Jn.16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
"...he vencido al mundo".-
[Ahora, ¿cuál es este mundo del que habla? Y ¿cómo lo ha vencido? Y ¿qué confianza hay en ese hecho para nosotros?
¿CUÁL ES ESTE MUNDO AL QUE HACE REFERENCIA? Casi no conozco otra palabra que sea usada con tantos sentidos como esta palabra “mundo”. Si buscan en sus Biblias encontrarán que la palabra “mundo” se usa con significados ampliamente diferentes, pues hay un mundo que Cristo hizo, “En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho”, esto es, el mundo físico. Hay un mundo que Dios amó de tal manera que dio a Su Hijo unigénito para que todo aquel que en Él cree, no se pierda. Hay diversas formas de este significado favorable. Luego hay un mundo, el mundo que se describe aquí, el mundo entero que “está bajo el maligno”, un mundo que no conoce a Cristo pero que está perennemente opuesto a Él: un mundo por el cual Él dice que no ora, y un mundo que no quiere que amemos: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo”.
Sin adentrarnos en estos diversos significados y matices de significado que son muy abundantes, digamos simplemente que casi no sabemos cómo definir lo que aquí se quiere describir en un cierto número de palabras, aunque sabemos muy bien cuál es el significado.
La Escritura no nos da definiciones sino que usa el lenguaje en una manera popular puesto que le habla a la gente común. “El mundo” es en gran medida el equivalente a la “simiente de la serpiente”.
El mundo quiere decir aquí la representación visible de ese espíritu del mal que estaba en la serpiente y que obra ahora en los hijos de desobediencia; es la forma humana de la misma fuerza maléfica con la que nuestro Señor contendió cuando venció al demonio; quiere decir el poder del mal en la masa no regenerada de la humanidad, la energía y el poder del pecado que mora en esa porción del mundo que permanece en la muerte y que está bajo el maligno.
El demonio es el dios de este mundo y el príncipe de este mundo, y por tanto, aquel que es amigo de este mundo es enemigo de Dios. El mundo es lo opuesto de la iglesia. Hay una iglesia que Cristo ha redimido y ha elegido del mundo y ha apartado para Sí de entre los hombres y de quienes son renovados por el poder de la gracia divina y dice: “No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo”, y también dice: “Porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece”.
Ahora, la parte de la humanidad que no está incluida dentro de los elegidos, de los redimidos, de los llamados, de los salvados, es llamada "el mundo". De ellos dice nuestro Señor: “Padre justo, el mundo no te ha conocido”; y Juan dice: “El mundo no nos conoce, porque no le conoció a él”. Este es el poder que exhibe una enemistad mortal contra Cristo y contra Sus elegidos; por esto es llamado: “el presente siglo malo”, mientras que del reino de la gracia se dice: “el siglo venidero”.
Este es el mundo del cual se dice: “Todo lo que es nacido de Dios vence al mundo”. Ustedes verán que “el mundo” incluye a los propios impíos así como también a la fuerza del mal en ellos, pero los identifica, no como criaturas y ni siquiera como hombres que han pecado, sino como seres no regenerados, carnales y rebeldes, y por tanto, como personificaciones vivientes de un poder maligno que obra en contra de Dios; y así leemos acerca del “mundo de los impíos”.
Tal vez debería agregar que de la existencia de los inconversos y de la prevalencia del pecado en ellos han surgido ciertas costumbres, modas, máximas, reglas, modos, maneras y fuerzas, y todas esas cosas, pasan a constituir lo que se llama: “el mundo”, y hay ciertos principios, deseos, concupiscencias, gobiernos y poderes que también conforman una parte del mal que es llamado “el mundo”.
Jesús dice: “Mi reino no es de este mundo”. Santiago habla de la necesidad que hay de “guardarse sin mancha del mundo”. Juan dice: “el mundo pasa, y sus deseos”; y Pablo dice: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos”. Además, puedo decir que la presente constitución y el arreglo de todas las cosas en esta condición caída pueden ser incluidos en el término “mundo”, pues todo está sujeto a la vanidad en razón del pecado, y las cosas no son hoy acordes con el plan original del Altísimo, pues fueron diseñadas para el hombre en su inocencia.
