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FEBRERO 15

Jn.6:47 De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. 


"...tiene vida eterna."

 Cuando las Sagradas Escrituras hablan de la vida eterna, se refieren a un don de Dios que viene únicamente "a través de Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 6:23 "Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro"). Este don está en contraste con la "muerte" que es el resultado natural del pecado.
 El don de la vida eterna viene a aquellos que creen en Jesucristo, quien es "la resurrección y la vida" (Juan 11:25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.). El hecho de que esta vida es "eterna", indica que la vida es perpetua, es decir, continua para siempre y sin un final.
 Sin embargo, es un error ver la vida eterna como simplemente una progresión interminable de años. Una palabra común del nuevo testamento para referirse a "eterno", es aiónios, que lleva la idea de calidad al igual que cantidad. De hecho, en realidad la vida eterna para nada está asociada o regulada con "años", ya que es independiente del tiempo. La vida eterna puede funcionar fuera de y más allá del tiempo, así como puede funcionar dentro del tiempo.
 Por esta razón, se puede pensar en la vida eterna como algo que los cristianos experimentan ahora. Los creyentes no tienen que "esperar" para la vida eterna, porque no es algo que comienza cuando mueren. Más bien, la vida eterna empieza en el momento en que una persona ejercita su fe en Cristo. Es nuestra posesión actual. Juan 3:36 dice, "El que cree en el Hijo tiene vida eterna.…". Fíjese que el creyente "tiene" (tiempo presente) esta vida (en el griego también el verbo es un tiempo presente). Encontramos la construcción de frases similares como en (Juan 5:24 "De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida") y. El enfoque de la vida eterna no está en nuestro futuro, sino en nuestra posición actual en Cristo.
 Las Sagradas Escrituras relaciona íntimamente la vida eterna con la persona de Jesucristo. (Juan 17:3) es un pasaje importante en este sentido. Jesús ora: "Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado". Aquí Jesús equipara la "vida eterna" con un conocimiento de Dios y de su Hijo. No hay conocimiento de Dios sin el Hijo, ya que es a través del Hijo que el padre se revela a los escogidos (Juan 17:6 "He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra"); (Juan 14:9 "Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?").
 Este conocimiento que da vida del Padre y del Hijo, es un conocimiento verdadero y personal, y no tan solo un conocimiento académico o teológico. Habrá algunos en el día del juicio que asegurarán ser seguidores de Cristo pero realmente nunca tuvieron una relación con él. A esos falsos maestros, Jesús les dirá, "Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad" (Mateo 7:23). El objetivo del apóstol Pablo fue conocer al Señor, y él relacionó ese conocimiento a la resurrección de entre los muertos: "a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos" (Filipenses 3:10-11 "a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte," "si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos".).
 En la nueva Jerusalén, el apóstol Juan ve un río que fluye desde el trono de Dios y del cordero", y "a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida…y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones" (Apocalipsis 22:1-2). En el Edén, nos rebelamos contra Dios y fuimos desterrados del árbol de la vida (Génesis 3:24). Al final, Dios por su gracia restaura nuestro acceso al árbol de la vida. Este acceso se logra a través de Jesucristo, el cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29).
 Ahora mismo todavía hay fieles siervos de Dios que invitan a cada pecador a que conozca a Cristo y reciba la vida eterna: "Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente" (Apocalipsis 22:17).
 ¿Cómo puede usted saber que tiene vida eterna? Primero que todo, confiese su pecado delante de nuestro santo Dios. Luego, acepte al Salvador que Dios ha provisto por usted. "Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo" (Romanos 10:13). Jesucristo, el Hijo de Dios, murió por sus pecados, y resucitó al tercer día. Crea estas buenas nuevas; confíe en el Señor Jesucristo como su salvador personal, y será salvo (Hechos 16:31; Romanos 10:9 -10).
 Juan lo dice de manera muy sencilla: "Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida" (1 Juan 5:11-12). (Seleccionado y adaptado).-
 Jesús asegura de una manera tajante con uno de sus "De cierto, de cierto os digo...", significa que "no hay vuelta de hoja..." acá se termina la historia de la muerte en tu ser, "ahora te aseguro, te aseguro dice Jesús..." que empieza la Vida, la Vida, LA VIDA!!!, la Vida verdadera, una Vida de paz, una Vida de gozo, una Vida de poder, una Vida de milagro, una Vida ordenada, una Vida sobrenatural, una Vida inexplicable, una Vida esplendente que se irradia en el rostro, es la Vida de Jesús!, es la vida de Jesús...!! Puede que tu estés tan afligido como Pedro, Jacobo y Juan que habían oído a Jesús anunciar su muerte, pero luego van con El a la oración en el monte santo y mientras oraban sus ropas comenzaron a brillar como el sol en su fuerza... Recuerda que El Señor dice con otro "de cierto, de cierto..." en Jn.16:20 "De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros restéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo". "...y nadie os quitará vuestro gozo." Amén y amen, Si Señor Jesús...





