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MARZO 13

Prov.15:22 Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo;
             Mas en la multitud de consejeros se afirman.



Los pensamientos frustrados


 Todo comienza con un pensamiento, comienza como un proyecto general como una idea que habiendo imaginado primero como solucionar los posibles inconvenientes, se comienza a esbozar el proyecto.
 Hay quienes avanzan sobre sus ideas, sus pensamientos que les parecen buenos y no quieren escuchar nada, incluso los hay de los que no quieren dar a conocer su proyecto para que no se les "queme" como un mal augurio sobre aquello que tienen pensado realizar, lo cual también lleva implícito evadir el consejo.
 El gran problema radica no en los aciertos, sino en los desaciertos que son multitud y así como el ojo no se cansa de ver, la mente no se cansa de pensar, y aquellas experiencias frustradas, han calado en el ser y este quizá no perdió la esperanza, pero ya no tiene la candidez para emprender alguna cosa, mayormente esto se da en la época actual con materias como la sociología, la psicología social, el marketing, el estudio de mercado, la mercado-tecnia, el e-comerce o ventas por internet, donde muchos fallan por ser ciencias empíricas donde para conseguir iguales resultados dependerá mucho del tiempo y las circunstancias y otros factores que se vivan o desarrollen.
 Aquellos pensamientos frustrados pueden llegar a ser vidas desgastadas en intentos tras intentos que viendo que a unos se les da el éxito y otros con mas posibilidades y recursos no lo alcanzan, muchos hoy día con psicopatías narcisistas y rasgos tóxicos, en que cualquier consejo anárquico gana terreno en sus mentes, y luego se quejan de los resultados, como el que prepara una receta de una torta que lleva huevos, harina, azucar, leche y tomar el cuidado del batido y le sale un lindo biscocho y otro lo prepara pero en vez de harina de trigo le pondrá de mandioca, omitirá los huevos y en vez de leche le pondrá agua y aprovechará el arroz que le quedó de ayer en el refrigerador para agregarlo a la mezcla, por cierto que no le va a salir el mismo bizcocho, quizá sea comible pero es muy probable que se lamente diciendo: ¡No me salio la torta como te salió a vos!. Pensó que estaba haciendo, imaginó que estaba haciendo lo mismo, trabajo igual o mas, pero el resultado fue diferente y no aceptó el consejo.
 Así la vida debajo del sol, en su inmensa variedad, pero el cristiano a de buscar el Consejo que viene del cielo, y no me estoy refiriendo a cosas materiales, aunque se puede aplicar. Hay "iglesias" que hacen reuniones de "negocios" y prepara "empresarios" para mejorar sus arcas y algunos prosperan económicamente. Pero hablamos de cosas mas sublimes con pensamientos victoriosos que hacen cantar en el dolor, pensamientos llenos de fe y de alegría que también suelen necesitar ser guiados a toda verdad.
 Hay varios consejos, pero el que nunca falla en el Consejo del Espíritu, que puede que no lo lleve a la cima del mundo, pero lo traslada a los pies de Jesucristo que es el mejor de los sitios donde el alma se siente plena y sus pensamientos no terminan frustrados.-
Mi mente toma ¡oh Dios!
Pidiendo estoy
la mente del Señor
Concédeme hoy
¡Oh!, Cristo tu Verdad
Enséñame
Y en todo mi pensar
Yo te honraré





