Sant.2:23 Y
se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por
justicia, y fue llamado amigo de Dios.
à La fe no puede ser, sin
injusticia, imputada a justicia si ella no constriñera, por así decir, al
creyente a dar a Dios lo que le es debido, volviéndole así realmente justo;
Rom.3:21-26 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios,
testificada por la ley y por los profetas; -la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen
en él. Porque no hay diferencia, -por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, -siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es
en Cristo Jesús, -a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para
manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los
pecados pasados, -con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el
justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
à ¿Podría Dios llamar su “amigo…” a
alguien que no tuviera una confianza absoluta en su amor?.- Nada hay más
hiriente y ofensivo para él que comprobar cómo nos cuesta descansar sobre su
palabra y confiar en su amor gratuito; y nada más dulce para su gran corazón
que de encontrar hombres que se animan a confiar en él cuando pareciera
sustraerse a su encuentro, esconderse de sus ojos o faltar a su palabra,
Sal.46:2-3 Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al
corazón del mar; -Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de
su braveza. Selah -Sal.46:4
Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, El santuario de las moradas del
Altísimo.
Sal.56:3
En el día que temo, Yo en ti confío. Sal.56:4
En Dios alabaré su palabra; En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?
Sal.125:1
Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, Que no se mueve, sino que
permanece para siempre.
Sal.23:4
Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú
estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me
infundirán aliento.
Is.8:17
Esperaré, pues, a Jehová, el cual escondió su rostro de la casa de Jacob, y en
él confiaré.
Sant.2:23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.
à La fe no puede ser, sin
injusticia, imputada a justicia si ella no constriñera, por así decir, al
creyente a dar a Dios lo que le es debido, volviéndole así realmente justo;
Rom.3:21-26 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; -la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, -por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, -siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, -a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, -con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
à ¿Podría Dios llamar su “amigo…” a
alguien que no tuviera una confianza absoluta en su amor?.- Nada hay más
hiriente y ofensivo para él que comprobar cómo nos cuesta descansar sobre su
palabra y confiar en su amor gratuito; y nada más dulce para su gran corazón
que de encontrar hombres que se animan a confiar en él cuando pareciera
sustraerse a su encuentro, esconderse de sus ojos o faltar a su palabra,
Sal.46:2-3 Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar; -Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah -Sal.46:4 Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, El santuario de las moradas del Altísimo.
Sal.56:3 En el día que temo, Yo en ti confío. Sal.56:4 En Dios alabaré su palabra; En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?
Sal.125:1 Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, Que no se mueve, sino que permanece para siempre.
Sal.23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Is.8:17 Esperaré, pues, a Jehová, el cual escondió su rostro de la casa de Jacob, y en él confiaré.
Lam.3:19 -25 Acuérdate de mi aflicción y de mi abatimiento, del ajenjo y de la hiel; -Lo tendré aún en memoria, porque mi alma está abatida dentro de mí; -Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto, esperaré. -Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. -Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. -Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré.-Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca. Lam.3:29 Ponga su boca en el polvo, por si aun hay esperanza...
è
Abraham
no se le negó a Dios, creyó a sus promesas desde el día que le dijo “sal de tu
tierra y de tu parentela…” camino entre tienda y altar… Le creyó a Dios cuando
le dijo: “que le daría la tierra a él y a su descendencia…”, Su nombre cambiado
de Abram a Abraham (Padre de multitudes) aun cuando su mujer Sara era estéril y
ya envejecida…, con esperanza en donde no se podía esperar más nada... con la
tierra llena de malos habitantes, llenos de dioses paganos, (idolatras, violentos e inmorales)... Cuando al fin ya tenía
un descendiente porque “en Isaac…” le sería llamada descendencia… Dios se lo pide en
holocausto, (tenia que degollarlo y quemarlo hasta las cenizas), entre sus muchos
pensamientos, prevaleció en fe diciendo: “…iremos, adoraremos y volveremos…” Su
fe y confianza en Dios, acompañada de su acción al levantar el cuchillo,
lograron aquella expresión del Omnipotente, “Abraham, mi amigo…” Declaración
que quedó clara para todo el ejercito de ángeles en el cielo, para todas las
huestes espirituales de maldad y para todas las generaciones hasta el día de
hoy, porque Su Amigo, que está sentado en el trono sublime, hizo pacto con el…
y fue llamado “padre de la fe…”
è
Señor
Jesús, por medio de la Obra del Espíritu Santo, ayúdanos a que más allá de
haber recibido a Cristo y tener potestad de ser llamados hijos de Dios, podamos
ostentar el título de amigos, tan sencillamente como lo hacen los niños, y a través de todas las pruebas y vicisitudes
podamos amarte más que familia… más allá de los beneficios de la sangre, porque
“un amigo es más unido que un hermano…” Prov.18:24.-
Prov.3:3 Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad;
Atalas a tu cuello,
Escríbelas en la tabla de tu corazón;
è Abraham no se le negó a Dios, creyó a sus promesas desde el día que le dijo “sal de tu tierra y de tu parentela…” camino entre tienda y altar… Le creyó a Dios cuando le dijo: “que le daría la tierra a él y a su descendencia…”, Su nombre cambiado de Abram a Abraham (Padre de multitudes) aun cuando su mujer Sara era estéril y ya envejecida…, con esperanza en donde no se podía esperar más nada... con la tierra llena de malos habitantes, llenos de dioses paganos, (idolatras, violentos e inmorales)... Cuando al fin ya tenía un descendiente porque “en Isaac…” le sería llamada descendencia… Dios se lo pide en holocausto, (tenia que degollarlo y quemarlo hasta las cenizas), entre sus muchos pensamientos, prevaleció en fe diciendo: “…iremos, adoraremos y volveremos…” Su fe y confianza en Dios, acompañada de su acción al levantar el cuchillo, lograron aquella expresión del Omnipotente, “Abraham, mi amigo…” Declaración que quedó clara para todo el ejercito de ángeles en el cielo, para todas las huestes espirituales de maldad y para todas las generaciones hasta el día de hoy, porque Su Amigo, que está sentado en el trono sublime, hizo pacto con el… y fue llamado “padre de la fe…”
è
Señor
Jesús, por medio de la Obra del Espíritu Santo, ayúdanos a que más allá de
haber recibido a Cristo y tener potestad de ser llamados hijos de Dios, podamos
ostentar el título de amigos, tan sencillamente como lo hacen los niños, y a través de todas las pruebas y vicisitudes
podamos amarte más que familia… más allá de los beneficios de la sangre, porque
“un amigo es más unido que un hermano…” Prov.18:24.-
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