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Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución que hubo con motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no hablando a nadie la palabra, sino sólo a los judíos". 

"Pero había entre ellos unos varones de Chipre y de Cirene, los cuales, cuando entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús". 
"Este, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor". 
"Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor. Hechos" 11:19, 20, 23 y 24.-

Las incursiones del Evangelio...

 Los primeros predicadores del evangelio en Antioquía fueron dispersados desde Jerusalén por la persecución; de ese modo lo que pretendía dañar a la Iglesia, se hizo que obrara para su bien. La ira del hombre se convierte en alabanza a Dios. —¿Qué deben predicar los ministros de Cristo sino a Cristo? ¿Sera a Cristo, y crucificado? ¿Será a Cristo, y glorificado?, (Si y no). La predicación de ellos fue acompañada de poder divino. La mano del Señor estaba con ellos para llevar a los corazones y a las conciencias de los hombres lo que sólo se podía decir al oído externo. Ellos creyeron, fueron convencidos de la verdad del evangelio. Se convirtieron desde una manera de vivir carnal e indolente a una vida santa, espiritual y celestial. Aquellos judaizantes se convirtieron de adorar a Dios para ser vistos y por los formalismos a adorarle en Espíritu y en verdad. Se convirtieron al Señor Jesús que llegó a ser todo en todo para ellos. Esta fue la obra de conversión realizada en ellos, los anunciadores y es la que debe efectuarse en cada uno de nosotros. Fue fruto de su fe; porque todos los que creen sinceramente, se convertirán al Señor. Cuando se predica al Señor Jesús con claridad, y conforme a las Escrituras, Él dará éxito; y cuando los pecadores son de esta manera llevados al Señor, los hombres realmente buenos, que están llenos de fe y del Espíritu Santo, admirarán y se regocijarán en la gracia de Dios concedida a ellos. Bernabé estaba lleno de fe; lleno de la gracia de la fe, y lleno de los frutos de la fe que obra por el amor del Espíritu Santo que es derramado en los corazones, “mucha gente…”, "una gran multitud...": la visita de Bernabé, da lugar a un despertamiento espiritual muy fructífero.- 
 Fijémonos que la influencia, bendita de este hermano, no es atribuida a sus talentos o dones, sino a su carácter y a la acción del Espíritu del que era lleno.- El mundo necesita de personalidades inspiradas, animadas por esa llama divina, ¿podremos ser nosotros?, Ud. que dice??.- Veamos una reflexión del libro Manantiales en el Desierto III.- (22 de junio) respectos a ser “Lleno del Espíritu Santo...” “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gálatas 2:20).- Decía así un siervo de Dios: Por mucho tiempo el pabilo de mi lámpara había sido útil a mi propósito, sirviendo en silencio mientras leía a su lado. Me sentí avergonzado de nunca antes haber notado su servicio discreto. Le dije al pabilo:
 — Por el servicio de muchos meses te doy las gracias.
 El Pabilo respondió — ¿Qué he hecho yo por ti?
 — ¿No has iluminado las páginas para que pueda leer?
 — En realidad, no; yo solo soy un pábilo, no tengo luz que dar, y como prueba sácame de mi baño de aceite para que veas lo rápido que me apago. Muy pronto me volverás la espalda como un pedazo de estopa humeante. No soy yo el que ardo, sino el aceite con el cual mi textura está saturada. Esto es lo que te ilumina. Yo sólo soy un mediador entre el aceite del depósito y el fuego en mi extremo. Este extremo ennegrecido se deteriora poco a poco, pero la luz arde siempre.
 — Dime pábilo, ¿No temes cansarte? ¡Mira cuán pocos centímetros te quedan! ¿Podrás dar luz hasta que cada centímetro de tí se queme lentamente y se termine?
 — Si, no tengo miedo mientras la provisión de aceite no se acabe, si sólo alguna mano bondadosa quita de vez en cuando el extremo quemado… exponiendo a la llama un extremo nuevo. Esta es mi doble necesidad: aceite y que me despabilen. Dame estas dos cosas, ¡y alumbraré hasta el final!...
 Dios ha llamado a sus hijos a brillar como “luces en el mundo”. Cuidémonos de no esconder nuestra luz, ya sea que seamos velas caseras, faroles o los rayos de un faro, no sea que los hombres tropiecen y mueran.
 Discrepa de la enseñanza del pabilo tratar de acumular una reserva de gracia en un sacramento, una convención o una noche de oración. El pabilo no tiene tales almacenes; ¡pero igual siempre se le suple!
 Usted puede parecer del todo inútil e inadecuado; pero si ama a Dios, una fuente viva de aceite está preparada para suplirle suministros inagotables: No es con ejército, ni con fuerza, sino con su Espíritu, ¡Hora tras hora el aceite sube por el pabilo hacia la llama! - ¡USTED NO PUEDE AGOTAR LOS RECURSOS DE DIOS!
 No nos acobardemos cuando se usen las despabiladeras; ellas sólo quitan los restos quemados. ¡Él piensa tanto en su obra que usa despabiladeras de oro! ¡Y la mano que sujeta las despabiladeras lleva la huella de los clavos del Calvario!.- (E B. Meyer).-

Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo




LECTURA BÍBLICA DE HOY
La Biblia en un Año


La iglesia en Antioquía 

Hec.11:19 Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución que hubo con motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no hablando a nadie la palabra, sino sólo a los judíos. 
Hec.11:20 Pero había entre ellos unos varones de Chipre y de Cirene, los cuales, cuando entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús. 
Hec.11:21 Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió al Señor. 
Hec.11:22 Llegó la noticia de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén; y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía. 
Hec.11:23 Este, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor. 
Hec.11:24 Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor. 
Hec.11:25 Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquía. 
Hec.11:26 Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía. 
Hec.11:27 En aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía. 
Hec.11:28 Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio. 
Hec.11:29 Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea; 
Hec.11:30 lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo.


Capítulo 13

Tierra aún sin conquistar 

Jos.13:1 Siendo Josué ya viejo, entrado en años, Jehová le dijo: Tú eres ya viejo, de edad avanzada, y queda aún mucha tierra por poseer. 
Jos.13:2 Esta es la tierra que queda: todos los territorios de los filisteos, y todos los de los gesureos; 
Jos.13:3 desde Sihor, que está al oriente de Egipto, hasta el límite de Ecrón al norte, que se considera de los cananeos; de los cinco príncipes de los filisteos, el gazeo, el asdodeo, el ascaloneo, el geteo y el ecroneo; también los aveos; 
Jos.13:4 al sur toda la tierra de los cananeos, y Mehara, que es de los sidonios, hasta Afec, hasta los límites del amorreo; 
Jos.13:5 la tierra de los giblitas, y todo el Líbano hacia donde sale el sol, desde Baal-gad al pie del monte Hermón, hasta la entrada de Hamat; 
Jos.13:6 todos los que habitan en las montañas desde el Líbano hasta Misrefotmaim, todos los sidonios; yo los exterminaré delante de los hijos de Israel; solamente repartirás tú por suerte el país a los israelitas por heredad, como te he mandado. 
Jos.13:7 Reparte, pues, ahora esta tierra en heredad a las nueve tribus, y a la media tribu de Manasés. 
Jos.13:8 Porque los rubenitas y gaditas y la otra mitad de Manasés recibieron ya su heredad, la cual les dio Moisés al otro lado del Jordán al oriente, según se la dio Moisés siervo de Jehová; 
Jos.13:9 desde Aroer, que está a la orilla del arroyo de Arnón, y la ciudad que está en medio del valle, y toda la llanura de Medeba, hasta Dibón; 
Jos.13:10 todas las ciudades de Sehón rey de los amorreos, el cual reinó en Hesbón, hasta los límites de los hijos de Amón; 
Jos.13:11 y Galaad, y los territorios de los gesureos y de los maacateos, y todo el monte Hermón, y toda la tierra de Basán hasta Salca; 
Jos.13:12 todo el reino de Og en Basán, el cual reinó en Astarot y en Edrei, el cual había quedado del resto de los refaítas; pues Moisés los derrotó, y los echó. 
Jos.13:13 Mas a los gesureos y a los maacateos no los echaron los hijos de Israel, sino que Gesur y Maaca habitaron entre los israelitas hasta hoy. 

