T R A S L A T E - Traducir esta Pagina

OCTUBRE 31

Hec.1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. 








PLAN DE LECTURA BÍBLICA ANUAL


El Santo Evangelio Según 
SAN JUAN
                     
Capítulo 1 

El Verbo hecho carne  

Jn.1:1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.  
Jn.1:2 Este era en el principio con Dios.  
Jn.1:3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.  
Jn.1:4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.  
Jn.1:5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.  
Jn.1:6 Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. 
Jn.1:7 Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él.  
Jn.1:8 No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.  
Jn.1:9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.  
Jn.1:10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.  
Jn.1:11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.  
Jn.1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;  
Jn.1:13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.  
Jn.1:14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.  
Jn.1:15 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.  
Jn.1:16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.  
Jn.1:17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.  
Jn.1:18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.  


Testimonio de Juan el Bautista  - (Mt. 3.11-12; Mr. 1.7-8; Lc. 3.15-17)  

Jn.1:19 Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres?  
Jn.1:20 Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo.  
Jn.1:21 Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No.  
Jn.1:22 Le dijeron: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?  
Jn.1:23 Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías. 
Jn.1:24 Y los que habían sido enviados eran de los fariseos.  
Jn.1:25 Y le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?  
Jn.1:26 Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis.  
Jn.1:27 Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado.  
Jn.1:28 Estas cosas sucedieron en Betábara, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando.  


El Cordero de Dios  

Jn.1:29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.  
Jn.1:30 Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo.  
Jn.1:31 Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua.  
Jn.1:32 También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él.  
Jn.1:33 Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.  
Jn.1:34 Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.  


Los primeros discípulos  

Jn.1:35 El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos.  
Jn.1:36 Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios.  
Jn.1:37 Le oyeron hablar los dos discípulos, y siguieron a Jesús.  
Jn.1:38 Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras?  
Jn.1:39 Les dijo: Venid y ved. Fueron, y vieron donde moraba, y se quedaron con él aquel día; porque era como la hora décima.  
Jn.1:40 Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús. 
Jn.1:41 Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo).  
Jn.1:42 Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro).  


Jesús llama a Felipe y a Natanael  

Jn.1:43 El siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme. 
Jn.1:44 Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro.  
Jn.1:45 Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.  
Jn.1:46 Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve.  
Jn.1:47 Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño.  
Jn.1:48 Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.  
Jn.1:49 Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.  
Jn.1:50 Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que estas verás.  
Jn.1:51 Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre.  


Capítulo 2 

Las bodas de Caná  

Jn.2:1 Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús.  
Jn.2:2 Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos.  
Jn.2:3 Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.  
Jn.2:4 Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. 
Jn.2:5 Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere. 
Jn.2:6 Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros. 
Jn.2:7 Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba.  
Jn.2:8 Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron.  
Jn.2:9 Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo,  
Jn.2:10 y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora. 
Jn.2:11 Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.  
Jn.2:12 Después de esto descendieron a Capernaum, él, su madre, sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días.  


Jesús purifica el templo  - (Mt. 21.12-13; Mr. 11.15-18; Lc. 19.45-46) 

Jn.2:13 Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén,  
Jn.2:14 y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados.  
Jn.2:15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas;  
Jn.2:16 y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado.  
Jn.2:17 Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume. 
Jn.2:18 Y los judíos respondieron y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, ya que haces esto?  
Jn.2:19 Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. 
Jn.2:20 Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás?  
Jn.2:21 Mas él hablaba del templo de su cuerpo.  
Jn.2:22 Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho.  


Jesús conoce a todos los hombres  

Jn.2:23 Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía.  
Jn.2:24 Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos,  
Jn.2:25 y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre. 

No hay comentarios: