Jn.10:27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
El pastor y SUS ovejas
Los cristianos estamos aquí comparados con
las ovejas. No es una comparación muy favorecedora podríamos decir; si lo aceptamos es porque
entonces no queremos ser halagados, tampoco nuestro Señor al constituirse en nuestro Pastor.
Consideramos que es
bueno adularnos, eso dice la psicología. Pero aunque esto este lejos de ser
halagador, es, sin embargo, eminentemente consolador, porque de todas las
criaturas no hay mejor comparación acerca del ser y de las enfermedades de las
ovejas. En esta fragilidad de la oveja y su naturaleza encajamos nosotros, es emblema de
nosotros mismos; al menos, de tantos de nosotros que hemos creído en Jesús y
anhelamos ser sus discípulos.
Que otros se jacten de lo fuertes que son; sin
embargo nosotros recapacitamos que ciertamente somos débiles. Hemos demostrado
nuestra debilidad, y día a día lo lamentamos. Confesamos nuestra debilidad; y todavía
debemos seguir buscando y no nos detengamos en eso, porque, como dijo el apóstol
Pablo, así decimos nosotros también, “cuando somos débiles entonces somos
fuertes..."
Las ovejas tienen muchas necesidades, sin
embargo, son muy indefensas, y bastante incapaces de mantenerse por sí mismas.
Nuestras necesidades espirituales son numerosas
y no podemos satisfacer ninguna de ellas. Somos viajeros a través de un
desierto que no nos da ni alimento ni agua. A menos que nuestro pan caiga desde
el cielo, y nuestra agua fluya de la roca viva, deberíamos morir.
Nuestra debilidad y nuestros deseos los
sentimos agudamente y ya que el Señor conoce nuestra pobre propiedad, y nos
ayuda con el cuidado más tierno que podamos expresar. Como las ovejas, también,
somos criaturas tontas, y en este sentido también somos muy temerosos.
Nosotros decimos, como David dijo, "Oh
Dios, tú sabes mi locura", y él dice a nosotros como le dijo a David:
"Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos" (Sal.32:8). Si Cristo no
fuera nuestra sabiduría, pronto deberíamos caer presa al destructor. Cada grano
de ese trigo que es la verdadera sabiduría que poseemos y tenemos, ha derivado de
él y no de nosotros mismos pues la locura está ligada a nuestro corazón.
Cuanto más conscientes seamos hermanos santos,
de nuestras propias deficiencias, falta de vigor, discreción, sagacidad y todos
los instintos de la autoconservación, más encantados estaremos de ver que el
Señor nos acepta bajo estas condiciones, y que somos “el pueblo de su prado, y
ovejas de su mano” (Sal.95:7).
El nos distingue como somos, y nos reclama como
suyos, prevé todos los males a los que estamos expuestos, y nos cuida porque somos
suyos por redención. El tiene presente a cada cordero del redil y a la oveja más
adulta, y así alimenta al rebaños de acuerdo a la integridad de su corazón, y
nos guía por la destreza de sus manos. Pues así lo prometió “Porque así ha
dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las
reconoceré.” “Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus
ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los
lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad.” “Y yo
las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras; las traeré a su propia
tierra, y las apacentaré en los montes de Israel, por las riberas, y en todos
los lugares habitados del país.” “En buenos pastos las apacentaré, y en los
altos montes de Israel estará su aprisco; allí dormirán en buen redil, y en
pastos suculentos serán apacentadas sobre los montes de Israel.” “Yo apacentaré
mis ovejas, y yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor.” “Yo buscaré la
perdida, y haré volver al redil la descarriada; vendaré la perniquebrada, y
fortaleceré la débil; mas a la engordada y a la fuerte destruiré; las
apacentaré con justicia.” (Ez.34:10-16).-
Oh!! si hermanos, qué dulce música hay para
nosotros en el nombre que se da nuestro Señor ¡Jesucristo!! ¡“el buen pastor”!
No solo describe su competencia sino que sostiene y establece la simpatía que
siente, la aptitud que muestra, y la responsabilidad que tiene para promover
nuestro bienestar.
Y si, las ovejas somos débiles, pero el pastor
es fuerte para proteger a su rebaño del lobo merodeador o el león rugiente. Si,
las ovejas sufren privación porque el suelo es estéril, sin embargo, el pastor
es capaz de llevarlos a pastos adecuados para ellos. Si, somos faltos de
entendimiento, pero El va delante nuestro, nos anima con su voz, y nos gobierna
con la vara de su mando.
No puede haber un rebaño sin un pastor; ni hay
un pastor verdaderamente sin un rebaño. Los dos deben ir juntos son el uno para
el otro. Son la plenitud uno del otro. Así que nos alegramos de recordar que
"…de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.” Jn.1:16
Que soy como una oveja, es un triste reflejo;
pero tengo Un Pastor que calma todos mis dolores y crea nuevas alegrías cada
día, cada mañana cuando me saca del redil y me lleva por verdes y refulgentes praderas
llenas de flores inmarcesibles y todo junto a Él es alegría.
Puedo confiar en su fuerza; si, estoy lleno de
deseos y de incertidumbres, pero El puede sacar de su plenitud, cuando el habla
a mi alma; para que yo deje de ser superficial y, a menudo, al final de todo mi
ingenio, aún toma mi cabeza en sus manos para que pueda estar firme y regulado por su sabiduría y es así, que
mi vergüenza redunda en su alabanza.
Esto No es para ustedes, los grandes señores y los poderosos "varones de renombre" (Gen.6:4), que alzan sus cabezas y reclaman su
honra, “No hay paz para los malos, dijo Jehová.” (Is.48:22).- Pero a vosotros,
vosotros los humildes, que se deleitan en el valle de la humillación, y se
sienten a sí mismos derribados en su
propia estima, para ti es que el Pastor se hace muy estimado. Y a ti y a mi nos
dará la potestad para que nos recostemos en verdes prados al lado de aguas
tranquilas.
"Mis ovejas", dice Cristo. Entonces,
tendremos algo que que decir sobre las marcas de las ovejas. En mi provincia hay
una dirección que depende del área de Ganadería y se llama “Registro de Marcas
y Señas”, las marcas de la ganadería no se pueden repetir, y sirven para saber quién
es el propietario de los animales, cada uno de ellos debe estar marcados, aunque
actualmente se usa un dispositivo plástico adherido a las orejas, ya no se los
marca casi con hierros calientes.-
Jesús nos ha marcado mas profundamente que un hierro
candente cuando le contemplamos derramando su sangre en el silencio de los vientos
del Gólgota, cuando pagaba el precio, alcanzamos a vislumbrar nuestra Salvación
y fuimos quebrantados, fuimos traspasados como por un hierro al rojo vivo calentado
siete veces en un amor ardiente e inconmensurable, Si alguien se atreviese a
preguntar ¿Quién es el propietario de las ovejas? Se le responderá con toda
seguridad: Todos ellos son de Cristo. Y el Rey dice así "Mis ovejas escuchan
mi voz ".
¿Cómo llegaron los santos a ser de Cristo?. Son
suyos, ante todo, porque los escogió antes de la constitución del mundo, somos
suyos por herencia, somos suyos por la compra sangrienta, somos suyos de todas
las formas y figuras legales en la tierra y en el cielo… Oh! hermano, no temas,
eres una oveja del Señor y el pastor esta cerca.- Gloria a su santísimo nombre
amén y amen.-
PLAN DE LECTURA BÍBLICA ANUAL
Capítulo 11
Animales limpios e inmundos (Dt. 14.3-21)
Lev.11:1 Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciéndoles:
Lev.11:2 Hablad a los hijos de Israel y decidles: Estos son los animales que comeréis de entre todos los animales que hay sobre la tierra.
Lev.11:3 De entre los animales, todo el que tiene pezuña hendida y que rumia, éste comeréis.
Lev.11:4 Pero de los que rumian o que tienen pezuña, no comeréis éstos: el camello, porque rumia pero no tiene pezuña hendida, lo tendréis por inmundo.
Lev.11:5 También el conejo, porque rumia, pero no tiene pezuña, lo tendréis por inmundo.
Lev.11:6 Asimismo la liebre, porque rumia, pero no tiene pezuña, la tendréis por inmunda.
Lev.11:7 También el cerdo, porque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendréis por inmundo.
Lev.11:8 De la carne de ellos no comeréis, ni tocaréis su cuerpo muerto; los tendréis por inmundos.
Lev.11:9 Esto comeréis de todos los animales que viven en las aguas: todos los que tienen aletas y escamas en las aguas del mar, y en los ríos, estos comeréis.
Lev.11:10 Pero todos los que no tienen aletas ni escamas en el mar y en los ríos, así de todo lo que se mueve como de toda cosa viviente que está en las aguas, los tendréis en abominación.
Lev.11:11 Os serán, pues, abominación; de su carne no comeréis, y abominaréis sus cuerpos muertos.
Lev.11:12 Todo lo que no tuviere aletas y escamas en las aguas, lo tendréis en abominación.
Lev.11:13 Y de las aves, éstas tendréis en abominación; no se comerán, serán abominación: el águila, el quebrantahuesos, el azor,
Lev.11:14 el gallinazo, el milano según su especie;
Lev.11:15 todo cuervo según su especie;
Lev.11:16 el avestruz, la lechuza, la gaviota, el gavilán según su especie;
Lev.11:17 el buho, el somormujo, el ibis,
Lev.11:18 el calamón, el pelícano, el buitre,
Lev.11:19 la cigüeña, la garza según su especie, la abubilla y el murciélago.
Lev.11:20 Todo insecto alado que anduviere sobre cuatro patas, tendréis en abominación.
Lev.11:21 Pero esto comeréis de todo insecto alado que anda sobre cuatro patas, que tuviere piernas además de sus patas para saltar con ellas sobre la tierra;
Lev.11:22 estos comeréis de ellos: la langosta según su especie, el langostín según su especie, el argol según su especie, y el hagab según su especie.
Lev.11:23 Todo insecto alado que tenga cuatro patas, tendréis en abominación.
Lev.11:24 Y por estas cosas seréis inmundos; cualquiera que tocare sus cuerpos muertos será inmundo hasta la noche,
Lev.11:25 y cualquiera que llevare algo de sus cadáveres lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la noche.
Lev.11:26 Todo animal de pezuña, pero que no tiene pezuña hendida, ni rumia, tendréis por inmundo; y cualquiera que los tocare será inmundo.
Lev.11:27 Y de todos los animales que andan en cuatro patas, tendréis por inmundo a cualquiera que ande sobre sus garras; y todo el que tocare sus cadáveres será inmundo hasta la noche.
Lev.11:28 Y el que llevare sus cadáveres, lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la noche; los tendréis por inmundos.
Lev.11:29 Y tendréis por inmundos a estos animales que se mueven sobre la tierra: la comadreja, el ratón, la rana según su especie,
Lev.11:30 el erizo, el cocodrilo, el lagarto, la lagartija y el camaleón.
Lev.11:31 Estos tendréis por inmundos de entre los animales que se mueven, y cualquiera que los tocare cuando estuvieren muertos será inmundo hasta la noche.
Lev.11:32 Y todo aquello sobre que cayere algo de ellos después de muertos, será inmundo; sea cosa de madera, vestido, piel, saco, sea cualquier instrumento con que se trabaja, será metido en agua, y quedará inmundo hasta la noche; entonces quedará limpio.
Lev.11:33 Toda vasija de barro dentro de la cual cayere alguno de ellos será inmunda, así como todo lo que estuviere en ella, y quebraréis la vasija.
Lev.11:34 Todo alimento que se come, sobre el cual cayere el agua de tales vasijas, será inmundo; y toda bebida que hubiere en esas vasijas será inmunda.
Lev.11:35 Todo aquello sobre que cayere algo del cadáver de ellos será inmundo; el horno u hornillos se derribarán; son inmundos, y por inmundos los tendréis.
Lev.11:36 Con todo, la fuente y la cisterna donde se recogen aguas serán limpias; mas lo que hubiere tocado en los cadáveres será inmundo.
Lev.11:37 Y si cayere algo de los cadáveres sobre alguna semilla que se haya de sembrar, será limpia.
Lev.11:38 Mas si se hubiere puesto agua en la semilla, y cayere algo de los cadáveres sobre ella, la tendréis por inmunda.
Lev.11:39 Y si algún animal que tuviereis para comer muriere, el que tocare su cadáver será inmundo hasta la noche.