He aquí hay tribulaciones y problemas que brotan de nuestra propia existencia en esta vida de la cual se dice: “en el mundo tendréis aflicción”. A muchos hijos de Dios les han sobrevenido hambre, enfermedad, sufrimiento, asperezas y varias formas de mal que no pertenecen al mundo venidero ni al reino que Cristo ha establecido, pero que les sobrevienen porque están en este presente siglo malo que se ha vuelto así porque la raza humana ha caído bajo la maldición y la consecuencia del pecado.
Ahora el mundo consiste en todos esos elementos tomados en su conjunto, esta gran conglomeración de ruina entre los hombres, este mal que mora por aquí y por allá y por todas partes adonde los hombres han sido esparcidos. Eso es lo que llamamos mundo. Cada uno de nosotros sabe lo que es pero nos resulta difícil explicarlo a los demás, y tal vez mientras lo explico estoy más bien confundiendo que orientando.
Ustedes saben precisamente qué es el mundo para algunos de ustedes: no es más que su propia familia pequeña, como forma externa, pero es mucho más en cuanto a influencia. Su mundo real podría estar confinado a su propia casa, pero los mismos principios que entran en el círculo doméstico invaden reinos y estados.
Para otros el mundo tiene una amplia extensión ya que necesariamente se encuentran con hombres impíos en los negocios, y tienen que hacerlo a menos que salgan completamente fuera del mundo, lo cual no es parte del plan de nuestro Señor, pues Él dice: “no ruego que los quites del mundo”. Para algunos que miran a la masa entera de la humanidad y que son llamados a considerar cuidadosamente a todos, porque tienen que ser mensajeros de Dios para ellos, las tendencias y las inclinaciones de la mente humana hacia lo que es malo, y el espíritu de las acciones de los hombres realizadas en contra de Dios en todas las naciones y épocas, todas estas cosas entran a formar parte del “mundo” para ellos.
Pero, sea como sea, es algo de lo que seguramente provendrá en tribulación para nosotros, según nos dice Cristo. Pudiera venir en la forma de una tribulación temporal, de alguna forma u otra; pudiera venir en la forma de una tentación que se posará sobre nosotros proveniente de nuestros semejantes; pudiera venir en la forma de persecución, en mayor o menor medida, según nuestra posición; pero vendrá. “En el mundo tendréis aflicción”.
Somos forasteros en un país enemigo y la gente de la tierra en la que permanecemos no es amiga nuestra y no nos ayudará en nuestro peregrinaje al cielo. Todos los seres humanos creyentes espirituales en el mundo son amigos nuestros, pero por otra parte, al igual que nosotros, están en el mundo pero no son del mundo.
Del reino de este mundo del que Satanás es señor, tenemos que esperar una fiera oposición contra la que tenemos que contender hasta llegar a la victoria si hemos de entrar en el reposo eterno]. (Seleccionado y adaptado del Sermón N° 1327 de C.H.Spurgeon del 03/12/1876 - Traducido por Allan Norman)
Por todo esto, también es importante que "el mundo" (costumbres, modas, actitudes, vanidades, desnudeces y palabrerías) no entren en las congregaciones, porque el Espíritu Santo no convive con el espíritu del mundo, por lo cual nos queda esta promesa de paz que nos da el mismo Señor, "...confiad, yo he vencido al mundo...".-
Padre amado ayúdanos por amor de tu Santo Hijo Jesucristo en el poder del Espíritu Santo, Amen y amen.-
¿CUÁL ES ESTE MUNDO AL QUE HACE REFERENCIA? Casi no conozco otra palabra que sea usada con tantos sentidos como esta palabra “mundo”. Si buscan en sus Biblias encontrarán que la palabra “mundo” se usa con significados ampliamente diferentes, pues hay un mundo que Cristo hizo, “En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho”, esto es, el mundo físico. Hay un mundo que Dios amó de tal manera que dio a Su Hijo unigénito para que todo aquel que en Él cree, no se pierda. Hay diversas formas de este significado favorable. Luego hay un mundo, el mundo que se describe aquí, el mundo entero que “está bajo el maligno”, un mundo que no conoce a Cristo pero que está perennemente opuesto a Él: un mundo por el cual Él dice que no ora, y un mundo que no quiere que amemos: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo”.
