de los gigantes, lo di a la media tribu de Manasés. 
Deut.3:14 Jair hijo de Manasés tomó toda la tierra de Argob hasta el límite con Gesur y Maaca, y la llamó por su nombre, Basán- havot-jair, hasta hoy. 
Deut.3:15 Y Galaad se lo di a Maquir. 
Deut.3:16 Y a los rubenitas y gaditas les di de Galaad hasta el arroyo de Arnón, teniendo por límite el medio del valle, hasta el arroyo de Jaboc, el cual es límite de los hijos de Amón; 
Deut.3:17 también el Arabá, con el Jordán como límite desde Cineret hasta el mar del Arabá, el Mar Salado, al pie de las laderas del Pisga al oriente. 
Deut.3:18 Y os mandé entonces, diciendo: Jehová vuestro Dios os ha dado esta tierra por heredad; pero iréis armados todos los valientes delante de vuestros hermanos los hijos de Israel. 
Deut.3:19 Solamente vuestras mujeres, vuestros hijos y vuestros ganados (yo sé que tenéis mucho ganado), quedarán en las ciudades que os he dado, 
Deut.3:20 hasta que Jehová dé reposo a vuestros hermanos, así como a vosotros, y hereden ellos también la tierra que Jehová vuestro Dios les da al otro lado del Jordán; entonces os volveréis cada uno a la heredad que yo os he dado. 
Deut.3:21 Ordené también a Josué en aquel tiempo, diciendo: Tus ojos vieron todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho a aquellos dos reyes; así hará Jehová a todos los reinos a los cuales pasarás tú. 
Deut.3:22 No los temáis; porque Jehová vuestro Dios, él es el que pelea por vosotros. 


No se le permite a Moisés entrar a Canaán  

Deut.3:23 Y oré a Jehová en aquel tiempo, diciendo: 
Deut.3:24 Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en el cielo ni en la tierra que haga obras y proezas como las tuyas? 
Deut.3:25 Pase yo, te ruego, y vea aquella tierra buena que está más allá del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano. 
Deut.3:26 Pero Jehová se había enojado contra mí a causa de vosotros, por lo cual no me escuchó; y me dijo Jehová: Basta, no me hables más de este asunto. 
Deut.3:27 Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al oeste, y al norte, y al sur, y al este, y mira con tus propios ojos; porque no pasarás el Jordán. 
Deut.3:28 Y manda a Josué, y anímalo, y fortalécelo; porque él ha de pasar delante de este pueblo, y él les hará heredar la tierra que verás. 
Deut.3:29 Y paramos en el valle delante de Bet-peor. 


Capítulo 4

Moisés exhorta a la obediencia 

Deut.4:1 Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da. 
Deut.4:2 No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordene. 
Deut.4:3 Vuestros ojos vieron lo que hizo Jehová con motivo de Baal- peor; que a todo hombre que fue en pos de Baal-peor destruyó Jehová tu Dios de en medio de ti. 
Deut.4:4 Mas vosotros que seguisteis a Jehová vuestro Dios, todos estáis vivos hoy. 
Deut.4:5 Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para tomar posesión de ella. 
Deut.4:6 Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta. 
Deut.4:7 Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? 
Deut.4:8 Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?
 
La experiencia de Israel en Horeb 

Deut.4:9 Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos. 
Deut.4:10 El día que estuviste delante de Jehová tu Dios en Horeb, cuando Jehová me dijo: Reúneme el pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán, para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra, y las enseñarán a sus hijos; 
Deut.4:11 y os acercasteis y os pusisteis al pie del monte; y el monte ardía en fuego hasta en medio de los cielos con tinieblas, nube y oscuridad; 
Deut.4:12 y habló Jehová con vosotros de en medio del fuego; oísteis la voz de sus palabras, mas a excepción de oír la voz, ninguna figura visteis. 
Deut.4:13 Y él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra; los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra.
Deut.4:14 A mí también me mandó Jehová en aquel tiempo que os enseñase los estatutos y juicios, para que los pusieseis por obra en la tierra a la cual pasáis a tomar posesión de ella. 