PLAN DE LECTURA BÍBLICA ANUAL


Capítulo 7

Ofrendas para la dedicación del altar 

Num.7:1 Aconteció que cuando Moisés hubo acabado de levantar el tabernáculo, y lo hubo ungido y santificado, con todos sus utensilios, y asimismo ungido y santificado el altar y todos sus utensilios, 
Num.7:2 entonces los príncipes de Israel, los jefes de las casas de sus padres, los cuales eran los príncipes de las tribus, que estaban sobre los contados, ofrecieron;  
Num.7:3 y trajeron sus ofrendas delante de Jehová, seis carros cubiertos y doce bueyes; por cada dos príncipes un carro, y cada uno un buey, y los ofrecieron delante del tabernáculo.  
Num.7:4 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:  
Num.7:5 Tómalos de ellos, y serán para el servicio del tabernáculo de reunión; y los darás a los levitas, a cada uno conforme a su ministerio.  
Num.7:6 Entonces Moisés recibió los carros y los bueyes, y los dio a los levitas.  
Num.7:7 Dos carros y cuatro bueyes dio a los hijos de Gersón, conforme a su ministerio,  
Num.7:8 y a los hijos de Merari dio cuatro carros y ocho bueyes, conforme a su ministerio bajo la mano de Itamar hijo del sacerdote Aarón.  
Num.7:9 Pero a los hijos de Coat no les dio, porque llevaban sobre sí en los hombros el servicio del santuario. 
Num.7:10 Y los príncipes trajeron ofrendas para la dedicación del altar el día en que fue ungido, ofreciendo los príncipes su ofrenda delante del altar.  
Num.7:11 Y Jehová dijo a Moisés: Ofrecerán su ofrenda, un príncipe un día, y otro príncipe otro día, para la dedicación del altar.  
Num.7:12 Y el que ofreció su ofrenda el primer día fue Naasón hijo de Aminadab, de la tribu de Judá.  
Num.7:13 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
Num.7:14 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;  
Num.7:15 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
Num.7:16 un macho cabrío para expiación;  
Num.7:17 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Naasón hijo de Aminadab.  
Num.7:18 El segundo día ofreció Natanael hijo de Zuar, príncipe de Isacar.  
Num.7:19 Ofreció como su ofrenda un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
Num.7:20 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;  
Num.7:21 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
Num.7:22 un macho cabrío para expiación;  
Num.7:23 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Natanael hijo de Zuar.  
Num.7:24 El tercer día, Eliab hijo de Helón, príncipe de los hijos de Zabulón.  
Num.7:25 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
Num.7:26 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;  
Num.7:27 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
Num.7:28 un macho cabrío para expiación; 
Num.7:29 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Eliab hijo de Helón.  
Num.7:30 El cuarto día, Elisur hijo de Sedeur, príncipe de los hijos de Rubén.  
Num.7:31 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
Num.7:32 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;  
Num.7:33 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
Num.7:34 un macho cabrío para expiación;  
Num.7:35 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Elisur hijo de Sedeur.  
Num.7:36 El quinto día, Selumiel hijo de Zurisadai, príncipe de los hijos de Simeón.  
Num.7:37 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
Num.7:38 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;  
Num.7:39 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
Num.7:40 un macho cabrío para expiación;  
Num.7:41 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Selumiel hijo de Zurisadai.  
Num.7:42 El sexto día, Eliasaf hijo de Deuel, príncipe de los hijos de Gad.  
Num.7:43 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
Num.7:44 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;  
Num.7:45 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
