T R A S L A T E - Traducir esta Pagina

OCTUBRE 13

2° Cor.4:10 llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.

Lo que queremos como cristianos, es ser como Él Señor Jesús. Pero el poder de Dios se manifestará en el milagro de que otros vean en nosotros, por medio de nuestras pruebas y tribulaciones, el carácter y la vida de Jesús. En Colosenses 1 el apóstol Pablo ora para que los hermanos en Colosas puedan ser “fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria...” (Colosenses 1:11). Ahora, ¿Para qué van a usar todo este poder? Suena como si el apóstol Pablo quiso decir: “Para que podáis hacer grandes milagros, para que podáis sorprender a las personas con el tremendo magnetismo de vuestra predicación y enseñanza, siendo seguidos por grandes multitudes”. Pero no es eso lo que el apóstol dice. Él dice: “Fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, obtendréis fortaleza y paciencia”. Eso es lo que concede el poder y es donde se manifiestan la vida y el poder de Dios. Esa es la “vida de Jesús”.

Al leer los evangelios, el Espíritu de Dios llama nuestra atención a una imagen mucho más hermosa y maravillosa, tal vez, del carácter y de la vida de Jesús. Podemos ver la belleza moral que atraía al pueblo por todas partes a donde Jesús iba. Podemos ver la serenidad de Su espíritu, cómo se mueve en cada escena entre las iras humanas y de la inquietud de los hombres y El permanece con calma y sosiego. Podemos contemplar Su voluntad disciplinada y Su evidente gozo en la vida. Esa es la “vida de Jesús”, y eso es lo que necesitamos también nosotros

El apóstol Pablo nos dice que el secreto es que nosotros consintamos en participar en el morir de Jesús. ¿Qué es lo que nos quiere decir con “el morir de Jesús”? Claro esta que eso no significa que tengamos que ser clavados en una cruz. Pero la cruz del calvario es un símbolo de algo muy real en nuestra experiencia. ¿Cuales fueron los comportamientos y actitudes Jesús en todo el proceso de su crucifixión? No fue poderoso, ni impresionante ni dominante; no fue aplaudido por las multitudes que habían escuchado cada una de Sus palabras. No, la cruz fue un lugar de debilidad física, de rechazo por parte de los orgullosos y arrogantes del mundo que le rodeaba. Fue un lugar de tinieblas, un lugar en el que Él estuvo dispuesto a perder todo lo que había construido y a confiar en Dios para que se lo devolviese e hiciese de ello algo significativo.

¿Nos hemos encontrado en estas circunstancias, en las que, hiciésemos lo que hiciésemos, no podíamos recibir ninguna gloria o crédito para nosotros mismo?? Es ahí exactamente donde Dios quiere que nosotros estemos, porque cuando tienen lugar estos tiempos de una prueba y tribulación extraordinaria, de sufrimientos, de desesperación y dolor, de sentir que hemos desperdiciado nuestra vida y no hemos sido usados como quisiéramos, es cuando hemos de reconocer que Dios está llevando a cabo Su voluntad. Es posible que otros estén recibiendo vida por las muertes que estamos experimentando, es la limpieza para que llevemos mas fruto mencionada en Jn. 15.-

Si Señor, hay ocasiones en las que pasamos por pruebas muy duras. Nuestro corazón anhela intensamente ser libertados y clamamos a Ti para que Tú nos libres de ellas. Pero, ¡Oh, Señor!!, Permítenos, que en lugar de clamar ser libertados, podamos tener esa maravillosa actitud del Señor Jesús que dijo: “Si es posible, pase de mí esta copa, pero hágase no mi voluntad, sino la Tuya”. Para que otros puedan ver en nosotros que hemos sido tan transformados por nuestra relación contigo, que sean afectados también por la gloria de tu carácter. Amen...

Así es el Cómo podremos nosotros participar en el morir de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en medio de tanta oscuridad...


PLAN DE LECTURA BÍBLICA ANUAL


Capítulo 7

Lo que contamina al hombre  (Mt. 15. 1-20) 

Mar.7:1 Se juntaron a Jesús los fariseos, y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalén;  
Mar.7:2 los cuales, viendo a algunos de los discípulos de Jesús comer pan con manos inmundas, esto es, no lavadas, los condenaban.  
Mar.7:3 Porque los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen.  
Mar.7:4 Y volviendo de la plaza, si no se lavan, no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, y de los jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos.  
Mar.7:5 Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas?  
Mar.7:6 Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito:  
Este pueblo de labios me honra,  
Mas su corazón está lejos de mí.  
Mar.7:7    Pues en vano me honran,  
Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. 
Mar.7:8 Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes.  
Mar.7:9 Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.  
Mar.7:10 Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. 
Mar.7:11 Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corbán (que quiere decir, mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte,  
Mar.7:12 y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre,  
Mar.7:13 invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a estas.  
Mar.7:14 Y llamando a sí a toda la multitud, les dijo: Oídme todos, y entended:  
Mar.7:15 Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre.  
Mar.7:16 Si alguno tiene oídos para oír, oiga.  
Mar.7:17 Cuando se alejó de la multitud y entró en casa, le preguntaron sus discípulos sobre la parábola.  
Mar.7:18 El les dijo: ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar,  
Mar.7:19 porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto decía, haciendo limpios todos los alimentos.  
Mar.7:20 Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre.  
Mar.7:21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios,  
Mar.7:22 los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez.  
Mar.7:23 Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre. 


