2° Cor.5:18 Y todo esto
proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el
ministerio de la reconciliación;
A la Iglesia se le
encargó el Ministerio de la Reconciliación de la humanidad con Dios por medio
de los padecimientos en la cruz del Señor Jesucristo.-
Esta reconciliación es un
cambio de estado de la persona que nace enemiga de Dios por naturaleza para ser
parte de la familia de Dios por medio de la adopción en Cristo.
Cuando la congregación
deja de tener como prioridad la obra misionera, de buscar las almas, de traer
los perdidos, (sean estos familia, vecinos cercanos, compañeros de labores y cuando
deja de sentir dolor por los perdidos) es porque olvidó la gran comisión que no
les fue dada a los ángeles, sino a los hijos de Dios, es cuando también todos los demás
ministerios se tornan insostenibles…
Hoy estamos viviendo un presente muy relevante por causa del Covid-19, y entresacando la palabra del texto podemos ver que dice “Y todo esto proviene de Dios…”, pero antes de toda circunstancia externa que nos toque vivir sea feliz o no tanto, tenemos esta gracia que dice que: Dios mismo nos reconcilió con El mismo por medio de Jesús… Pero también el mismo Padre nos concedió el ministerio de la reconciliación de la humanidad hacia el Dios...
Dice también como: "Y
mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en
ella las enemistades" (Efesios
2:16)
Es por la Palabra de Dios
que hoy conocemos la esperanza que nos conduce a la salvación. Sabemos que por
causa del pecado estábamos muertos, más el plan perfecto de Dios se reveló en
Jesucristo, que mediante su muerte en la cruz fuimos reconciliados con Dios.
Las enemistades que menciona el apóstol Pablo no son como las enemistades entre dos amigos que se pelean. Dios siempre es fiel, esta es una de las cualidades que el hombre carnal no puede entender, ni ninguna persona puede medir, simplemente: "Dios es fiel". Por lo tanto, la enemistad no fue de Dios con el hombre, sino del hombre con su Creador, el Dios todopoderoso. Entonces, si la enemistad fue de nosotros con Dios, la reconciliación también; más no es por nosotros mismos sino por medio de los padecimientos de Jesús en la cruz.
Capítulo 13
Jesús predice la destrucción del templo (Mt. 24. 1-2; Lc. 21. 5-6)
Mar.13:1 Saliendo Jesús del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios.
Mar.13:2 Jesús, respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada.
Señales antes del fin (Mt. 24. 3-28; Lc. 21. 7-24; 17. 22-24)
Mar.13:3 Y se sentó en el monte de los Olivos, frente al templo. Y Pedro, Jacobo, Juan y Andrés le preguntaron aparte:
Mar.13:4 Dinos, ¿cuándo serán estas cosas? ¿Y qué señal habrá cuando todas estas cosas hayan de cumplirse?
Mar.13:5 Jesús, respondiéndoles, comenzó a decir: Mirad que nadie os engañe;
Mar.13:6 porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y engañarán a muchos.
Mar.13:7 Mas cuando oigáis de guerras y de rumores de guerras, no os turbéis, porque es necesario que suceda así; pero aún no es el fin.
Mar.13:8 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá terremotos en muchos lugares, y habrá hambres y alborotos; principios de dolores son estos.
Mar.13:9 Pero mirad por vosotros mismos; porque os entregarán a los concilios, y en las sinagogas os azotarán; y delante de gobernadores y de reyes os llevarán por causa de mí, para testimonio a ellos.
Mar.13:10 Y es necesario que el evangelio sea predicado antes a todas las naciones.
Mar.13:11 Pero cuando os trajeren para entregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.
Mar.13:12 Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y se levantarán los hijos contra los padres, y los matarán.
Mar.13:13 Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
Mar.13:14 Pero cuando veáis la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel, puesta donde no debe estar (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes.
Mar.13:15 El que esté en la azotea, no descienda a la casa, ni entre para tomar algo de su casa;
Mar.13:16 y el que esté en el campo, no vuelva atrás a tomar su capa.
Mar.13:17 Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días!
Mar.13:18 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno;
Mar.13:19 porque aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá.
Mar.13:20 Y si el Señor no hubiese acortado aquellos días, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos que él escogió, acortó aquellos días.