Num.7:46 un macho cabrío para expiación;  
Num.7:47 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Eliasaf hijo de Deuel.  
Num.7:48 El séptimo día, el príncipe de los hijos de Efraín, Elisama hijo de Amiud.  
Num.7:49 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
Num.7:50 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;  
Num.7:51 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
Num.7:52 un macho cabrío para expiación;  
Num.7:53 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Elisama hijo de Amiud.  
Num.7:54 El octavo día, el príncipe de los hijos de Manasés, Gamaliel hijo de Pedasur.  
Num.7:55 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos  de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
Num.7:56 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;  
Num.7:57 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
Num.7:58 un macho cabrío para expiación;  
Num.7:59 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Gamaliel hijo de Pedasur.  
Num.7:60 El noveno día, el príncipe de los hijos de Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni.  
Num.7:61 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
Num.7:62 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;  
Num.7:63 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
Num.7:64 un macho cabrío para expiación;  
Num.7:65 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Abidán hijo de Gedeoni.  
Num.7:66 El décimo día, el príncipe de los hijos de Dan, Ahiezer hijo de Amisadai.  
Num.7:67 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
Num.7:68 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;  
Num.7:69 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
Num.7:70 un macho cabrío para expiación;  
Num.7:71 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Ahiezer hijo de Amisadai.  
Num.7:72 El undécimo día, el príncipe de los hijos de Aser, Pagiel hijo de Ocrán.  
Num.7:73 Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
Num.7:74 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;  
Num.7:75 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
Num.7:76 un macho cabrío para expiación;  
Num.7:77 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Pagiel hijo de Ocrán.  
Num.7:78 El duodécimo día, el príncipe de los hijos de Neftalí, Ahira hijo de Enán.  
Num.7:79 Su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda;  
Num.7:80 una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;  
Num.7:81 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto;  
Num.7:82 un macho cabrío para expiación;  
Num.7:83 y para ofrenda de paz, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esta fue la ofrenda de Ahira hijo de Enán.  
Num.7:84 Esta fue la ofrenda que los príncipes de Israel ofrecieron para la dedicación del altar, el día en que fue ungido: doce platos de plata, doce jarros de plata, doce cucharas de oro.  
Num.7:85 Cada plato de ciento treinta siclos, y cada jarro de setenta; toda la plata de la vajilla, dos mil cuatrocientos siclos, al siclo del santuario.  
Num.7:86 Las doce cucharas de oro llenas de incienso, de diez siclos  cada cuchara, al siclo del santuario; todo el oro de las cucharas, ciento veinte siclos.  
Num.7:87 Todos los bueyes para holocausto, doce becerros; doce los carneros, doce los corderos de un año, con su ofrenda, y doce los machos cabríos para expiación.  
Num.7:88 Y todos los bueyes de la ofrenda de paz, veinticuatro novillos, sesenta los carneros, sesenta los machos cabríos, y sesenta los corderos de un año. Esta fue la ofrenda para la dedicación del altar, después que fue ungido.  
Num.7:89 Y cuando entraba Moisés en el tabernáculo de reunión, para hablar con Dios, oía la voz que le hablaba de encima del propiciatorio que estaba sobre el arca del testimonio, de entre los dos querubines; y hablaba con él.  

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