Lev.11:40 Y el que comiere del cuerpo muerto, lavará sus vestidos y será inmundo hasta la noche; asimismo el que sacare el cuerpo muerto, lavará sus vestidos y será inmundo hasta la noche.
Lev.11:41 Y todo reptil que se arrastra sobre la tierra es abominación; no se comerá.
Lev.11:42 Todo lo que anda sobre el pecho, y todo lo que anda sobre cuatro o más patas, de todo animal que se arrastra sobre la tierra, no lo comeréis, porque es abominación.
Lev.11:43 No hagáis abominables vuestras personas con ningún animal que se arrastra, ni os contaminéis con ellos, ni seáis inmundos por ellos.
Lev.11:44 Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo; así que no contaminéis vuestras personas con ningún animal que se arrastre sobre la tierra.
Lev.11:45 Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios: seréis, pues, santos, porque yo soy santo.
Lev.11:46 Esta es la ley acerca de las bestias, y las aves, y todo ser viviente que se mueve en las aguas, y todo animal que se arrastra sobre la tierra,
Lev.11:47 para hacer diferencia entre lo inmundo y lo limpio, y entre los animales que se pueden comer y los animales que no se pueden comer.
Capítulo 12
La purificación de la mujer después del parto
Lev.12:1 Habló Jehová a Moisés, diciendo:
Lev.12:2 Habla a los hijos de Israel y diles: La mujer cuando conciba y dé a luz varón, será inmunda siete días; conforme a los días de su menstruación será inmunda.
Lev.12:3 Y al octavo día se circuncidará al niño.
Lev.12:4 Mas ella permanecerá treinta y tres días purificándose de su sangre; ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al santuario, hasta cuando sean cumplidos los días de su purificación.
Lev.12:5 Y si diere a luz hija, será inmunda dos semanas, conforme a su separación, y sesenta y seis días estará purificándose de su sangre.
Lev.12:6 Cuando los días de su purificación fueren cumplidos, por hijo o por hija, traerá un cordero de un año para holocausto, y un palomino o una tórtola para expiación, a la puerta del tabernáculo de reunión, al sacerdote;
Lev.12:7 y él los ofrecerá delante de Jehová, y hará expiación por ella, y será limpia del flujo de su sangre. Esta es la ley para la que diere a luz hijo o hija.
Lev.12:8 Y si no tiene lo suficiente para un cordero, tomará entonces dos tórtolas o dos palominos, uno para holocausto y otro para expiación; y el sacerdote hará expiación por ella, y será limpia.
Capítulo 13
Leyes acerca de la lepra
Lev.13:1 Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo:
Lev.13:2 Cuando el hombre tuviere en la piel de su cuerpo hinchazón, o erupción, o mancha blanca, y hubiere en la piel de su cuerpo como llaga de lepra, será traído a Aarón el sacerdote o a uno de sus hijos los sacerdotes.
Lev.13:3 Y el sacerdote mirará la llaga en la piel del cuerpo; si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco, y pareciere la llaga más profunda que la piel de la carne, llaga de lepra es; y el sacerdote le reconocerá, y le declarará inmundo.
Lev.13:4 Y si en la piel de su cuerpo hubiere mancha blanca, pero que no pareciere más profunda que la piel, ni el pelo se hubiere vuelto blanco, entonces el sacerdote encerrará al llagado por siete días.
Lev.13:5 Y al séptimo día el sacerdote lo mirará; y si la llaga conserva el mismo aspecto, no habiéndose extendido en la piel, entonces el sacerdote le volverá a encerrar por otros siete días.
Lev.13:6 Y al séptimo día el sacerdote le reconocerá de nuevo; y si parece haberse oscurecido la llaga, y que no ha cundido en la piel, entonces el sacerdote lo declarará limpio: era erupción; y lavará sus vestidos, y será limpio.
Lev.13:7 Pero si se extendiere la erupción en la piel después que él se mostró al sacerdote para ser limpio, deberá mostrarse otra vez al sacerdote.
Lev.13:8 Y si reconociéndolo el sacerdote ve que la erupción se ha extendido en la piel, lo declarará inmundo: es lepra.
Lev.13:9 Cuando hubiere llaga de lepra en el hombre, será traído al sacerdote.