Sin adentrarnos en estos diversos significados y matices de significado que son muy abundantes, digamos simplemente que casi no sabemos cómo definir lo que aquí se quiere describir en un cierto número de palabras, aunque sabemos muy bien cuál es el significado.
La Escritura no nos da definiciones sino que usa el lenguaje en una manera popular puesto que le habla a la gente común. “El mundo” es en gran medida el equivalente a la “simiente de la serpiente”.
El mundo quiere decir aquí la representación visible de ese espíritu del mal que estaba en la serpiente y que obra ahora en los hijos de desobediencia; es la forma humana de la misma fuerza maléfica con la que nuestro Señor contendió cuando venció al demonio; quiere decir el poder del mal en la masa no regenerada de la humanidad, la energía y el poder del pecado que mora en esa porción del mundo que permanece en la muerte y que está bajo el maligno.
El demonio es el dios de este mundo y el príncipe de este mundo, y por tanto, aquel que es amigo de este mundo es enemigo de Dios. El mundo es lo opuesto de la iglesia. Hay una iglesia que Cristo ha redimido y ha elegido del mundo y ha apartado para Sí de entre los hombres y de quienes son renovados por el poder de la gracia divina y dice: “No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo”, y también dice: “Porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece”.
Ahora, la parte de la humanidad que no está incluida dentro de los elegidos, de los redimidos, de los llamados, de los salvados, es llamada "el mundo". De ellos dice nuestro Señor: “Padre justo, el mundo no te ha conocido”; y Juan dice: “El mundo no nos conoce, porque no le conoció a él”. Este es el poder que exhibe una enemistad mortal contra Cristo y contra Sus elegidos; por esto es llamado: “el presente siglo malo”, mientras que del reino de la gracia se dice: “el siglo venidero”.
Este es el mundo del cual se dice: “Todo lo que es nacido de Dios vence al mundo”. Ustedes verán que “el mundo” incluye a los propios impíos así como también a la fuerza del mal en ellos, pero los identifica, no como criaturas y ni siquiera como hombres que han pecado, sino como seres no regenerados, carnales y rebeldes, y por tanto, como personificaciones vivientes de un poder maligno que obra en contra de Dios; y así leemos acerca del “mundo de los impíos”.
Tal vez debería agregar que de la existencia de los inconversos y de la prevalencia del pecado en ellos han surgido ciertas costumbres, modas, máximas, reglas, modos, maneras y fuerzas, y todas esas cosas, pasan a constituir lo que se llama: “el mundo”, y hay ciertos principios, deseos, concupiscencias, gobiernos y poderes que también conforman una parte del mal que es llamado “el mundo”.
Jesús dice: “Mi reino no es de este mundo”. Santiago habla de la necesidad que hay de “guardarse sin mancha del mundo”. Juan dice: “el mundo pasa, y sus deseos”; y Pablo dice: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos”. Además, puedo decir que la presente constitución y el arreglo de todas las cosas en esta condición caída pueden ser incluidos en el término “mundo”, pues todo está sujeto a la vanidad en razón del pecado, y las cosas no son hoy acordes con el plan original del Altísimo, pues fueron diseñadas para el hombre en su inocencia.
He aquí hay tribulaciones y problemas que brotan de nuestra propia existencia en esta vida de la cual se dice: “en el mundo tendréis aflicción”. A muchos hijos de Dios les han sobrevenido hambre, enfermedad, sufrimiento, asperezas y varias formas de mal que no pertenecen al mundo venidero ni al reino que Cristo ha establecido, pero que les sobrevienen porque están en este presente siglo malo que se ha vuelto así porque la raza humana ha caído bajo la maldición y la consecuencia del pecado.
Ahora el mundo consiste en todos esos elementos tomados en su conjunto, esta gran conglomeración de ruina entre los hombres, este mal que mora por aquí y por allá y por todas partes adonde los hombres han sido esparcidos. Eso es lo que llamamos mundo. Cada uno de nosotros sabe lo que es pero nos resulta difícil explicarlo a los demás, y tal vez mientras lo explico estoy más bien confundiendo que orientando.
Ustedes saben precisamente qué es el mundo para algunos de ustedes: no es más que su propia familia pequeña, como forma externa, pero es mucho más en cuanto a influencia. Su mundo real podría estar confinado a su propia casa, pero los mismos principios que entran en el círculo doméstico invaden reinos y estados.
