“Si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”.- (Mateo 7:11).-
“Los cielos cuentan la gloria de Dios… Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras”. (Salmo 19:1 y 4).-
Leer el Salmo 104 versículos 19 al 35.-
Somos propensos a dar mucha importancia a las obras y a las labores del hombre. Pero, ¡cuán poca cosa es al lado de las obras de Dios, testimonios innumerables de su sabiduría! Y es primeramente de El y no del trabajo humano que toda criatura depende para su sustento. No atribuyamos nuestra ganancia a nuestros esfuerzos sino a su gracia. Sí, “la tierra está llena de sus beneficios”; sepamos notar y observarlos. Sin embargo, se puede admirar la creación y gozar de ella sin conocer al que la hizo. Cuantos artistas y filósofos han confundido la Verdad con la naturaleza, sobre la que, por otra parte, el pecado ha dejado su impura huella. Contemplar la naturaleza no instruye al pecador acerca de lo que Dios es en santidad, justicia y gracia. Del mismo modo que para conocer íntimamente la personalidad de un arquitecto, no basta visitar los inmuebles que edificó (y que unos inquilinos sin vergüenza tal vez arruinaron); es necesario tratarle, estar informado acerca de su carácter, su familia, sus costumbres. .
Así que no lo olvidemos, no somos nosotros quienes descubrimos a Dios, es El mismo que se revela: no a nuestros sentidos, pues “Dios es Espíritu” (Juan 4:24), sino a nuestra alma; no sólo en la naturaleza sino en su Palabra (véase el Salmo 19).-
“Los cielos cuentan la gloria de Dios… Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras”. (Salmo 19:1 y 4).-
Leer el Salmo 104 versículos 19 al 35.-
Somos propensos a dar mucha importancia a las obras y a las labores del hombre. Pero, ¡cuán poca cosa es al lado de las obras de Dios, testimonios innumerables de su sabiduría! Y es primeramente de El y no del trabajo humano que toda criatura depende para su sustento. No atribuyamos nuestra ganancia a nuestros esfuerzos sino a su gracia. Sí, “la tierra está llena de sus beneficios”; sepamos notar y observarlos. Sin embargo, se puede admirar la creación y gozar de ella sin conocer al que la hizo. Cuantos artistas y filósofos han confundido la Verdad con la naturaleza, sobre la que, por otra parte, el pecado ha dejado su impura huella. Contemplar la naturaleza no instruye al pecador acerca de lo que Dios es en santidad, justicia y gracia. Del mismo modo que para conocer íntimamente la personalidad de un arquitecto, no basta visitar los inmuebles que edificó (y que unos inquilinos sin vergüenza tal vez arruinaron); es necesario tratarle, estar informado acerca de su carácter, su familia, sus costumbres. .
Así que no lo olvidemos, no somos nosotros quienes descubrimos a Dios, es El mismo que se revela: no a nuestros sentidos, pues “Dios es Espíritu” (Juan 4:24), sino a nuestra alma; no sólo en la naturaleza sino en su Palabra (véase el Salmo 19).-
Sal.104:19 Hizo la luna para los tiempos;
El sol conoce su ocaso.
Sal.104:20 Pones las tinieblas, y es la noche;
En ella corretean todas las bestias de la selva.
Sal.104:21 Los leoncillos rugen tras la presa,
Y para buscar de Dios su comida.
Sal.104:22 Sale el sol, se recogen,
Y se echan en sus cuevas.
Sal.104:23 Sale el hombre a su labor,
Y a su labranza hasta la tarde.
Sal.104:24 ¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová!
Hiciste todas ellas con sabiduría;
La tierra está llena de tus beneficios.
Sal.104:25 He allí el grande y anchuroso mar,
En donde se mueven seres innumerables,
Seres pequeños y grandes.
Sal.104:26 Allí andan las naves;
Allí este leviatán que hiciste para que jugase en él.
Sal.104:27 Todos ellos esperan en ti,
Para que les des su comida a su tiempo.
Sal.104:28 Les das, recogen;
Abres tu mano, se sacian de bien.
Sal.104:29 Escondes tu rostro, se turban;
Les quitas el hálito, dejan de ser,
Y vuelven al polvo.
Sal.104:30 Envías tu Espíritu, son creados,
Y renuevas la faz de la tierra.
Sal.104:31 Sea la gloria de Jehová para siempre;
Alégrese Jehová en sus obras.
Sal.104:32 El mira a la tierra, y ella tiembla;
Toca los montes, y humean.
Sal.104:33 A Jehová cantaré en mi vida;
A mi Dios cantaré salmos mientras viva.
Sal.104:34 Dulce será mi meditación en él;
Yo me regocijaré en Jehová.
Sal.104:35 Sean consumidos de la tierra los pecadores,
Y los impíos dejen de ser.
Bendice, alma mía, a Jehová.
Aleluya.
Amén, si Señor, bendice alma mía al Señor... Aleluya...!!!
Saludo con la Paz de nuestro Señor Jesucristo
LECTURA BÍBLICA PARA HOY
La Biblia en un Año
El juicio de las
naciones
Mat.25:31 Cuando el
Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces
se sentará en su trono de gloria,
Mat.25:32 y serán
reunidas delante de él todas las naciones; y apartarálos unos de los otros,
como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.
Mat.25:33 Y pondrá las
ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
Mat.25:34 Entonces el
Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino
preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
Mat.25:35 Porque tuve
hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero,
y me recogisteis;
Mat.25:36 estuve
desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis
a mí.
Mat.25:37 Entonces los
justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te
sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?
Mat.25:38 ¿Y cuándo te
vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?
Mat.25:39 ¿O cuándo te
vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?
Mat.25:40 Y
respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a
uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
Mat.25:41 Entonces dirá
también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno
preparado para el diablo y sus ángeles.
Mat.25:42 Porque tuve
hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;
Mat.25:43 fui
forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y
en la cárcel, y no me visitasteis.
Mat.25:44 Entonces
también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento,
sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?
Mat.25:45 Entonces les
responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de
estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.
Mat.25:46 E irán éstos
al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.
Capítulo 32
Rubén y Gad se
establecen al oriente del Jordán (Dt.
3.12-22)
Num.32:1 Los hijos de
Rubén y los hijos de Gad tenían una muy inmensa muchedumbre de ganado; y vieron
la tierra de Jazer y de Galaad, y les pareció el país lugar de ganado.
Num.32:2 Vinieron,
pues, los hijos de Gad y los hijos de Rubén, y hablaron a Moisés y al sacerdote
Eleazar, y a los príncipes de la congregación, diciendo:
Num.32:3 Atarot, Dibón,
Jazer, Nimra, Hesbón, Eleale, Sebam, Nebo y Beón,
Num.32:4 la tierra que
Jehová hirió delante de la congregación de Israel, es tierra de ganado, y tus
siervos tienen ganado.
Num.32:5 Por tanto,
dijeron, si hallamos gracia en tus ojos, dése esta tierra a tus siervos en
heredad, y no nos hagas pasar el Jordán.
Num.32:6 Y respondió
Moisés a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén: ¿Irán vuestros hermanos a la
guerra, y vosotros os quedaréis aquí?
Num.32:7 ¿Y por qué
desanimáis a los hijos de Israel, para que no pasen a la tierra que les ha dado
Jehová?
Num.32:8 Así hicieron
vuestros padres, cuando los envié desde Cades- barnea para que viesen la
tierra.
Num.32:9 Subieron hasta
el torrente de Escol, y después que vieron la tierra, desalentaron a los hijos
de Israel para que no viniesen a la tierra que Jehová les había dado.
Num.32:10 Y la ira de
Jehová se encendió entonces, y juró diciendo:
Num.32:11 No verán los
varones que subieron de Egipto de veinte años arriba, la tierra que prometí con
juramento a Abraham, Isaac y Jacob, por cuanto no fueron perfectos en pos de
mí;
Num.32:12 excepto Caleb
hijo de Jefone cenezeo, y Josué hijo de Nun, que fueron perfectos en pos de
Jehová.
