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FEBRERO 24

Luc.7:22 Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;



Id, haced saber


 Juan el bautista, un hombre lleno del Espíritu Santo. Su revelación, llamamiento, ministerio y consagración, fueron relevantes delante de los hombres en el pueblo de Israel y ante la presencia de Dios. Un hombre austero y severo, pero a causa de indicar el pecado de Herodes el Tetrarca que tomaba a Herodías mujer de Felipe, tetrarca de Iturea como esta registrado en Luc.3:1 "En el año decimoquinto del imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia," las cuatro Tetrarquías en que estaba dividida la Palestina luego de la muerte de Herodes "el grande", Juan el bautista fue puesto en la cárcel por declararle al soberano de la región que: "No te es licito de tomar la mujer de tu hermano"...
 En las cárceles de aquellos tiempos no había muchos miramientos ni derechos humanos que prevaleciesen, mas bien a estos lugares le cabría el calificativo de mazmorras en las que se deberían arreglar como pudiesen para hacer las necesidades fisiológicas, el hambre y sed y muchas otras necesidades como el frío, se debían soportar, recordando que lo mismo soportó el apóstol Pablo.
 En estas circunstancias, luego de haber visto a Jesús, (porque le había sido dicho por quien lo envió a bautizar, "sobre quien veas bajar el Espíritu Santo ese es el que bautiza con Espíritu Santo y fuego"), Juan el Bautista lo vio y dio testimonio de la Verdad.
 Pero ahora, aunque tenía la asistencia de discípulos fieles que ayunaban y seguramente serían severos y austeros como Juan conforme lo manifestado en la pregunta sobre el ayuno en Mat.9:14 "Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan?", se nota la severidad con que ellos habían creído y asistirían también a Juan el Bautista.
 Surgió una inquietud en el corazón de Juan el Bautista y la transmitió a sus discípulos para que se la hagan llegar a Jesús y a Jesús le llegó la pregunta de esta forma: ¿Eres tu el que había de venir? ¿O esperaremos a otro?. Con mucho respeto por aquel que es "mas que profeta... el mayor profeta de todos los nacidos de mujer" Luc.7:26.- Lejos este de nosotros ver imperfecciones en ese y otros siervos, considerando debilidades que no edifican a nadie y no es provechoso, nos centraremos en la respuesta que le manda el Señor.
 Consideraremos no obstante la vida de consagración de Juan el Bautista, que dejo todo por el ministerio, no vivió para sí, sino para el llamado, no buscó lujos, siendo que salía toda Galilea y toda Judea a Juan al Jordán para ser bautizados por el, podría haber cobrado un denario por cada bautismo y hacerse muy rico, podría haber viajado y comprado elegantes vestuarios, podría haber disfrutado de los mejores manjares de la tierra, sin embargo su consagración y santidad ahora lo premian para ser puesto en una mazmorra.
 Hoy lo vemos como que fue el cumplimiento del tiempo de su ministerio, pero en el gran conglomerado de hechos y pensamientos del protagonismo en ese momento, las visiones se nublan y vemos como por a través de un vidrio de botella y los hombres como árboles, agregado que no hay un solo registro de que Jesús lo haya visitado en la cárcel, ni que haya enviado discípulos para consolarle, porque a quien mas le es dado, mas le es demandado... Juan envió a Jesús aquel interrogante registrado por Mateo y Lucas.