PLAN DE LECTURA BÍBLICA ANUAL


Capítulo 8

Toma y destrucción de Hai  

Jos.8:1 Jehová dijo a Josué: No temas ni desmayes; toma contigo toda la gente de guerra, y levántate y sube a Hai. Mira, yo he entregado en tu mano al rey de Hai, a su pueblo, a su ciudad y a su tierra.  
Jos.8:2 Y harás a Hai y a su rey como hiciste a Jericó y a su rey; sólo que sus despojos y sus bestias tomaréis para vosotros. Pondrás, pues, emboscadas a la ciudad detrás de ella.  
Jos.8:3 Entonces se levantaron Josué y toda la gente de guerra, para subir contra Hai; y escogió Josué treinta mil hombres fuertes, los cuales envió de noche.  
Jos.8:4 Y les mandó, diciendo: Atended, pondréis emboscada a la ciudad detrás de ella; no os alejaréis mucho de la ciudad, y estaréis todos dispuestos.  
Jos.8:5 Y yo y todo el pueblo que está conmigo nos acercaremos a la ciudad; y cuando salgan ellos contra nosotros, como hicieron antes, huiremos delante de ellos.  
Jos.8:6 Y ellos saldrán tras nosotros, hasta que los alejemos de la ciudad; porque dirán: Huyen de nosotros como la primera vez. Huiremos, pues, delante de ellos.  
Jos.8:7 Entonces vosotros os levantaréis de la emboscada y tomaréis la ciudad; pues Jehová vuestro Dios la entregará en vuestras manos.  
Jos.8:8 Y cuando la hayáis tomado, le prenderéis fuego. Haréis conforme a la palabra de Jehová; mirad que os lo he mandado.  
Jos.8:9 Entonces Josué los envió; y ellos se fueron a la emboscada, y se pusieron entre Bet-el y Hai, al occidente de Hai; y Josué se quedó aquella noche en medio del pueblo.  
Jos.8:10 Levantándose Josué muy de mañana, pasó revista al pueblo, y subió él, con los ancianos de Israel, delante del pueblo contra Hai.  
Jos.8:11 Y toda la gente de guerra que con él estaba, subió y se acercó, y llegaron delante de la ciudad, y acamparon al norte de Hai; y el valle estaba entre él y Hai.  
Jos.8:12 Y tomó como cinco mil hombres, y los puso en emboscada entre Bet-el y Hai, al occidente de la ciudad.  
Jos.8:13 Así dispusieron al pueblo: todo el campamento al norte de la ciudad, y su emboscada al occidente de la ciudad, y Josué avanzó aquella noche hasta la mitad del valle.  
Jos.8:14 Y aconteció que viéndolo el rey de Hai, él y su pueblo se apresuraron y madrugaron; y al tiempo señalado, los hombres de la ciudad salieron al encuentro de Israel para combatir, frente al Arabá, no sabiendo que estaba puesta emboscada a espaldas de la ciudad.  
Jos.8:15 Entonces Josué y todo Israel se fingieron vencidos y huyeron delante de ellos por el camino del desierto.  
Jos.8:16 Y todo el pueblo que estaba en Hai se juntó para seguirles; y siguieron a Josué, siendo así alejados de la ciudad. 
Jos.8:17 Y no quedó hombre en Hai ni en Bet-el, que no saliera tras de Israel; y por seguir a Israel dejaron la ciudad abierta.  
Jos.8:18 Entonces Jehová dijo a Josué: Extiende la lanza que tienes en tu mano hacia Hai, porque yo la entregaré en tu mano. Y Josué extendió hacia la ciudad la lanza que en su mano tenía.  
Jos.8:19 Y levantándose prontamente de su lugar los que estaban en la emboscada, corrieron luego que él alzó su mano, y vinieron a la ciudad, y la tomaron, y se apresuraron a prenderle fuego.  
Jos.8:20 Y los hombres de Hai volvieron el rostro, y al mirar, he aquí que el humo de la ciudad subía al cielo, y no pudieron huir ni a una parte ni a otra, porque el pueblo que iba huyendo hacia el desierto se volvió contra los que les seguían.  
Jos.8:21 Josué y todo Israel, viendo que los de la emboscada habían tomado la ciudad, y que el humo de la ciudad subía, se volvieron y atacaron a los de Hai.  
Jos.8:22 Y los otros salieron de la ciudad a su encuentro, y así fueron encerrados en medio de Israel, los unos por un lado, y los otros por el otro. Y los hirieron hasta que no quedó ninguno de ellos que escapase.  
Jos.8:23 Pero tomaron vivo al rey de Hai, y lo trajeron a Josué.  
Jos.8:24 Y cuando los israelitas acabaron de matar a todos los moradores de Hai en el campo y en el desierto a donde los habían perseguido, y todos habían caído a filo de espada hasta ser consumidos, todos los israelitas volvieron a Hai, y también la hirieron a filo de espada.  
Jos.8:25 Y el número de los que cayeron aquel día, hombres y mujeres, fue de doce mil, todos los de Hai.  
Jos.8:26 Porque Josué no retiró su mano que había extendido con la lanza, hasta que hubo destruido por completo a todos los moradores de Hai.  
Jos.8:27 Pero los israelitas tomaron para sí las bestias y los despojos de la ciudad, conforme a la palabra de Jehová que le había mandado a Josué.  
Jos.8:28 Y Josué quemó a Hai y la redujo a un montón de escombros, asolada para siempre hasta hoy.  
Jos.8:29 Y al rey de Hai lo colgó de un madero hasta caer la noche; y cuando el sol se puso, mandó Josué que quitasen del madero su cuerpo, y lo echasen a la puerta de la ciudad; y levantaron sobre él un gran montón de piedras, que permanece hasta hoy.  