Num.32:13 Y la ira de
Jehová se encendió contra Israel, y los hizo andar errantes cuarenta años por
el desierto, hasta que fue acabada toda aquella generación que había hecho mal
delante de Jehová.
Num.32:14 Y he aquí,
vosotros habéis sucedido en lugar de vuestros padres, prole de hombres
pecadores, para añadir aún a la ira de Jehová contra Israel.
Num.32:15 Si os
volviereis de en pos de él, él volverá otra vez a dejaros en el desierto, y
destruiréis a todo este pueblo.
Num.32:16 Entonces
ellos vinieron a Moisés y dijeron: Edificaremos aquí majadas para nuestro
ganado, y ciudades para nuestros niños;
Num.32:17 y nosotros
nos armaremos, e iremos con diligencia delante de los hijos de Israel, hasta
que los metamos en su lugar; y nuestros niños quedarán en ciudades fortificadas
a causa de los moradores del país.
Num.32:18 No volveremos
a nuestras casas hasta que los hijos de Israel posean cada uno su heredad.
Num.32:19 Porque no
tomaremos heredad con ellos al otro lado del Jordán ni adelante, por cuanto
tendremos ya nuestra heredad a este otro lado del Jordán al oriente.
Num.32:20 Entonces les
respondió Moisés: Si lo hacéis así, si os disponéis para ir delante de Jehová a
la guerra,
Num.32:21 y todos
vosotros pasáis armados el Jordán delante de Jehová, hasta que haya echado a
sus enemigos de delante de sí,
Num.32:22 y sea el país
sojuzgado delante de Jehová; luego volveréis, y seréis libres de culpa para con
Jehová, y para con Israel; y esta tierra será vuestra en heredad delante de
Jehová.
Num.32:23 Mas si así no
lo hacéis, he aquí habréis pecado ante Jehová; y sabed que vuestro pecado os
alcanzará.
Num.32:24 Edificaos
ciudades para vuestros niños, y majadas para vuestras ovejas, y haced lo que ha
declarado vuestra boca.
Num.32:25 Y hablaron
los hijos de Gad y los hijos de Rubén a Moisés, diciendo: Tus siervos harán
como mi señor ha mandado.
Num.32:26 Nuestros
niños, nuestras mujeres, nuestros ganados y todas nuestras bestias, estarán ahí
en las ciudades de Galaad;
Num.32:27 y tus
siervos, armados todos para la guerra, pasarán delante de Jehová a la guerra,
de la manera que mi señor dice.
Num.32:28 Entonces les
encomendó Moisés al sacerdote Eleazar, y a Josué hijo de Nun, y a los príncipes
de los padres de las tribus de los hijos de Israel.
Num.32:29 Y les dijo
Moisés: Si los hijos de Gad y los hijos de Rubén pasan con vosotros el Jordán,
armados todos para la guerra delante de Jehová, luego que el país sea sojuzgado
delante de vosotros, les daréis la tierra de Galaad en posesión;
Num.32:30 mas si no
pasan armados con vosotros, entonces tendrán posesión entre vosotros, en la
tierra de Canaán.
Num.32:31 Y los hijos
de Gad y los hijos de Rubén respondieron diciendo: Haremos lo que Jehová ha
dicho a tus siervos.
Num.32:32 Nosotros
pasaremos armados delante de Jehová a la tierra de Canaán, y la posesión de
nuestra heredad será a este lado del Jordán.
Num.32:33 Así Moisés
dio a los hijos de Gad, a los hijos de Rubén, y a la media tribu de Manasés
hijo de José, el reino de Sehón rey amorreo y el reino de Og rey de Basán, la
tierra con sus ciudades y sus territorios, las ciudades del país alrededor.
Num.32:34 Y los hijos
de Gad edificaron Dibón, Atarot, Aroer,
Num.32:35
Atarot-sofán, Jazer, Jogbeha,
Num.32:36 Bet-nimra y
Bet-arán, ciudades fortificadas; hicieron también majadas para ovejas.
