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NOVIEMBRE 16

Prov.16:24 Panal de miel son los dichos suaves;
             Suavidad al alma y medicina para los huesos. 







PLAN DE LECTURA BÍBLICA ANUAL


Capítulo 14

Pablo y Bernabé en Iconio  

Hec.14:1 Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos.  
Hec.14:2 Mas los judíos que no creían excitaron y corrompieron los ánimos de los gentiles contra los hermanos.  
Hec.14:3 Por tanto, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con denuedo, confiados en el Señor, el cual daba testimonio a la palabra de su gracia, concediendo que se hiciesen por las manos de ellos señales y prodigios.  
Hec.14:4 Y la gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los judíos, y otros con los apóstoles.  
Hec.14:5 Pero cuando los judíos y los gentiles, juntamente con sus gobernantes, se lanzaron a afrentarlos y apedrearlos,  
Hec.14:6 habiéndolo sabido, huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y a toda la región circunvecina,  
Hec.14:7 y allí predicaban el evangelio. 
 

Pablo es apedreado en Listra  

Hec.14:8 Y cierto hombre de Listra estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que jamás había andado.  
Hec.14:9 Este oyó hablar a Pablo, el cual, fijando en él sus ojos, y viendo que tenía fe para ser sanado,  
Hec.14:10 dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y él saltó, y anduvo.  
Hec.14:11 Entonces la gente, visto lo que Pablo había hecho, alzó la voz, diciendo en lengua licaónica: Dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros.  
Hec.14:12 Y a Bernabé llamaban Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque éste era el que llevaba la palabra.  
Hec.14:13 Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba frente a la ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la muchedumbre quería ofrecer sacrificios.  
Hec.14:14 Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces  
Hec.14:15 y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay.  
Hec.14:16 En las edades pasadas él ha dejado a todas las gentes andar en sus propios caminos;  
Hec.14:17 si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones.  
Hec.14:18 Y diciendo estas cosas, difícilmente lograron impedir que la multitud les ofreciese sacrificio.  
Hec.14:19 Entonces vinieron unos judíos de Antioquía y de Iconio, que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto.  
Hec.14:20 Pero rodeándole los discípulos, se levantó y entró en la ciudad; y al día siguiente salió con Bernabé para Derbe.  
Hec.14:21 Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía,  
Hec.14:22 confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.  
Hec.14:23 Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.  


El regreso a Antioquía de Siria  

Hec.14:24 Pasando luego por Pisidia, vinieron a Panfilia.  
Hec.14:25 Y habiendo predicado la palabra en Perge, descendieron a Atalia.  
Hec.14:26 De allí navegaron a Antioquía, desde donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que habían cumplido.  
Hec.14:27 Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles.  
Hec.14:28 Y se quedaron allí mucho tiempo con los discípulos. 
  

Capítulo 15

El concilio en Jerusalén  

Hec.15:1 Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos.  
Hec.15:2 Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión.  
Hec.15:3 Ellos, pues, habiendo sido encaminados por la iglesia, pasaron por Fenicia y Samaria, contando la conversión de los gentiles; y causaban gran gozo a todos los hermanos.  
Hec.15:4 Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos, y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos.  
Hec.15:5 Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés.  
Hec.15:6 Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto.  
Hec.15:7 Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. 
Hec.15:8 Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros;  
Hec.15:9 y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones.  
Hec.15:10 Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?  
Hec.15:11 Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos.  
Hec.15:12 Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles.  
Hec.15:13 Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme.  
Hec.15:14 Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre.  
Hec.15:15 Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:  
Hec.15:16 Después de esto volveré  
Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído;  
Y repararé sus ruinas,  
Y lo volveré a levantar, 
Hec.15:17 Para que el resto de los hombres busque al Señor,  
Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre,  
Hec.15:18 Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos. 
Hec.15:19 Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios,  
Hec.15:20 sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre. 
Hec.15:21 Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo.  
Hec.15:22 Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos;  
Hec.15:23 y escribir por conducto de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud.  
Hec.15:24 Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley,  
Hec.15:25 nos ha parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo,  
Hec.15:26 hombres que han expuesto su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo.  
Hec.15:27 Así que enviamos a Judas y a Silas, los cuales también de palabra os harán saber lo mismo.  
Hec.15:28 Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias:  
Hec.15:29 que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien.  
Hec.15:30 Así, pues, los que fueron enviados descendieron a Antioquía, y reuniendo a la congregación, entregaron la carta;  
Hec.15:31 habiendo leído la cual, se regocijaron por la consolación.  
Hec.15:32 Y Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras.  
Hec.15:33 Y pasando algún tiempo allí, fueron despedidos en paz por los hermanos, para volver a aquellos que los habían enviado.  
Hec.15:34 Mas a Silas le pareció bien el quedarse allí.  
Hec.15:35 Y Pablo y Bernabé continuaron en Antioquía, enseñando la palabra del Señor y anunciando el evangelio con otros muchos. 
 