 Jesús no dio respuesta inmediata a aquellos nobles discípulos, que no solo guardaban las enseñanzas de Juan, sino también los preceptos de la Ley, sino que "En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista. Luc.7:21. y entonces toma lugar el versículo de la fecha, Id y haced saber...
 Cuando Cristo viene, viene el Evangelio, la buena noticia, Id y haced saber, con el Evangelio vienen un sin numero de bendiciones, algunas enumeradas en este versículo de Luc.7:22, pero hay otras muchas bendiciones mas, pues si esas palabras de sordos y mudos las tomamos en forma espiritual nos daremos cuenta que son muchas mas que un listado de sanidades físicas, cuando viene el Evangelio viene la Vida... "los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;" ¡¡Que respuesta les dio el Señor!!, no vino El a la cárcel, pero aquellos discípulos llevaron la respuesta y con gran entusiasmo le habrán dicho a Juan, nosotros lo vimos con nuestros propios ojos en primera fila como sanaba a los enfermos y libertaba a los oprimidos por el diablo...
 No se dice mas nada de aquel santo varón, sino que la hija de Herodías danzó para Herodes y en pago aquella joven, aconsejada por su madre pidió en un plato de plata la cabeza de Juan el Bautista. 
 Hay un silencio santo de la inspiración Escritural, por lo que creemos que aquella respuesta fue suficiente para el Bautista...
 Ahora, para nosotros, los que podemos ir a los Santos Cultos a Dios, que no estamos encerrados en una mazmorra y que si tal vez estemos encerrados no será como lo estuvo Juan el Bautista o el apóstol Pablo, que tal vez tengamos que padecer alguna que otra circunstancia de soledad, hemos quizá, luchado en santidad, y ahora nos rodea la soledad, quizá la enfermedad, quizá la necesidad económica, el duelo, y hasta la falta de sueño, quizá le decimos al Señor, tu visitaste a tal hermano o hermana, por que no me visitas a mi en mi condición, fui temeroso de ofenderte, austero y severo y para mi no hay una visita siquiera, tu sabes que te amo, y si tan solo el esplendor de tu presencia pasara para palparte cerca mio, sería suficiente, ya tengo 70 u 80 años, me invade una demencia senil, te habré servido bien?? a ti?? o tendría que haber servido a algún otro??, Oh! hermano, hermana, haz tuya esta respuesta recuerda los triunfos de Cristo, claro que El sabe, claro que un ángel esta anotando en un "Libro de Memorias" en que se recordará tus hazañas, quizá obnubilado por la situación no te das cuenta que El te lleva en brazos ahora, tu puedes estar dolorido, puedes estar atribulado, tentado, trabajado, cansado, enfermo, pero NO puedes estar confundido, pídele respuestas al Señor, busca respuesta en su palabra, busca respuesta en ayunos y oraciones busca respuestas en la boca de siervos fieles, seguro tendrás un fortísimo consuelo que redundará para la Gloria de Dios que se glorificará en tu vida, el Padre podrá decir "has considerado a mi siervo, has considerado a mi sierva fiel...", podrás recibir aquella palabra "ven buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré", considera todas las bendiciones, cuenta las buenas, las obras de la luz, no las obras de las tinieblas, cuenta cuan grandes cosas ha hecho Dios contigo y sabrás que esta leve tribulación momentánea no es de compararse con el sobreabundante peso de gloria que nos espera, que la respuesta a Juan el Bautista, sea nuestra respuesta también y "Bienaventurado el que no halle tropiezo en mi" dice el Señor...
Comparto un viejo himno lleno de doctrina y que apunta al tema que hablamos:

