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MARZO 2

Prov.3:5 Fíate de Jehová de todo tu corazón,
             Y no te apoyes en tu propia prudencia.



Prudencia


 La prudencia es una aliada muy cercana a la sabiduría, en Proverbios capitulo 2: versículos 1 al 5 dice: "Hijo mío, si recibieres mis palabras,  Y mis mandamientos guardares dentro de ti," "Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia," "Si clamares a la inteligencia,  Y a la prudencia dieres tu voz;" "Si como a la plata la buscares,  Y la escudriñares como a tesoros," "Entonces entenderás el temor de Jehová,  Y hallarás el conocimiento de Dios."...
 Hay una prudencia que viene de Dios para beneficio de la familia, de la congregación y de la sociedad, hay otra prudencia que responde a las razones personales y no compatibilizan aunque muchas veces se confunden y parecen perseguir los mismos propósitos, pero todo el secreto está en el corazón.
Si un alma se fía del Señor de todo su corazón, le habrá mostrado todas las cámaras hasta donde ha podido penetrar, sino le dirá al Señor, que le ayude a entender lo mas profundo de su corazón para fiarse de Dios en integridad. Le dirá, toma las llaves, inspecciona tu, como cuando le damos las llaves de nuestra casa a un amigo, y nos fiamos de el para que entre a todos los espacios de la casa, tiene las llaves y puede pasar, es como si fuese el mismo, no hay cuidado que vaya a romper ni robar.
 Pero cuantas veces somos mas prudentes de no abrir nuestro corazón con los que están en las cosas de Dios que con un mundano, se sabe de algunos/nas que tienen amigos/gas en el mundo que conocen muchas mas intimidades que los hermanos [fieles] no cualquiera, esa prudencia propia que esconde cosas de las cuales casi nunca nos arrepentimos es nuestra propia prudencia que muchas veces termina traicionada.
 Nuestra propia prudencia nos hace olvidar la bondad y poder del Señor, Nuestra propia prudencia nos hace sordos a los consejos de los siervos fieles y preferimos a los que nos dicen lo que queremos escuchar, pero esto hace que nos alejemos del camino como aquel Peregrino de Jhon Bunyan que se extraviaron [Peregrino y Esperanza] por confiar en alguien mas y solo fueron rescatados milagrosamente. Es muy actual para los días que estamos viviendo en que desacreditamos a siervos fieles que mantienen su congregación y su familia y prestamos oído a cualquier extraño con pensamientos foráneos, pero es nuestra propia prudencia la que los hace fallar. Trascribo el párrafo del Capitulo XVII del libro El Peregrino:
 "hasta que llegaron a un punto adonde confluía otro camino que parecía continuar tan directo como el que ellos llevaban, y no sabían cuál de ambos elegir, que los dos les parecían igualmente derechos. Por tanto se detuvieron para pensar lo que habían de hacer, a tiempo que se reunió con ellos un hombre que tenía su carne muy negra, pero cubierta de un vestido muy claro, les preguntó por qué se detenían allí. —Buscamos—respondieron—la Ciudad Celestial; pero no sabemos cuál de dos caminos escoger. —Seguidme—dijo el hombre—; allá me dirijo yo también—. Siguiéronle, pues, por el camino nuevo, pero éste, gradualmente, se iba torciendo, y hacía volver las espaldas a la ciudad a que deseaban llegar, de tal modo, que pronto vieron que se alejaban de ella sin embargo continuaron andando.
 No había pasado mucho tiempo cuando, sin apercibirlo ellos, el hombre los enredó en una red tal, que no sabían cómo salir; al mismo tiempo, caía la ropa blanca de espaldas del hombre negro. Entonces se apercibieron de dónde estaban, y dieron a llorar por algún rato, que no podían librarse.
 CRIST. —Ahora veo que hemos caído en un error. ¿No nos aconsejaron los Pastores que nos guardáramos del adulador? Según el dicho del Sabio, hemos experimentado hoy que el hombre que lisonjea a su prójimo red tiende delante de sus pasos.
 ESPER. —También nos dieron una nota de las direcciones del camino, para que pudiéramos estar seguros de acertar con él; pero también nos hemos olvidado de leerla, y por eso no nos hemos preservado de las vías del Destructor. Así estaban los pobres presos en la red, cuando, por fin descubrieron a uno de los Resplandecientes, que venía a ellos con un látigo de pequeñas cuerdas en su mano. Cuando hubo llegado a ellos, les preguntó de dónde venían y qué hacían allí. Dijéronle que eran unos pobres peregrinos que iban caminando hacia Sión, pero que habían sido extraviados por un hombre negro vestido de blanco que los mandó seguirle, porque él también se dirigía allá.
 Entonces contestó el del látigo: —Ese era Adulador, falso apóstol, transformado en ángel de luz.
 En esto rompió la red y dio libertad a los hombres, y les dijo: —Seguidme a mí, yo os pondré otra vez en vuestro camino—. Y de esta manera los volvió al camino que habían abandonado por seguir a Adulador..."
 Señor Dios y Padre ayúdanos a usar de la prudencia que proviene de tu sabiduría y no de otro tipo de prudencia que solo se centra en intereses personales a corto plazo y que nos dejan frente el gigante desesperación, lo pedimos en el Nombre que está gravado en nuestro corazón, el amado de nuestra alma y por el te adoramos por siempre amen y amen.-





PLAN DE LECTURA BÍBLICA ANUAL

Capítulo 8

La buena tierra que han de poseer  

Deut.8:1 Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres.  
Deut.8:2 Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.  
Deut.8:3 Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.  
Deut.8:4 Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años.  
Deut.8:5 Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.  
Deut.8:6 Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y temiéndole.  
Deut.8:7 Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes;  
Deut.8:8 tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel;  
Deut.8:9 tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre.  
Deut.8:10 Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado. 
Amonestación de no olvidar a Dios  

Deut.8:11 Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy;  
Deut.8:12 no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites,  
Deut.8:13 y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente;  
Deut.8:14 y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre;  
Deut.8:15 que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal;  
Deut.8:16 que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien;  
Deut.8:17 y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza.  
Deut.8:18 Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.  
Deut.8:19 Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis.  
Deut.8:20 Como las naciones que Jehová destruirá delante de vosotros, así pereceréis, por cuanto no habréis atendido a la voz de Jehová vuestro Dios.  

Capítulo 9.-

Dios destruirá a las naciones de Canaán  

Deut.9:1 Oye, Israel: tú vas hoy a pasar el Jordán, para entrar a desposeer a naciones más numerosas y más poderosas que tú, ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo;  
Deut.9:2 un pueblo grande y alto, hijos de los anaceos, de los cuales tienes tú conocimiento, y has oído decir: ¿Quién se sostendrá delante de los hijos de Anac?  
Deut.9:3 Entiende, pues, hoy, que es Jehová tu Dios el que pasa delante de ti como fuego consumidor, que los destruirá y humillará delante de ti; y tú los echarás, y los destruirás en seguida, como Jehová te ha dicho.  
Deut.9:4 No pienses en tu corazón cuando Jehová tu Dios los haya echado de delante de ti, diciendo: Por mi justicia me ha traído Jehová a poseer esta tierra; pues por la impiedad de estas naciones Jehová las arroja de delante de ti.  
Deut.9:5 No por tu justicia, ni por la rectitud de tu corazón entras a poseer la tierra de ellos, sino por la impiedad de estas naciones Jehová tu Dios las arroja de delante de ti, y para confirmar la palabra que Jehová juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.  


La rebelión de Israel en Horeb - (Ex. 31.18 – 32:35)  

Deut.9:6 Por tanto, sabe que no es por tu justicia que Jehová tu Dios te da esta buena tierra para tomarla; porque pueblo duro de cerviz eres tú. 
Deut.9:7 Acuérdate, no olvides que has provocado la ira de Jehová tu Dios en el desierto; desde el día que saliste de la tierra de Egipto, hasta que entrasteis en este lugar, habéis sido rebeldes a Jehová.  
Deut.9:8 En Horeb provocasteis a ira a Jehová, y se enojó Jehová contra vosotros para destruiros.  
Deut.9:9 Cuando yo subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del pacto que Jehová hizo con vosotros, estuve entonces en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua;  
Deut.9:10 y me dio Jehová las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios; y en ellas estaba escrito según todas las palabras que os habló Jehová en el monte, de en medio del fuego, el día de la asamblea.  
Deut.9:11 Sucedió al fin de los cuarenta días y cuarenta noches, que Jehová me dio las dos tablas de piedra, las tablas del pacto.  
Deut.9:12 Y me dijo Jehová: Levántate, desciende pronto de aquí, porque tu pueblo que sacaste de Egipto se ha corrompido; pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho una imagen de fundición.  
Deut.9:13 Y me habló Jehová, diciendo: He observado a ese pueblo, y he aquí que es pueblo duro de cerviz.  
Deut.9:14 Déjame que los destruya, y borre su nombre de debajo del cielo, y yo te pondré sobre una nación fuerte y mucho más numerosa que ellos.  
Deut.9:15 Y volví y descendí del monte, el cual ardía en fuego, con las tablas del pacto en mis dos manos.  
Deut.9:16 Y miré, y he aquí habíais pecado contra Jehová vuestro Dios; os habíais hecho un becerro de fundición, apartándoos pronto del camino que Jehová os había mandado.  
Deut.9:17 Entonces tomé las dos tablas y las arrojé de mis dos manos, y las quebré delante de vuestros ojos.  
Deut.9:18 Y me postré delante de Jehová como antes, cuarenta días y cuarenta noches; no comí pan ni bebí agua, a causa de todo vuestro pecado que habíais cometido haciendo el mal ante los ojos de Jehová para enojarlo. 
Deut.9:19 Porque temí  a causa del furor y de la ira con que Jehová estaba enojado contra vosotros para destruiros. Pero Jehová me escuchó aun esta vez.  
Deut.9:20 Contra Aarón también se enojó Jehová en gran manera para destruirlo; y también oré por Aarón en aquel entonces.  
Deut.9:21 Y tomé el objeto de vuestro pecado, el becerro que habíais hecho, y lo quemé en el fuego, y lo desmenucé moliéndolo muy bien, hasta que fue reducido a polvo; y eché el polvo de él en el arroyo que descendía del monte.  
Deut.9:22 También en Tabera, en Masah y en Kibrot-hataava  provocasteis a ira a Jehová.  
Deut.9:23 Y cuando Jehová os envió desde Cades-barnea, diciendo: Subid y poseed la tierra que yo os he dado, también fuisteis rebeldes al mandato de Jehová vuestro Dios, y no le creísteis, ni obedecisteis a su voz.  
Deut.9:24 Rebeldes habéis sido a Jehová desde el día que yo os conozco.  
Deut.9:25 Me postré, pues, delante de Jehová; cuarenta días y cuarenta noches estuve postrado, porque Jehová dijo que os había de destruir.  
Deut.9:26 Y oré a Jehová, diciendo: Oh Señor Jehová, no destruyas a tu pueblo y a tu heredad que has redimido con tu grandeza, que sacaste de Egipto con mano poderosa.  
Deut.9:27 Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob; no mires a la dureza de este pueblo, ni a su impiedad ni a su pecado,  
Deut.9:28 no sea que digan los de la tierra de donde nos sacaste: Por cuanto no pudo Jehová introducirlos en la tierra que les había prometido, o porque los aborrecía, los sacó para matarlos en el desierto.  
Deut.9:29 Y ellos son tu pueblo y tu heredad, que sacaste con tu gran poder y con tu brazo extendido.  

Capítulo 10

El pacto renovado - (Ex. 34.1-10)  

Deut.10:1 En aquel tiempo Jehová me dijo: Lábrate dos tablas de piedra como las primeras, y sube a mí al monte, y hazte un arca de madera;  
Deut.10:2 y escribiré en aquellas tablas las palabras que estaban en las primeras tablas que quebraste; y las pondrás en el arca.  
Deut.10:3 E hice un arca de madera de acacia, y labré dos tablas de piedra como las primeras, y subí al monte con las dos tablas en mi mano.  
Deut.10:4 Y escribió en las tablas conforme a la primera escritura, los diez mandamientos que Jehová os había hablado en el monte de en medio del fuego, el día de la asamblea; y me las dio Jehová.  
Deut.10:5 Y volví y descendí del monte, y puse las tablas en el arca que había hecho; y allí están, como Jehová me mandó.  
Deut.10:6 (Después salieron los hijos de Israel de Beerot-bene- jaacán a Mosera; allí murió Aarón, y allí fue sepultado, y en lugar suyo tuvo el sacerdocio su hijo Eleazar.  
Deut.10:7 De allí partieron a Gudgoda, y de Gudgoda a Jotbata, tierra de arroyos de aguas.  
Deut.10:8 En aquel tiempo apartó Jehová la tribu de Leví  para que llevase el arca del pacto de Jehová, para que estuviese delante de Jehová para servirle, y para bendecir en su nombre, hasta hoy,  
Deut.10:9 por lo cual Leví no tuvo parte ni heredad con sus hermanos; Jehová es su heredad, como Jehová tu Dios le dijo.)  
Deut.10:10 Y yo estuve en el monte como los primeros días, cuarenta días y cuarenta noches; y Jehová también me escuchó esta vez, y no quiso Jehová destruirte.  
Deut.10:11 Y me dijo Jehová: Levántate, anda, para que marches delante del pueblo, para que entren y posean la tierra que juré a sus padres que les había de dar.  

Lo que Dios exige  

Deut.10:12 Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma;  
Deut.10:13 que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?  
Deut.10:14 He aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella.  
Deut.10:15 Solamente de tus padres se agradó Jehová para amarlos, y escogió su descendencia después de ellos, a vosotros, de entre todos los pueblos, como en este día.  
Deut.10:16 Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.  
Deut.10:17 Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho;  
Deut.10:18 que hace justicia al huérfano y a la viuda; que ama también al extranjero dándole pan y vestido.  
Deut.10:19 Amaréis, pues, al extranjero; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto.  
Deut.10:20 A Jehová tu Dios temerás, a él solo servirás, a él seguirás, y por su nombre jurarás.  
Deut.10:21 El es el objeto de tu alabanza, y él es tu Dios, que ha hecho contigo estas cosas grandes y terribles que tus ojos han visto.  
Deut.10:22 Con setenta personas descendieron tus padres a Egipto, y ahora Jehová te ha hecho como las estrellas del cielo en multitud.

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