Num.32:37 Y los hijos
de Rubén edificaron Hesbón, Eleale, Quiriataim,
Num.32:38 Nebo,
Baal-meón (mudados los nombres) y Sibma; y pusieron nombres a las ciudades que
edificaron.
Num.32:39 Y los hijos
de Maquir hijo de Manasés fueron a Galaad, y la tomaron, y echaron al amorreo
que estaba en ella.
Num.32:40 Y Moisés dio
Galaad a Maquir hijo de Manasés, el cual habitó en ella.
Num.32:41 También Jair
hijo de Manasés fue y tomó sus aldeas, y les puso por nombre Havot-jair.
Num.32:42 Asimismo Noba
fue y tomó Kenat y sus aldeas, y lo llamó Noba, conforme a su nombre.
Capítulo 33
Jornadas de Israel
desde Egipto hasta el Jordán
Num.33:1 Estas son las
jornadas de los hijos de Israel, que salieron de la tierra de Egipto por sus
ejércitos, bajo el mando de Moisés y Aarón.
Num.33:2 Moisés
escribió sus salidas conforme a sus jornadas por mandato de Jehová. Estas,
pues, son sus jornadas con arreglo a sus salidas.
Num.33:3 De Ramesés
salieron en el mes primero, a los quince días del mes primero; el segundo día
de la pascua salieron los hijos de Israel con mano poderosa, a vista de todos
los egipcios,
Num.33:4 mientras
enterraban los egipcios a los que Jehová había herido de muerte de entre ellos,
a todo primogénito; también había hecho Jehová juicios contra sus dioses.
Num.33:5 Salieron,
pues, los hijos de Israel de Ramesés, y acamparon en Sucot.
Num.33:6 Salieron de
Sucot y acamparon en Etam, que está al confín del desierto.
Num.33:7 Salieron de
Etam y volvieron sobre Pi-hahirot, que está delante de Baal-zefón, y acamparon
delante de Migdol.
Num.33:8 Salieron de
Pi-hahirot y pasaron por en medio del mar al desierto, y anduvieron tres días
de camino por el desierto de Etam, y acamparon en Mara.
Num.33:9 Salieron de
Mara y vinieron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras;
y acamparon allí.
Num.33:10 Salieron de
Elim y acamparon junto al Mar Rojo.
Num.33:11 Salieron del
Mar Rojo y acamparon en el desierto de Sin.
Num.33:12 Salieron del
desierto de Sin y acamparon en Dofca.
Num.33:13 Salieron de
Dofca y acamparon en Alús.
Num.33:14 Salieron de
Alús y acamparon en Refidim, donde el pueblo no tuvo aguas para beber.
Num.33:15 Salieron de
Refidim y acamparon en el desierto de Sinaí.
Num.33:16 Salieron del
desierto de Sinaí y acamparon en Kibrot- hataava.
Num.33:17 Salieron de
Kibrot-hataava y acamparon en Hazerot.
Num.33:18 Salieron de
Hazerot y acamparon en Ritma.
Num.33:19 Salieron de
Ritma y acamparon en Rimón-peres.
Num.33:20 Salieron de
Rimón-peres y acamparon en Libna.
Num.33:21 Salieron de
Libna y acamparon en Rissa.
Num.33:22 Salieron de
Rissa y acamparon en Ceelata.
Num.33:23 Salieron de
Ceelata y acamparon en el monte de Sefer.
Num.33:24 Salieron del
monte de Sefer y acamparon en Harada.
Num.33:25 Salieron de
Harada y acamparon en Macelot.
Num.33:26 Salieron de
Macelot y acamparon en Tahat.
Num.33:27 Salieron de
Tahat y acamparon en Tara.
Num.33:28 Salieron de
Tara y acamparon en Mitca.
Num.33:29 Salieron de
Mitca y acamparon en Hasmona.
Num.33:30 Salieron de
Hasmona y acamparon en Moserot.
Num.33:31 Salieron de
Moserot y acamparon en Bene-jaacán.
Num.33:32 Salieron de
Bene-jaacán y acamparon en el monte de Gidgad.
Num.33:33 Salieron del
monte de Gidgad y acamparon en Jotbata.
Num.33:34 Salieron de
Jotbata y acamparon en Abrona.
Num.33:35 Salieron de
Abrona y acamparon en Ezión-geber.
Num.33:36 Salieron de
Ezión-geber y acamparon en el desierto de Zin, que es Cades.
Num.33:37 Y salieron de
Cades y acamparon en el monte de Hor, en la extremidad del país de Edom.
Num.33:38 Y subió el
sacerdote Aarón al monte de Hor, conforme al dicho de Jehová, y allí murió a los cuarenta años de la salida de los hijos
de Israel de la tierra de Egipto, en el mes quinto, en el primero del mes.
Num.33:39 Era Aarón de
edad de ciento veintitrés años, cuando murió en el monte de Hor.
Num.33:40 Y el cananeo,
rey de Arad, que habitaba en el Neguev en la tierra de Canaán, oyó que habían
venido los hijos de Israel.
Num.33:41 Y salieron
del monte de Hor y acamparon en Zalmona.
Num.33:42 Salieron de
Zalmona y acamparon en Punón.
Num.33:43 Salieron de
Punón y acamparon en Obot.
Num.33:44 Salieron de
Obot y acamparon en Ije-abarim, en la frontera de Moab.
Num.33:45 Salieron de
Ije-abarim y acamparon en Dibón-gad.
Num.33:46 Salieron de
Dibón-gad y acamparon en Almón-diblataim.
Num.33:47 Salieron de
Almón-diblataim y acamparon en los montes de Abarim, delante de Nebo.
Num.33:48 Salieron de
los montes de Abarim y acamparon en los campos de Moab, junto al Jordán, frente
a Jericó.
Num.33:49 Finalmente
acamparon junto al Jordán, desde Bet-jesimot hasta Abel-sitim, en los campos de
Moab.
Límites y repartición
de Canaán
Num.33:50 Y habló
Jehová a Moisés en los campos de Moab junto al Jordán frente a Jericó,
diciendo:
Num.33:51 Habla a los
hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis pasado el Jordán entrando en la tierra
de Canaán,
Num.33:52 echaréis de
delante de vosotros a todos los moradores del país, y destruiréis todos sus
ídolos de piedra, y todas sus imágenes de fundición, y destruiréis todos sus
lugares altos;
Num.33:53 y echaréis a
los moradores de la tierra, y habitaréis en ella; porque yo os la he dado para
que sea vuestra propiedad.
Num.33:54 Y heredaréis
la tierra por sorteo por vuestras familias; a los muchos daréis mucho por
herencia, y a los pocos daréis menos por herencia; donde le cayere la suerte,
allí la tendrá cada uno; por las tribus de vuestros padres heredaréis.
Num.33:55 Y si no
echareis a los moradores del país de delante de vosotros, sucederá que los que
dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos y por espinas en
vuestros costados, y os afligirán sobre la tierra en que vosotros
habitareis.
Num.33:56 Además, haré
a vosotros como yo pensé hacerles a ellos.
Capítulo 34
Num.34:1 Y Jehová habló
a Moisés, diciendo:
Num.34:2 Manda a los
hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra de Canaán, esto es,
la tierra que os ha de caer en herencia, la tierra de Canaán según sus
límites,
Num.34:3 tendréis el
lado del sur desde el desierto de Zin hasta la frontera de Edom; y será el
límite del sur al extremo del Mar Salado hacia el oriente.
Num.34:4 Este límite os
irá rodeando desde el sur hasta la subida de Acrabim, y pasará hasta Zin; y se
extenderá del sur a Cades- barnea; y continuará a Hasar-adar, y pasará hasta
Asmón.
Num.34:5 Rodeará este
límite desde Asmón hasta el torrente de Egipto, y sus remates serán al
occidente.
Num.34:6 Y el límite
occidental será el Mar Grande; este límite será el límite occidental.
Num.34:7 El límite del
norte será este: desde el Mar Grande trazaréis al monte de Hor.