Lectura de la ley en el Monte Ebal  

Jos.8:30 Entonces Josué edificó un altar a Jehová Dios de Israel en el monte Ebal,  
Jos.8:31 como Moisés siervo de Jehová lo había mandado a los hijos de Israel, como está escrito en el libro de la ley de Moisés, un altar de piedras enteras sobre las cuales nadie alzó hierro; y ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová, y sacrificaron ofrendas de paz.  
Jos.8:32 También escribió allí sobre las piedras una copia de la ley de Moisés, la cual escribió delante de los hijos de Israel. 
Jos.8:33 Y todo Israel, con sus ancianos, oficiales y jueces, estaba de pie a uno y otro lado del arca, en presencia de los sacerdotes levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová, así los extranjeros como los naturales. La mitad de ellos estaba hacia el monte Gerizim, y la otra mitad hacia el monte Ebal, de la manera que Moisés, siervo de Jehová, lo había mandado antes, para que bendijesen primeramente al pueblo de Israel.  
Jos.8:34 Después de esto, leyó todas las palabras de la ley, las bendiciones y las maldiciones, conforme a todo lo que está escrito en el libro de la ley.  
Jos.8:35 No hubo palabra alguna de todo cuanto mandó Moisés, que Josué no hiciese leer delante de toda la congregación de Israel, y de las mujeres, de los niños, y de los extranjeros que moraban entre ellos. 

