Prov.19:11 La cordura del hombre detiene su furor,
Y su honra es pasar por alto la ofensa.
PLAN DE LECTURA BÍBLICA ANUAL
CANTAR De Los CANTARES
DE SALOMÓN
Capítulo 1
La esposa y las hijas de Jerusalén
Cant.1:1 Cantar de los cantares, el cual es de Salomón.
Cant.1:2 ¡Oh, si él me besara con besos de su boca!
Porque mejores son tus amores que el vino.
Cant.1:3 A más del olor de tus suaves ungüentos,
Tu nombre es como ungüento derramado;
Por eso las doncellas te aman.
Cant.1:4 Atráeme; en pos de ti correremos.
El rey me ha metido en sus cámaras;
Nos gozaremos y alegraremos en ti;
Nos acordaremos de tus amores más que del vino;
Con razón te aman.
Cant.1:5 Morena soy, oh hijas de Jerusalén, pero codiciable
Como las tiendas de Cedar,
Como las cortinas de Salomón.
Cant.1:6 No reparéis en que soy morena,
Porque el sol me miró.
Los hijos de mi madre se airaron contra mí;
Me pusieron a guardar las viñas;
Y mi viña, que era mía, no guardé.
Cant.1:7 Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma,
Dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía;
Pues ¿por qué había de estar yo como errante
Junto a los rebaños de tus compañeros?
Cant.1:8 Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres,
Ve, sigue las huellas del rebaño,
Y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores.
La esposa y el esposo
Cant.1:9 A yegua de los carros de Faraón
Te he comparado, amiga mía.
Cant.1:10 Hermosas son tus mejillas entre los pendientes,
Tu cuello entre los collares.
Cant.1:11 Zarcillos de oro te haremos,
Tachonados de plata.
Cant.1:12 Mientras el rey estaba en su reclinatorio,
Mi nardo dio su olor.
Cant.1:13 Mi amado es para mí un manojito de mirra,
Que reposa entre mis pechos.
Cant.1:14 Racimo de flores de alheña en las viñas de En-gadi
Es para mí mi amado.
Cant.1:15 He aquí que tú eres hermosa, amiga mía;
He aquí eres bella; tus ojos son como palomas.
Cant.1:16 He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce;
Nuestro lecho es de flores.
Cant.1:17 Las vigas de nuestra casa son de cedro,
Y de ciprés los artesonados.
Capítulo 2
Cant.2:1 Yo soy la rosa de Sarón,
Y el lirio de los valles.
Cant.2:2 Como el lirio entre los espinos,
Así es mi amiga entre las doncellas.
Cant.2:3 Como el manzano entre los árboles silvestres,
Así es mi amado entre los jóvenes;
Bajo la sombra del deseado me senté,
Y su fruto fue dulce a mi paladar.
Cant.2:4 Me llevó a la casa del banquete,
Y su bandera sobre mí fue amor.
Cant.2:5 Sustentadme con pasas, confortadme con manzanas;
Porque estoy enferma de amor.
Cant.2:6 Su izquierda esté debajo de mi cabeza,
Y su derecha me abrace.
Cant.2:7 Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén,
Por los corzos y por las ciervas del campo,
Que no despertéis ni hagáis velar al amor,
Hasta que quiera.
Cant.2:8 ¡La voz de mi amado! He aquí él viene
Saltando sobre los montes,
Brincando sobre los collados.
Cant.2:9 Mi amado es semejante al corzo,
O al cervatillo.
Helo aquí, está tras nuestra pared,
Mirando por las ventanas,
Atisbando por las celosías.
Cant.2:10 Mi amado habló, y me dijo:
Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven.
Cant.2:11 Porque he aquí ha pasado el invierno,
Se ha mudado, la lluvia se fue;
Cant.2:12 Se han mostrado las flores en la tierra,
El tiempo de la canción ha venido,
Y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola.
Cant.2:13 La higuera ha echado sus higos,
Y las vides en cierne dieron olor;
Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven.
Cant.2:14 Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña,
en lo escondido de escarpados parajes,
Muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz;
Porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto.
Cant.2:15 Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas;
Porque nuestras viñas están en cierne.
Cant.2:16 Mi amado es mío, y yo suya;
El apacienta entre lirios.
Cant.2:17 Hasta que apunte el día, y huyan las sombras,
Vuélvete, amado mío; sé semejante al corzo, o como el cervatillo
Sobre los montes de Beter.
Capítulo 3
El ensueño de la esposa
Cant.3:1 Por las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma;
Lo busqué, y no lo hallé.
Cant.3:2 Y dije: Me levantaré ahora, y rodearé por la ciudad;
Por las calles y por las plazas
Buscaré al que ama mi alma;
Lo busqué, y no lo hallé.
Cant.3:3 Me hallaron los guardas que rondan la ciudad,
Y les dije: ¿Habéis visto al que ama mi alma?
Cant.3:4 Apenas hube pasado de ellos un poco,
Hallé luego al que ama mi alma;
Lo así, y no lo dejé,
Hasta que lo metí en casa de mi madre,
Y en la cámara de la que me dio a luz.
Cant.3:5 Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén,
Por los corzos y por las ciervas del campo,
Que no despertéis ni hagáis velar al amor,
Hasta que quiera.
El cortejo de bodas
Cant.3:6 ¿Quién es ésta que sube del desierto como columna de humo,
Sahumada de mirra y de incienso
Y de todo polvo aromático?
Cant.3:7 He aquí es la litera de Salomón;
Sesenta valientes la rodean,
De los fuertes de Israel.
Cant.3:8 Todos ellos tienen espadas, diestros en la guerra;
Cada uno su espada sobre su muslo,
Por los temores de la noche.
Cant.3:9 El rey Salomón se hizo una carroza
De madera del Líbano.
Cant.3:10 Hizo sus columnas de plata,
Su respaldo de oro,
Su asiento de grana,
Su interior recamado de amor
Por las doncellas de Jerusalén.
Cant.3:11 Salid, oh doncellas de Sion, y ved al rey Salomón
Con la corona con que le coronó su madre en el día de su desposorio,
Y el día del gozo de su corazón.
Capítulo 4
El esposo alaba a la esposa
Cant.4:1 He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí que tú eres hermosa;
Tus ojos entre tus guedejas como de paloma;
Tus cabellos como manada de cabras
Que se recuestan en las laderas de Galaad.
Cant.4:2 Tus dientes como manadas de ovejas trasquiladas,
Que suben del lavadero,
Todas con crías gemelas,
Y ninguna entre ellas estéril.
Cant.4:3 Tus labios como hilo de grana,
Y tu habla hermosa;
Tus mejillas, como cachos de granada detrás de tu velo.
Cant.4:4 Tu cuello, como la torre de David, edificada para armería;
Mil escudos están colgados en ella,
Todos escudos de valientes.
Cant.4:5 Tus dos pechos, como gemelos de gacela,
Que se apacientan entre lirios.
Cant.4:6 Hasta que apunte el día y huyan las sombras,
Me iré al monte de la mirra,
Y al collado del incienso.
Cant.4:7 Toda tú eres hermosa, amiga mía,
Y en ti no hay mancha.
Cant.4:8 Ven conmigo desde el Líbano, oh esposa mía;
Ven conmigo desde el Líbano.
Mira desde la cumbre de Amana,
Desde la cumbre de Senir y de Hermón,
Desde las guaridas de los leones,
Desde los montes de los leopardos.
Cant.4:9 Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía;
Has apresado mi corazón con uno de tus ojos,
Con una gargantilla de tu cuello.
Cant.4:10 ¡Cuán hermosos son tus amores, hermana, esposa mía!
¡Cuánto mejores que el vino tus amores,
Y el olor de tus ungüentos que todas las especias aromáticas!
Cant.4:11 Como panal de miel destilan tus labios, oh esposa;
Miel y leche hay debajo de tu lengua;
Y el olor de tus vestidos como el olor del Líbano.
Cant.4:12 Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa mía;
Fuente cerrada, fuente sellada.
Cant.4:13 Tus renuevos son paraíso de granados, con frutos suaves,
De flores de alheña y nardos;
Cant.4:14 Nardo y azafrán, caña aromática y canela,
Con todos los árboles de incienso;
Mirra y áloes, con todas las principales especias aromáticas.
Cant.4:15 Fuente de huertos,
Pozo de aguas vivas,
Que corren del Líbano.
Cant.4:16 Levántate, Aquilón, y ven, Austro;
Soplad en mi huerto, despréndanse sus aromas.
Venga mi amado a su huerto,
Y coma de su dulce fruta.
Capítulo 5
Cant.5:1 Yo vine a mi huerto, oh hermana, esposa mía;
He recogido mi mirra y mis aromas;
He comido mi panal y mi miel,
Mi vino y mi leche he bebido.
Comed, amigos; bebed en abundancia, oh amados.
El tormento de la separación
Cant.5:2 Yo dormía, pero mi corazón velaba.
Es la voz de mi amado que llama:
Abreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía,
Porque mi cabeza está llena de rocío,
Mis cabellos de las gotas de la noche.
5:3 Me he desnudado de mi ropa; ¿cómo me he de vestir?
He lavado mis pies; ¿cómo los he de ensuciar?
Cant.5:4 Mi amado metió su mano por la ventanilla,
Y mi corazón se conmovió dentro de mí.
Cant.5:5 Yo me levanté para abrir a mi amado,
Y mis manos gotearon mirra,
Y mis dedos mirra, que corría
Sobre la manecilla del cerrojo.
Cant.5:6 Abrí yo a mi amado;
Pero mi amado se había ido, había ya pasado;
Y tras su hablar salió mi alma.
Lo busqué, y no lo hallé;
Lo llamé, y no me respondió.
Cant.5:7 Me hallaron los guardas que rondan la ciudad;
Me golpearon, me hirieron;
Me quitaron mi manto de encima los guardas de los muros.
Cant.5:8 Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, si halláis a mi amado,
Que le hagáis saber que estoy enferma de amor.
La esposa alaba al esposo
Cant.5:9 ¿Qué es tu amado más que otro amado,
Oh la más hermosa de todas las mujeres?
¿Qué es tu amado más que otro amado,
Que así nos conjuras?
Cant.5:10 Mi amado es blanco y rubio,
Señalado entre diez mil.
Cant.5:11 Su cabeza como oro finísimo;
Sus cabellos crespos, negros como el cuervo.
Cant.5:12 Sus ojos, como palomas junto a los arroyos de las aguas,
Que se lavan con leche, y a la perfección colocados.
Cant.5:13 Sus mejillas, como una era de especias aromáticas, como fragantes flores;
Sus labios, como lirios que destilan mirra fragante.
Cant.5:14 Sus manos, como anillos de oro engastados de jacintos;
Su cuerpo, como claro marfil cubierto de zafiros.
Cant.5:15 Sus piernas, como columnas de mármol fundadas sobre basas de oro fino;
Su aspecto como el Líbano, escogido como los cedros.
Cant.5:16 Su paladar, dulcísimo, y todo él codiciable.
Tal es mi amado, tal es mi amigo,
Oh doncellas de Jerusalén.
Capítulo 6
Mutuo encanto del esposo y de la esposa
Cant.6:1 ¿A dónde se ha ido tu amado, oh la más hermosa de todas las mujeres?
¿A dónde se apartó tu amado,
Y lo buscaremos contigo?
Cant.6:2 Mi amado descendió a su huerto, a las eras de las especias,
Para apacentar en los huertos, y para recoger los lirios.
Cant.6:3 Yo soy de mi amado, y mi amado es mío;
El apacienta entre los lirios.
Cant.6:4 Hermosa eres tú, oh amiga mía, como Tirsa;
De desear, como Jerusalén;
Imponente como ejércitos en orden.
Cant.6:5 Aparta tus ojos de delante de mí,
Porque ellos me vencieron.
Tu cabello es como manada de cabras
Que se recuestan en las laderas de Galaad.
Cant.6:6 Tus dientes, como manadas de ovejas que suben del lavadero,
Todas con crías gemelas,
Y estéril no hay entre ellas.
Cant.6:7 Como cachos de granada son tus mejillas
Detrás de tu velo.
Cant.6:8 Sesenta son las reinas, y ochenta las concubinas,
Y las doncellas sin número;
Cant.6:9 Mas una es la paloma mía, la perfecta mía;
Es la única de su madre,
La escogida de la que la dio a luz.
La vieron las doncellas, y la llamaron bienaventurada;
Las reinas y las concubinas, y la alabaron.
Cant.6:10 ¿Quién es ésta que se muestra como el alba,
Hermosa como la luna,
Esclarecida como el sol,
Imponente como ejércitos en orden?
Cant.6:11 Al huerto de los nogales descendí
A ver los frutos del valle,
Y para ver si brotaban las vides,
Si florecían los granados.
Cant.6:12 Antes que lo supiera, mi alma me puso
Entre los carros de Aminadab.
Cant.6:13 Vuélvete, vuélvete, oh sulamita;
Vuélvete, vuélvete, y te miraremos.
¿Qué veréis en la sulamita?
Algo como la reunión de dos campamentos.
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