CUANDO COMBATIDO POR LA ADVERSIDAD

1.- Cuando combatido por la adversidad
Creas ya perdida tu felicidad.
Mira lo que e! cielo para ti guardó,
Cuenta las riquezas que el Señor te dio.

CORO: ¡Bendiciones, cuántas tienes ya!
Bendiciones. Dios te manda más.
Bendiciones, te sorprenderás
Cuando veas lo que Dios por ti hará.

2.- ¿Andas agobiado por algún pesar?
¿Duro te parece esa cruz llevar?
Cuenta las promesas del Señor Jesús
Y de las tinieblas nacerá la luz.

3,- Cuando de otros veas la prosperidad
Y tus pies te lleven tras de su maldad.
Cuentas las riquezas que tendrás por fe.
Donde el polvo es oro que hollará tu pie.




PLAN DE LECTURA BÍBLICA ANUAL

Capítulo 30 

Ley de los votos  

Num.30:1 Habló Moisés a los príncipes de las tribus de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que Jehová ha mandado.  
Num.30:2 Cuando alguno hiciere voto a Jehová, o hiciere juramento ligando su alma con obligación, no quebrantará su palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca.  
Num.30:3 Mas la mujer, cuando hiciere voto a Jehová, y se ligare con obligación en casa de su padre, en su juventud;  
Num.30:4 si su padre oyere su voto, y la obligación con que ligó su alma, y su padre callare a ello, todos los votos de ella serán firmes, y toda obligación con que hubiere ligado su alma, firme será.  
Num.30:5 Mas si su padre le vedare el día que oyere todos sus votos y sus obligaciones con que ella hubiere ligado su alma, no serán firmes; y Jehová la perdonará, por cuanto su padre se lo vedó.  
Num.30:6 Pero si fuere casada e hiciere votos, o pronunciare de sus labios cosa con que obligue su alma;  
Num.30:7 si su marido lo oyere, y cuando lo oyere callare a ello, los votos de ella serán firmes, y la obligación con que ligó su alma, firme será.  
Num.30:8 Pero si cuando su marido lo oyó, le vedó, entonces el voto que ella hizo, y lo que pronunció de sus labios con que ligó su alma, será nulo; y Jehová la perdonará.  
Num.30:9 Pero todo voto de viuda o repudiada, con que ligare su alma, será firme.  
Num.30:10 Y si hubiere hecho voto en casa de su marido, y hubiere ligado su alma con obligación de juramento,  
Num.30:11 si su marido oyó, y calló a ello y no le vedó, entonces todos sus votos serán firmes, y toda obligación con que hubiere ligado su alma, firme será.  
Num.30:12 Mas si su marido los anuló el día que los oyó, todo lo que salió de sus labios cuanto a sus votos, y cuanto a la obligación de su alma, será nulo; su marido los anuló, y Jehová la perdonará.  
Num.30:13 Todo voto, y todo juramento obligándose a afligir el alma, su marido lo confirmará, o su marido lo anulará.  
Num.30:14 Pero si su marido callare a ello de día en día, entonces confirmó todos sus votos, y todas las obligaciones que están sobre ella; los confirmó, por cuanto calló a ello el día que lo oyó.  
Num.30:15 Mas si los anulare después de haberlos oído, entonces él llevará el pecado de ella.  
Num.30:16 Estas son las ordenanzas que Jehová mandó a Moisés entre el varón y su mujer, y entre el padre y su hija durante su juventud en casa de su padre.  

Capítulo 31 

Venganza de Israel contra Madián  

Num.31:1 Jehová habló a Moisés, diciendo:  
Num.31:2 Haz la venganza de los hijos de Israel contra los madianitas; después serás recogido a tu pueblo.  
Num.31:3 Entonces Moisés habló al pueblo, diciendo: Armaos algunos de vosotros para la guerra, y vayan contra Madián y hagan la venganza de Jehová en Madián.  
Num.31:4 Mil de cada tribu de todas las tribus de los hijos de Israel, enviaréis a la guerra.  
Num.31:5 Así fueron dados de los millares de Israel, mil por cada tribu, doce mil en pie de guerra.  
Num.31:6 Y Moisés los envió a la guerra; mil de cada tribu envió; y Finees hijo del sacerdote Eleazar fue a la guerra con los vasos del santuario, y con las trompetas en su mano para tocar.  
Num.31:7 Y pelearon contra Madián, como Jehová lo mandó a Moisés, y mataron a todo varón.  
Num.31:8 Mataron también, entre los muertos de ellos, a los reyes de Madián, Evi, Requem, Zur, Hur y Reba, cinco reyes de Madián; también a Balaam hijo de Beor mataron a espada.  
Num.31:9 Y los hijos de Israel llevaron cautivas a las mujeres de los madianitas, a sus niños, y todas sus bestias y todos sus ganados; y arrebataron todos sus bienes,  
Num.31:10 e incendiaron todas sus ciudades, aldeas y habitaciones.  
Num.31:11 Y tomaron todo el despojo, y todo el botín, así de hombres como de bestias.  
Num.31:12 Y trajeron a Moisés y al sacerdote Eleazar, y a la congregación de los hijos de Israel, los cautivos y el botín y los despojos al campamento, en los llanos de Moab, que están junto al Jordán frente a Jericó.  
Num.31:13 Y salieron Moisés y el sacerdote Eleazar, y todos los príncipes de la congregación, a recibirlos fuera del campamento.  
Num.31:14 Y se enojó Moisés contra los capitanes del ejército, contra los jefes de millares y de centenas que volvían de la guerra,  
Num.31:15 y les dijo Moisés: ¿Por qué habéis dejado con vida a todas las mujeres?  
Num.31:16 He aquí, por consejo de Balaam ellas fueron causa de que los hijos de Israel prevaricasen contra Jehová en lo tocante a Baal-peor, por lo que hubo mortandad en la congregación de Jehová.  
Num.31:17 Matad, pues, ahora a todos los varones de entre los niños; matad también a toda mujer que haya conocido varón carnalmente.  
Num.31:18 Pero a todas las niñas entre las mujeres, que no hayan conocido varón, las dejaréis con vida.  
Num.31:19 Y vosotros, cualquiera que haya dado muerte a persona, y cualquiera que haya tocado muerto, permaneced fuera del campamento siete días, y os purificaréis al tercer día y al séptimo, vosotros y vuestros cautivos.  
Num.31:20 Asimismo purificaréis todo vestido, y toda prenda de pieles, y toda obra de pelo de cabra, y todo utensilio de madera.  