Para otros el mundo tiene una amplia extensión ya que necesariamente se encuentran con hombres impíos en los negocios, y tienen que hacerlo a menos que salgan completamente fuera del mundo, lo cual no es parte del plan de nuestro Señor, pues Él dice: “no ruego que los quites del mundo”. Para algunos que miran a la masa entera de la humanidad y que son llamados a considerar cuidadosamente a todos, porque tienen que ser mensajeros de Dios para ellos, las tendencias y las inclinaciones de la mente humana hacia lo que es malo, y el espíritu de las acciones de los hombres realizadas en contra de Dios en todas las naciones y épocas, todas estas cosas entran a formar parte del “mundo” para ellos.
Pero, sea como sea, es algo de lo que seguramente provendrá en tribulación para nosotros, según nos dice Cristo. Pudiera venir en la forma de una tribulación temporal, de alguna forma u otra; pudiera venir en la forma de una tentación que se posará sobre nosotros proveniente de nuestros semejantes; pudiera venir en la forma de persecución, en mayor o menor medida, según nuestra posición; pero vendrá. “En el mundo tendréis aflicción”.
Somos forasteros en un país enemigo y la gente de la tierra en la que permanecemos no es amiga nuestra y no nos ayudará en nuestro peregrinaje al cielo. Todos los seres humanos creyentes espirituales en el mundo son amigos nuestros, pero por otra parte, al igual que nosotros, están en el mundo pero no son del mundo.
Del reino de este mundo del que Satanás es señor, tenemos que esperar una fiera oposición contra la que tenemos que contender hasta llegar a la victoria si hemos de entrar en el reposo eterno]. (Seleccionado y adaptado del Sermón N° 1327 de C.H.Spurgeon del 03/12/1876 - Traducido por Allan Norman)
Por todo esto, también es importante que "el mundo" (costumbres, modas, actitudes, vanidades, desnudeces y palabrerías) no entren en las congregaciones, porque el Espíritu Santo no convive con el espíritu del mundo, por lo cual nos queda esta promesa de paz que nos da el mismo Señor, "...confiad, yo he vencido al mundo...".-
Padre amado ayúdanos por amor de tu Santo Hijo Jesucristo en el poder del Espíritu Santo, Amen y amen.-
PLAN DE LECTURA BÍBLICA ANUAL
Capítulo 3
Censo y deberes de los levitas
Num.3:1 Estos son los descendientes de Aarón y de Moisés, en el día en que Jehová habló a Moisés en el monte de Sinaí.
Num.3:2 Y estos son los nombres de los hijos de Aarón: Nadab el primogénito, Abiú, Eleazar e Itamar.
Num.3:3 Estos son los nombres de los hijos de Aarón, sacerdotes ungidos, a los cuales consagró para ejercer el sacerdocio.
Num.3:4 Pero Nadab y Abiú murieron delante de Jehová cuando ofrecieron fuego extraño delante de Jehová en el desierto de Sinaí; y no tuvieron hijos; y Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio delante de Aarón su padre.
Num.3:5 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:
Num.3:6 Haz que se acerque la tribu de Leví, y hazla estar delante del sacerdote Aarón, para que le sirvan,
Num.3:7 y desempeñen el encargo de él, y el encargo de toda la congregación delante del tabernáculo de reunión para servir en el ministerio del tabernáculo;
Num.3:8 y guarden todos los utensilios del tabernáculo de reunión, y todo lo encargado a ellos por los hijos de Israel, y ministren en el servicio del tabernáculo.
Num.3:9 Y darás los levitas a Aarón y a sus hijos; le son enteramente dados de entre los hijos de Israel.
Num.3:10 Y constituirás a Aarón y a sus hijos para que ejerzan su sacerdocio; y el extraño que se acercare, morirá.
Num.3:11 Habló además Jehová a Moisés, diciendo:
Num.3:12 He aquí, yo he tomado a los levitas de entre los hijos de Israel en lugar de todos los primogénitos, los primeros nacidos entre los hijos de Israel; serán, pues, míos los levitas.
Num.3:13 Porque mío es todo primogénito; desde el día en que yo hice morir a todos los primogénitos en la tierra de Egipto, santifiqué para mí a todos los primogénitos en Israel, así de hombres como de animales; míos serán. Yo Jehová.
Num.3:14 Y Jehová habló a Moisés en el desierto de Sinaí, diciendo:
Num.3:15 Cuenta los hijos de Leví según las casas de sus padres, por sus familias; contarás todos los varones de un mes arriba.
Num.3:16 Y Moisés los contó conforme a la palabra de Jehová, como le fue mandado.
Num.3:17 Los hijos de Leví fueron estos por sus nombres: Gersón, Coat y Merari.
Num.3:18 Y los nombres de los hijos de Gersón por sus familias son estos: Libni y Simei.
Num.3:19 Los hijos de Coat por sus familias son: Amram, Izhar, Hebrón y Uziel.
Num.3:20 Y los hijos de Merari por sus familias: Mahli y Musi. Estas son las familias de Leví, según las casas de sus padres.
Num.3:21 De Gersón era la familia de Libni y la de Simei; estas son las familias de Gersón.
Num.3:22 Los contados de ellos conforme a la cuenta de todos los varones de un mes arriba, los contados de ellos fueron siete mil quinientos.
Num.3:23 Las familias de Gersón acamparán a espaldas del tabernáculo, al occidente;
Num.3:24 y el jefe del linaje de los gersonitas, Eliasaf hijo de Lael.
Num.3:25 A cargo de los hijos de Gersón, en el tabernáculo de reunión, estarán el tabernáculo, la tienda y su cubierta, la cortina de la puerta del tabernáculo de reunión,
Num.3:26 las cortinas del atrio, y la cortina de la puerta del atrio, que está junto al tabernáculo y junto al altar alrededor; asimismo sus cuerdas para todo su servicio.
Num.3:27 De Coat eran la familia de los amramitas, la familia de los izharitas, la familia de los hebronitas y la familia de los uzielitas; estas son las familias coatitas.
Num.3:28 El número de todos los varones de un mes arriba era ocho mil seiscientos, que tenían la guarda del santuario.
Num.3:29 Las familias de los hijos de Coat acamparán al lado del tabernáculo, al sur;
Num.3:30 y el jefe del linaje de las familias de Coat, Elizafán hijo de Uziel.
Num.3:31 A cargo de ellos estarán el arca, la mesa, el candelero, los altares, los utensilios del santuario con que ministran, y el velo con todo su servicio.
Num.3:32 Y el principal de los jefes de los levitas será Eleazar hijo del sacerdote Aarón, jefe de los que tienen la guarda del santuario.
Num.3:33 De Merari era la familia de los mahlitas y la familia de los musitas; estas son las familias de Merari.
Num.3:34 Los contados de ellos conforme al número de todos los varones de un mes arriba fueron seis mil doscientos.
Num.3:35 Y el jefe de la casa del linaje de Merari, Zuriel hijo de Abihail; acamparán al lado del tabernáculo, al norte.
Num.3:36 A cargo de los hijos de Merari estará la custodia de las tablas del tabernáculo, sus barras, sus columnas, sus basas y todos sus enseres, con todo su servicio;
Num.3:37 y las columnas alrededor del atrio, sus basas, sus estacas y sus cuerdas.
Num.3:38 Los que acamparán delante del tabernáculo al oriente, delante del tabernáculo de reunión al este, serán Moisés y Aarón y sus hijos, teniendo la guarda del santuario en lugar de los hijos de Israel; y el extraño que se acercare, morirá.
Num.3:39 Todos los contados de los levitas, que Moisés y Aarón conforme a la palabra de Jehová contaron por sus familias, todos los varones de un mes arriba, fueron veintidós mil.
Rescate de los primogénitos
Num.3:40 Y Jehová dijo a Moisés: Cuenta todos los primogénitos varones de los hijos de Israel de un mes arriba, y cuéntalos por sus nombres.
Num.3:41 Y tomarás a los levitas para mí en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel, y los animales de los levitas en lugar de todos los primogénitos de los animales de los hijos de Israel. Yo Jehová.
Num.3:42 Contó Moisés, como Jehová le mandó, todos los primogénitos de los hijos de Israel.
Num.3:43 Y todos los primogénitos varones, conforme al número de sus nombres, de un mes arriba, fueron veintidós mil doscientos setenta y tres.
Num.3:44 Luego habló Jehová a Moisés, diciendo:
Num.3:45 Toma los levitas en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel, y los animales de los levitas en lugar de sus animales; y los levitas serán míos. Yo Jehová.
