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OCTUBRE 7

Rom.12:1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 

Cuerpos. “…que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional.”

El propósito aquí no es que presentemos nuestro cuerpo a Dios y dejar fuera nuestra mente, corazón, o espíritu. Pablo dice muy claramente en el versículo  dos: “… transformaos mediante la renovación de vuestra mente …”. El fin es enfatizar que nuestro cuerpo cuenta. O pertenecemos a Dios en cuerpo y alma, o no le pertenecemos en lo absoluto. Nuestro cuerpo importa.

Algunos pueden pensar: « ¿Por qué estaría Dios interesado en mi cuerpo? Está pasado de peso, o bajo de peso, arrugado, dolorido, enfermo, es impulsivo, nervioso, poco atractivo, perezoso, torpe, incapacitado, miope, tozudo, rígido, y/o frágil ¿Qué tipo de sacrificio es ese?  El Antiguo Testamento demandaba ovejas perfectas. Y nosotros no satisfacemos las expectativas.

Esa clase de pensamiento confunde totalmente nuestras ideas. El sacrificio de nuestros cuerpos a Dios no es un sacrificio por el pecado. Pues el sacrificio por el pecado ya fue hecho en el sacrificio de Cristo. ¿Por qué cuerpos como los nuestros son aceptables? El apóstol Pedro lo pone realmente claro en 1ra de Pedro 2:5 donde dice algo similar a Romanos 12:1: “… ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios …”, –entonces le agrega estas palabras: “… por medio de Jesucristo”. Nuestros sacrificios a Dios son aceptables gracias a Jesús.

Saquemos por tanto de nuestra mente y pensamientos la idea de que nuestro cuerpo merece la aceptación de Dios. No la merece. Si somos aceptables es “… por medio de Jesucristo.” A través de su perfección, y no nuestra perfección.

Pero esta forma de pensar tiene otra forma de confundir nuestras ideas. La ofrenda de nuestro cuerpo no es la ofrenda de nuestro aspecto físico sino de nuestro comportamiento. En La Biblia el cuerpo no es importante por cómo se ve sino por cómo actúa. El cuerpo es dado a nosotros para que hagamos visible la belleza de Cristo.  Y Cristo, en la hora de su grandiosa belleza, no fue agradable a la vista. Isaías 53:2-3 lo describe así: “…y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos”   “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos…”. La belleza de Cristo es la belleza del amor, no la belleza física. Su belleza fue la belleza del sacrificio, no la belleza de la piel.

Dios no demanda nuestros cuerpos porque quiera modelos como los que demanda el mundo. Él demanda nuestros cuerpos porque quiere modelos de misericordia. Yo creo que debemos pedir que esa perspectiva de Dios en nuestros cuerpos sea profundamente arraigada en nuestros hijos e hijas –y en nosotros mismos– como un poderoso antídoto contra tantos males y estereotipos que el mundo demanda y los tipos de desordenes psíquicos, alimenticios y económicos que infestan a tantas personas muchas de ellas muy jóvenes. Lo que Dios quiere de nosotros es un cuerpo que haga misericordias, no un cuerpo de modelos con los standares humanos…

Dios quiere evidencia corporal visible de que nuestras vidas están edificadas sobre su misericordia. Así como los adoradores en el Antiguo Testamento se negaban a sí mismos algunos tesoros terrenales (una oveja, una paloma, un toro), y cargaban su sacrificio de sangre y fuego al altar, así debemos negarnos algunos tesoros terrenales, o bienes, o comodidades, y entreguémonos –a nuestros cuerpos– por causa de Cristo, en las relaciones, las crisis y los lugares donde la misericordia es necesitada en este mundo. Puede que sea en nuestra propia casa, o en cualquier lugar del mundo.

Un sacrificio Vivo.

Una vida de acciones físicas visibles y misericordiosas puede terminar en muerte para el creyente. Siempre han existido mártires. Pero eso no es específicamente lo que Pablo tiene en mente aquí. Él tiene en mente un estilo de vida: que presentemos nuestros cuerpos como sacrificio vivo. Es nuestra vida, y ese es nuestro acto de adoración.

Permitamos que todo acto de nuestros cuerpos en esta vida sea un acto de adoración. Es decir, dejemos que todo acto de nuestro cuerpo vivo, sea una demostración de que Dios es nuestro Tesoro. Dejemos que todo acto de nuestro cuerpo vivo, muestre que Cristo es más precioso para nosotros que cualquier otra cosa. Dejemos que todo acto de nuestro cuerpo vivo, represente la muerte para todas las difamaciones hechas a Cristo.

Un sacrificio Santo.

Probablemente la mejor explicación de la expresión “cuerpos … santos” venga de Romanos 6:13 donde Pablo dice casi exactamente lo que dice aquí, usando la misma palabra “presentéis vuestros” cuerpos a Dios, solo que se refiere a nuestros “miembros” corporales y no solamente a nuestros cuerpos. “… ni presentéis los miembros de vuestro cuerpo al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos [como sacrificio vivo], y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.”

Presentar un cuerpo vivo y santo a Dios significa que de nuestros miembros –ojos, lengua, manos, y pies–, entregar su cuerpo para hacer justicia, (no para hacer pecado). Eso es lo que hará que un cuerpo sea santo. Un cuerpo no es santo por su aspecto, o por la figura que tiene, sino por lo que hace ¿Es “instrumento” físico del hambre por la justicia? ¿Es el instrumento físico de la mansedumbre, la misericordia y la paz?

Aquí hay tres ejemplos donde se llama “sacrificio” al cuerpo usado como instrumento de justicia y misericordia. El primero esta en Filipenses 4:18 donde el apóstol Pablo dice: “… habiendo recibido de Epafrodito lo que habéis enviado: fragante aroma, sacrificio aceptable, agradable a Dios”. Los trabajos y dádivas que me enviaron y el servicio de Epafrodito al traerlo es un sacrificio de adoración a Dios. Muestra la obra de Dios en sus corazones.

Segundo ejemplo de sacrificio vivo: Hebreos 13:15: “Por tanto, ofrezcamos continuamente mediante Él [Cristo], sacrificio de alabanza a Dios, es decir, el fruto de labios que confiesan su nombre”. Cuando los labios se unen al corazón en oración a Dios, el cuerpo se vuelve santo, se transforma en un sacrificio vivo.

Tercer ejemplo de sacrificio vivo: Hebreos 13:16: “Y no os olvidéis de hacer el bien y de la ayuda mutua, porque de tales sacrificios se agrada Dios”. Cuando nosotros hacemos el bien en el nombre de Jesús, con nuestra boca, con nuestras manos o con nuestra presencia, entonces nuestro cuerpo se vuelve santo, es un sacrificio vivo de adoración. Un cuerpo se transforma en un sacrificio santo de adoración cuando es devoto a los propósitos de justicia y misericordia de Dios.

Un sacrificio aceptable a Dios.

¿Le añade esta expresión algo a la palabra “santo”? Si el sacrificio de nuestra vida corporal es santo, entonces es aceptable a Dios. ¿Qué adicionan estas palabras? Adicionan a Dios, hacen a Dios explícito, nos recuerdan que la santidad importa a causa de Dios. Esta expresión nos recuerda que todas estas palabras están describiendo un acto de adoración –“…en adoración espiritual” y Dios es el centro de la adoración [el culto].

Así que es conveniente que terminemos donde empezamos y enfaticemos que antes de Romanos 12 hay un llamado a vivir una vida misericordiosa, un llamado a vivir una vida llena de adoración. O mejor. Al llamarnos a vivir una vida de misericordia (edificada en la misericordia de Dios en Cristo), su propósito es que sea una vida llena de adoración. El propósito de mostrar misericordia es mostrar a Dios.  El propósito de tener cuerpos, es hacer la gloria de Dios más visible. Y él no resplandece a través de músculos y curvas, sino a través de  nuestro comportamiento misericordioso.

Cerraremos la idea ahora con dos declaraciones del apóstol Pablo. Primero, el testimonio de su propio deseo: “… conforme a mi anhelo y esperanza de que… Cristo será exaltado en mi cuerpo, ya sea por vida o por muerte” (Filipenses 1:20). Segundo, su exhortación a nosotros en 1ra a los Corintios 6:19-20: “¿O no sabéis … que no sois vuestros? Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.

En otras palabras: “… que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional”. Que mostremos el mérito de Cristo en el modo en que usamos nuestro cuerpo. Amén. (Seleccionado y adaptado de un escrito de Jhon Piper)




PLAN DE LECTURA BÍBLICA ANUAL


Capítulo 24

Jesús predice la destrucción del templo - (Mr. 13. 1-2; Lc. 21. 5-6)  

Mat.24:1 Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo.  
Mat.24:2 Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada. 


Señales antes del fin - (Mr. 13. 3-23; Lc. 21. 7-24)  

Mat.24:3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte,  
diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?  
Mat.24:4 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe.  
Mat.24:5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.  
Mat.24:6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. 
Mat.24:7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. 
Mat.24:8 Y todo esto será principio de dolores.  
Mat.24:9 Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. 
Mat.24:10 Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán.  
Mat.24:11 Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;  
Mat.24:12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.  
Mat.24:13 Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. 
Mat.24:14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.  
Mat.24:15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda),  
Mat.24:16 entonces los que estén en Judea, huyan a los montes.  
Mat.24:17 El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa;  
Mat.24:18 y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. 
Mat.24:19 Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días!  
Mat.24:20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo;  
Mat.24:21 porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.  
Mat.24:22 Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.  
Mat.24:23 Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis.  
Mat.24:24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.  
Mat.24:25 Ya os lo he dicho antes.  
Mat.24:26 Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis.  
Mat.24:27 Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. 
Mat.24:28 Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas. 


La venida del Hijo del Hombre - (Mr. 13. 24-37; Lc. 21. 25-36; 17. 25-36; 12. 41-48) 

Mat.24:29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.  
Mat.24:30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.  
Mat.24:31 Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.  
Mat.24:32 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.  
Mat.24:33 Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las  
puertas.  
Mat.24:34 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.  
Mat.24:35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.  
Mat.24:36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.  
Mat.24:37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.  
Mat.24:38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca,  
Mat.24:39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.  
Mat.24:40 Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado.  
Mat.24:41 Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada.  
Mat.24:42 Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.  
Mat.24:43 Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa.  
Mat.24:44 Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. 
Mat.24:45 ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?  
Mat.24:46 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.  
Mat.24:47 De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá.  
Mat.24:48 Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir;  
Mat.24:49 y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos,  
Mat.24:50 vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe,  
Mat.24:51 y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes. 


Capítulo 25 

Parábola de las diez vírgenes  

Mat.25:1 Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo.  
Mat.25:2 Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas.  
Mat.25:3 Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;  
Mat.25:4 mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.  
Mat.25:5 Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.  
Mat.25:6 Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! 
Mat.25:7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas.  
Mat.25:8 Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.  
Mat.25:9 Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.  
Mat.25:10 Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.  
Mat.25:11 Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos!  
Mat.25:12 Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. 
Mat.25:13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir. 


Parábola de los talentos  

Mat.25:14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.  
Mat.25:15 A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.  
Mat.25:16 Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos  
Mat.25:17 Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos.  
Mat.25:18 Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.  
Mat.25:19 Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos.  
Mat.25:20 Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos.  
Mat.25:21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.  
Mat.25:22 Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos.  
Mat.25:23 Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.  
Mat.25:24 Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;  
Mat.25:25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.  
Mat.25:26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.  
Mat.25:27 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.  
Mat.25:28 Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.  
Mat.25:29 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 
Mat.25:30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. 


El juicio de las naciones  

Mat.25:31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, 
Mat.25:32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartarálos unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.  
Mat.25:33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.  
Mat.25:34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.  
Mat.25:35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis;  
Mat.25:36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.  
Mat.25:37 Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?  
Mat.25:38 ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?  
Mat.25:39 ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?  
Mat.25:40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.  
Mat.25:41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.  
Mat.25:42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;  
Mat.25:43 fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.  
Mat.25:44 Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?  
Mat.25:45 Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.  
Mat.25:46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna. 

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