Advertencia contra la idolatría 

Deut.4:15 Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego; 
Deut.4:16 para que no os corrompáis y hagáis para vosotros escultura,imagen de figura alguna, efigie de varón o hembra, 
Deut.4:17 figura de animal alguno que está en la tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el aire, 
Deut.4:18 figura de ningún animal que se arrastre sobre la tierra, figura de pez alguno que haya en el agua debajo de la tierra. 
Deut.4:19 No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos. 
Deut.4:20 Pero a vosotros Jehová os tomó, y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que seáis el pueblo de su heredad  como en este día. 
Deut.4:21 Y Jehová se enojó contra mí por causa de vosotros, y juró que yo no pasaría el Jordán, ni entraría en la buena tierra que Jehová tu Dios te da por heredad. 
Deut.4:22 Así que yo voy a morir en esta tierra, y no pasaré el Jordán; mas vosotros pasaréis, y poseeréis aquella buena tierra. 
Deut.4:23 Guardaos, no os olvidéis del pacto de Jehová vuestro Dios, que él estableció con vosotros, y no os hagáis escultura o imagen de ninguna cosa que Jehová tu Dios te ha prohibido. 
Deut.4:24 Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso. 
Deut.4:25 Cuando hayáis engendrado hijos y nietos, y hayáis envejecido en la tierra, si os corrompiereis e hiciereis escultura o imagen de cualquier cosa, e hiciereis lo malo ante los ojos de Jehová vuestro Dios, para enojarlo; 
Deut.4:26 yo pongo hoy por testigos al cielo y a la tierra, que pronto pereceréis totalmente de la tierra hacia la cual pasáis el Jordán para tomar posesión de ella; no estaréis en ella largos días sin que seáis destruidos. 
Deut.4:27 Y Jehová os esparcirá entre los pueblos, y quedaréis pocos en número entre las naciones a las cuales os llevará Jehová. 
Deut.4:28 Y serviréis allí a dioses hechos de manos de hombres, de madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen. 
Deut.4:29 Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma. 
Deut.4:30 Cuando estuvieres en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si en los postreros días te volvieres a Jehová tu Dios, y oyeres su voz; 
Deut.4:31 porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres. 
Deut.4:32 Porque pregunta ahora si en los tiempos pasados que han sido antes de ti, desde el día que creó Dios al hombre sobre la tierra, si desde un extremo del cielo al otro se ha hecho cosa semejante a esta gran cosa, o se haya oído otra como ella. 
Deut.4:33 ¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, sin perecer? 
Deut.4:34 ¿O ha intentado Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros y con guerra, y mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores como todo lo que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante tus ojos? 
Deut.4:35 A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él. 
Deut.4:36 Desde los cielos te hizo oír su voz, para enseñarte; y sobre la tierra te mostró su gran fuego, y has oído sus palabras de en medio del fuego. 
Deut.4:37 Y por cuanto él amó a tus padres, escogió a su descendencia después de ellos, y te sacó de Egipto con su presencia y con su gran poder, 
Deut.4:38 para echar de delante de tu presencia naciones grandes y más fuertes que tú, y para introducirte y darte su tierra por heredad, como hoy. 
Deut.4:39 Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro. 
Deut.4:40 Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre. 

Las ciudades de refugio al oriente del Jordán 

Deut.4:41 Entonces apartó Moisés tres ciudades a este lado del Jordán al nacimiento del sol, 
Deut.4:42 para que huyese allí el homicida que matase a su prójimo sin intención, sin haber tenido enemistad con él nunca antes; y que huyendo a una de estas ciudades salvase su vida: 
Deut.4:43 Beser en el desierto, en tierra de la llanura, para los rubenitas; Ramot en Galaad para los gaditas, y Golán en Basán para los de Manasés. 