Num.3:46 Y para el rescate de los doscientos setenta y tres de los primogénitos de los hijos de Israel, que exceden a los levitas,
Num.3:47 tomarás cinco siclos por cabeza; conforme al siclo del santuario los tomarás. El siclo tiene veinte geras.
Num.3:48 Y darás a Aarón y a sus hijos el dinero del rescate de los que exceden.
Num.3:49 Tomó, pues, Moisés el dinero del rescate de los que excedían el número de los redimidos por los levitas,
Num.3:50 y recibió de los primogénitos de los hijos de Israel, en dinero, mil trescientos sesenta y cinco siclos, conforme al siclo del santuario.
Num.3:51 Y Moisés dio el dinero de los rescates a Aarón y a sus hijos, conforme a la palabra de Jehová, según lo que Jehová había mandado a Moisés.
Capítulo 4
Tareas de los levitas
Num.4:1 Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo:
Num.4:2 Toma la cuenta de los hijos de Coat de entre los hijos de Leví, por sus familias, según las casas de sus padres,
Num.4:3 de edad de treinta años arriba hasta cincuenta años, todos los que entran en compañía para servir en el tabernáculo de reunión.
Num.4:4 El oficio de los hijos de Coat en el tabernáculo de reunión, en el lugar santísimo, será este:
Num.4:5 Cuando haya de mudarse el campamento, vendrán Aarón y sus hijos y desarmarán el velo de la tienda, y cubrirán con él el arca del testimonio;
Num.4:6 y pondrán sobre ella la cubierta de pieles de tejones, y extenderán encima un paño todo de azul, y le pondrán sus varas.
Num.4:7 Sobre la mesa de la proposición extenderán un paño azul, y pondrán sobre ella las escudillas, las cucharas, las copas y los tazones para libar; y el pan continuo estará sobre ella.
Num.4:8 Y extenderán sobre ella un paño carmesí, y lo cubrirán con la cubierta de pieles de tejones; y le pondrán sus varas.
Num.4:9 Tomarán un paño azul y cubrirán el candelero del alumbrado, sus lamparillas, sus despabiladeras, sus platillos, y todos sus utensilios del aceite con que se sirve;
Num.4:10 y lo pondrán con todos sus utensilios en una cubierta de pieles de tejones, y lo colocarán sobre unas parihuelas.
Num.4:11 Sobre el altar de oro extenderán un paño azul, y lo cubrirán con la cubierta de pieles de tejones, y le pondrán sus varas.
Num.4:12 Y tomarán todos los utensilios del servicio de que hacen uso en el santuario, y los pondrán en un paño azul, y los cubrirán con una cubierta de pieles de tejones, y los colocarán sobre unas parihuelas.
Num.4:13 Quitarán la ceniza del altar, y extenderán sobre él un paño de púrpura;
Num.4:14 y pondrán sobre él todos sus instrumentos de que se sirve: las paletas, los garfios, los braseros y los tazones, todos los utensilios del altar; y extenderán sobre él la cubierta de pieles de tejones, y le pondrán además las varas;
Num.4:15 Y cuando acaben Aarón y sus hijos de cubrir el santuario y todos los utensilios del santuario, cuando haya de mudarse el campamento, vendrán después de ello los hijos de Coat para llevarlos; pero no tocarán cosa santa, no sea que mueran. Estas serán las cargas de los hijos de Coat en el tabernáculo de reunión.
Num.4:16 Pero a cargo de Eleazar hijo del sacerdote Aarón estará el aceite del alumbrado, el incienso aromático, la ofrenda continua y el aceite de la unción; el cargo de todo el tabernáculo y de todo lo que está en él, del santuario y de sus utensilios.
Num.4:17 Habló también Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo:
Num.4:18 No haréis que perezca la tribu de las familias de Coat de entre los levitas.
Num.4:19 Para que cuando se acerquen al lugar santísimo vivan, y no mueran, haréis con ellos esto: Aarón y sus hijos vendrán y los pondrán a cada uno en su oficio y en su cargo.
Num.4:20 No entrarán para ver cuando cubran las cosas santas, porque morirán.
Num.4:21 Además habló Jehová a Moisés, diciendo:
Num.4:22 Toma también el número de los hijos de Gersón según las casas de sus padres, por sus familias.