Pablo se separa de Bernabé, y comienza su segundo viaje misionero  

Hec.15:36 Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están.  
Hec.15:37 Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos;  
Hec.15:38 pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia, y no había ido con ellos a la obra.  
Hec.15:39 Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre,  
Hec.15:40 y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor,  
Hec.15:41 y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias.  


Capítulo 16

Timoteo acompaña a Pablo y a Silas 

Hec.16:1 Después llegó a Derbe y a Listra; y he aquí, había allí cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego;  
Hec.16:2 y daban buen testimonio de él los hermanos que estaban en Listra y en Iconio.  
Hec.16:3 Quiso Pablo que éste fuese con él; y tomándole, le circuncidó por causa de los judíos que había en aquellos lugares; porque todos sabían que su padre era griego.  
Hec.16:4 Y al pasar por las ciudades, les entregaban las ordenanzas que habían acordado los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalén, para que las guardasen.  
Hec.16:5 Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en número cada día.  


La visión del varón macedonio  

Hec.16:6 Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia;  
Hec.16:7 y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió.  
Hec.16:8 Y pasando junto a Misia, descendieron a Troas. 
Hec.16:9 Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos.  
Hec.16:10 Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio.  


Encarcelados en Filipos  

Hec.16:11 Zarpando, pues, de Troas, vinimos con rumbo directo a Samotracia, y el día siguiente a Neápolis;  
Hec.16:12 y de allí a Filipos, que es la primera ciudad de la provincia de Macedonia, y una colonia; y estuvimos en aquella ciudad algunos días.  
Hec.16:13 Y un día de reposo salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido.  
Hec.16:14 Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía.  
Hec.16:15 Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos.  
Hec.16:16 Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando.  
Hec.16:17 Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación.  
Hec.16:18 Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.  
Hec.16:19 Pero viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los trajeron al foro, ante las autoridades;  
Hec.16:20 y presentándolos a los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad,  
Hec.16:21 y enseñan costumbres que no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos romanos.  
Hec.16:22 Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles las ropas, ordenaron azotarles con varas.  
Hec.16:23 Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad.  
Hec.16:24 El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo.  
Hec.16:25 Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.  
Hec.16:26 Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.  
Hec.16:27 Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido.  
Hec.16:28 Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí.  
Hec.16:29 El entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas;  
Hec.16:30 y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?  
Hec.16:31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.  
Hec.16:32 Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.  
Hec.16:33 Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos.  
Hec.16:34 Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios.  
Hec.16:35 Cuando fue de día, los magistrados enviaron alguaciles a decir: Suelta a aquellos hombres.  
Hec.16:36 Y el carcelero hizo saber estas palabras a Pablo: Los magistrados han mandado a decir que se os suelte; así que ahora salid, y marchaos en paz.  
Hec.16:37 Pero Pablo les dijo: Después de azotarnos públicamente sin sentencia judicial, siendo ciudadanos romanos, nos echaron en la cárcel, ¿y ahora nos echan encubiertamente? No, por cierto, sino vengan ellos mismos a sacarnos.  
Hec.16:38 Y los alguaciles hicieron saber estas palabras a los magistrados, los cuales tuvieron miedo al oír que eran romanos.  
Hec.16:39 Y viniendo, les rogaron; y sacándolos, les pidieron que salieran de la ciudad.  
Hec.16:40 Entonces, saliendo de la cárcel, entraron en casa de Lidia, y habiendo visto a los hermanos, los consolaron, y se fueron.

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