Moisés recapitula la promulgación de la ley 

Deut.4:44 Esta, pues, es la ley que Moisés puso delante de los hijos de Israel. 
Deut.4:45 Estos son los testimonios, los estatutos y los decretos que habló Moisés a los hijos de Israel cuando salieron de Egipto; 
Deut.4:46 a este lado del Jordán, en el valle delante de Bet-peor, en la tierra de Sehón rey de los amorreos que habitaba en Hesbón, al cual derrotó Moisés con los hijos de Israel, cuando salieron de Egipto; 
Deut.4:47 y poseyeron su tierra, y la tierra de Og rey de Basán; dos reyes de los amorreos que estaban de este lado del Jordán, al oriente.
Deut.4:48 Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo de Arnón, hasta el monte de Sion, que es Hermón;
Deut.4:49 y todo el Arabá de este lado del Jordán, al oriente, hasta el mar del Arabá, al pie de las laderas del Pisga. 


Capítulo 5

Job 5:1 Ahora, pues, da voces; ¿habrá quien te responda? 
            ¿Y a cuál de los santos te volverás? 
Job 5:2 Es cierto que al necio lo mata la ira, 
            Y al codicioso lo consume la envidia. 
Job 5:3 Yo he visto al necio que echaba raíces, 
            Y en la misma hora maldije su habitación. 
Job 5:4 Sus hijos estarán lejos de la seguridad; 
            En la puerta serán quebrantados, 
            Y no habrá quien los libre. 
Job 5:5 Su mies comerán los hambrientos, 
            Y la sacarán de entre los espinos, 
            Y los sedientos beberán su hacienda. 
Job 5:6 Porque la aflicción no sale del polvo, 
            Ni la molestia brota de la tierra. 
Job 5:7 Pero como las chispas se levantan para volar por el aire, 
            Así el hombre nace para la aflicción. 
Job 5:8 Ciertamente yo buscaría a Dios, 
            Y encomendaría a él mi causa; 
Job 5:9 El cual hace cosas grandes e inescrutables, 
            Y maravillas sin número; 
Job 5:10 Que da la lluvia sobre la faz de la tierra, 
            Y envía las aguas sobre los campos; 
Job 5:11 Que pone a los humildes en altura, 
            Y a los enlutados levanta a seguridad; 
Job 5:12 Que frustra los pensamientos de los astutos, 
            Para que sus manos no hagan nada; 
Job 5:13 Que prende a los sabios en la astucia de ellos,
            Y frustra los designios de los perversos. 
Job 5:14 De día tropiezan con tinieblas, 
            Y a mediodía andan a tientas como de noche. 
Job 5:15 Así libra de la espada al pobre, de la boca de los impíos, 
            Y de la mano violenta; 
Job 5:16 Pues es esperanza al menesteroso, 
            Y la iniquidad cerrará su boca. 
Job 5:17 He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; 
            Por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso.
Job 5:18 Porque él es quien hace la llaga, y él la vendará; 
            El hiere, y sus manos curan. 
Job 5:19 En seis tribulaciones te librará, 
            Y en la séptima no te tocará el mal. 
Job 5:20 En el hambre te salvará de la muerte, 
            Y del poder de la espada en la guerra. 
Job 5:21 Del azote de la lengua serás encubierto; 
            No temerás la destrucción cuando viniere. 
Job 5:22 De la destrucción y del hambre te reirás, 
            Y no temerás de las fieras del campo; 
Job 5:23 Pues aun con las piedras del campo tendrás tu pacto, 
            Y las fieras del campo estarán en paz contigo. 
Job 5:24 Sabrás que hay paz en tu tienda; 
            Visitarás tu morada, y nada te faltará. 
Job 5:25 Asimismo echarás de ver que tu descendencia es mucha, 
            Y tu prole como la hierba de la tierra. 
Job 5:26 Vendrás en la vejez a la sepultura, 
            Como la gavilla de trigo que se recoge a su tiempo. 
Job 5:27 He aquí lo que hemos inquirido, lo cual es así; 

            Oyelo, y conócelo tú para tu provecho.
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