Luc.6:27 Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen;
PLAN DE LECTURA BÍBLICA ANUAL
Capítulo 38
Oración de un penitente
Salmo de David, para recordar.
Sal.38:1 Jehová, no me reprendas en tu furor,
Ni me castigues en tu ira.
Sal.38:2 Porque tus saetas cayeron sobre mí,
Y sobre mí ha descendido tu mano.
Sal.38:3 Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira;
Ni hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado.
Sal.38:4 Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza;
Como carga pesada se han agravado sobre mí.
Sal.38:5 Hieden y supuran mis llagas,
A causa de mi locura.
Sal.38:6 Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera,
Ando enlutado todo el día.
Sal.38:7 Porque mis lomos están llenos de ardor,
Y nada hay sano en mi carne.
Sal.38:8 Estoy debilitado y molido en gran manera;
Gimo a causa de la conmoción de mi corazón.
Sal.38:9 Señor, delante de ti están todos mis deseos,
Y mi suspiro no te es oculto.
Sal.38:10 Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor,
Y aun la luz de mis ojos me falta ya.
Sal.38:11 Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga,
Y mis cercanos se han alejado.
Sal.38:12 Los que buscan mi vida arman lazos,
Y los que procuran mi mal hablan iniquidades,
Y meditan fraudes todo el día.
Sal.38:13 Mas yo, como si fuera sordo, no oigo;
Y soy como mudo que no abre la boca.
Sal.38:14 Soy, pues, como un hombre que no oye,
Y en cuya boca no hay reprensiones.
Sal.38:15 Porque en ti, oh Jehová, he esperado;
Tú responderás, Jehová Dios mío.
Sal.38:16 Dije: No se alegren de mí;
Cuando mi pie resbale, no se engrandezcan sobre mí.
Sal.38:17 Pero yo estoy a punto de caer,
Y mi dolor está delante de mí continuamente.
Sal.38:18 Por tanto, confesaré mi maldad,
Y me contristaré por mi pecado.
Sal.38:19 Porque mis enemigos están vivos y fuertes,
Y se han aumentado los que me aborrecen sin causa.
Sal.38:20 Los que pagan mal por bien
Me son contrarios, por seguir yo lo bueno.
Sal.38:21 No me desampares, oh Jehová;
Dios mío, no te alejes de mí.
Sal.38:22 Apresúrate a ayudarme,
Oh Señor, mi salvación.
Capítulo 39
El carácter transitorio de la vida
Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David.
Sal.39:1 Yo dije: Atenderé a mis caminos,
Para no pecar con mi lengua;
Guardaré mi boca con freno,
En tanto que el impío esté delante de mí.
Sal.39:2 Enmudecí con silencio, me callé aun respecto de lo bueno;
Y se agravó mi dolor.
Sal.39:3 Se enardeció mi corazón dentro de mí;
En mi meditación se encendió fuego,
Y así proferí con mi lengua:
Sal.39:4 Hazme saber, Jehová, mi fin,
Y cuánta sea la medida de mis días;
Sepa yo cuán frágil soy.
Sal.39:5 He aquí, diste a mis días término corto,
Y mi edad es como nada delante de ti;
Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. Selah
Sal.39:6 Ciertamente como una sombra es el hombre;
Ciertamente en vano se afana;
Amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá.
Sal.39:7 Y ahora, Señor, ¿qué esperaré?
Mi esperanza está en ti.
39:8 Líbrame de todas mis transgresiones;
No me pongas por escarnio del insensato.
Sal.39:9 Enmudecí, no abrí mi boca,
Porque tú lo hiciste.
Sal.39:10 Quita de sobre mí tu plaga;
Estoy consumido bajo los golpes de tu mano.
Sal.39:11 Con castigos por el pecado corriges al hombre,
Y deshaces como polilla lo más estimado de él;
Ciertamente vanidad es todo hombre. Selah
Sal.39:12 Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor.
No calles ante mis lágrimas;
Porque forastero soy para ti,
Y advenedizo, como todos mis padres.
Sal.39:13 Déjame, y tomaré fuerzas,
Antes que vaya y perezca.
Capítulo 40
Alabanza por la liberación divina (Sal. 70. 1-5)
Al músico principal. Salmo de David.
Sal.40:1 Pacientemente esperé a Jehová,
Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.
Sal.40:2 Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
Sal.40:3 Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios.
Verán esto muchos, y temerán,
Y confiarán en Jehová.
Sal.40:4 Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza,
Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira.
Sal.40:5 Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas;
Y tus pensamientos para con nosotros,
No es posible contarlos ante ti.
Si yo anunciare y hablare de ellos,
No pueden ser enumerados.
Sal.40:6 Sacrificio y ofrenda no te agrada;
Has abierto mis oídos;
Holocausto y expiación no has demandado.
Sal.40:7 Entonces dije: He aquí, vengo;
En el rollo del libro está escrito de mí;
Sal.40:8 El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,
Y tu ley está en medio de mi corazón.
Sal.40:9 He anunciado justicia en grande congregación;
He aquí, no refrené mis labios,
Jehová, tú lo sabes.
Sal.40:10 No encubrí tu justicia dentro de mi corazón;
He publicado tu fidelidad y tu salvación;
No oculté tu misericordia y tu verdad en grande asamblea.
Sal.40:11 Jehová, no retengas de mí tus misericordias;
Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.
Sal.40:12 Porque me han rodeado males sin número;
Me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista.
Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla.
Sal.40:13 Quieras, oh Jehová, librarme;
Jehová, apresúrate a socorrerme.
Sal.40:14 Sean avergonzados y confundidos a una
Los que buscan mi vida para destruirla.
Vuelvan atrás y avergüéncense
Los que mi mal desean;
Sal.40:15 Sean asolados en pago de su afrenta
Los que me dicen: ¡Ea, ea!
Sal.40:16 Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan,
Y digan siempre los que aman tu salvación:
Jehová sea enaltecido.
Sal.40:17 Aunque afligido yo y necesitado,
Jehová pensará en mí.
Mi ayuda y mi libertador eres tú;
Dios mío, no te tardes.
Capítulo 41
Oración pidiendo salud
Al músico principal. Salmo de David.
Sal.41:1 Bienaventurado el que piensa en el pobre;
En el día malo lo librará Jehová.
Sal.41:2 Jehová lo guardará, y le dará vida;
Será bienaventurado en la tierra,
Y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos.
Sal.41:3 Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor;
Mullirás toda su cama en su enfermedad.
Sal.41:4 Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí;
Sana mi alma, porque contra ti he pecado.
Sal.41:5 Mis enemigos dicen mal de mí, preguntando:
¿Cuándo morirá, y perecerá su nombre?
Sal.41:6 Y si vienen a verme, hablan mentira;
Su corazón recoge para sí iniquidad,
Y al salir fuera la divulgan.
Sal.41:7 Reunidos murmuran contra mí todos los que me aborrecen;
Contra mí piensan mal, diciendo de mí:
Sal.41:8 Cosa pestilencial se ha apoderado de él;
Y el que cayó en cama no volverá a levantarse.
Sal.41:9 Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía,
Alzó contra mí el calcañar.
Sal.41:10 Mas tú, Jehová, ten misericordia de mí, y hazme levantar,
Y les daré el pago.
Sal.41:11 En esto conoceré que te he agradado,
Que mi enemigo no se huelgue de mí.
Sal.41:12 En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado,
Y me has hecho estar delante de ti para siempre.
Sal.41:13 Bendito sea Jehová, el Dios de Israel,
Por los siglos de los siglos.
Amén y Amén.
SALMOS
LIBRO II
Capítulo 42
Mi alma tiene sed de Dios
Al músico principal. Masquil de los hijos de Coré.
Sal.42:1 Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,
Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
Sal.42:2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;
¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?
Sal.42:3 Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche,
Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?
Sal.42:4 Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí;
De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios,
Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.
Sal.42:5 ¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío.
Sal.42:6 Dios mío, mi alma está abatida en mí;
Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán,
Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.
Sal.42:7 Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas;
Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.
Sal.42:8 Pero de día mandará Jehová su misericordia,
Y de noche su cántico estará conmigo,
Y mi oración al Dios de mi vida.
Sal.42:9 Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí?
¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?
Sal.42:10 Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me afrentan,
Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?
Sal.42:11 ¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y por qué te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío.
Capítulo 43
Plegaria pidiendo vindicación y liberación
Sal.43:1 Júzgame, oh Dios, y defiende mi causa;
Líbrame de gente impía, y del hombre engañoso e inicuo.
Sal.43:2 Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado?
¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?
Sal.43:3 Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán;
Me conducirán a tu santo monte,
Y a tus moradas.
Sal.43:4 Entraré al altar de Dios,
Al Dios de mi alegría y de mi gozo;
Y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.
Sal.43:5 ¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y por qué te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío.
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