Num.4:23 De edad de treinta años arriba hasta cincuenta años los contarás; todos los que entran en compañía para servir en el tabernáculo de reunión.
Num.4:24 Este será el oficio de las familias de Gersón, para ministrar y para llevar:
Num.4:25 Llevarán las cortinas del tabernáculo, el tabernáculo de reunión, su cubierta, la cubierta de pieles de tejones que está encima de él, la cortina de la puerta del tabernáculo de reunión,
Num.4:26 las cortinas del atrio, la cortina de la puerta del atrio, que está cerca del tabernáculo y cerca del altar alrededor, sus cuerdas, y todos los instrumentos de su servicio y todo lo que será hecho para ellos; así servirán.
Num.4:27 Según la orden de Aarón y de sus hijos será todo el ministerio de los hijos de Gersón en todos sus cargos, y en todo su servicio; y les encomendaréis en guarda todos sus cargos.
Num.4:28 Este es el servicio de las familias de los hijos de Gersón en el tabernáculo de reunión; y el cargo de ellos estará bajo la dirección de Itamar hijo del sacerdote Aarón.
Num.4:29 Contarás los hijos de Merari por sus familias, según las casas de sus padres.
Num.4:30 Desde el de edad de treinta años arriba hasta el de cincuenta años los contarás; todos los que entran en compañía para servir en el tabernáculo de reunión.
Num.4:31 Este será el deber de su cargo para todo su servicio en el tabernáculo de reunión: las tablas del tabernáculo, sus barras, sus columnas y sus basas,
Num.4:32 las columnas del atrio alrededor y sus basas, sus estacas y sus cuerdas, con todos sus instrumentos y todo su servicio; y consignarás por sus nombres todos los utensilios que ellos tienen que transportar.
Num.4:33 Este será el servicio de las familias de los hijos de Merari para todo su ministerio en el tabernáculo de reunión, bajo la dirección de Itamar hijo del sacerdote Aarón.
Num.4:34 Moisés, pues, y Aarón, y los jefes de la congregación, contaron a los hijos de Coat por sus familias y según las casas de sus padres,
Num.4:35 desde el de edad de treinta años arriba hasta el de edad de cincuenta años; todos los que entran en compañía para ministrar en el tabernáculo de reunión.
Num.4:36 Y fueron los contados de ellos por sus familias, dos mil setecientos cincuenta.
Num.4:37 Estos fueron los contados de las familias de Coat, todos los que ministran en el tabernáculo de reunión, los cuales contaron Moisés y Aarón, como lo mandó Jehová por medio de Moisés.
Num.4:38 Y los contados de los hijos de Gersón por sus familias, según las casas de sus padres,
Num.4:39 desde el de edad de treinta años arriba hasta el de edad de cincuenta años, todos los que entran en compañía para ministrar en el tabernáculo de reunión;
Num.4:40 los contados de ellos por sus familias, según las casas de sus padres, fueron dos mil seiscientos treinta.
Num.4:41 Estos son los contados de las familias de los hijos de Gersón, todos los que ministran en el tabernáculo de reunión, los cuales contaron Moisés y Aarón por mandato de Jehová.
Num.4:42 Y los contados de las familias de los hijos de Merari, por sus familias, según las casas de sus padres,
Num.4:43 desde el de edad de treinta años arriba hasta el de edad de cincuenta años, todos los que entran en compañía para ministrar en el tabernáculo de reunión;
Num.4:44 los contados de ellos, por sus familias, fueron tres mil doscientos.
Num.4:45 Estos fueron los contados de las familias de los hijos de Merari, los cuales contaron Moisés y Aarón, según lo mandó Jehová por medio de Moisés.
Num.4:46 Todos los contados de los levitas que Moisés y Aarón y los jefes de Israel contaron por sus familias, y según las casas de sus padres,
Num.4:47 desde el de edad de treinta años arriba hasta el de edad de cincuenta años, todos los que entraban para ministrar en el servicio y tener cargo de obra en el tabernáculo de reunión,
Num.4:48 los contados de ellos fueron ocho mil quinientos ochenta.
Num.4:49 Como lo mandó Jehová por medio de Moisés fueron contados, cada uno según su oficio y según su cargo; los cuales contó él, como le fue mandado.
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