Num.34:8 Del monte de
Hor trazaréis a la entrada de Hamat, y seguirá aquel límite hasta Zedad;
Num.34:9 y seguirá este
límite hasta Zifrón, y terminará en Hazar- enán; este será el límite del norte.
Num.34:10 Por límite al
oriente trazaréis desde Hazar-enán hasta Sefam;
Num.34:11 y bajará este
límite desde Sefam a Ribla, al oriente de Aín; y descenderá el límite, y
llegará a la costa del mar de Cineret, al oriente.
Num.34:12 Después
descenderá este límite al Jordán, y terminará en el Mar Salado: esta será
vuestra tierra por sus límites alrededor.
Num.34:13 Y mandó
Moisés a los hijos de Israel, diciendo: Esta es la tierra que se os repartirá
en heredades por sorteo, que mandó Jehová que diese a las nueve tribus, y a la
media tribu;
Num.34:14 porque la
tribu de los hijos de Rubén según las casas de sus padres, y la tribu de los
hijos de Gad según las casas de sus padres, y la media tribu de Manasés, han
tomado su heredad.
Num.34:15 Dos tribus y
media tomaron su heredad a este lado del Jordán frente a Jericó al oriente, al
nacimiento del sol.
Num.34:16 Y habló
Jehová a Moisés, diciendo:
Num.34:17 Estos son los
nombres de los varones que os repartirán la tierra: El sacerdote Eleazar, y
Josué hijo de Nun.
Num.34:18 Tomaréis
también de cada tribu un príncipe, para dar la posesión de la tierra.
Num.34:19 Y estos son
los nombres de los varones: De la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone.
Num.34:20 De la tribu
de los hijos de Simeón, Semuel hijo de Amiud.
Num.34:21 De la tribu
de Benjamín, Elidad hijo de Quislón.
Num.34:22 De la tribu
de los hijos de Dan, el príncipe Buqui hijo de Jogli.
Num.34:23 De los hijos
de José: de la tribu de los hijos de Manasés, el príncipe Haniel hijo de
Efod,
Num.34:24 y de la tribu
de los hijos de Efraín, el príncipe Kemuel hijo de Siftán.
Num.34:25 De la tribu
de los hijos de Zabulón, el príncipe Elizafán hijo de Parnac.
Num.34:26 De la tribu
de los hijos de Isacar, el príncipe Paltiel hijo de Azán.
Num.34:27 De la tribu
de los hijos de Aser, el príncipe Ahiud hijo de Selomi.
Num.34:28 Y de la tribu
de los hijos de Neftalí, el príncipe Pedael hijo de Amiud.
Num.34:29 A éstos mandó
Jehová que hiciesen la repartición de las heredades a los hijos de Israel en la
tierra de Canaán.
Capítulo 2
Job 2:1 Aconteció que
otro día vinieron los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y
Satanás vino también entre ellos presentándose delante de Jehová.
Job 2:2 Y dijo Jehová a
Satanás: ¿De dónde vienes? Respondió Satanás a Jehová, y dijo: De rodear la
tierra, y de andar por ella.
Job 2:3 Y Jehová dijo a
Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la
tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que
todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo
arruinara sin causa?
Job 2:4 Respondiendo
Satanás, dijo a Jehová: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su
vida.
Job 2:5 Pero extiende
ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en
tu misma presencia.
Job 2:6 Y Jehová dijo a
Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida.
Job 2:7 Entonces salió
Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la
planta del pie hasta la coronilla de la cabeza.
Job 2:8 Y tomaba Job un
tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza.
Job 2:9 Entonces le
dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.
Job 2:10 Y él le dijo:
Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos
de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus
labios.
Job 2:11 Y tres amigos
de Job, Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron
todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque
habían convenido en venir juntos para condolerse de él y para consolarle.
Job 2:12 Los cuales,
alzando los ojos desde lejos, no lo conocieron, y lloraron a gritos; y cada uno
de ellos rasgó su manto, y los tres esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia
el cielo.
Job 2:13 Así se sentaron con él en tierra por
siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que su
dolor era muy grande.
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