El territorio que distribuyó Moisés 

Jos.13:14 Pero a la tribu de Leví no dio heredad; los sacrificios de Jehová Dios de Israel son su heredad, como él les había dicho.
Jos.13:15 Dio, pues, Moisés a la tribu de los hijos de Rubén conforme a sus familias. 
Jos.13:16 Y fue el territorio de ellos desde Aroer, que está a la orilla del arroyo de Arnón, y la ciudad que está en medio del valle, y toda la llanura hasta Medeba; 
Jos.13:17 Hesbón, con todas sus ciudades que están en la llanura; Dibón, Bamot-baal, Bet-baal-meón, 
Jos.13:18 Jahaza, Cademot, Mefaat, 
Jos.13:19 Quiriataim, Sibma, Zaret-sahar en el monte del valle, 
Jos.13:20 Bet-peor, las laderas de Pisga, Bet-jesimot, 
Jos.13:21 todas las ciudades de la llanura, y todo el reino de Sehón rey de los amorreos, que reinó en Hesbón, al cual derrotó Moisés, y a los príncipes de Madián, Evi, Requem, Zur, Hur y Reba, príncipes de Sehón que habitaban en aquella tierra. 
Jos.13:22 También mataron a espada los hijos de Israel a Balaam el adivino, hijo de Beor, entre los demás que mataron. 
Jos.13:23 Y el Jordán fue el límite del territorio de los hijos de Rubén. Esta fue la heredad de los hijos de Rubén conforme a sus familias, estas ciudades con sus aldeas. 
Jos.13:24 Dio asimismo Moisés a la tribu de Gad, a los hijos de Gad, conforme a sus familias. 
Jos.13:25 El territorio de ellos fue Jazer, y todas las ciudades de Galaad, y la mitad de la tierra de los hijos de Amón hasta Aroer, que está enfrente de Rabá. 
Jos.13:26 Y desde Hesbón hasta Ramat-mizpa, y Betonim; y desde Mahanaim hasta el límite de Debir; 
Jos.13:27 y en el valle, Bet-aram, Bet-nimra, Sucot y Zafón, resto del reino de Sehón rey de Hesbón; el Jordán y su límite hasta el extremo del mar de Cineret al otro lado del Jordán, al oriente. 
Jos.13:28 Esta es la heredad de los hijos de Gad por sus familias, estas ciudades con sus aldeas. 
Jos.13:29 También dio Moisés heredad a la media tribu de Manasés; y fue para la media tribu de los hijos de Manasés, conforme a sus familias. 
Jos.13:30 El territorio de ellos fue desde Mahanaim, todo Basán, todo el reino de Og rey de Basán, y todas las aldeas de Jair que están en Basán, sesenta poblaciones, 
Jos.13:31 y la mitad de Galaad, y Astarot y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán, para los hijos de Maquir hijo de Manasés, para la mitad de los hijos de Maquir conforme a sus familias. 
Jos.13:32 Esto es lo que Moisés repartió en heredad en los llanos de Moab, al otro lado del Jordán de Jericó, al oriente. 
Jos.13:33 Mas a la tribu de Leví no dio Moisés heredad; Jehová Dios de Israel es la heredad de ellos, como él les había dicho.



Capítulo 14

Canaán repartida por suerte 

Jos.14:1 Esto, pues, es lo que los hijos de Israel tomaron por heredad en la tierra de Canaán, lo cual les repartieron el sacerdote Eleazar, Josué hijo de Nun, y los cabezas de los padres de las tribus de los hijos de Israel. 
Jos.14:2 Por suerte se les dio su heredad, como Jehová había mandado a Moisés que se diera a las nueve tribus y a la media tribu.
Jos.14:3 Porque a las dos tribus y a la media tribu les había dado Moisés heredad al otro lado del Jordán; mas a los levitas no les dio heredad entre ellos. 
Jos.14:4 Porque los hijos de José fueron dos tribus, Manasés y Efraín; y no dieron parte a los levitas en la tierra sino ciudades en que morasen, con los ejidos de ellas para sus ganados y rebaños. 
Jos.14:5 De la manera que Jehová lo había mandado a Moisés, así lo hicieron los hijos de Israel en el repartimiento de la tierra. 

Caleb recibe Hebrón 

Jos.14:6 Y los hijos de Judá vinieron a Josué en Gilgal; y Caleb, hijo de Jefone cenezeo, le dijo: Tú sabes lo que Jehová dijo a Moisés, varón de Dios, en Cades-barnea, tocante a mí y a ti.
Jos.14:7 Yo era de edad de cuarenta años cuando Moisés siervo de Jehová me envió de Cades-barnea a reconocer la tierra; y yo le traje noticias como lo sentía en mi corazón.
Jos.14:8 Y mis hermanos, los que habían subido conmigo, hicieron desfallecer el corazón del pueblo; pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios. 
Jos.14:9 Entonces Moisés juró diciendo: Ciertamente la tierra que holló tu pie será para ti, y para tus hijos en herencia perpetua, por cuanto cumpliste siguiendo a Jehová mi Dios.
Jos.14:10 Ahora bien, Jehová me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años, desde el tiempo que Jehová habló estas palabras a Moisés, cuando Israel andaba por el desierto; y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años. 
Jos.14:11 Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar. 
Jos.14:12 Dame, pues, ahora este monte, del cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí, y que hay ciudades grandes y fortificadas. Quizá Jehová estará conmigo, y los echaré, como Jehová ha dicho. 
Jos.14:13 Josué entonces le bendijo, y dio a Caleb hijo de Jefone a Hebrón por heredad. 
Jos.14:14 Por tanto, Hebrón vino a ser heredad de Caleb hijo de Jefone cenezeo, hasta hoy, por cuanto había seguido cumplidamente a Jehová Dios de Israel. 
Jos.14:15 Mas el nombre de Hebrón fue antes Quiriat-arba; porque Arba fue un hombre grande entre los anaceos. Y la tierra descansó de la guerra.


Capítulo 27

Job describe el castigo de los malos 

Job 27:1 Reasumió Job su discurso, y dijo: 
Job 27:2 Vive Dios, que ha quitado mi derecho, 
            Y el Omnipotente, que amargó el alma mía, 
Job 27:3 Que todo el tiempo que mi alma esté en mí, 
            Y haya hálito de Dios en mis narices, 
Job 27:4 Mis labios no hablarán iniquidad, 
            Ni mi lengua pronunciará engaño. 
Job 27:5 Nunca tal acontezca que yo os justifique; 
            Hasta que muera, no quitaré de mí mi integridad. 
Job 27:6 Mi justicia tengo asida, y no la cederé; 
            No me reprochará mi corazón en todos mis días. 
Job 27:7 Sea como el impío mi enemigo, 
            Y como el inicuo mi adversario. 
Job 27:8 Porque ¿cuál es la esperanza del impío, por mucho que hubiere robado, 
            Cuando Dios le quitare la vida? 
Job 27:9 ¿Oirá Dios su clamor 
            Cuando la tribulación viniere sobre él? 
Job 27:10 ¿Se deleitará en el Omnipotente? 
            ¿Invocará a Dios en todo tiempo? 
Job 27:11 Yo os enseñaré en cuanto a la mano de Dios; 
            No esconderé lo que hay para con el Omnipotente. 
Job 27:12 He aquí que todos vosotros lo habéis visto; 
            ¿Por qué, pues, os habéis hecho tan enteramente vanos? 
Job 27:13 Esta es para con Dios la porción del hombre impío, 
            Y la herencia que los violentos han de recibir del Omnipotente: 
Job 27:14 Si sus hijos fueren multiplicados, serán para la espada; 
            Y sus pequeños no se saciarán de pan. 
Job 27:15 Los que de él quedaren, en muerte serán sepultados, 
            Y no los llorarán sus viudas. 
Job 27:16 Aunque amontone plata como polvo, 
            Y prepare ropa como lodo; 
Job 27:17 La habrá preparado él, mas el justo se vestirá, 
            Y el inocente repartirá la plata. 
Job 27:18 Edificó su casa como la polilla, 
            Y como enramada que hizo el guarda. 
Job 27:19 Rico se acuesta, pero por última vez; 
            Abrirá sus ojos, y nada tendrá. 
Job 27:20 Se apoderarán de él terrores como aguas; 
            Torbellino lo arrebatará de noche. 
Job 27:21 Le eleva el solano, y se va; 
            Y tempestad lo arrebatará de su lugar. 
Job 27:22 Dios, pues, descargará sobre él, y no perdonará; 
            Hará él por huir de su mano. 
Job 27:23 Batirán las manos sobre él, 

            Y desde su lugar le silbarán.  

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