Lev.13:10 Y éste lo mirará, y si apareciere tumor blanco en la piel, el cual haya mudado el color del pelo, y se descubre asimismo la carne viva,
Lev.13:11 es lepra crónica en la piel de su cuerpo; y le declarará inmundo el sacerdote, y no le encerrará, porque es inmundo.
Lev.13:12 Mas si brotare la lepra cundiendo por la piel, de modo que cubriere toda la piel del llagado desde la cabeza hasta sus pies, hasta donde pueda ver el sacerdote,
Lev.13:13 entonces éste le reconocerá; y si la lepra hubiere cubierto todo su cuerpo, declarará limpio al llagado; toda ella se ha vuelto blanca, y él es limpio.
Lev.13:14 Mas el día que apareciere en él la carne viva, será inmundo.
Lev.13:15 Y el sacerdote mirará la carne viva, y lo declarará inmundo. Es inmunda la carne viva; es lepra.
Lev.13:16 Mas cuando la carne viva cambiare y se volviere blanca, entonces vendrá al sacerdote,
Lev.13:17 y el sacerdote mirará; y si la llaga se hubiere vuelto blanca, el sacerdote declarará limpio al que tenía la llaga, y será limpio.
Lev.13:18 Y cuando en la piel de la carne hubiere divieso, y se sanare,
Lev.13:19 y en el lugar del divieso hubiere una hinchazón, o una mancha blanca rojiza, será mostrado al sacerdote.
Lev.13:20 Y el sacerdote mirará; y si pareciere estar más profunda que la piel, y su pelo se hubiere vuelto blanco, el sacerdote lo declarará inmundo; es llaga de lepra que se originó en el divieso.
Lev.13:21 Y si el sacerdote la considerare, y no apareciere en ella pelo blanco, ni fuere más profunda que la piel, sino oscura, entonces el sacerdote le encerrará por siete días;
Lev.13:22 y si se fuere extendiendo por la piel, entonces el sacerdote lo declarará inmundo; es llaga.
Lev.13:23 Pero si la mancha blanca se estuviere en su lugar, y no se hubiere extendido, es la cicatriz del divieso, y el sacerdote lo declarará limpio.
Lev.13:24 Asimismo cuando hubiere en la piel del cuerpo quemadura de fuego, y hubiere en lo sanado del fuego mancha blanquecina, rojiza o blanca,
Lev.13:25 el sacerdote la mirará; y si el pelo se hubiere vuelto blanco en la mancha, y ésta pareciere ser más profunda que la piel, es lepra que salió en la quemadura; y el sacerdote lo declarará inmundo, por ser llaga de lepra.
Lev.13:26 Mas si el sacerdote la mirare, y no apareciere en la mancha pelo blanco, ni fuere más profunda que la piel, sino que estuviere oscura, le encerrará el sacerdote por siete días.
Lev.13:27 Y al séptimo día el sacerdote la reconocerá; y si se hubiere ido extendiendo por la piel, el sacerdote lo declarará inmundo; es llaga de lepra.
Lev.13:28 Pero si la mancha se estuviere en su lugar, y no se hubiere extendido en la piel, sino que estuviere oscura, es la cicatriz de la quemadura; el sacerdote lo declarará limpio, porque señal de la quemadura es.
Lev.13:29 Y al hombre o mujer que le saliere llaga en la cabeza, o en la barba,
Lev.13:30 el sacerdote mirará la llaga; y si pareciere ser más profunda que la piel, y el pelo de ella fuere amarillento y delgado, entonces el sacerdote le declarará inmundo; es tiña, es lepra de la cabeza o de la barba.
Lev.13:31 Mas cuando el sacerdote hubiere mirado la llaga de la tiña, y no pareciere ser más profunda que la piel, ni hubiere en ella pelo negro, el sacerdote encerrará por siete días al llagado de la tiña;
Lev.13:32 y al séptimo día el sacerdote mirará la llaga; y si la tiña no pareciere haberse extendido, ni hubiere en ella pelo amarillento, ni pareciere la tiña más profunda que la piel,
Lev.13:33 entonces le hará que se rasure, pero no rasurará el lugar afectado; y el sacerdote encerrará por otros siete días al que tiene la tiña.
Lev.13:34 Y al séptimo día mirará el sacerdote la tiña; y si la tiña no hubiere cundido en la piel, ni pareciere ser más profunda que la piel, el sacerdote lo declarará limpio; y lavará sus vestidos y será limpio.
Lev.13:35 Pero si la tiña se hubiere ido extendiendo en la piel después de su purificación,
Lev.13:36 entonces el sacerdote la mirará; y si la tiña hubiere cundido en la piel, no busque el sacerdote el pelo amarillento; es inmundo.
Lev.13:37 Mas si le pareciere que la tiña está detenida, y que ha salido en ella el pelo negro, la tiña está sanada; él está limpio, y limpio lo declarará el sacerdote.
Lev.13:38 Asimismo cuando el hombre o la mujer tuviere en la piel de su cuerpo manchas, manchas blancas,
Lev.13:39 el sacerdote mirará, y si en la piel de su cuerpo aparecieren manchas blancas algo oscurecidas, es empeine que brotó en la piel; está limpia la persona.
Lev.13:40 Y el hombre, cuando se le cayere el cabello, es calvo, pero limpio.
Lev.13:41 Y si hacia su frente se le cayere el cabello, es calvo por delante, pero limpio.
Lev.13:42 Mas cuando en la calva o en la antecalva hubiere llaga blanca rojiza, lepra es que brota en su calva o en su antecalva.
Lev.13:43 Entonces el sacerdote lo mirará, y si pareciere la hinchazón de la llaga blanca rojiza en su calva o en su antecalva, como el parecer de la lepra de la piel del cuerpo,
Lev.13:44 leproso es, es inmundo, y el sacerdote lo declarará luego inmundo; en su cabeza tiene la llaga.
Lev.13:45 Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta, y embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡inmundo!
Lev.13:46 Todo el tiempo que la llaga estuviere en él, será inmundo; estará impuro, y habitará solo; fuera del campamento será su morada.
Lev.13:47 Cuando en un vestido hubiere plaga de lepra, ya sea vestido de lana, o de lino,
Lev.13:48 o en urdimbre o en trama de lino o de lana, o en cuero, o en cualquiera obra de cuero;
Lev.13:49 y la plaga fuere verdosa, o rojiza, en vestido o en cuero, en urdimbre o en trama, o en cualquiera obra de cuero; plaga es de lepra, y se ha de mostrar al sacerdote.
Lev.13:50 Y el sacerdote mirará la plaga, y encerrará la cosa plagada por siete días.
Lev.13:51 Y al séptimo día mirará la plaga; y si se hubiere extendido la plaga en el vestido, en la urdimbre o en la trama, en el cuero, o en cualquiera obra que se hace de cuero, lepra maligna es la plaga; inmunda será.
Lev.13:52 Será quemado el vestido, la urdimbre o trama de lana o de lino, o cualquiera obra de cuero en que hubiere tal plaga, porque lepra maligna es; al fuego será quemada.
Lev.13:53 Y si el sacerdote mirare, y no pareciere que la plaga se haya extendido en el vestido, en la urdimbre o en la trama, o en cualquiera obra de cuero,
Lev.13:54 entonces el sacerdote mandará que laven donde está la plaga, y lo encerrará otra vez por siete días.
Lev.13:55 Y el sacerdote mirará después que la plaga fuere lavada; y si pareciere que la plaga no ha cambiado de aspecto, aunque no se haya extendido la plaga, inmunda es; la quemarás al fuego; es corrosión penetrante, esté lo raído en el derecho o en el revés de aquella cosa.
Lev.13:56 Mas si el sacerdote la viere, y pareciere que la plaga se ha oscurecido después que fue lavada, la cortará del vestido, del cuero, de la urdimbre o de la trama.
Lev.13:57 Y si apareciere de nuevo en el vestido, la urdimbre o trama, o en cualquiera cosa de cuero, extendiéndose en ellos, quemarás al fuego aquello en que estuviere la plaga.
Lev.13:58 Pero el vestido, la urdimbre o la trama, o cualquiera cosa de cuero que lavares, y que se le quitare la plaga, se lavará segunda vez, y entonces será limpia.
Lev.13:59 Esta es la ley para la plaga de la lepra del vestido de lana o de lino, o de urdimbre o de trama, o de cualquiera cosa de cuero, para que sea declarada limpia o inmunda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario