Prov.12:3 El hombre no se afirmará por medio de la impiedad;
Mas la raíz de los justos no será removida.
PLAN DE LECTURA BÍBLICA ANUAL
Capítulo 6
Amonestación contra la pereza y la falsedad
Prov.6:1 Hijo mío, si salieres fiador por tu amigo,
Si has empeñado tu palabra a un extraño,
Prov.6:2 Te has enlazado con las palabras de tu boca,
Y has quedado preso en los dichos de tus labios.
Prov.6:3 Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate,
Ya que has caído en la mano de tu prójimo;
Ve, humíllate, y asegúrate de tu amigo.
Prov.6:4 No des sueño a tus ojos,
Ni a tus párpados adormecimiento;
Prov.6:5 Escápate como gacela de la mano del cazador,
Y como ave de la mano del que arma lazos.
Prov.6:6 Ve a la hormiga, oh perezoso,
Mira sus caminos, y sé sabio;
Prov.6:7 La cual no teniendo capitán,
Ni gobernador, ni señor,
Prov.6:8 Prepara en el verano su comida,
Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.
Prov.6:9 Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir?
¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
Prov.6:10 Un poco de sueño, un poco de dormitar,
Y cruzar por un poco las manos para reposo;
Prov.6:11 Así vendrá tu necesidad como caminante,
Y tu pobreza como hombre armado.
Prov.6:12 El hombre malo, el hombre depravado,
Es el que anda en perversidad de boca;
Prov.6:13 Que guiña los ojos, que habla con los pies,
Que hace señas con los dedos.
Prov.6:14 Perversidades hay en su corazón; anda pensando el mal en todo tiempo;
Siembra las discordias.
Prov.6:15 Por tanto, su calamidad vendrá de repente;
Súbitamente será quebrantado, y no habrá remedio.
Prov.6:16 Seis cosas aborrece Jehová,
Y aun siete abomina su alma:
Prov.6:17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa,
Las manos derramadoras de sangre inocente,
Prov.6:18 El corazón que maquina pensamientos inicuos,
Los pies presurosos para correr al mal,
Prov.6:19 El testigo falso que habla mentiras,
Y el que siembra discordia entre hermanos.
Amonestación contra el adulterio
Prov.6:20 Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre,
Y no dejes la enseñanza de tu madre;
Prov.6:21 Atalos siempre en tu corazón,
Enlázalos a tu cuello.
Prov.6:22 Te guiarán cuando andes; cuando duermas te guardarán;
Hablarán contigo cuando despiertes.
Prov.6:23 Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz,
Y camino de vida las reprensiones que te instruyen,
Prov.6:24 Para que te guarden de la mala mujer,
De la blandura de la lengua de la mujer extraña.
Prov.6:25 No codicies su hermosura en tu corazón,
Ni ella te prenda con sus ojos;
Prov.6:26 Porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan;
Y la mujer caza la preciosa alma del varón.
Prov.6:27 ¿Tomará el hombre fuego en su seno
Sin que sus vestidos ardan?
Prov.6:28 ¿Andará el hombre sobre brasas
Sin que sus pies se quemen?
Prov.6:29 Así es el que se llega a la mujer de su prójimo;
No quedará impune ninguno que la tocare.
Prov.6:30 No tienen en poco al ladrón si hurta
Para saciar su apetito cuando tiene hambre;
Prov.6:31 Pero si es sorprendido, pagará siete veces;
Entregará todo el haber de su casa.
Prov.6:32 Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento;
Corrompe su alma el que tal hace.
Prov.6:33 Heridas y vergüenza hallará,
Y su afrenta nunca será borrada.
Prov.6:34 Porque los celos son el furor del hombre,
Y no perdonará en el día de la venganza.
Prov.6:35 No aceptará ningún rescate,
Ni querrá perdonar, aunque multipliques los dones.
Capítulo 7
Las artimañas de la ramera
Prov.7:1 Hijo mío, guarda mis razones,
Y atesora contigo mis mandamientos.
Prov.7:2 Guarda mis mandamientos y vivirás,
Y mi ley como las niñas de tus ojos.
Prov.7:3 Lígalos a tus dedos;
Escríbelos en la tabla de tu corazón.
Prov.7:4 Di a la sabiduría: Tú eres mi hermana,
Y a la inteligencia llama parienta;
Prov.7:5 Para que te guarden de la mujer ajena,
Y de la extraña que ablanda sus palabras.
Prov.7:6 Porque mirando yo por la ventana de mi casa,
Por mi celosía,
Prov.7:7 Vi entre los simples,
Consideré entre los jóvenes,
A un joven falto de entendimiento,
Prov.7:8 El cual pasaba por la calle, junto a la esquina,
E iba camino a la casa de ella,
Prov.7:9 A la tarde del día, cuando ya oscurecía,
En la oscuridad y tinieblas de la noche.
Prov.7:10 Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro,
Con atavío de ramera y astuta de corazón.
Prov.7:11 Alborotadora y rencillosa,
Sus pies no pueden estar en casa;
Prov.7:12 Unas veces está en la calle, otras veces en las plazas,
Acechando por todas las esquinas.
Prov.7:13 Se asió de él, y le besó.
Con semblante descarado le dijo:
Prov.7:14 Sacrificios de paz había prometido,
Hoy he pagado mis votos;
Prov.7:15 Por tanto, he salido a encontrarte,
Buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado.
Prov.7:16 He adornado mi cama con colchas
Recamadas con cordoncillo de Egipto;
Prov.7:17 He perfumado mi cámara
Con mirra, áloes y canela.
Prov.7:18 Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana;
Alegrémonos en amores.
Prov.7:19 Porque el marido no está en casa;
Se ha ido a un largo viaje.
Prov.7:20 La bolsa de dinero llevó en su mano;
El día señalado volverá a su casa.
Prov.7:21 Lo rindió con la suavidad de sus muchas palabras,
Le obligó con la zalamería de sus labios.
Prov.7:22 Al punto se marchó tras ella,
Como va el buey al degolladero,
Y como el necio a las prisiones para ser castigado;
Prov.7:23 Como el ave que se apresura a la red,
Y no sabe que es contra su vida,
Hasta que la saeta traspasa su corazón.
Prov.7:24 Ahora pues, hijos, oídme,
Y estad atentos a las razones de mi boca.
Prov.7:25 No se aparte tu corazón a sus caminos;
No yerres en sus veredas.
Prov.7:26 Porque a muchos ha hecho caer heridos,
Y aun los más fuertes han sido muertos por ella.
Prov.7:27 Camino al Seol es su casa,
Que conduce a las cámaras de la muerte.
Capítulo 8
Excelencia y eternidad de la Sabiduría
Prov.8:1 ¿No clama la sabiduría,
Y da su voz la inteligencia?
Prov.8:2 En las alturas junto al camino,
A las encrucijadas de las veredas se para;
Prov.8:3 En el lugar de las puertas, a la entrada de la ciudad,
A la entrada de las puertas da voces:
Prov.8:4 Oh hombres, a vosotros clamo;
Dirijo mi voz a los hijos de los hombres.
Prov.8:5 Entended, oh simples, discreción;
Y vosotros, necios, entrad en cordura.
Prov.8:6 Oíd, porque hablaré cosas excelentes,
Y abriré mis labios para cosas rectas.
Prov.8:7 Porque mi boca hablará verdad,
Y la impiedad abominan mis labios.
Prov.8:8 Justas son todas las razones de mi boca;
No hay en ellas cosa perversa ni torcida.
Prov.8:9 Todas ellas son rectas al que entiende,
Y razonables a los que han hallado sabiduría.
Prov.8:10 Recibid mi enseñanza, y no plata;
Y ciencia antes que el oro escogido.
Prov.8:11 Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas;
Y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella.
Prov.8:12 Yo, la sabiduría, habito con la cordura,
Y hallo la ciencia de los consejos.
Prov.8:13 El temor de Jehová es aborrecer el mal;
La soberbia y la arrogancia, el mal camino,
Y la boca perversa, aborrezco.
Prov.8:14 Conmigo está el consejo y el buen juicio;
Yo soy la inteligencia; mío es el poder.
Prov.8:15 Por mí reinan los reyes,
Y los príncipes determinan justicia.
Prov.8:16 Por mí dominan los príncipes,
Y todos los gobernadores juzgan la tierra.
Prov.8:17 Yo amo a los que me aman,
Y me hallan los que temprano me buscan.
Prov.8:18 Las riquezas y la honra están conmigo;
Riquezas duraderas, y justicia.
Prov.8:19 Mejor es mi fruto que el oro, y que el oro refinado;
Y mi rédito mejor que la plata escogida.
Prov.8:20 Por vereda de justicia guiaré,
Por en medio de sendas de juicio,
Prov.8:21 Para hacer que los que me aman tengan su heredad,
Y que yo llene sus tesoros.
Prov.8:22 Jehová me poseía en el principio,
Ya de antiguo, antes de sus obras.
Prov.8:23 Eternamente tuve el principado, desde el principio,
Antes de la tierra.
Prov.8:24 Antes de los abismos fui engendrada;
Antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas.
Prov.8:25 Antes que los montes fuesen formados,
Antes de los collados, ya había sido yo engendrada;
Prov.8:26 No había aún hecho la tierra, ni los campos,
Ni el principio del polvo del mundo.
Prov.8:27 Cuando formaba los cielos, allí estaba yo;
Cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo;
Prov.8:28 Cuando afirmaba los cielos arriba,
Cuando afirmaba las fuentes del abismo;
Prov.8:29 Cuando ponía al mar su estatuto,
Para que las aguas no traspasasen su mandamiento;
Cuando establecía los fundamentos de la tierra,
Prov.8:30 Con él estaba yo ordenándolo todo,
Y era su delicia de día en día,
Teniendo solaz delante de él en todo tiempo.
Prov.8:31 Me regocijo en la parte habitable de su tierra;
Y mis delicias son con los hijos de los hombres.
Prov.8:32 Ahora, pues, hijos, oídme,
Y bienaventurados los que guardan mis caminos.
Prov.8:33 Atended el consejo, y sed sabios,
Y no lo menospreciéis.
Prov.8:34 Bienaventurado el hombre que me escucha,
Velando a mis puertas cada día,
Aguardando a los postes de mis puertas.
Prov.8:35 Porque el que me halle, hallará la vida,
Y alcanzará el favor de Jehová.
Prov.8:36 Mas el que peca contra mí, defrauda su alma;
Todos los que me aborrecen aman la muerte.
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