Mar.13:21 Entonces si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo; o, mirad, allí está, no le creáis.
Mar.13:22 Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos.
Mar.13:23 Mas vosotros mirad; os lo he dicho todo antes.
La venida del Hijo del Hombre (Mt. 24. 29-35, 42-44; Lc. 21. 25-36)
Mar.13:24 Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor,
Mar.13:25 y las estrellas caerán del cielo, y las potencias que están en los cielos serán conmovidas.
Mar.13:26 Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria.
Mar.13:27 Y entonces enviará sus ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.
Mar.13:28 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.
Mar.13:29 Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.
Mar.13:30 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.
Mar.13:31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Mar.13:32 Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.
Mar.13:33 Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo.
Mar.13:34 Es como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase.
Mar.13:35 Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana;
Mar.13:36 para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo.
Mar.13:37 Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad.
Capítulo 14
El complot para prender a Jesús (Mt. 26. 1-5; Lc. 22. 1-2; Jn. 11. 45-53)
Mar.14:1 Dos días después era la pascua, y la fiesta de los panes sin levadura; y buscaban los principales sacerdotes y los escribas cómo prenderle por engaño y matarle.
Mar.14:2 Y decían: No durante la fiesta para que no se haga alboroto del pueblo.
Jesús es ungido en Betania (Mt. 26. 6-13; Jn. 12. 1-8)
Mar.14:3 Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.
Mar.14:4 Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume?
Mar.14:5 Porque podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella.
Mar.14:6 Pero Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho.
Mar.14:7 Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis.
Mar.14:8 Esta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura.
Mar.14:9 De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.
Judas ofrece entregar a Jesús (Mt. 26. 14-16; Lc. 22. 3-6)
Mar.14:10 Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los principales sacerdotes para entregárselo.
Mar.14:11 Ellos, al oírlo, se alegraron, y prometieron darle dinero. Y Judas buscaba oportunidad para entregarle.
Institución de la Cena del Señor (Mt. 26. 17-29; Lc. 22. 7-23; Jn. 13. 21-30; 1 Co. 11. 23-26)
Mar.14:12 El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando sacrificaban el cordero de la pascua, sus discípulos le dijeron: ¿Dónde quieres que vayamos a preparar para que comas la pascua?
Mar.14:13 Y envió dos de sus díscipulos, y les dijo:Id a la ciudad, y os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle,
Mar.14:14 y donde entrare, decid al señor de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos?
Mar.14:15 Y él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad para nosotros allí.
Mar.14:16 Fueron sus discípulos y entraron en la ciudad, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua.
Mar.14:17 Y cuando llegó la noche, vino él con los doce.
Mar.14:18 Y cuando se sentaron a la mesa, mientras comían, dijo Jesús: De cierto os digo que uno de vosotros, que come conmigo, me va a entregar.
Mar.14:19 Entonces ellos comenzaron a entristecerse, y a decirle uno por uno: ¿Seré yo? Y el otro: ¿Seré yo?
Mar.14:20 El, respondiendo, les dijo: Es uno de los doce, el que moja conmigo en el plato.
Mar.14:21 A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido.
Mar.14:22 Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo, y lo partió y les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo.
Mar.14:23 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio; y bebieron de ella todos.
Mar.14:24 Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada.
Mar.14:25 De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios.
Jesús anuncia la negación de Pedro (Mt. 26. 30-35; Lc. 22. 31-34; Jn. 13. 36-38)
Mar.14:26 Cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos.
Mar.14:27 Entonces Jesús les dijo: Todos os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas serán dispersadas.
Mar.14:28 Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.
Mar.14:29 Entonces Pedro le dijo: Aunque todos se escandalicen, yo no.
Mar.14:30 Y le dijo Jesús: De cierto te digo que tú, hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces.
Mar.14:31 Mas él con mayor insistencia decía: Si me fuere necesario morir contigo, no te negaré. También todos decían lo mismo.
Jesús ora en Getsemaní (Mt. 26. 36-46; Lc. 22. 39-46)
Mar.14:32 Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro.
Mar.14:33 Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse.
Mar.14:34 Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad.
Mar.14:35 Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora.
Mar.14:36 Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú.
Mar.14:37 Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora?
Mar.14:38 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
Mar.14:39 Otra vez fue y oró, diciendo las mismas palabras.
Mar.14:40 Al volver, otra vez los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño; y no sabían qué responderle.
Mar.14:41 Vino la tercera vez, y les dijo: Dormid ya, y descansad. Basta, la hora ha venido; he aquí, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores.
Mar.14:42 Levantaos, vamos; he aquí, se acerca el que me entrega.
Arresto de Jesús (Mt. 26. 47-56; Lc. 22. 47-53; Jn. 18. 2-11)
Mar.14:43 Luego, hablando él aún, vino Judas, que era uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los escribas y de los ancianos.
Mar.14:44 Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle, y llevadle con seguridad.
Mar.14:45 Y cuando vino, se acercó luego a él, y le dijo: Maestro, Maestro. Y le besó.
Mar.14:46 Entonces ellos le echaron mano, y le prendieron.
Mar.14:47 Pero uno de los que estaban allí, sacando la espada, hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole la oreja.
Mar.14:48 Y respondiendo Jesús, les dijo: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme?
Mar.14:49 Cada día estaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis; pero es así, para que se cumplan las Escrituras.
Mar.14:50 Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.
El joven que huyó
Mar.14:51 Pero cierto joven le seguía, cubierto el cuerpo con una sábana; y le prendieron;
Mar.14:52 mas él, dejando la sábana, huyó desnudo.
Jesús ante el concilio (Mt. 26. 57-68; Lc. 22. 54-55, 63-71; Jn. 18. 12-14, 19-24)
Mar.14:53 Trajeron, pues, a Jesús al sumo sacerdote; y se reunieron todos los principales sacerdotes y los ancianos y los escribas.
Mar.14:54 Y Pedro le siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote; y estaba sentado con los alguaciles, calentándose al fuego.
Mar.14:55 Y los principales sacerdotes y todo el concilio buscaban testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte; pero no lo hallaban.
Mar.14:56 Porque muchos decían falso testimonio contra él, mas sus testimonios no concordaban.
Mar.14:57 Entonces levantándose unos, dieron falso testimonio contra él, diciendo:
Mar.14:58 Nosotros le hemos oído decir: Yo derribaré este templo hecho a mano, y en tres días edificaré otro hecho sin mano.
Mar.14:59 Pero ni aun así concordaban en el testimonio.
Mar.14:60 Entonces el sumo sacerdote, levantándose en medio, preguntó a Jesús, diciendo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti?
Mar.14:61 Mas él callaba, y nada respondía. El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?
Mar.14:62 Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.
Mar.14:63 Entonces el sumo sacerdote, rasgando su vestidura, dijo: ¿Qué más necesidad tenemos de testigos?
Mar.14:64 Habéis oído la blasfemia; ¿qué os parece? Y todos ellos le condenaron, declarándole ser digno de muerte.
Mar.14:65 Y algunos comenzaron a escupirle, y a cubrirle el rostro y a darle de puñetazos, y a decirle: Profetiza. Y los alguaciles le daban de bofetadas.
Pedro niega a Jesús (Mt. 26. 69-75; Lc. 22. 55-62; Jn. 18. 15-18, 25-27)
Mar.14:66 Estando Pedro abajo, en el patio, vino una de las criadas del sumo sacerdote;
Mar.14:67 y cuando vio a Pedro que se calentaba, mirándole, dijo: Tú también estabas con Jesús el nazareno.
Mar.14:68 Mas él negó, diciendo: No le conozco, ni sé lo que dices. Y salió a la entrada; y cantó el gallo.
Mar.14:69 Y la criada, viéndole otra vez, comenzó a decir a los que estaban allí: Este es de ellos.
Mar.14:70 Pero él negó otra vez. Y poco después, los que estaban allí dijeron otra vez a Pedro: Verdaderamente tú eres de ellos; porque eres galileo, y tu manera de hablar es semejante a la de ellos.
Mar.14:71 Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco a este hombre de quien habláis.
Mar.14:72 Y el gallo cantó la segunda vez. Entonces Pedro se acordó de las palabras que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces. Y pensando en esto, lloraba.
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