Capítulo 9 

Astucia de los gabaonitas  

Jos.9:1 Cuando oyeron estas cosas todos los reyes que estaban a este lado del Jordán, así en las montañas como en los llanos, y en toda la costa del Mar Grande delante del Líbano, los heteos, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos,  
Jos.9:2 se concertaron para pelear contra Josué e Israel.  
Jos.9:3 Mas los moradores de Gabaón, cuando oyeron lo que Josué había hecho a Jericó y a Hai,  
Jos.9:4 usaron de astucia; pues fueron y se fingieron embajadores, y tomaron sacos viejos sobre sus asnos, y cueros viejos de vino, rotos y remendados,  
Jos.9:5 y zapatos viejos y recosidos en sus pies, con vestidos viejos sobre sí; y todo el pan que traían para el camino era seco y mohoso.  
Jos.9:6 Y vinieron a Josué al campamento en Gilgal, y le dijeron a él y a los de Israel: Nosotros venimos de tierra muy lejana; haced, pues, ahora alianza con nosotros.  
Jos.9:7 Y los de Israel respondieron a los heveos: Quizás habitáis en medio de nosotros. ¿Cómo, pues, podremos hacer alianza con vosotros?  
Jos.9:8 Ellos respondieron a Josué: Nosotros somos tus siervos. Y Josué les dijo: ¿Quiénes sois vosotros, y de dónde venís?  
Jos.9:9 Y ellos respondieron: Tus siervos han venido de tierra muy lejana, por causa del nombre de Jehová tu Dios; porque hemos oído su fama, y todo lo que hizo en Egipto,  
Jos.9:10 y todo lo que hizo a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán: a Sehón rey de Hesbón, y a Og rey de Basán, que estaba en Astarot. 
Jos.9:11 Por lo cual nuestros ancianos y todos los moradores de nuestra tierra nos dijeron: Tomad en vuestras manos provisión para el camino, e id al encuentro de ellos, y decidles: Nosotros somos vuestros siervos; haced ahora alianza con nosotros.  
Jos.9:12 Este nuestro pan lo tomamos caliente de nuestras casas para el camino el día que salimos para venir a vosotros; y helo aquí ahora ya seco y mohoso.  
Jos.9:13 Estos cueros de vino también los llenamos nuevos; helos aquí ya rotos; también estos nuestros vestidos y nuestros zapatos están ya viejos a causa de lo muy largo del camino.  
Jos.9:14 Y los hombres de Israel tomaron de la provisiones de ellos, y no consultaron a Jehová.  
Jos.9:15 Y Josué hizo paz con ellos, y celebró con ellos alianza concediéndoles la vida; y también lo juraron los príncipes de la congregación.  
Jos.9:16 Pasados tres días después que hicieron alianza con ellos, oyeron que eran sus vecinos, y que habitaban en medio de ellos.  
Jos.9:17 Y salieron los hijos de Israel, y al tercer día llegaron a las ciudades de ellos; y sus ciudades eran Gabaón, Cafira, Beerot y Quiriat-jearim.  
Jos.9:18 Y no los mataron los hijos de Israel, por cuanto los príncipes de la congregación les habían jurado por Jehová el Dios de Israel. Y toda la congregación murmuraba contra los príncipes.  
Jos.9:19 Mas todos los príncipes respondieron a toda la congregación: Nosotros les hemos jurado por Jehová Dios de Israel; por tanto, ahora no les podemos tocar.  
Jos.9:20 Esto haremos con ellos: les dejaremos vivir, para que no venga ira sobre nosotros por causa del juramento que les hemos hecho.  
Jos.9:21 Dijeron, pues, de ellos los príncipes: Dejadlos vivir; y fueron constituidos leñadores y aguadores para toda la congregación, concediéndoles la vida, según les habían prometido los príncipes.  
Jos.9:22 Y llamándolos Josué, les habló diciendo: ¿Por qué nos habéis engañado, diciendo: Habitamos muy lejos de vosotros, siendo así que moráis en medio de nosotros?  
Jos.9:23 Ahora, pues, malditos sois, y no dejará de haber de entre vosotros siervos, y quien corte la leña y saque el agua para la casa de mi Dios.  
Jos.9:24 Y ellos respondieron a Josué y dijeron: Como fue dado a entender a tus siervos que Jehová tu Dios había mandado a Moisés su siervo que os había de dar toda la tierra, y que había de destruir a todos los moradores de la tierra delante de vosotros, por esto temimos en gran manera por nuestras vidas a causa de vosotros, e hicimos esto.  
Jos.9:25 Ahora, pues, henos aquí en tu mano; lo que te pareciere bueno y recto hacer de nosotros, hazlo.  
Jos.9:26 Y él lo hizo así con ellos; pues los libró de la mano de los hijos de Israel, y no los mataron.  
Jos.9:27 Y Josué los destinó aquel día a ser leñadores y aguadores para la congregación, y para el altar de Jehová en el lugar que Jehová eligiese, lo que son hasta hoy.  

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