Repartición del botín  

Num.31:21 Y el sacerdote Eleazar dijo a los hombres de guerra que venían de la guerra: Esta es la ordenanza de la ley que Jehová ha mandado a Moisés:  
Num.31:22 Ciertamente el oro y la plata, el bronce, hierro, estaño y plomo, 
Num.31:23 todo lo que resiste el fuego, por fuego lo haréis pasar, y será limpio, bien que en las aguas de purificación habrá de purificarse; y haréis pasar por agua todo lo que no resiste el fuego.  
Num.31:24 Además lavaréis vuestros vestidos el séptimo día, y así seréis limpios; y después entraréis en el campamento.  
Num.31:25 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:  
Num.31:26 Toma la cuenta del botín que se ha hecho, así de las personas como de las bestias, tú y el sacerdote Eleazar, y los jefes de los padres de la congregación;  
Num.31:27 y partirás por mitades el botín entre los que pelearon, los que salieron a la guerra, y toda la congregación.  
Num.31:28 Y apartarás para Jehová el tributo de los hombres de guerra que salieron a la guerra; de quinientos, uno, así de las personas como de los bueyes, de los asnos y de las ovejas.  
Num.31:29 De la mitad de ellos lo tomarás; y darás al sacerdote Eleazar la ofrenda de Jehová.  
Num.31:30 Y de la mitad perteneciente a los hijos de Israel tomarás uno de cada cincuenta de las personas, de los bueyes, de los asnos, de las ovejas y de todo animal, y los darás a los levitas, que tienen la guarda del tabernáculo de Jehová.  
Num.31:31 E hicieron Moisés y el sacerdote Eleazar como Jehová mandó a Moisés.  
Num.31:32 Y fue el botín, el resto del botín que tomaron los hombres de guerra, seiscientas setenta y cinco mil ovejas,  
Num.31:33 setenta y dos mil bueyes,  
Num.31:34 y sesenta y un mil asnos.  
Num.31:35 En cuanto a personas, de mujeres que no habían conocido varón, eran por todas treinta y dos mil.  
Num.31:36 Y la mitad, la parte de los que habían salido a la guerra, fue el número de trescientas treinta y siete mil quinientas ovejas;  
Num.31:37 y el tributo de las ovejas para Jehová fue seiscientas setenta y cinco.  
Num.31:38 De los bueyes, treinta y seis mil; y de ellos el tributo para Jehová, setenta y dos.  
Num.31:39 De los asnos, treinta mil quinientos; y de ellos el tributo para Jehová, sesenta y uno. 
Num.31:40 Y de las personas, dieciséis mil; y de ellas el tributo para Jehová, treinta y dos personas.  
Num.31:41 Y dio Moisés el tributo, para ofrenda elevada a Jehová, al sacerdote Eleazar, como Jehová lo mandó a Moisés.  
Num.31:42 Y de la mitad para los hijos de Israel, que apartó Moisés de los hombres que habían ido a la guerra  
Num.31:43 (la mitad para la congregación fue: de las ovejas, trescientas treinta y siete mil quinientas;  
Num.31:44 de los bueyes, treinta y seis mil;  
Num.31:45 de los asnos, treinta mil quinientos;  
Num.31:46 y de las personas, dieciséis mil);  
Num.31:47 de la mitad, pues, para los hijos de Israel, tomó Moisés uno de cada cincuenta, así de las personas como de los animales, y los dio a los levitas, que tenían la guarda del tabernáculo de Jehová, como Jehová lo había mandado a Moisés.  
Num.31:48 Vinieron a Moisés los jefes de los millares de aquel ejército, los jefes de millares y de centenas,  
Num.31:49 y dijeron a Moisés: Tus siervos han tomado razón de los hombres de guerra que están en nuestro poder, y ninguno ha faltado de nosotros.  
Num.31:50 Por lo cual hemos ofrecido a Jehová ofrenda, cada uno de lo que ha hallado, alhajas de oro, brazaletes, manillas, anillos, zarcillos y cadenas, para hacer expiación por nuestras almas delante de Jehová.  
Num.31:51 Y Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron el oro de ellos, alhajas, todas elaboradas.  
Num.31:52 Y todo el oro de la ofrenda que ofrecieron a Jehová los jefes de millares y de centenas fue dieciséis mil setecientos cincuenta siclos. 
Num.31:53 Los hombres del ejército habían tomado botín cada uno para sí.  
Num.31:54 Recibieron, pues, Moisés y el sacerdote Eleazar el oro de los jefes de millares y de centenas, y lo trajeron al tabernáculo de reunión, por memoria de los hijos de Israel delante de Jehová.  

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