La fe de la mujer sirofenicia  (Mt. 15. 21-28) 

Mar.7:24 Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese; pero no pudo esconderse.  
Mar.7:25 Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se postró a sus pies.  
Mar.7:26 La mujer era griega, y sirofenicia de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio.  
Mar.7:27 Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos. 
Mar.7:28 Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos.  
Mar.7:29 Entonces le dijo: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija. 
Mar.7:30 Y cuando llegó ella a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija acostada en la cama.  


Jesús sana a un sordomudo  

Mar.7:31 Volviendo a salir de la región de Tiro, vino por Sidón al mar de Galilea, pasando por la región de Decápolis.  
Mar.7:32 Y le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que le pusiera la mano encima.  
Mar.7:33 Y tomándole aparte de la gente, metió los dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua;  
Mar.7:34 y levantando los ojos al cielo, gimió, y le dijo: Efata, es decir: Sé abierto.  
Mar.7:35 Al momento fueron abiertos sus oídos, y se desató la ligadura de su lengua, y hablaba bien.  
Mar.7:36 Y les mandó que no lo dijesen a nadie; pero cuanto más les mandaba, tanto más y más lo divulgaban.  
Mar.7:37 Y en gran manera se maravillaban, diciendo: bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír, y a los mudos hablar.  


Capítulo 8

Alimentación de los cuatro mil  (Mt. 15. 32-39) 

Mar.8:1 En aquellos días, como había una gran multitud, y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos, y les dijo:  
Mar.8:2 Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer;  
Mar.8:3 y si los enviare en ayunas a sus casas, se desmayarán en el camino, pues algunos de ellos han venido de lejos.  
Mar.8:4 Sus discípulos le respondieron: ¿De dónde podrá alguien saciar de pan a éstos aquí en el desierto?  
Mar.8:5 El les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Ellos dijeron: Siete.  
Mar.8:6 Entonces mandó a la multitud que se recostase en tierra; y tomando los siete panes, habiendo dado gracias, los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y los pusieron delante de la multitud.  
Mar.8:7 Tenían también unos pocos pececillos; y los bendijo, y mandó que también los pusiesen delante.  
Mar.8:8 Y comieron, y se saciaron; y recogieron de los pedazos que habían sobrado, siete canastas.  
Mar.8:9 Eran los que comieron, como cuatro mil; y los despidió.  
Mar.8:10 Y luego entrando en la barca con sus discípulos, vino a la región de Dalmanuta.  


La demanda de una señal  - (Mt. 16. 1-4; Lc. 12. 54-56)  

Mar.8:11 Vinieron entonces los fariseos y comenzaron a discutir con él, pidiéndole señal del cielo, para tentarle.  
Mar.8:12 Y gimiendo en su espíritu, dijo: ¿Por qué pide señal esta generación? De cierto os digo que no se dará señal a esta generación.  
Mar.8:13 Y dejándolos, volvió a entrar en la barca, y se fue a la otra ribera.  


La levadura de los fariseos  (Mt. 16. 5-12)  

Mar.8:14 Habían olvidado de traer pan, y no tenían sino un pan consigo en la barca.  
Mar.8:15 Y él les mandó, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes.  
Mar.8:16 Y discutían entre sí, diciendo: Es porque no trajimos pan.  
Mar.8:17 Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón?  
Mar.8:18 ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis?  
Mar.8:19 Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce.  
Mar.8:20 Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis?Y ellos dijeron: Siete.  
Mar.8:21 Y les dijo: ¿Cómo aún no entendéis? 


Un ciego sanado en Betsaida  

Mar.8:22 Vino luego a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase.  
Mar.8:23 Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo.  
Mar.8:24 El, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan.  
Mar.8:25 Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos.  
Mar.8:26 Y lo envió a su casa, diciendo: No entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea. 


La confesión de Pedro  (Mt. 16. 13-20; Lc. 9. 18-21) 

Mar.8:27 Salieron Jesús y sus discípulos por las aldeas de Cesarea de Filipo. Y en el camino preguntó a sus discípulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? 
Mar.8:28 Ellos respondieron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas. 
Mar.8:29 Entonces él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo. 
Mar.8:30 Pero él les mandó que no dijesen esto de él a ninguno.  


Jesús anuncia su muerte  (Mt. 16. 21-28; Lc. 9. 22-27)  

Mar.8:31 Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días.  
Mar.8:32 Esto les decía claramente. Entonces Pedro le tomó aparte y comenzó a reconvenirle.  
Mar.8:33 Pero él, volviéndose y mirando a los discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.  
Mar.8:34 Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 
Mar.8:35 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. 
Mar.8:36 Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?  
Mar.8:37 ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?  
Mar.8:38 Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles. 

No hay comentarios: